Mi Hermana y Mi Padre, la verdad.

Primera parte:
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Entonces me están diciendo que ustedes son amantes desde hace unos meses?

Mi rostro estaba anonadado ante la historia que mi papá y Romina me contaron, relatando como es que tienen una relación incestuosa la cual habían mantenido en secreto. Me sorprendía como es que ni mamá, ni Denisse ni yo notamos esto, era realmente algo insólito.

Todo había comenzado al parecer una noche que papá había ido a recogerla a una fiesta (yo no solía ir ya que siempre fui algo introvertido en esos temas). Al no encontrarla adentró la llamó pero ella no contestó, por lo cual salió a buscarla dando vueltas en el auto.
Su sorpresa debió haber sido brutal al encontrarla en un callejón chupándosela a dos tipos. Según él me comentó se mantuvo dentro del auto mirando todo.

- Fue extraño ¿Sabes? Sabía que estaba mal, pero aún así sentí la necesidad de mirar.- Agregó en el momento en el que me contaba.

Según ambos dijeron, en ese callejón los dos chicos se la cogieron por turnos.

- En esa época era virgen del ano.- Dijo ella con una sonrisita.- Quería guardarlo para una ocasión especial.

Los tipos después se fueron dejando a Romina ebria y desnuda en ese callejón, como si se tratara de la envoltura de alguna fritura la cual no les servía más.

- Te dije que he sido una zorra.- Agregó ella mirándome al ver mi rostro de impacto.

Mi padre entonces dice que bajó del auto y fue a recoger a su hija y su ropa (la cual estaba tirada a un costado), cargándola para luego subirla al auto. Para no meterse en problemas condujo lo más rápido que pudo.

- No quería que algún policía me detuviera con una adolescente desnuda e inconsciente en el asiento trasero, no sería muy fácil el explicar eso.

Al llegar a casa según comentan, papá la subió a su habitación y la recostó. Ella no recordaba nada, solo que debido a su estado se reía levemente.

- Fue una decisión complicada. Y es que… Tú debes comprenderme, al ver a esta belleza desnuda olvidas que es tu hija o tu hermana.- Me dijo mientras le daba un beso en la mejilla a Romina.

- Pues… No puedo reprocharte.- Le respondí con una pequeña risa, realmente me causaba gracia como es que padre e hijo estábamos hablado de manera sexual sobre nuestra hija/hermana.

- Entonces yo desperté y… ¡Tará! Este viejo me estaba frotando su amigote en la vagina mientras manoseaba mis pechos.

- ¿Y tú que hiciste…?.- Le pregunté rápidamente.

Ellos se intercambiaron una mirada cómplice y luego miraron.

- “Papi ¿Qué haces?”, fue lo único que dije.- Respondió ella.- Luego llevé mi mano a su miembro y lo masturbé… El resto es historia.- Finalizó con su típica sonrisa traviesa.

- Hey no, no, quiero los detalles.- Dije ahora con una sonrisa en el rostro.

- Mmm pues… Chupé a su amigote, me la metió… ¿Qué más, papi?

- Me corrí en tu cara.- Respondió mi papá tomando un sorbo de su lata de cerveza.

- Oh cierto, muéstrale la foto. Aún la tienes ¿Cierto?.- Preguntó de manera amenazante.

- Claro que aún la tengo.

Mi papá sacó su celular y tras entrar a la galería me la mostró. La cara de mi hermosa hermana con la lengua afuera, llena de semen hasta en el cabello.

- Vaya… Se nota que se divirtieron mucho esa noche.- Les dije apreciando la imagen.

- Como contigo hoy, muchacho.- Respondió mi papá.- Es placer asegurado con esta putita.

- Soy una putita.- Agregó ella de manera pícara.

Romina estaba vestida únicamente con una camiseta de tirantes, sin pantalón ni ropa interior, hasta se podían notar sus pezones marcados, mientras yo estaba de la misma forma, con el polo que me había quitado durante mi cogida con ella. Papá seguía con su ropa con la que había venido de la calle. Nos habíamos sentado a platicar sobre la mesa luego de la impresión inicial de que nos pescara en el acto. Ambos estaban sentados juntos frente a mi.

- Entonces… Le eres infiel a mamá con Romina…- Le dije a mi papá bajando la mirada levemente.

- Oh, vamos hijo ¿Vas a juzgarme?

- No dije que lo estoy haciendo, es solo curiosidad.

- Pues… Si.

- Vaya Romina, eres una muy mala hija.- Me dirigí a ella subiendo la mirada ahora con una sonrisa de diversión.

- Y tú un mal novio cariño.- Agregó ella mientras se apoyaba en el espaldar y cruzaba sus brazos, de manera que sus pechos quedaron abultados.

- Pues supongo que yo soy un terrible esposo.- Agregó papá mientras tomaba otro sorbo.

Romina y yo nos miramos y soltamos una pequeña carcajada.
- Hey ¿Qué pasa?.- Preguntó él.

- Pues… Creo que si hablamos de ser malo en algo, eres un padre muy inmoral.- Le reprochó Romina riéndose.

- Es cierto.- Agregué.

- Ah, encima que los dejo tener sexo ¿Me reclaman el ser un mal padre?.- Respondió fingiendo indignación.

- Solo porque tú también te comes a este culito.- Le dije mientras señalaba con la mirada a Romina.

Los tres nos reímos y sin darme cuenta el momento pasó de ser tenso a un momento divertido entre padre e hijos, talvez Fabiana tenía razón después de todo, este viaje no había sido tan malo.

- Entonces…- Dije luego de que nadie dijera nada relevante.- Llevan meses haciéndolo…

- Cinco meses.- Respondió papá.

- No, son seis.- Discutió Romina.

- ¿Estás segura?

- Si, lo estoy.

- Bueno.- Los interrumpí.- Para llevar medio año en esto deben haber hecho muchas travesuras.

- Uuy hijo, si supieras.- Respondió papá mientras se estiraba.- Tu hermana sabe aparentar muy bien el no tener una vida sexual activa.

- Esa es la clave para tener una buena vida familiar y una buena vida sexual a la vez.- Agregó Romina.- La discreción.

- Vamos… Muy discreta tampoco has sido.- Le reprochó papá riéndose.

- Oye ¿Qué hablas?.- Respondió ella entre indignada y burlona.

- Vamos… Cuéntenme algo.- Les pedí.

- Mmm…

- Oh, oh, ya sé. Cuéntale sobre tu reunión de trabajo.- Sugirió ella de forma melosa.

- Oh si, mi reunión de trabajo.

- ¿Reunión de trabajo?

- Verás hijo…

Resulta que en una ocasión durante una conversación con sus colegas había surgido el tema de las amantes y compañeras sexuales que muchos en su trabajo tenían. Papá no había desaprovechado la oportunidad de presumir a su “nueva amiga”, por lo que aprovechando que tenían cerca una reunión de colegas les prometió que la llevaría para el deleite de todos (cosa que nadie se atrevía a hacer por su “orgullo masculino” o celos).

Así al llegar el día se juntaron en la casa del jefe y obviamente papá llevó a Romina. Todos los presentes se sorprendieron al ver que su amiga era una adolescente, pero ninguno objetó (sino todo lo contrario).

- Todos estaban ansiosos por terminar de tocar los temas relevantes para la compañía. Querían llegar a la sobremesa.- Dijo papá al contarme.

- Y entonces…- Interrumpí deseoso de saber como seguía la historia.

- Entonces…

Como me siguió contando, al terminar la reunión como tal, comenzaron a tomar algún que otro licor mientras unos fumaban. Finalmente cuando hubieron roto el hielo entre todos comenzaron a despojar a Romina de sus ropas.

- Fue… Uff… Nueve hombres mayores… Nueve pijas para mi solita.- Comentó Romina.

- Mmm si. Te encantaron ¿Cierto, perrita?.- Dijo papá mientras acercaba sus labios a los de ella.

- Me encantaron.- Dijo ella mirándolo para luego darle un apasionante beso.

Me contaron como entre todos le dieron atención a cada uno de los orificios que mi hermana gemela tenía. Para entonces (como ella comenta) ella ya no era virgen anal, por lo que no tuvo problema (sino que lo deseaba) con que todos tuvieran su turno ahí atrás. Me contaron también como empaparon de vino sus tetas y las chuparon, como la hicieron fumar y la infinidad de guarradas que cometieron, en fin, un gangbang con todas sus letras.

- Ese fue uno de los mejores días de mi vida.- Decía papá orgulloso mientras tomaba otro sorbo de su cerveza.- Me acerqué al oído de mi jefe y le dije que este culito era mi hija.- Palmeó el hombro de Romina.- Gracias a eso obtuve mi ascenso.

- ¿Ya ves Lucas? Yo soy responsable de que ahora vivamos mejor.- Dijo arrugando su nariz en el tono pícaro que le gustaba emplear.

Sinceramente ese día no dejaba de sorprenderme. El morbo estaba por los cielos mientras nuestra charla continuaba, se podía sentir el ambiente sexual en el que estábamos teniendo nuestra plática familiar.

- Bueno… Romina, mucho hablas sobre tu virginidad anal. ¿Con él la perdiste?.- Pregunté señalando con la mirada a papá.

- Sip.- Confirmó ella moviendo la cabeza de arriba abajo.- Me metió su amigote en mi culito.

- ¿Ya lo probaste? Mierda, de verdad tiene una presión increíble.- Dijo papá mientras tiraba su lata vacía al racho de basura.

- Aún no, o sea si, ya sabes, de manera oral.- Respondí.

- Pues debes meter tu pene ahí dentro.

Miré a mi padre y hermana imaginando todo lo que juntos debieron haber hecho. ¿Acaso era anormal lo que acababa de suceder? Definitivamente lo era, pero tampoco creo que esté del todo mal… Talvez esto no es ni bueno ni normal. Supongo que en eso se basa el morbo.

- Se nota que ustedes se divirtieron mucho en los últimos meses.- Dije con la vista puesta sobre ambos.

- Y nos seguiremos divirtiendo.- Respondió papá.- Contigo.

- Espera ¿Qué?.- Pregunté algo aterrado.

- Descuida tonto, sé que ambos son heterosexuales.- Intervino Romina dándose cuenta que lo que dijo papá sonó a otra cosa.- Pero estoy segura que eso no los detendrá de cogerme entre los dos todos días.- Dijo lo último con su sonrisita.

- Ahh, eso.- Contesté aliviado.

- Y bien hijo ¿Qué dices?

Cuando cogí con Fabiana por primera vez supe que mi vida cambiaría para siempre, pero esta vez si que sería un cambio radical. De todos modos no es que pudiera evitarlo, solo tendría que oficializarlo.

- Acepté venir en este viaje para pasar más tiempo de hermanos con Romina y padre e hijo contigo papá. Me da gusto que en verdad tuvo resultado.

Habiendo dicho lo último con una sonrisa ellos supieron que estaba aceptando unirme a ellos en esta aventura incestuosa.

- Bien, entonces muchachos, el postre ya llegó.- Dijo Romina repentinamente mientras se subía a la mesa y retiraba su camiseta de tirantes quedando desnuda otra vez.

- Se nota que mientras haya polla tú estarás feliz.- Le dije mientras me quitaba el polo.

- Ya vas entendiendo el asunto.- Respondió papá al quedar completamente desnudo.

- Ay no… Dios no puede ser que me excite tanto, ya he estado desnuda ante dos hombres igualmente desnudos y fornidos… ¿Porqué estoy más excitada de lo normal?.- Preuntó Romina mientras se recostaba con las piernas hacia adentro flexionándolas y apoyándolas en la ventana del camper (la cual evidentemente estaba cerrada), mientras su cabeza quedaba fuera de la mesa.

- Talvez por que no eran tu hermano y tu papá.- Le dije mientras me inclinaba para besar su cintura.

- Mmm… Es cierto…

Papá se acercó y puso su polla sobre la cara de Romina. Ella mirándolo hacia arriba se metió su miembro a la boca y comenzó a chupar mientras mi papá jugueteaba con uno de los pechos. Por mi parte yo llenaba de besos húmedos su cintura, abdomen y seno, succionando su pezón mientras llevaba una mano a su vagina, la cual ya estaba húmeda y empapada en fluidos. Ella llevó su mano a mi cabello y apretó mi cabellera sin decir nada debido a que su boca estaba llena con la polla de papá. Yo continué en lo mío mientras empezaba a meter mis dedos en su interior.

Entonces me incliné hacia arriba de modo que ahora mis rodillas estaban sobre la silla. Ahora con más alcance me acerqué a su vagina (aunque no del todo debido a la posición) y comencé a lamer su clítoris con mi lengua. Inmediatamente pude sentir como intentaba gemir, pero el sonido de su garganta era ahogado por el miembro de mi viejo.

Luego de unos momentos así ella retiró la polla de su boca y se paró bajándose de la mesa.

- Ven.- Me dijo mientras me sujetaba del hombro para que me parara.

Papá y yo quedamos uno al lado del otro, entonces Romina se agachó y sujetó ambas pollas. Esa imagen era un verdadero deleite para nuestros ojos. Escupió en mi glande y con habilidad comenzó a masturbarnos lentamente. Durante intervalos de tiempo se metía una a la boca, mirando al dueño del falo a los ojos cuando lo hacía.

Tras unos minutos se paró y nos dio un beso en la mejilla a cada uno.
- Mis machos.- Nos dijo con una sonrisa de felicidad y morbo.

Entonces me sujetó de la muñeca y me dirigió de vuelta a la mesa para que me apoyara en esta de espaldas.

- ¿Crees poder soportar mi peso?.- Preguntó mientras se acercaba a mí.

- Claro.- Respondí inmediatamente.

Entonces ella se pegó a mí de espaldas, sujetando mi polla y direccionándola entre sus nalgas. Fue ahí cuando pude comprobar lo que papá me decía. Mi polla entera fue sometida a una presión y un calor espléndidos los cuales estimularon mis sentidos al punto de nublar mi mente durante algunos segundos. Cuando volví a mi mismo Romina ya se había lanzado hacia atrás esperando a que yo la atrape. Con mi pene dentro de su culo la sujeté de las piernas, de manera que estas quedaron abiertas desde el ángulo de papá.

- Ya sabes papi…- Dijo ella entre suspiros mientras con su dedo le indicaba a nuestro viejo que se acerque.

Él no se hizo esperar y se acerco. Supe que a había metido su pene cuando Romina soltó un gemido. Entonces con esfuerzo nos sincronizamos, pero ambos logramos empezar a penetrarla al mismo ritmo. Ella estaba extasiada por lo que su voz denotaba. Desde atrás apreté sus tetas y las manoseaba hasta que vi como papá se inclinó para chuparlas. Yo solo las presioné para que él pudiera chuparlas con más facilidad.

- Ah… ¡Ah! Joder… Mierda… Si papis… Llénenme, cójanme como su putita que soy.- Exclamaba ella sin poder resistirse a dejarse llevar por el morbo.

Su excitación fue tanta que luego de unos minutos ella misma comenzó a mover sus caderas de atrás hacia adelante. Estaba siendo escandalosa, parecía una niña engreída queriendo que todos sepan lo feliz (en este caso también excitada) que estaba.
Fue tal su escándalo que terminó tumbando a papá en el piso. Yo con esfuerzo no me quedé fuera ya que me agaché arrodillándome ahora que mi papá estaba echado y Romina montándolo. Llevé mis manos a sus tetas y las apretujé desesperadamente mientras besaba su cuello dejando leves mordidas en el proceso.

- ¡¡Ahh!! ¡¡AAHH!!.- Gritaba por el éxtasis que estaba sintiendo.- Estoy cerca… Dios… Estoy cerca.

- Vamos hijo… Vamos… ¡Dale duro!

- ¡Dale viejo! ¡Hagámosla correr…!

Un festival de movimientos comenzó, ya que papá y yo apurábamos los movimientos de nuestras pelvis mientras Romina movía sus caderas de atrás hacia adelante. Llevé mis manos a sus tetas y las apreté lo más fuerte que pude mientras me la seguía cogiendo con bastante fuerza.

- ¡¡AAAHH!!

Ahí fue cuando ella luego elevar sus movimientos de manera brusca los bajó gradualmente hasta simplemente tener movimientos vagos. Se había corrido nuevamente en ese día.

- Uhm… Esto… Ah…

Se dejó caer sobre papá mientras yo acariciaba su cabello.

- ¿Sabes papá? Va a ser genial ya no tener que esconderse durante el viaje… Y más aún con él unido a nuestros actos.

- Y en la casa… Es una persona menos a la que ocultarle esto. Aunque técnicamente no es no se lo estemos ocultando, por que él ya es parte de esto…

Me dejé caer hacia atrás y mi espalda quedó apoyada en la parte baja de la mesa. Quedé tendido en el piso suspirando mientras desde mi perspectiva admiraba el culo de Romina.

Llevaba un rato pensando si decir lo que tenía en mente o no. Sentía el fuerte impulso de revelarles sobre mi relación con Fabiana, el impulso de ofrecer a Nicole para más diversión, pero simplemente decidí que era mejor no decírselos. Al menos por ahora.

Luego de unos minutos de descanso los tres nos paramos. Ahora Romina se puso de cuatro y papá comenzó a meter su pene en su culo. Yo me arrodillé frente a ella y me comenzó a chupar la polla moviendo su cabeza de atrás hacia adelante. Mi papá y yo nos mirábamos mientras el se cogía su culo y yo su boca. Sentí cierta calidez en su mirada, supe que ya no era solo mi papá, era también mi amigo, ese amigo con el que sientes que compartirías todo, porque ya lo veía teniendo sexo con mi novia y la idea me hacía muy feliz.

El tiempo transcurrió, estuvimos en esa posición durante un rato más hasta que Romina se corrió de nuevo. A mi no me gusta ser presumido, por lo cual debo admitir que en dos ocasiones sentí cerca el orgasmo, pero con esfuerzo lo alejé bajando la intensidad de mis movimientos.

Finalmente nos hizo pararnos de nuevo y volvió a la pose del inicio, masturbándonos y chupando nuestras pollas por turnos, hasta que nos sincronizamos y ella apretó muy fuerte las bases de nuestros miembros mientras pasaba de sus pelotas a las mías, hasta que…

- ¡¡Ohh!!.- Gritamos papá y yo.

Nuestros chorros de leche se combinaron. Ella anticipándolo abrió la boca y sacó la lengua. La foto que ellos me habían mostrado estaba ahora frente a mis ojos en la vida real, con la diferencia de que esta vez era yo uno de los autores.
Le tomamos una foto a su cara para conmemorar la ocasión y así fue como pasé de tener unas aburridas vacaciones a una de las experiencias que marcaron mi vida para siempre.

- Los amo chicos.- Dijo Romina mientras nos daba un beso a cada uno.- Ustedes son mis machos.

Nos vestimos ya que quedamos en ir a almorzar a algún restaurante, pero sin duda el resto del viaje estuvo lleno de placer, sexo, tríos e incesto.

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