El vendedor del sex shop nos enseña cómo usar el plug

Vamos a un sex shop con mí marido para comprar un plug anal. A pesar que yo ya tengo experiencia en sexo anal.
Pero nos gusta ir comprando juguetitos para sumar.
Entramos al sex shop, nos ponemos a mirar con mí marido, y vemos una gran variedad de plugs.
Mí marido llama al vendedor y comienza a preguntarle, el chico muy atento nos explica y nos pasa algún que otro plug para que veamos la calidad de materiales.
Nosotros queríamos unos de acero, pero había tres medidas.
Es cuanto mí marido comienza a hacer preguntas boludas a propósito, el vendedor muy atento le explica y le dice a mí esposo que si quiere le muestra cómo usar los plug y por qué hay tres medidas.
Mí marido acepta, el vendedor cierra la puerta del local y nos invita a pasar al fondo del negocio donde había un cuarto con un espejo grande y una camilla tipo la de masajes.
El chico entra y trae en sus manos una botellita de lubricante y los tres plug.
Comienza dando una explicación tonta, a la cual mí marido estaba muy atento.
En un momento el chico dice.
"Bueno caballero con su permiso y con la ayuda de su mujer, le voy a mostrar cómo funcionan y por qué hay tres medidas"
Mí marido asiente con la cabeza, yo me quedo helada por qué me imaginé lo que quería hacer.
El chico me agarra de la mano y me coloca en la camilla, estando parada me hace agachar apoyando los codos en la camilla y mirando hacia el espejo.
Yo solo hice caso ya que la situación me superaba y mí marido no decía nada.
El chico me baja la calza, me baja la tanga y dejando mí culo bien expuesto, le dice a mí marido:
"Con los plugs le puedo vender el lubricante, aunque también puede lubricar con su saliva, así".
El chico comienza a pegar una chupada de culo a modo de explicación, mí marido lo miraba y estaba atento a la explicación yo me retorcía de placer, y miraba por el espejo lo que pasaba detrás mío.
Me chupaba el culo y también dirigía su boca a mi concha metiendo su lengua lo más profundo que podía.
Una vez que llenó todo con saliva agarró el plug de menor tamaño y lo introdujo en mí culo, lo metía y lo sacaba, le decía a mí marido que eso lo podría llevar puesto a todos lados sin problema de que se cayera.
Mí marido atento, el chico saca el plug pequeño y me introduce el plug mediano, haciendo lo mismo, pero cuando saca el mediano,
El vendedor le dice a mí marido:
"Si quiere le vendo los tres, pero con esos dos ya es suficiente por qué ya tiene el culo dilatado como para meterle la pija"
"Que bien" dice mí esposo.
El chico le dice, "mire le muestro" se desprende el pantalón y se coloca lubricante en la pija que la tenía durísima a punto de explotar. 
Me agarra con una mano el cachete del culo como separando un poco y lleva su pija a la entrada de mí orto, yo puedo sentir cómo se apoya su glande en mí esfínter y como comienza a hacer presión para meterlo.
No le costó mucho, porque como él dijo ya tenía el culo dilatado.
Empezó a bombear dentro de mí culo, dando una explicación estúpida a mí marido, como para justificar lo que estaba haciendo.
Yo puse la cara contra la camilla y trataba de cerrar la boca para no gemir, aunque con mí respiración no  podía disimular lo mucho que me estaba gustando y el chico lo sabía.
Ante la antena mirada de mí marido el vendedor me agarró fuerte por mi cintura y acabó dentro de mí culo, yo al sentir su semen, me provocó un orgasmo increíble. Menos mal que estaba apoyada en la camilla por qué si no me caía al suelo.
El chico me saca la pija, se limpia, me da una cachetada en el culo y me dice gracias por la ayuda. 
Yo no respondí, trataba de recuperarme de la tremenda cogida que me dió delante de mi marido.
Mi esposo compra todo menos el Plug más grande ya que en la demostración había quedado más que claro que no hacía falta.
Yo me quedé limpiandome el culo en la habitación, ya que me salía semen y me escurría por las piernas.
Cuando me acomodo y salgo, mi marido le estaba agradeciendo al vendedor por la demostración y su honestidad para no hacerle comprar cosas de más.
Me miró y me dice: agradece amor que fue muy atento con nosotros.
Yo pensaba: encima que me llenó el culo de leche, le tenía que agradecer.
Salimos del sex shop, mi marido feliz con la compra y yo con el culo abierto y lleno de leche.