La maestra Mariana III

La maestra Mariana III


No pude evitar contemplar por unos segundos la hermosa vista que tenía frente a mí, levante mi mano y con todas mis fuerzas le azote el culo, solo escuche un quejido de dolor que salió de ella, vi como mi mano quedo marcada y sentí remordimiento, por instinto le acaricie el culo, tratando de aliviar su dolor. Sentí de pronto un golpe en mi espalda.
-Daté prisa. Murmuro Leo en voz baja, ya quiero seguir yo.
Prepare mi mano y nuevamente azote, esta vez con menos fuerza. Estaba a punto de correrme, debo admitirlo y, por último le di otra nalgada más.
A continuación, Leo tomo mi lugar, la azoto con fuerza y le estrujaba las nalgas aprovechando la situación.

Por último Omar, ese hijo de puta, termino siendo mas listo que nosotros.
-Maestra, yo tengo una lesión en mis manos, entonces usare algo mas para darle el castigo. Dijo.
-Esta bien. Se limitó a responder en voz muy baja la maestra.
Omar se saco la verga, una imponente verga venuda de 18 cm y golpeo el culo de la maestra.
-Esta bien maestra? ¿La estoy lastimando? Le dijo al darle el primer azote.
-Esta bien, sigue... dijo mientras salía de ella un casi imperceptible gemido.

PLASS!, se escuchó el segundo azote. Esta vez Omar acaricio el culo de la maestra con su verga, dejándolo embarrado de fluidos, todas sus nalgas estaban manchadas.

Al tercer azote hizo algo parecido, pero esta vez apunto al agujero de su culo, y dejo su verga unos segundos, la maestra levando ligeramente la cabeza, mientras un gemido salía de ella, esta vez mas notorio.
De forma inconsciente quizá, levanto mas el culo, ante la mirada incrédula de los tres.

Omar entonces bajo un poco mas su verga y con ella comenzó a rozar el clítoris de la maestra, con movimientos lentos.
Podíamos ver como las piernas de la maestra temblaban un poco, y a estas alturas ya no podía evitar gemir. Aunque intentaba cerrar su boca, era demasiado placer el que sentía.
Por último Omar, puso su verga en la entrada de su conca y se quedó ahí unos segundos. De pronto la maestra se quedo completamente quieta y en silencio, 3,4,5 segundos pasaron y entonces Mariana hizo un ligero movimiento hacia atrás. La verga de Omar se hundió unos pocos milímetros. Para después apartarse completamente.

-Termino su castigo maestra!!
Los tres volteamos a verlo sin entender nada, incluso la maestra, quien agitada y llena de sudor, volteo a verlo confundida.
-Nos tomaremos el resto del día maestra, nos vemos mañana. Dijo Omar retirándose para tomar su mochila y salir del salón.
Nosotros lo seguimos casi corriendo.
-Que diablos fue eso!!!??. Le dije aun con mi erección al tope.
-Como supiste, porque te detuviste?. Reclamo Leo.
-Es una zorra, se le nota el hambre de verga que tiene, pero tengo un plan, parece que será más fácil de lo que teníamos planeados, ella misma será quien nos suplique que la cojamos. Nos dijo.
Esa misma noche, nos reuniríamos en un bar para escuchar su plan.

Al día siguiente, para sorpresa de nadie, la maestra volvió a llegar tarde, como 10 min.
-Chicos perdónenme, les juro que no es mi intención, pero tengo muchos problemas, de verdad les prometo que hare lo posible porque no vuelva a suceder.
Paso directo al pizarrón, puso sus manos en la cabeza y cuando estaba a punto de iniciar con las sentadillas. Omar la detuvo.
-Maestra, tranquila, ya no es necesario que haga eso, estuvimos platicando y entendemos su situación, a partir de ahora puede llegar tarde, no importa, no la reportaremos con el director, así que por esa parte no tendrá que preocuparse.
vimos como una mueca de decepción y tristeza se dibujó en su cara.
-Muchas gracias chicos, sabia que entenderían, aunque no me molesta pagar el castigo, hay que ser justos con las medidas disciplinarias.
-No!. Dije yo esta vez. No es justo para usted maestra, creo que actuamos muy duros cuando usted ha sido muy amable con nosotros.
Solo se limito a agradecernos y continuar dando la clase, esa clase no hicimos chistes ni bromas, nos comportamos como alumnos ejemplares.
Al día siguiente llego puntual, pero esta vez, nos dejo a todos sorprendidos, ya que parecía otra persona, se pintó de rojo los labios, recogió su cabello y utilizaba tacones, nada llamativos ni tan altos, pero debo admitir que solo de verla ya sentía como mi verga se iba levantando.
Dio la clase normal, no podíamos apartar la mirada de ella, de pronto dejo caer su borrador y se agacho para recogerlo, ofreciéndonos una vista impresionante de sus hermosas nalgas, duro unos segundos y se puso de pie.
-Chicos por favor apunten lo que dice el pizarrón. Dijo mientras caminaba entre nuestros pasillos.
Me moría de ganas por darle una nalgada, pero debía ser fuerte y resistir, no podía arruinarlo.
Cuando paso junto a mí, se le cayó su lápiz y se agacho para recogerlo. Leo y yo nos miramos, pero ambos sabíamos que teníamos que seguir el plan. De pronto, aun estando agachada escuchamos.
-Chicos, ya no han visto mosquitos por acá?. Me parece que me esta picando uno… ayuda…
-No maestra, no tiene nada. De inmediato dijo Leo.
Se incorporo y se fue a sentar a su escritorio, se veía frustrada y un poco molesta.
Los días siguientes, fueron algo parecidos al último, finalmente el jueves, al terminar la clase, Leo hablo:
-Maestra, estuvimos platicando entre nosotros y que le parece si mañana pasamos por usted, los viernes mi papá me presta su camioneta, así que, pensando en su economía, se nos ocurrió que podíamos recogerla.
-Harían eso por mí?, se los agradezco chicos, en verdad, no se como pagarles.
-Lo hacemos sin esperar nada a cambio maestra, usted esta muy buena, digo… ha sido muy buena.
Una fugaz sonrisa se dibujó en su boca.
-Por cierto maestra, hay una plaga de mosquitos, quizá quiera traer mañana repelente. Dijo Omar
-Gracias por avisarme, voy a venir preparada.

Los tres llegamos en una pickup de una cabina, tenía espacio solo para 3 personas, la manejaba Leo, yo venia en medio y Omar venia en la orilla.
Esperamos unos minutos y cuando la vimos salir… tuve una erección al instante, llevaba una minifalda, tacones y medias negras, su blusa tenia mas escote que de costumbre.
-Muy buenas tardes maestra, como esta? Dije.
-Muy bien Miguel, gracias.
-Maestra, solo que no hay espacio, solo caben 3 personas, pero no importa yo me voy en la parte de atrás.
-Nooo Miguel, por supuesto que no, ustedes me están haciendo el favor, lo justo es que yo me vaya en la parte trasera.
Omar intervino.
-Maestra, porque no se siente en mis piernas, le molestaría?
-Si, es decir, no, digo no me molesta, esta bien, puedo sentarme en tus piernas. Dijo con un tono nervioso.
Subió y se hizo un silencio incomodo, la mirada de la maestra era al frente en todo momento. De pronto, voltee a ver a Omar, y vi cómo me hacia señas de que me desabrochara el pantalón. Obedeci de inmediato y de forma discreta lo hice, mi verga salió disparada con una erección completa.
-Maestra, perdóneme, pero ya me cansé, ahora le toca a Miguel. Dijo Omar.
-Si maestra, venga conmigo. Dije tragando saliva
En cuanto la sentí sobre mí, sentí la gloria, sus nalgas eran suaves, y su olor eran tan sexy, imposible que no sintiera mi verga entre sus nalgas.
Mi corazón comenzó a acelerarse cuando por el camino, daba pequeños saltos y su culo rebotaba sobre mí. Poco a poco, fui subiendo su falda con mis dedos, cada vez un poco más y más, hasta sentir sus nalgas desnudas sobre mí.
La mirada de la maestra no se apartaba del frente, sentía como su cuerpo temblaba mientras más subía su falda, todo fue un silencio sepulcral, hasta que Leo prendió el radio, eso libero mucha tensión entre todos y aproveche para moverme simulando que bailaba.
-Maestra le gusta el reggaetón? Pregunto Omar,
-Sssii. Respondió tartamudeando un poco.
-Pues vamos escucharlo, pero con una condición, tiene que bailar maestra!!.
Leo Subió a todo volumen la música y la maestra mariana iba moviéndose poco a poco, lentamente hacia movimientos circulares al ritmo de la música. Debido a esos movimientos, mi verga iba acomodándose poco a poco, finalmente sucedió, sentí con la punta de mi verga la entrada de su concha, su piel se erizó, y la mía también cuando noté que no traía tanga, ni nada más puesto.
Me acomodé y poco a poco la fui penetrando, mi verga comenzó a abrirse paso, pero el camino era muy estrecho, sentí como sus uñas se clavaban en mis piernas, pero la maestra no dejaba de ver hacia el frente.
-Baile maestra, ¿o esta aburrida? Dijo Leo
-La maestra volteo a verlo y solo negó con la cabeza, para posteriormente, comenzar a mover sus caderas, en movimientos circulares.
Ya la había penetrado completamente, entonces, la tomé de las caderas y comencé a subirla y bajarla.
-Esta canción se baila así maestra. Dije mientras la hacía dar pequeños saltos sobre mi verga sosteniéndola de la cintura. Era el éxtasis total, por fin me la estaba cogiendo, aunque no como quisiera, pero era un gran avance.
Su respiración era muy agitada, abría la boca y ya tenía los ojos cerrados, podía sentir lo mojada que estaba y lo bien que apretaba. Nunca había sentido tanto placer, pero desafortunadamente no duro mucho. Las palabras de Omar nos regresaron de vuelta a la realidad.
-Llegamos!!!!. Dijo mientras abría la puerta de la camioneta y se bajó, le extendió la mano a la maestra para que se bajara, quien, sudada y con la respiración agitada, se bajó aturdida acomodándose de inmediato la falda. Todos fingimos que nada había pasado.
Ella estaba muy nerviosa y todos nosotros deseosos de cogérnosla, ya no podíamos aguantar más, para romperle ese culo, no podríamos dejar pasar otro día.

3 comentarios - La maestra Mariana III

Ezequiel1605
Waooooooo la neta que estos morros estaban despertando la Zorrilla ita que vivía reprimida dentro de la maestra jeje están muy interesantes los relatos que Chido espero seguir leyendo tus relatos están buenos 👌🏼
Qwertioiejd
Parte 4?🔥🔥
Fecor987
Hoy o mañana la subo 🙂