Estuve todo el día trabajando, y a la tarde los colegas insistían en juntarnos nuevamente, pero con el cuento que tenía unos parientes, me excusé diciendo que me habían invitado a cenar
Fui hasta el departamento, a la pasada me compré unos camarones, unas cholgas y unos mejillones, un paquetito de arroz, un lindo malbec y me preparé para agasajarla con un buen risotto di mare.
Hablé con mi mujer que, aprovechando que yo no estaba, había alojado a tres excompañeras que habían venido desde lejos, así que la charla fue corta, porque se escuchaba que sus amigas no paraban de hablar y de reírse. Le dije que estaba cansado y que me quedaba en el departamento así me acostaba temprano
A las 21.10, cuando ya me estaban consumiendo los nervios, sonó el portero, le abrí y revisé que todo estuviera más o menos acomodado.
Escuché el ascensor y luego el timbre de la puerta, les juro que me temblaban las rodillas, abrí y ahí estaba ella (disfrazada de nene), pero ella
Y la verdad? Era un hermoso pendejo, un poquitito más alto que yo, pelo castaño, esos labios con los que tanto había soñado y me quedé mudo.
Hola koki, me dijo, no me vas a saludar?
Ssssi, si, por supuesto, le di un beso en la mejilla y le dije que pasara, por favor.
(nota al pasar: el jean no era muy ajustado, pero ese culito no lo podía esconder así nomás)
Cerré, para tratar de aflojarme un poco le dije “al fin solos”, ay, dijo ella, no me acuerdo nada del casamiento
Nos reímos, le dije que se acomodara, que dejara el bolso en el diván, si tomaba vinito, obveeeeo me contestó, le serví una copa, y le dije que terminaba de cocinar y estaba con ella
Me preguntó si podía pasar a la cocina, le dije que sí, y me preguntó que estaba haciendo que olía tan rico, le conté y me dijo que le encantaba el risotto
Cuando estaba listo le dije de pasar al comedor, le serví, me sirvió vino y empezamos a comer
A medida que cenábamos, y corría el malbec y nos fuimos soltando, las risas eran cada vez más fuertes, no sabía en que iba a terminar todo eso, pero me encantaba estar con ella, aunque en ese momento fuera él.
El tiempo pasó, se hicieron más de las 24 hs, y en un momento me dice “Koki, me tendría que ir… yo mañana trabajo… no te enojás?”
Realmente la estoy pasando muy bien con vos, pero éste era el trato. Cuando quieras te llevo así no te vas en taxi
En serio? Que caballero… no sabés como te lo agradezco. Me dejás pasar al baño?
Dale tranquila, yo acomodo un poco y cuando estás te llevo
Se fue al baño, yo junté las cosas, como demoraba me puse a lavar algunas. Y al rato escucho que sale.
Sentí que me hablaba pero no le entendía. Como? Le dije;
“dije que que bueno que se fue este pendejo pesado…”
Me doy vuelta y ahí estaba ella, sus botas, su minifalda y un topcito, con su cabellera rubia y esos labios ahora pintados.
Casi me caigo de culo, que hermosura ¡!!
Se me estaba cagando de risa, y me dice, re pesado el pendejo, pero vos no parabas de darle charla…
Me sonreí, me acerqué, la agarré de la cintura y le comí la boca con desesperación… ella me abrazó y su lengua empezó a devolverme el beso con la misma intensidad con que la había sorprendido yo.
Era besarnos, mirarnos, darnos un pico, reírnos, mirarnos, comernos las bocas otra vez, mis manos se fueron a apretujar ese culo que tantas veces había soñado que era mío
En ese momento no me alcanzaban las manos para tocar todo lo que quería…como me hubiera gustado ser el pulpo Paul.
Ella por momentos se dejaba hacer y de a ratos parecía que me iba a violar, no se que pensaría ella pero para mí volábamos los dos de la calentura.
En un momento de tregua la agarré de la mano y la llevé para el cuarto, prendí los veladores y le dije que quería desvestirla muy lentamente
Por suerte el dormitorio tenía espejadas todas las puertas del placard, así que mientras aprétabamos como locos le veía su hermosa espalda en los espejos.
Realmente lo hice muy lento, porque no podía parar de besarla… en la boca, el cuello, los hombros, el pecho, los brazos. Cuando le saqué el top, la hice dar vuelta y ponerse frente al espejo, y seguí con los besos en la nuca, mientras le desabrochaba el soutien, y mientras bajaba besándole la espalda mis manos jugueteaban con sus pezones.
Cuando por fin le bajé la mini, encontré el paraíso, ahí estaba ese culo perfecto, con una tanguita diminuta y era todo para mí
Le pasaba la lengua por las zanjitas que se forman cuando termina el cachete y empieza la pierna, alternando con mordisquitos en los cachetes, lo acariciaba con mis manos y mi cara.
Cuando la dejé solo en tanga la hice subirse a la cama, y todo lo que tardé para desvestirla a ella, lo compensé quedándome en bolas en un segundo… fui un rayo
Ella me esperaba arrodillada en la cama, me puse frente a ella y volvimos a besarnos con desesperación, mientras tanto ella me sobaba la pija, que me dolía de lo dura que estaba
En un momento me hizo recostar, y ella de costado empezó a juguetear con su boca en mi pija.
La turra se había puesto de tal manera que yo viera su culo en el espejo.
Creanme… a mis casi 50 años me han chupado la pija un montón de mujeres, ojo, no soy Julio Iglesias, pero entre los años que tengo, que no me ha ido mal con las mujeres y que cuando tocaban malas épocas, no tenía prejuicios en invertir unos pesos, han sido bastantes, gracias a Dios
Pero entiéndanme, jamás me chuparon la pija así. Me llevaba al borde de la acabada, pensando que la iba a ahogar de la cantidad de leche que me iba asacar, a apretarme la base de la pija, y besarme la panza, hasta que mis pececitos retrocedan, para luego continuar.
¡Que locura!!!! No se cuanto tiempo estuvo, pero me llevaba al límite y aflojaba, y otra vez, y otra vez mas.
Después de un largo rato me largó, se dio vuelta y se puso en cuatro pero mirando a los espejos, mágicamente la vi destapar un lubricante y corríendose el hilo de la tanga se metió un par de dedos, para decirme “cógeme por favor, no aguanto más”
Que placer entrar en ese culo … y no con la imaginación como tantas veces había había pasado en mi mente, era mi pija caliente y venosa la que abría ese culo, y entraba toda hasta que mi pubis quedara bien pegado contra él, y ahí empezó el mete saca.
Trataba de pensar en ordenar alfabéticamente los productos que vendía, o en Bilardo, o el mago sin dientes, que se yo, quería que el momento se prolongara indefinidamente, pero como todo lo bueno, no dura mucho.
La realidad es que yo no soy para nada escandaloso cuando cojo, pero cuando ya no pude retenerlo más, se me escapó un gruñido sordo y largo. Y la verdad? Tendría que haber medido la cantidad de leche que acabé, pero en serio, el forro pesaba
Que manera de hacerme acabar esta bestia …
Cuando salí de ella, me derrumbé en la cama. Ella se dio vuelta y se acostó a mi lado con la cabeza en mi hombro, y para mi orgullo ella también estaba agitada… y mucho
Cuando recuperó el aliento, que lo hizo antes que yo, besándome el pecho me dijo, pavada de polvazo nos echamos, no?
Y mientras se reía me comió la boca de vuelta
Así estuvimos un rato, ella en mi hombro, mi mano izquierda que la abrazaba le hacía mimos en la espalda, mientras ella jugueteaba con mis pendejos, que si han visto fotos mías, sabrán que me los recorto, y distraídamente, de vez en cuando, me rozaba la pija, que saltaba como si la picaneara
Fui hasta el departamento, a la pasada me compré unos camarones, unas cholgas y unos mejillones, un paquetito de arroz, un lindo malbec y me preparé para agasajarla con un buen risotto di mare.
Hablé con mi mujer que, aprovechando que yo no estaba, había alojado a tres excompañeras que habían venido desde lejos, así que la charla fue corta, porque se escuchaba que sus amigas no paraban de hablar y de reírse. Le dije que estaba cansado y que me quedaba en el departamento así me acostaba temprano
A las 21.10, cuando ya me estaban consumiendo los nervios, sonó el portero, le abrí y revisé que todo estuviera más o menos acomodado.
Escuché el ascensor y luego el timbre de la puerta, les juro que me temblaban las rodillas, abrí y ahí estaba ella (disfrazada de nene), pero ella
Y la verdad? Era un hermoso pendejo, un poquitito más alto que yo, pelo castaño, esos labios con los que tanto había soñado y me quedé mudo.
Hola koki, me dijo, no me vas a saludar?
Ssssi, si, por supuesto, le di un beso en la mejilla y le dije que pasara, por favor.
(nota al pasar: el jean no era muy ajustado, pero ese culito no lo podía esconder así nomás)
Cerré, para tratar de aflojarme un poco le dije “al fin solos”, ay, dijo ella, no me acuerdo nada del casamiento
Nos reímos, le dije que se acomodara, que dejara el bolso en el diván, si tomaba vinito, obveeeeo me contestó, le serví una copa, y le dije que terminaba de cocinar y estaba con ella
Me preguntó si podía pasar a la cocina, le dije que sí, y me preguntó que estaba haciendo que olía tan rico, le conté y me dijo que le encantaba el risotto
Cuando estaba listo le dije de pasar al comedor, le serví, me sirvió vino y empezamos a comer
A medida que cenábamos, y corría el malbec y nos fuimos soltando, las risas eran cada vez más fuertes, no sabía en que iba a terminar todo eso, pero me encantaba estar con ella, aunque en ese momento fuera él.
El tiempo pasó, se hicieron más de las 24 hs, y en un momento me dice “Koki, me tendría que ir… yo mañana trabajo… no te enojás?”
Realmente la estoy pasando muy bien con vos, pero éste era el trato. Cuando quieras te llevo así no te vas en taxi
En serio? Que caballero… no sabés como te lo agradezco. Me dejás pasar al baño?
Dale tranquila, yo acomodo un poco y cuando estás te llevo
Se fue al baño, yo junté las cosas, como demoraba me puse a lavar algunas. Y al rato escucho que sale.
Sentí que me hablaba pero no le entendía. Como? Le dije;
“dije que que bueno que se fue este pendejo pesado…”
Me doy vuelta y ahí estaba ella, sus botas, su minifalda y un topcito, con su cabellera rubia y esos labios ahora pintados.
Casi me caigo de culo, que hermosura ¡!!
Se me estaba cagando de risa, y me dice, re pesado el pendejo, pero vos no parabas de darle charla…
Me sonreí, me acerqué, la agarré de la cintura y le comí la boca con desesperación… ella me abrazó y su lengua empezó a devolverme el beso con la misma intensidad con que la había sorprendido yo.
Era besarnos, mirarnos, darnos un pico, reírnos, mirarnos, comernos las bocas otra vez, mis manos se fueron a apretujar ese culo que tantas veces había soñado que era mío
En ese momento no me alcanzaban las manos para tocar todo lo que quería…como me hubiera gustado ser el pulpo Paul.
Ella por momentos se dejaba hacer y de a ratos parecía que me iba a violar, no se que pensaría ella pero para mí volábamos los dos de la calentura.
En un momento de tregua la agarré de la mano y la llevé para el cuarto, prendí los veladores y le dije que quería desvestirla muy lentamente
Por suerte el dormitorio tenía espejadas todas las puertas del placard, así que mientras aprétabamos como locos le veía su hermosa espalda en los espejos.
Realmente lo hice muy lento, porque no podía parar de besarla… en la boca, el cuello, los hombros, el pecho, los brazos. Cuando le saqué el top, la hice dar vuelta y ponerse frente al espejo, y seguí con los besos en la nuca, mientras le desabrochaba el soutien, y mientras bajaba besándole la espalda mis manos jugueteaban con sus pezones.
Cuando por fin le bajé la mini, encontré el paraíso, ahí estaba ese culo perfecto, con una tanguita diminuta y era todo para mí
Le pasaba la lengua por las zanjitas que se forman cuando termina el cachete y empieza la pierna, alternando con mordisquitos en los cachetes, lo acariciaba con mis manos y mi cara.
Cuando la dejé solo en tanga la hice subirse a la cama, y todo lo que tardé para desvestirla a ella, lo compensé quedándome en bolas en un segundo… fui un rayo
Ella me esperaba arrodillada en la cama, me puse frente a ella y volvimos a besarnos con desesperación, mientras tanto ella me sobaba la pija, que me dolía de lo dura que estaba
En un momento me hizo recostar, y ella de costado empezó a juguetear con su boca en mi pija.
La turra se había puesto de tal manera que yo viera su culo en el espejo.
Creanme… a mis casi 50 años me han chupado la pija un montón de mujeres, ojo, no soy Julio Iglesias, pero entre los años que tengo, que no me ha ido mal con las mujeres y que cuando tocaban malas épocas, no tenía prejuicios en invertir unos pesos, han sido bastantes, gracias a Dios
Pero entiéndanme, jamás me chuparon la pija así. Me llevaba al borde de la acabada, pensando que la iba a ahogar de la cantidad de leche que me iba asacar, a apretarme la base de la pija, y besarme la panza, hasta que mis pececitos retrocedan, para luego continuar.
¡Que locura!!!! No se cuanto tiempo estuvo, pero me llevaba al límite y aflojaba, y otra vez, y otra vez mas.
Después de un largo rato me largó, se dio vuelta y se puso en cuatro pero mirando a los espejos, mágicamente la vi destapar un lubricante y corríendose el hilo de la tanga se metió un par de dedos, para decirme “cógeme por favor, no aguanto más”
Que placer entrar en ese culo … y no con la imaginación como tantas veces había había pasado en mi mente, era mi pija caliente y venosa la que abría ese culo, y entraba toda hasta que mi pubis quedara bien pegado contra él, y ahí empezó el mete saca.
Trataba de pensar en ordenar alfabéticamente los productos que vendía, o en Bilardo, o el mago sin dientes, que se yo, quería que el momento se prolongara indefinidamente, pero como todo lo bueno, no dura mucho.
La realidad es que yo no soy para nada escandaloso cuando cojo, pero cuando ya no pude retenerlo más, se me escapó un gruñido sordo y largo. Y la verdad? Tendría que haber medido la cantidad de leche que acabé, pero en serio, el forro pesaba
Que manera de hacerme acabar esta bestia …
Cuando salí de ella, me derrumbé en la cama. Ella se dio vuelta y se acostó a mi lado con la cabeza en mi hombro, y para mi orgullo ella también estaba agitada… y mucho
Cuando recuperó el aliento, que lo hizo antes que yo, besándome el pecho me dijo, pavada de polvazo nos echamos, no?
Y mientras se reía me comió la boca de vuelta
Así estuvimos un rato, ella en mi hombro, mi mano izquierda que la abrazaba le hacía mimos en la espalda, mientras ella jugueteaba con mis pendejos, que si han visto fotos mías, sabrán que me los recorto, y distraídamente, de vez en cuando, me rozaba la pija, que saltaba como si la picaneara
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