Me desvirgaron virtualmente a la papayuuki
Siempre que publico un relato suelo estar muy excitada. A veces me quedo a ver cómo sube el contador de visitas (sé que muchos me leen, pero no se animan a compartirlo), a leer los comentarios, si los hay, los chats, y todo eso me pone más alzada! Por ahí el día que posteo puede coincidir con una pelea con mi novio, o que ande un tanto desatendida, como el viernes pasado...
Mis amigas y mi novio habían salido (yo vivo con ellas, y nuestros novios siempre vienen y es medio como la casa de ellos también).
Yo me quedé porque me dolía la cabeza. Me tomé una aspirina y un vaso de coca, y como estaba sola Así que me puse a responder algunos mensajitos, que más que nada eran "piropos puercos" onda:
"Ya quiero violarte putita... Romperte ese culo y llenártelo de leche...", etc. Lo cual no me molesta; me gusta el sexo duro y dominante; el macho reo.
Pero hubo uno que me descolocó, porque se salía totalmente de esa línea. Fue diferente, no sé, como que me chistó, me dijo algo bonito, me agarró de la mano, y me llevó al chat.
Acepté con curiosidad. Con la arrechura que sentía sabía que no iba a poder hablar de otra cosa que no fuera de pija, pero tampoco quería quedar tan puta y fácil, así que traté de disimular lo mejor que pude.
Chateé con algunos chicos (bastante cagones por cierto) pero nunca había hecho un chat hot.
Lo consideraba... digamos improbable, porque escribís o te pajeás, ¿qué no? Sino ¿cómo hacés? Pero a medida que este tipo me chamullaba, me iba mojando más y más. Me estaban por coger virtualmente por primera vez y ni me lo imaginaba. Y fue tan real!... O yo estaba demasiado arrecha, no sé. Pero dicen que la mente no distingue la realidad de la ficción...
Entré a su casa, y me empezó a acariciar el ego con una lengua de poeta que recorría mi espalda, mi cuello, mis pezones... "Hermosa...", "Me encantan tus relatos...", "Princesa", "Diosa...". Me dijo que por lo visto me gustaba mucho "lo salvaje" (creo que se refería a la pija) pero lo que yo realmente buscaba era amor... Me habló de mimos y cariño, y me imaginé sentada en su cama, dándonos besitos esquimales y piquitos (me gustan mucho ese tipo de afectos). Me dijo que me iba a dar amor pero también sexo duro, en sus justas medidas, que son mitad y mitad.
Como calentarme bien a besos en algún lugar público, y después hacerme petearlo detrás de algún árbol, o llevarme a una construcción y pegarme una de esas cogidas rápidas y furtivas.
Cada uno de sus párrafos me hacía hervir la sangre, y yo me iba desvistiendo en mi cama como en un strip poker.
Me preguntó qué me gustaba, y no me animé a decirle que me encanta chuparla y que me ordenen. Siempre arranco así. Primero me hago la que nunca vi una pija, la que no sabe bien qué hacer. Si es grande se los digo, eso les gusta (aunque nunca vi una más chica que mis diez centímetros, parada). No la beso porque no me inspira amor. Se que por más "amor" que haya, igual me la van a meter a la fuerza por la boca y por el culo, y no les va a importar mi molestia ni mi dolor. "Es el estilo del mundo...", diría una amigx. Yo siempre la huelo. Soy medio animal en el sexo; me gusta el olor a pija, a macho. Después la lamo, uso mucho la lengua, mientras voy arrimando el culo a sus manos...
En lo mejor que me estaba imaginando esa verga, escucho llegar a mi novio y a mis amigas (!), entrechocando envases de cerveza, y gritando y riendo. Me tapé rápido con la sábana porque estaba en ropa interior. Y por si ya no podía seguir, le dije a mi "interpajeador" lo que pasaba. Le conté que mi novio sabe que tengo un perfil aquí, y que me excito escribiendo y leyendo relatos, comentarios de mis puercos del chat, como él los llamo despectivamente. Pero que no lee nada de lo que escribo porque no le gusta.
Y me dijo:
_"Yo te sentaría arriba mío, y te haría leer todo lo que escribiste, mientras te beso el cuello... Y sentís como me vas excitando con cada detalle...".
Ay... ¡Eso me hizo hervir la panocha!
Sólo por esa frase, que me hizo imaginarme Cojermelo en pleno dirécto así como estaba, en bombacha y corpiño (quizás con unos anteojitos de intelectual ingenua), sentada sobre su pija dura, leyéndole (!), decidí entregarle el culo inmediatamente. No podía, obvio, pero estaba tan hipnotizada que realmente sentía que estaba ahí con él.
Me mandó una foto de su verga rezumante con este comentario:
_"Aquí te sentarías a leerme, mirá..."
Tragué saliva. Se la quería comer!!! tomarme su leche, todo lo que él quisiera!!!
En eso apareció mi novio en el umbral de la puerta, y al ver que yo no despegaba la mirada del celular, se volvió al comedor.
Se lo conté al del chat. El corazón me hacía temblar las tetas.
La interrupción hizo que propusiera dejarlo para otro momento, y le clavé las uñas en el pecho.
_"NO!!! AHORA!!!", escribí en un grito.
No me podía dejar así. Le pedí que siga, que me hable de mis relatos si quería, no sé. Le gustó que fuera tan sumisa con el, que me metiera voligomas en el culo de chica, y que me cogieran en el monte, sobre el capó de un auto, y me hicieran acabar como a una zorra.
Me preguntó cómo era en la cama. Todo el tiempo me hacía preguntas que eran como cubitos de hielo sobre mi sexo ardiente. Y le dije ya sin vueltas, y para que me tome de una vez, que era una arrecha sumisa. Y que con sus modales seguro me hacía su perrita.
(Qué puta!!!).
Pero funcionó el empujoncito, porque me dijo:
_"Otras veces podríamos ver una peli, mientras me chupás la pija y yo te agarro del pelo. Me sacás toda la leche, y nos besamos. Y te digo: ¡Qué putita sos...!".
Escuchaba las risas de mis amigas y me chupaba mis propios flujos, mordiéndome el dedo de la ansiedad. Mi novio estaba en el comedor y yo se la estaba chupando a un tipo en su living, vaya a saber dónde.
Me destapé porque empecé a transpirar, la adrenalina me quemaba el cuerpo:
_"Sí, te la chupo... Te la RE chupo... Soy tu putita...", escribí entre jadeos.
_"Eso sí. No puedo evitar morder. ¡Me encanta! Te mordería los labios, el cuello, los pezones, la cola...".
Abrí los ojos como si me hubiese clavado una dentellada en el culo. ¡A mí también me encantaba morder! Porque soy posesiva, como dice mi psicóloga. ¡Y éste era otro posesivo!
Volví a estar en su living y le mordisqueé la pija, con la presión justa de una advertencia. Para que sepa que esa verga ahora era mía.
Ahí me tiró del pelo y me dijo:
_"No me mordás tan fuerte, o te quedás sin leche...".
Ay, casi pego un grito... Qué poeta hijo de puta!! Solté el celular y me agarré las tetas, me apreté los pezones, y me toqueteé mi cosita que sonaba como un juguetito húmedo.
Me pegó pijazos en la cara, y me dijo que no grite, porque me iba a escuchar mi novio.
La verdad, ¡me importaba un carajo mi novio! Si entraba y me veía prendida de la verga de este sátiro, me iba a tener que arrastrar de los tobillos para que la suelte.
Se la empecé a lamer como una perra. Me la metió hasta la garganta, me retorcí de placer y mi cama crujió. Me volví a tocar. Estaba REEE mojada!
Le dije que por favor no me deje enfriar, que me mantenga así, calentita...
Me dijo que si dejaba a mi novio y me iba a vivir con él, no me iba a faltar pija ni leche ni mordidas.
Le dije que no me saque del ahora, que quería acabar YA!!!, o hacerlo acabar a él. Que me diga qué hacer, qué decir, no sé... ¡Estaba desesperada! No podía creer que me podía excitar así con un chat!
Me dijo que le ruegue que me haga su puta, que le ruegue que me haga acabar en mi cama, y que me deje el culito bien lleno de leche.
_"Haceme tu puta...", le rogué temblando, "Llename el culito de leche, por favor...".
Me dijo que le bebotee, como una gatita que pide por su macho.
Pensé en los gatos. El gato siempre muerde a la gata en la nuca cuando la coge. Para que no se escape. Por eso grita, de placer y de dolor.
De repente él estaba sentado frente a su computadora, y yo aparecí en el umbral de la puerta de nuestra pieza; descalza y con mi ropa interior mojada, mis orejitas de gatita, y mi plug anal con cola bien metido en el culo. Con mis ojos verdes sombreados a lo egipcio, y hasta la naricita pintada de negro. Y mis labios y uñas de rojo, porque me dejó claro que es el color que más le gusta, y el único que me permitiría usar.
Le maullé porque las gatas no hablan.
_"Miau...".
Me llamó con la pija:
_"Vení yuuki... Venga mi gatita...
Venga a tomar su lechita...".
Fui en mis cuatro patitas, a lamer la verga de mi nuevo amo.
Me acarició el pelo, y me dijo que ahora iba a ser la gatita más feliz del mundo, porque él no me iba a dejar nunca más.
Seguí chupando, porque de verdad quería mi lechita, mi alimento.
_"¡Qué rico...!, ¿no, gatita?...
Lameme las bolas...".
Obedecí, como la putita entrenada que soy, moviendo de a ratitos mi colita plug anal.
Me pegó un chirlo en el culo que me lo dejó colorado. Y le lamí desde los huevos hasta la panza.
Me preguntó si era una gatita buena, y le dije que no, que era mala. Me dijo que ya lo sabía, y que por eso me iba a coger bien duro. Y me apretó fuerte los pezones con sus dedos.
_"¡Ayyy!"
_"¿Ya está bien mojada mi gatita?..."
Mi corpiño y mi tanga eran una sopa. Estaba muy caliente y muy mojada. En mi cama había un inconfundible olor a puta infiel...
Le dije que no daba más. Que por favor me coja, que me coja YA!!!!
_"¿Cómo me querés?, ¿en cuatro?, ¿en el suelo?. ¿arriba tuyo?... ¡Decime!...".
Nunca había rogado por una paja... Estaba entregadísima, fuera de mí.
Me dijo que me suba encima suyo, porque a él le gustaba ver la cara de placer de las putas que se cogía.
Me saqué la bombachita y me subí como me ordenó, de frente, apoyando mis brazos en sus hombros. Me agarró del orto y me hundió el plug con los dedos. Lo besé y le lamí la cara como una gatita. Se sacó la remera y me empezó a chupar las tetas y el cuello, mordiéndolos. Inevitablemente le restregué toda mi excitación en la panza. Le pedí perdón, y me dijo que no importaba, que esa era la marca del celo de su gata. Me volvió a chirlear el culo, y empezó a tirar despacito de la cola del plug. Cuando lo sacó, me puso la pija en la puerta del orto, y me la empezó a restregar para hacérmela desear más.
_"Metemelá, por favor...", le rogué entre ronroneos.
Empecé a maullar mientras restregaba el culo en esa pija, poniéndole cara de gatita afligida:
_"Miau... Miau... Miau...".
No me la metía. Quería que me vuelva literalmente loca.
_"Por favor... Estoy mojadísima... ¿Qué querés que haga? Sólo decilo. ¿Me pongo en cuatro? ¿Maullo más? ¿Como 'whiskas' del platito??"
Le dije eso porque toda esta situación me recordó a una vez que Diego llegó con dos de esos platitos para agua y comida, una bolsita de alimento balanceado, y una correa. Mi cachorro ya tenía todo eso. Pero me dijo:
_"No. Esto es para vos...".
Algunas de esas noches, que me escapaba de mi casa para estar con él, me ponía la correa y me llevaba gateando hasta los platitos, llenos en el suelo, y me ordenaba:
_"Comé...".
El "cyber-culeador" me metió la cabeza de su verga y dejó que yo me la hunda solita, despacito, hasta comérmela toda. Suspiré. Me metió mano adelante y me hizo chupar mi propio semen de sus dedos. Cerré los ojos tirando el cuello para atrás. Podía sentir esa pija... Te juro que la podía sentir...!!!
Me contoneé, y empecé a acelerar el ritmo cada vez más. Se dió cuenta que me estaba aguantando las ganas de acabar, porque soy una gatita precoz. Así que me dijo al oído:
_"No te aguantés putita, acabá todas las veces que quieras..."
Me empecé a mover más rápido, a gemir y a pegarme sentones más fuertes, mientras él me mordía toda: las tetas, los hombros, el cuello...
_"Sí, mordeme!!!! Que sepan que tengo un macho posesivo!!!!".
Paró. Me agarró de los hombros y me preguntó:
_"¿No te da vergüenza andar marcada?..."
_"No. Porque me hago la gauchita pero en la cama soy RE sumisa...
Y en el suelo también, y en la silla, y en el auto, y donde quieras...".
_"Fuaaaa! ¿Sabés lo que daría porque fueras mía?..."
_"Ya soy tuya. Te chupé la pija, me arrastré disfrazada de gatita para vos, con mi novio en el comedor!!! Y ahora me estás RE cogiendo... Ya soy tu mujer. Sólo quereme y tratame bien. Como ahora".
Me apretó el culo con las dos manos, y me lo abrió un poco, acomodando la pija.
_"¡Amo tu culito, gatita hermosa!"
_"¿Y dónde me vas a acabar? ¿En mi colita de gatita o en mi hociquito??..."
_"Elegí vos dónde querés la leche".
Ni la pensé...
_"En el culo".
Tragar leche también es especial. No cualquiera lo hace. Pero siempre peteás, aunque sea para que te dejen de joder. Pero cuando te hacen el culo, y te acaban adentro, te hacen verdaderamente suya, como dice Nico.
_"Dale putita, mové ese culo, sacame toda la leche...".
Me empecé a mover de nuevo, frotándome con la almohada, abrazándola con las piernas como cuando era una adolescente y soñaba que me poseía uno de estos machos pajeros.
Quería que él acabe primero. Me agarró del pelo y me tiró la cabeza hacia atrás para comerme las tetas; me volvió a mordisquear los pezones, me chirleó el culo, y, sin soltarme, me volvió a dar de tomar mis flujos. Tenía la boca reseca, así que le chupé los dedos con ganas, se los relamí, y sentí ese conocido latir de una poronga previo al lechazo. Presioné el culo contra su pija, y sentí las cosquillitas en el ombligo cuando te burbujea la leche adentro.
Le acabé encima, y caí rendida sobre él, rodeándole el cuello con los brazos. Nuestros cuerpos se pegotearon con mi leche, y mi culo con la suya. Me besó. Y cuando abrí los ojos y agarré de nuevo el teléfono, había una foto de un lechazo de seis descargas sobre su escritorio, y un montón de gotitas alrededor.
_"Te lo ganaste, putita!", decía.
Volví a cerrar los ojos y lamí la pantalla del celular, retorciéndome de placer al imaginar que me agarraba de la nuca y me pasaba toda la cara por ese charco, obligándome a limpiarlo con la lengua.
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