A Tamara la encanta desconectar conmigo

Mi buenísima amiga de sexo Tamara, está necesitada de una noche sin los mellizos, ni su pareja, solo divirtiéndose, por lo que se inventó un viaje de trabajo, que en realidad era una cita conmigo en un hotel de estos donde entras directamente al garaje sin que nadie te vea. Cuando salí de trabajar del bar, me dirigí al hotel. Aparque el coche en nuestro garaje y entre a la habitación. Oí ruido en el baño y me dirigí allí. Me encontré a Tamara dentro de un jacuzzi, con una botella de champagne y su copa llena. Me saludo, me acerque a ella, me agache y nos dimos un buen beso. Tamara lleno mi copa, brindamos y, tras beber, volvimos a besarnos.
Tamara llevaba un bañador blanco, con rayas finas azules marinas, los tirantes se ataban en la espalda y tenía un escotazo redondo, por donde se veía el interior de sus pechos redondos. Comencé a besarla el cuello, mientras me decía que tenía muchas ganas de verme. Mi mano fue acariciando desde su cuello hasta sus pechos. Yo no llevaba bañador, por lo que me desnudé y me metí en el jacuzzi con ella.
Mientras me metía, Tamara no perdió la oportunidad de acariciarme la polla. Me senté y Tamara se sentó dándome la espalda, entre mis piernas, con su culo ancho rozando bien mi polla. Rodee su cintura con una de mis manos y con la otra mantenía la copa de champagne, con la que brindamos, antes de volver a besarnos.
La pregunte que tal estaba y estuvimos un rato charlando sobre lo poco que su pareja le ayudaba en casa con los mellizos y como estaba hasta arriba de trabajo y por eso necesitaba esa noche de tranquilidad y sexo conmigo. La deje desahogarse hasta que se quedó mirándome y sonriendo. Solté mi copa y pasé mis manos por sus muslos, mientras volvía a besarla el cuello y a decirla que desde ese momento la tocaba solo pensar en cosas que significaran follar.
Empecé a besarla el cuello y ella paso una de sus manos por mi cabeza, mientras soltaba pequeños suspiros. Mis manos fueron subiendo desde sus muslos, pasando por su tripa y acabaron en sus pechos, acariciándolos. Tamara giro la cabeza y nos empezamos a besar.
Tamara se giró, se colocó a gatas en el jacuzzi y nos seguimos besando. Mis manos seguían acariciando sus pechos y ella agarro mi polla y me masturbo. Cuando la tuve dura, se inclinó y comenzó a mamármela bajo el agua. Me acabe estirando un poco, para que mi polla sobresaliera del agua y me la pudiera mamar más tranquila y a fondo. Mis manos acariciaban sus pechos y su cabeza.
Tamara volvió a masturbarme y nos besamos, sin dejar de agarrar sus pechos. La hice sentarse de rodillas sobre mí y la besé el canalillo abierto que llevaba. Apretaba sus pechos, con mis manos, para lamer el canalillo que se la formaba. Pase una mano a su espalda y tire del nudo, desabrochándolo y haciendo que se soltara y cayera el bañador a la cintura, dejando sus pechos redondos y carnosos al aire. Comencé a acariciar sus gordos pezones con mis pulgares, mientras nos besábamos. Seguí acariciándolos, mientras lamia los laterales de sus pechos. Finalmente la comí sus pechos, disfrutando de lo carnosas que eran. Tamara no paro en ningún momento de masturbarme.
Me puse de pie y comencé a golpear la cara de Tamara con mi dura polla. Esta empezó a reírse y, de golpe, la metí en su boca, follándosela bien dura. Ella acariciaba mis huevos y mis piernas, mientras yo no descansaba. Mi polla comenzó a chorrear babas de Tamara, que no era capaz de tragar por la velocidad a la que la follaba la boca.
Me senté y pedí a Tamara que se pusiera de pie. Le acabé de bajar el bañador, quitándoselo, y comencé a comerla el coño, agarrando y azotando su ancho culo. Mi lengua jugo primero con su clítoris, para luego meterse bien a fondo de su jugoso coño. Cuando Tamara me aviso de que iba a correrse pare de comérselo. La di un azote bien fuerte y la di un condón. Se coloco a gatas y me lo puso con su boca, mamándomela un poco antes de hacerlo. Con el condón puesto, me masturbo y me comió los huevos, mirándome con cara de estar pasándolo muy bien.
Tamara se sentó sobre mí, se metió mi polla en su empapadísimo coño y comenzó a cabalgar. Me rodeo el cuello con sus manos y las mías agarraron sus muslazos. Nos besábamos bien calientes y ella no paraba quieta ni un momento. Cada poco, agachaba la cabeza y la devoraba los pechos. Tamara apretaba mi cabeza contra ella y se movía más rápido, de lo cachonda que la ponía sentir mi lengua en sus pezones, o mi boca succionando sus pechos. Cuando se corrió soltó un largo de gemido.
Tamara se metió mi polla en su culo y se la metió hasta el fondo, cabalgando y gimiendo como una loca. Yo seguí disfrutando de sus carnosos y redondos pechos y le decía que me encantaba verla tan feliz. Tamara se giró y seguí follando su culo, mientras acariciaba sus muslos y pechos. Esta giro la cabeza y nos volvimos a besar. Una de mis manos acabo en su coño, masturbándola, mientras la follaba su culo.
Coloque a Tamara a gatas en el jacuzzi y esta puso sus manos en el borde de este. Volví a azotar su culo y me agaché para darla un par de mordiscos en sus gordos glúteos. Pasé mi polla por su culazo y lo metí entre sus piernas, clavándoselo en el coño. La folle bien duro, mientras la azotaba sin parar. Tamara no paraba de pedirme que la follara más y más fuerte y yo cumplía sus órdenes. Me eche sobre su espalda y baje el ritmo de las penetraciones. Nos besamos y agarre sus pechos, mientras iba subiendo la velocidad de las penetraciones, poco a poco.
Volví a meterla en su culo y se lo follé bien fuerte. Agarre su pelo y tire de él, mientras la decía al oído lo que me ponía lo zorra que era y que me encantaba que se inventara todo tipo de excusas para quedar conmigo. Volví a ponerme de rodillas y seguí follando su culo, bien duro. Mis manos azotaban su culo y esta gemía sin parar.
Me volví a sentar y Tamara lo hizo de nuevo sobre mí, de rodillas. Se metió mi polla en su coño y follamos, mientras nos besábamos y acariciaba sus pechos. Tamara no paro de moverse hasta que se corrió. Entonces me puse de pie, me quité el condón y Tamara me hizo una mamada maravillosa y profunda, hasta que me corrí en su boca. Esta no saco mi polla de su boca, tragando todo mi semen y dejándomela bien seca. Tras esto, me la siguió lamiendo y masturbando.

Nos volvimos a sentar juntos en el jacuzzi y nos besamos y acariciamos, hasta que sonó el teléfono de Tamara. Era el personal, por lo que se puso una toalla y fue a cogerlo, pues suponía que era su pareja. Era él y estuvo un rato hablando con él, mientras yo seguía en el jacuzzi. Cuando esta colgó, volvió al baño y se arrodillo al lado del jacuzzi, nos besamos, metió su mano en el agua y volvió a masturbarme. Sin dejar de hacerlo, me dijo que había que pedir de cenar. Volvió a la habitación y llamo al servicio de habitaciones para pedir un par de hamburguesas. Mientras lo hacía, yo Sali del jacuzzi, me sequé y fui a la habitación. Me coloque en su espalda y la bese el cuello y restregué mi polla dura en su culo ancho.
Cuando colgó, Tamara me dijo que tardarían unos 20 minutos y que nos daba tiempo a comer algo antes. Nos tumbamos en la cama e hicimos un maravilloso 69. Mi lengua jugueteaba en su coño a varias velocidades, mientras apretaba y azotaba su culazo. Tamara me la comió sin descanso y bien despacio, sintiéndola a fondo en su garganta. Tamara se corrió antes que yo. Mientras ella seguía mamándomela, mi lengua jugaba con su clítoris. No dejo mi polla libre hasta que me corrí. Se tumbo a mi lado y nos besamos y metimos mano, hasta que llamaron con la cena.

Durante la cena charlamos y nos besamos. Tras un rato de charla, Tamara se fue al baño. Cuando salió de él, se quedó bajo el marco de la puerta, con sus manos apoyadas en los laterales y llamo mi atención con un sensual, ¿me queda bien? Al verla me quede impresionado de lo sexy que iba, con una bata larga negra, de manga corta, con un sensual encaje por donde se veían sus pezones. Iba atada con un nudo justo debajo de sus pechos y tenía un precioso escote en v, mostrando el interior de sus pechos.
Me levanté y me fui hacia ella. La cogí de la cintura y nos besamos. Mis manos acariciaron sus pechos, tapados, y los movía suavemente sintiéndolos bien carnosos y redondos. Agaché la cabeza y comencé a morderla los pechos, mientras mis manos bajaron hasta su culo. El tacto de la bata con el encaje me estaba poniendo atacadísimo. Metí mi cabeza por el escote de la bata y la besé el interior de los pechos, mientras la desabrochaba el nudo. Se abrió su bata y comencé a besar entre sus pechos. Con mi cara, aparte la bata de sus pechos, volviéndoselas a comer y acariciar con una mano, mientras con la otra seguía acariciando su culo.
La lleve a la cama y la tumbe. Me eche sobre ella y nos seguimos besando, mientras acariciaba sus pechos y muslos. Fui besando su cuerpo, mientras bajaba. Bese sus pechos y su tripa, hasta llegar a su coño. Tras unos besos, comencé a comérselo. Puse sus piernas en mis hombros y se lo comí bien rápido, mientras acariciaba sus muslazos. Una de mi mano se estiro para agarrar sus pechos. No pare hasta que esta se corrió.
Me coloqué de rodillas entre sus piernas, me puse un condón y metí mi polla en su coño. Agarre fuerte sus muslos y ella me rodeo la cintura con sus piernas. Comenzamos a follar suave, metiéndosela hasta el fondo y mirándonos fijamente con cara de gozar mucho. Coloque sus piernas sobre mis hombros y la folle más fuerte. Apretaba fuerte sus muslazos y la besaba los pies.
Me tumbe sobre Tamara y seguimos follando. Volvimos a besarnos. Una de mis manos seguía con su muslo y la otra acariciaba sus pechos. Cuanto más fuerte la metía la polla, más fuerte apretaba sus tetas. Me coloque de rodillas con su pecho entre mis piernas. Pase mi polla por ellos, sintiendo sus duros pezones. Subí un poco más y golpeé su carita con mi polla.
Me tumbe en la cama y Tamara se sentó sobre mí. Comenzó a cabalgar y sus pechos se movían que daba gusto. Mis manos estaban en sus muslos y fueron subiendo por su cuerpo, hasta llegar a justo debajo de sus pechos. Los agarre por debajo, haciendo su forma redonda y acaricie sus pezones con mis pulgares, notándolos bien duros. Tamara se inclinó sobre mí y la comí los pechos, mientras acariciaba su culo.
Coloqué a Tamara a gatas en la cama y me puse de rodillas tras ella. Subí su bata, para poder meter mi polla en su culo y follárselo. Desde el principio se lo folle duro y lo azote fuerte, tal y como ella me pedía. Me eche sobre su espalda y nos besamos, mientras acariciaba sus pechos. Tamara no paraba de pedirme que la follara más duro. Aprete su cabeza contra la cama, lateralmente, y la di bien fuerte por su culo, haciéndola gritar fuerte. La volví a tumbar, mirando hacia arriba y me eché sobre ella follando su coño, hasta que se corrió nuevamente.
Me tumbe yo en la cama y Tamara se sentó sobre mí, dándome la espalda. Se metió mi polla en el culo y se movió en círculos, con ella metida hasta el fondo. Mis manos estaban en su cintura y acabaron subiendo, hasta agarrar sus pechos. Jugué con ellos y estiré sus pezones. Solté una mano de sus pechos, para apoyarla en la cama e incorporarme un poco. Nos empezamos a besar y seguía acariciando sus pechos. Mi mano acabo bajando hasta llegar a su coño, y se puso a jugar con su clítoris.
Me corrí dentro de su culo y Tamara se colocó a gatas, en la cama, con su ancho culo hacia mí. Me quito el condón y me hizo una mamada limpiándome la polla, mientras yo seguí jugando con su clítoris. Tamara no paro la mamada, poniéndomela de nuevo bien dura y yo comencé a masturbarla entonces. Ninguno paro, hasta que ambos nos corrimos, casi a la misma vez.

Tamara se tumbó a mi lado y estuvimos besándonos y charlando un rato. Se la notaba muy relajada y no solo por el sexo, pues saber que sus mellizos no iban a ponerse a llorar y ponerla de los nervios, la relajaba más aún. Mi mano comenzó a jugar con sus pezones y cuando estuvieron duros, comencé a besarlos, lamerlos y morderlos. Mi mano bajo a su tripa y la acaricio, antes de bajar del todo para meter mi dedo corazón en su coño y masturbarla.
Tras un rato, masturbándola, besándola y jugando con sus pezones, me puse de rodillas entre sus piernas y la comí el coño, sin descanso, hasta que se corrió en mi boca. Volví a tumbarme a su lado y nos besamos y acariciamos hasta que nos dormimos.

El despertador de Tamara nos despertó. Nos sonreímos y comenzamos a besarnos, tras darnos los buenos días. Mi polla estaba bien dura, como todas las mañanas, y Tamara no tardo en agarrarla y comenzar a masturbarme. Se puso a gatas y comenzó a mamármela. Acaricie su culo, antes de empezar a masturbarla.
Tamara me dio un lametazo a mi polla, de arriba abajo, y me dijo de ir a darnos una ducha. Me llevo al baño, agarrada de la polla. Mientras se calentaba el agua, nos besábamos, acariciaba su culo y ella me masturbaba. Acabo arrodillándose para volver a mamármela un poco, antes de entrar a la ducha. Bajo el agua volvimos a besarnos y nos masturbamos el uno al otro.
Me arrodillé y la comí el coño, no solo mojado por el agua. Mis manos acariciaban fuerte su ancho culo y Tamara apretaba mi cabeza contra su coño. Me levante y Tamara fue la que se agacho ahora, para volver a hacerme un mamadón. Yo acariciaba su cabeza y esta se la metía entera en su bocaza. De vez en cuando, me masturbaba y me comía los huevos.
Tamara salió de la ducha y volvió con un condón. Se arrodillo nuevamente y me lo puso con su boca. Se levanto y nos besamos. Levante una de sus piernas, metí mi polla en su coño y comenzamos a follar contra la pared. Mi otra mano acariciaba sus pechos y se los comía cada poco.
La gire y la coloque mirando la pared. Metí mi polla en su coño y la seguí follando. Una de mis manos seguía jugando con sus pechos y la otra azotaba su culo. De vez en cuando la agarraba del pelo y tiraba de él. Tamara comenzó a gemir y a pedirme que la follara fuerte. Comencé a hacerlo y no pare de follarla fuerte, hasta que soltó un fuerte gemido al correrse. Entonces cambié y la empecé a follar el culo. Le agarre los pechos fuerte y se la metía hasta el fondo.
Tamara se arrodillo, me quito el condón y empezó a hacerme un mamadón nuevamente. Cuando iba a correrme, saqué la polla de su boca y comencé a golpearla la cara. Me masturbe, con Tamara esperando mi semen con su boca bien abierta. Cuando me corrí, cambie la dirección y la eche todo mi semen por su cara. Esta se reía, mientras restregaba mi polla por sus labios. Al final la metí en su boca, para que me la limpiara a lametazos. Tamara se levantó y comencé a extender mi semen por su cara, restregándosela con mi mano, mientras le decía que esa era la mejor crema. Nos besamos y terminamos de ducharnos.

Nos vestimos y salimos del hotel con nuestros coches, yendo a desayunar a un bar cercano, antes de que Tamara se fuera a su trabajo.

0 comentarios - A Tamara la encanta desconectar conmigo