lo que hace la curiosidad y calentura

En la fiesta a la que mi esposo y yo asistimos la pasamos de lo mejor, aunque a él se le fue la mano bebiendo, y a mí también.

Tan es así que apenas regresamos a casa, el pobre cayó como un bloque sobre la cama, mientras que yo me sentía de lo más alegre, y con muchas ganas de seguir.

Fue cuando me di cuenta de que se me habían terminado mis cigarrillos, y lo único que se me ocurrió fue salir a la calle, y llegarme a pie, a un bar cercano, para comprarlos.

El dueño del bar se me quedó viendo, y después de pagar los cigarrillos de inmediato salí, y prendí un cigarrillo.

Ya me lo iba fumando cuando un auto se detuvo a mi lado, de inmediato el conductor me preguntó cuánto, yo pensé en ignorarlo y seguir caminando, cuando el tipo ese insistió en preguntarme que cuanto, y si era con derecho a todo.

La verdad es que no se si por lo bebida que me encontraba o por bruta, que se me ocurrió preguntarle que él entendía por derecho a todo.



Riéndose mientras que frente a mis ojos sacando un gran fajo de billetes, me dijo. sexo completo 

La verdad es que al escucharlo decir eso, y viendo aquel gran fajo de billetes, lejos de sentirme ofendida al darme cuenta de que el tipo ese me había confundido con una puta, me dio curiosidad, por experimentar que se sentía, eso de ser puta.

Así que de lo más tranquila me he subido en su auto, y apenas arrancó colocó su mano derecha entre mis piernas, sin que yo le dijera nada, y de inmediato comenzó a ir acariciando mi concha

Por lo que mientras él conducía, me decía a mí misma, como me había atrevido a hacer semejante locura.

Pero a medida que el tipo ese seguía acariciando mi concha  por encima de la tela de mis tanga , en lugar de detenerlo y ponerle un alto de inmediato, lo que hice sin decir nada fue que me quité los pantis y abrí mis piernas.




Ya dentro de la habitación, sin yo pedírselo me entregó gran parte del fajo de dinero, que de inmediato metí en mi cartera, aun preguntándome a mí misma que era lo que estaba haciendo.

No sé, pero al tener todo ese dinero en mi cartera, simplemente me comencé a desnudar frente a mi cliente, diciéndome a mí misma. “En ocasiones le has montado los cuernos a tu marido placer, en otras por venganza, y ahora lo hago por dinero, y curiosidad, de ver que se siente ser puta.”



me agaché frente a él, y me he dedicado a mamárselo, pero por relativamente poco tiempo, ya que fue él mismo quien casi me imploró que me detuviera.

Por lo que apenas saqué su miembro de mi boca, nos dirigimos a la cama, en la que me recosté con las piernas bien abiertas.

Su miembro era más o menos similar al de mi marido, o sea nada del otro mundo, pero apenas comenzó a penetrarme me di cuenta de inmediato que en realidad era bien diferente al de mi esposo.



Ya que la manera de moverse, y apretarme divinamente contra su cuerpo de inmediato me hizo sentir algo especial, y diferente.

Su manera de apretarme contra su cuerpo, y el cómo metía y sacaba su verga 

Mientras que yo movía mis caderas como toda una verdadera puta, y le iba diciendo lo rico que me estaba cogiendo, procurando sentir más y más dentro de mí, aquel sabroso pedazo de carne, que me empujaba una y otra vez.

Yo no sé cuánto tiempo estuvimos en esa posición, lo que, si se es que cuando tras sacar su sabroso miembro de mi concha  me tomó por los tobillos, separó mis piernas y salvajemente me volvió a penetrar.

Yo casi me muero, pero de placer, tan es así que me hizo sentir un sin número de múltiples orgasmos, dejándome completamente extasiada, agotada pero deseosa de seguir siendo cogida.

Así que a pesar de lo agotada que estaba cuando él me comenzó a acariciar mis nalgas, yo me dediqué a mamar nuevamente su verga, hasta que se le volvió a tonificar, y sin pérdida de tiempo me la enterró por el culo.





La verdad es que no pensé que me llegase hacer eso, pero a medida que me daba bien duro, una de sus manos se incrustó dentro de mi cocnha  haciéndome sentir un placer salvajemente increíble.

Cuando finalmente se vino dentro de mis nalgas, posteriormente me dio tiempo de entrar al baño asearme y vestirme.

Luego me dejó frente al mismo bar en el que me recogió, al que de inmediato entré a tomarme una cerveza.

Ya estaba por terminar mi cerveza, cuando el encargado del bar, discretamente me preguntó cuanto cobraba.

A lo que le respondí, que eso dependía del cliente y de que deseara, fue cuando de la misma discreta manera me señaló a un grupo de chicos, que estaba buscando pasar una noche divertida.



En ese instante realmente no pensé en el dinero que me podía ganar, sino más bien en el buen rato que podía llegar a pasar en compañía de todos ellos.

Por lo que, sonriendo seductoramente, le pregunté al encargado del bar, donde los podía atender a todos ellos, a lo que él también sonriendo me mostró un reservado, 

Los chicos, esa noche fueron entrando de uno en uno, y me hicieron casi de todo, , pero quien realmente me hizo sentir como toda una puta, fue con el encargado del bar.









Cuando llegué en la madrugada a casa, mi esposo todavía roncaba, por lo que me di un buen baño , me di cuenta de que, aunque actué como una puta, no me sentía ser una., pero me calento mucho todo 
lo que hace la curiosidad y calentura


La verdad es que como no lo hice por necesidad, sino por curiosidad y por dinero, y lo disfruté mucho, tanto que estoy pensando en volver ir al bar cuando mi esposo se vuelva a emborrachar.

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