Esclava de su patrón (4)

Don Javier salio de casa de pedro con laura a su lado, ambos se subieron al coche de el viejo, que era una camioneta de ciudad, grande y nueva, y arrancaron. La noche ya había entrado de lleno y algunas gotas de lluvia comenzaban a caer. El departamento de don Javier estaba un poco lejos, y con el transito, seguramente que tardarían más tiempo en llegar, de manera que el subió los cristales de su coche, que eran ahumados, se puso cómodo en el asiento del conductor, y le ordeno a laura:

como el viaje va a ser un poco largo putita, quiero que te encueres, te recuestas en el sillón y me mamas la verga, pero con suavidad y muy despacio pues no se trata de venirme en el camino, solo quiero hacer el viaje un poco mas placentero para mi.

Laura dudo por una fracción de segundo pues nunca se había encuerado ni se la había mamado en el coche, de hecho nunca se había subido a su coche y le dio cierto temor de que la vieran desde la calle a pesar de los cristales ahumados, pero de inmediato el instinto la hizo obedecer, se quito el vestido y se echo boca abajo sobre el sillón poniendo se cabeza entre la entrepierna del viejo y el volante, saco la verga que estaba totalmente flácida y se la metió a la boca.

bebito precioso –le dijo laura a la verga del viejo- te voy a mimar durante todo el viaje para que no se te haga tan largo.

Don Javier puso un disco con música tranquila, encendió un cigarro, y manejo tranquilamente mientras con la mano derecha le agarraba las nalgas a laura y le metía un par de dedos en el culo mientras ella se retorcía por el placer a la vez que paraba un poco mas el culo para que el pudiera maniobrar a su gusto.

Don Javier era un hombre con suerte. A pesar de ser casi analfabeta había resultado muy bueno para los negocios y desde muy joven comenzó su carrera comercial con diversos artículos y muy pronto salio de la pobreza en que había vivido su niñez y su adolescencia. Había trabajado mucho, y ahora en su edad madura podía darse todos los lujos que quisiera y podía tener todo lo que se le antojara, y con ese poder que da el dinero, manejaba todo su entorno a su conveniencia y nadie le podía negar nada.

Después de enviudar quince años atrás, no encontró ninguna mujer que lo convenciera para volver a casarse y el no tenia ninguna urgencia por hacerlo, su única necesidad real era la satisfacción sexual porque siempre desde muy joven había sido un semental insaciable para el sexo y hasta la fecha era capaz de hacer el amor mas de una vez al día durante todos los días, y esta necesidad la mitigo siempre con mujeres bien dispuestas a satisfacerlo por dinero o por conveniencia, sin que se tratara de prostitutas profesionales, de manera que satisfecha esta necesidad, no había razón para casarse nuevamente pues era muy difícil que el pudiera volver a enamorarse.

Antes de laura, don Javier había tenido a varias mujeres de manera similar, obligándolas por necesidad a ser sus putas particulares y a todas las había gratificado generosamente antes de despedirlas cuando se cansaba de ellas. Pero laura tenia algo especial, era sin duda la mejor de todas las que había tenido, para comenzar, era la mas hermosa y la mas joven de todas, tenia un cuerpo esplendorosamente bello que ni ella misma se daba cuenta de eso, y con las ropas que usaba, los demás tampoco lo apreciaban, pero el, que la veía desnuda y que sabia apreciar la belleza femenina, sabia que habría muchas modelitos jóvenes y no tan jóvenes que darían lo que fuera por tener un cuerpo como el de laura.

Y por otra parte, laura se había acoplado perfectamente a el, parecía tener un instinto especial para satisfacerlo, y su sumisión era casi completa, solo faltaban algunos detalles para que el lograra dominarla por completo, pero el terminaría ese trabajo, y sabia que al final tendría a su disposición a la mujer mas hermosa que el hubiera visto y dispuesta cien por ciento a hacer cualquier cosa que el le ordenara, sin voluntad propia y sujeta a la voluntad de el.

ya vamos a llegar –le dijo el viejo a laura sacando violentamente el dedo de su cola- ponte el vestido.

Ella obedientemente le dio un último beso a la verga, se sentó y se puso el vestido. Vio por la ventanilla que se encontraban en uno de los barrios mas lujosos de la ciudad, se acerco a el y metió a su bebe en la bragueta mientras le besaba la oreja al viejo. Este se metió con el coche al estacionamiento de un edificio bonito de ocho pisos, tomaron el elevador y subieron a la ultima planta en donde había un solo departamento que ocupaba todo el piso, y entraron en el.

Laura se quedo pasmada al ver la amplitud y el lujo que imperaba en ese departamento, desde el piso, las paredes adornadas de cuadros y los muebles, eran de un lujo que laura solo había visto en películas, estaba tan ensimismada que aun no se había encuerado como era su obligación siempre que estaba sola con don Javier.

¿Qué esperas puta? –le dijo el viejo dándole una nalgada.

Perdone usted don Javier, es que estaba admirando su casa –contesto laura quitándose rápidamente el vestido.

Vamos para que la admires toda –dijo el viejo tomándola por la cintura.

Y la llevo a recorrer todo el departamento dejándola con la boca abierta con todo lo que veía. Después se sentó don Javier en el sofá principal de la sala y le ordeno que sirviera una cuba para cada quien, laura obedeció reponiéndose ya un poco del impacto de estar en ese lugar tan lujoso, sirvió los tragos y regreso junto al viejo sentándose en sus piernas. Bebieron lentamente mientras el la manoseaba con una mano.

tengo mis pies muy cansados –dijo el viejo estirando las piernas.

Laura entendió de inmediato lo que quería su patrón, dejo su vaso sobre la mesa de centro y se hinco a sus pies, le quito los zapatos y los calcetines y comenzó a sobar con sus suaves manos los sudados y apestosos pies del viejo.

espera un poco –dijo don Javier levantándose- primero quitame toda la ropa.

Laura lo desnudo poco a poco empezando por la camisa y después los pantalones, ya que el no usaba calzones, y mientras lo hacia le besaba cada parte de su cuerpo que iba descubriendo, a la vez que le decía palabras cariñosas.

papacito lindo… me gusta mucho besar todo su cuerpo don Javier… me gusta ser su puta y hacer todo lo que usted quiera…

Laura termino y don Javier se sentó y encendió con el control remoto la enorme televisión que había en la sala y se dispuso a beber tranquilamente su cuba, mientras laura volvía a hincarse a sus pies y continuaba con su labor, agarro uno de los pies del viejo y lo empezó a lamer desde los tobillos para abajo poniendo especial atención a las plantas y a los dedos, los cuales se metía a la boca uno por uno y los chupaba y lamía como si fueran dulces, y luego continuaba con el otro pie, ya no sentía ningún asco y parecía hacerlo realmente con amor, con verdaderas ganas de complacer a don Javier.

Y así estuvo por un buen rato, interrumpiéndose solamente para servirle otro trago al viejo.

Ya deja eso –dijo el viejo- y siéntate en la verga que ya la tengo caliente.

Si don Javier –contesto laura sentándose a horcajadas frente al viejo y comenzando a moverse sobre la enorme verga parada.

No te muevas porque quiero decirte algo y quiero que pongas atención, pero primero besame en la boca.

Laura dejo de moverse y abrazo al viejo besándolo apasionadamente, metiéndole su lengua en la boca casi hasta la garganta. Y así estuvieron por varios minutos hasta que el la separo y le dijo:

voy a darte algunas nuevas obligaciones que deberás cumplir en mi cuerpo, la primera de estas quizás no sea muy agradable para ti, pero si lo será para mi, y tu quieres agradarme ¿verdad?

Claro que si don Javier, yo solo vivo para agradarlo, y no se preocupe porque ninguna parte de su cuerpo puede ser desagradable para mi, usted nada mas ordéneme y yo lo obedeceré.

Esta muy bien, eso me gusta, pues bien, he decidido que de ahora en adelante tu serás la encargada de la limpieza de mi culo.

Laura puso cara de asombro porque no entendía bien que quería decir la instrucción de don Javier, así que simplemente acepto su nueva obligación.

haré lo que usted me ordene don Javier, solamente dígame lo que tengo que hacer.

Es muy sencillo –dijo el viejo- así como te ocupas de la limpieza de mi pito cada vez que llegas a la oficina y cuando termino de mear, así te ocuparas ahora también de mi culo, deberás limpiármelo con la lengua cada que llegues y siempre que termine yo de cagar y te tragaras todos los restos que encuentres ¿lo entendiste bien?

Don Javier se quedo viendo a la cara de laura para ver si esta mostraba algún gesto de desagrado o algo similar, porque en el fondo eso era lo que el esperaba pues tenia muchas ganas de golpearla y esto hubiera sido una razón ideal para hacerlo, pero lo único que vio fue un autentico gesto de complacencia por parte de ella cuando contesto:

Si le entendí bien don Javier y claro que voy a hacérselo con mucho cariño, pues mi único interés es que usted este complacido con mi trabajo y con el cumplimiento de mis obligaciones.

Muy bien, comenzaremos desde este momento, hace unas horas que fui a cagar, a propósito no me limpie para darte oportunidad a ti de que lo hagas.

Laura se levanto y el viejo se recostó boca abajo en el sillón poniéndose un cojin bajo la ingle para que su culo quedara parado.

Ahora –dijo don Javier- ábreme las nalgas con las manos lo más que puedas y límpiame con la lengua todo el culo y sus alrededores.

Laura se acerco lentamente al culo del viejo, naturalmente que ella nunca había hecho algo así ni con el ni con nadie y no sabia si podría hacerlo bien sin volver el estomago por el asco, pero ni por un momento paso por su mente la idea de no hacerlo o de ponerle algún pero al viejo, su respuesta de que lo haría con mucho cariño había sido totalmente sincera, ella en realidad quería agradarle a don Javier, de manera que con decisión abrió las nalgas del viejo con las manos y metió la cara entre ellas.

Había restos de mierda por todo el culo del viejo y la primera reacción de laura fue de asco al poner la lengua sobre el culo, pero se sobrepuso rápidamente y comenzó a limpiar con la lengua y a tragar todos los restos que encontraba.

Limpia bien todo –ordeno don Javier- y después mete en el culo todo lo que puedas de tu lengua.

Si don Javier –contesto ella sin quitar la boca del apestoso culo del viejo- que hermoso es usted al permitirme que le limpie su culo con la lengua.

Y así continuo laura por un rato, ya se había tragado todos los restos y ahora se ocupaba de masajearle el culo con la lengua y de tratar de metérsela en el ojete sin lograr meter más allá de un centímetro de lengua. Don Javier estaba muy complacido y gozaba del trabajo de laura, y también estaba complacido de la sumisión de ella, todas sus mujeres le habían limpiado el culo, pero todas después de protestar y de que el les prometiera una gratificación especial, y todas lo habían hecho a regañadientes y con asco, inclusive hubo una que volvió el estomago sobre su culo, pero laura lo estaba haciendo muy bien y con gusto, esto quería decir que el dominio que ejercía sobre ella era casi total, y esto lo dejo satisfecho de su obra, había logrado tener una puta hermosa y que haría todo lo que el le ordenara por extravagante que esto fuera.

Ya esta bien –dijo don Javier- ahora ve al baño a lavarte la boca, ahí encontraras un cepillo dental nuevo, siempre que termines de esta obligación deberás lavarte bien la boca pues no quiero que estés a mi lado o me beses con la boca sucia.

Si don Javier –contesto laura levantándose y dirigiéndose al baño.

Cuando laura regreso del baño, el viejo le indico que sirviera otros tragos para los dos y que volviera a sentarse en la verga, y laura obedeció. Se sentó en el pito y los dos tomaron sus tragos.

Me gusta que seas complaciente –dijo el viejo- mientras sigas así me tendrás contento y te ayudare en todo lo que necesites.

Ya le dije que usted es mi dueño don Javier y yo siempre haré todo lo que usted quiera.

Esta bien putita, ahora muevete porque me pusiste bien caliente y ya estoy a punto de venirme.

Si don Javier –contesto laura comenzando a moverse sobre la verga- ¿quiere usted venirse en mi panochita o prefiere venirse en mi culo?

No putita, ahora voy a decirte la siguiente obligación que tendrás de ahora en adelante ¿quieres oírla?

Claro que si don Javier –dijo laura pensando en que seria lo que ahora se le ocurriría al viejo, pero no se quedo pensando con temor o con miedo por lo imprevisto que pudiera ser lo que viniera, sino con expectación y con gusto por hacer cosas nuevas con su patrón- usted ordénele a su pauta lo que tiene que hacer.

Perfecto putita, voy a venirme en tu boca pero tu no te tragaras los mocos sino que los retendrás en la boca por un rato hasta que yo te ordene que te los tragues, y cuando yo quiera abrirás la boca para mostrarme que ahí los tienes, y si te los tragas antes de que yo te diga me harás enojar mucho ¿entendiste puta?

Si don Javier –dijo laura pensando que eso no era tan difícil y que podría hacerlo tranquilamente.

De acuerdo, ahora hincate y chupame la verga, yo te avisare cuando este por venirme.

Laura se hinco a los pies del viejo y le agarro la verga acercándola a su boca y dirigiéndose a ella le dijo:

Bebito precioso, te voy a chupar hasta que me eches tu lechita en la boca y después la voy a tener ahí hasta que mi dueño me ordene que me la trague, metete en la boca mi bebito.

Don Javier sonrió complacido y gozo del momento. Laura chupaba muy bien la verga, parecía hacerlo con amor, realmente se esforzaba por complacerlo y por hacerlo sentir a gusto.

Después de unos minutos don Javier le hizo una seña a laura de que se iba a venir y ella asintió con la cabeza y se preparo a recibir los mocos, y cuando el viejo comenzó a venirse, ella pego bien la boca a la cabeza del pito para que no cayera ni una sola gota fuera de la boca. Cuando el viejo termino, ella se retiro de la verga cerrando su boca para que nada se saliera de ella, don Javier se le quedo viendo y sonrió.

Lo estas haciendo muy bien, ve a servir otros dos tragos.

Laura fue a cumplir la orden con la boca cerrada y llena de mocos, sirvió los vasos y regreso con el viejo, le entrego el suyo, y el propio lo puso sobre la mesa de centro y se sentó de nuevo a los pies de don Javier, este se comenzó a tomar su copa y encendió la tele para entretenerse mientras laura seguía con la boca cerrada. Pero resulta que, lo que le había parecido tan sencillo de hacer, ahora ya no le estaba resultando tan fácil, respiraba por la nariz y sentía la necesidad de tragar lo que tenia en la boca pero haciendo un esfuerzo logro evitarlo.

Habían pasado diez minutos cuando don Javier le pidió que abriera la boca para confirmar que todavía tenia sus mocos, ella echo un poco para atrás la cabeza y abrió la boca mostrándosela al viejo y el noto que efectivamente la tenia llena de sus mocos, y sonrió a la vez que le daba una palmada en la espalda, y esto hizo que ella tragara un poco y al tratar de evitarlo se atraganto y se vio obligada a toser echando en el piso lo que le quedaba en la boca, esto enfureció al viejo que la empujo fuertemente tirandola al piso y gritándole:

Pinché puta pendeja ¿es que no sabes obedecer mis ordenes?

Y levantándose la comenzó a patear con los pies desnudos, bastante fuerte pero cuidando de no hacerle un daño grave como seria el romperle una costilla, y ella aguanto el castigo poniéndose a llorar y diciéndole:

Perdóneme don Javier, por favor perdóneme, fue sin querer no fue por desobedecerlo, me merezco el castigo pero por favor perdóneme.

Ya es la segunda vez que me desobedeces puta pendeja y eso me pone muy furioso, se me hace que no mereces todo lo que te he ayudado, voy a tener que olvidarme de ti.

No don Javier –dijo laura- no volverá a suceder, se lo juro, castígueme todo lo que quiera pero no me abandone.

El viejo siguió pateándola y luego la jalo por los cabellos ordenándole que se levantara, ella lo hizo y el la siguió golpeando ahora con las manos, y aunque lo hacia con las manos abiertas los golpes eran fuertes, ella se cubría con los brazos pero el le ordeno que los bajara y ella sumisamente le obedeció y el le pego repetidas y fuertes bofetadas en el rostro.

No se que voy a hacer contigo –dijo el viejo sin dejar de pegarle- no veo que te interese cumplir con tus obligaciones.

Perdóneme don Javier, yo cumpliré con todas mis obligaciones.

No se si perdonarte pues no me gusta que me desobedezcan –dijo don Javier todo sudoroso y cansado, y dejando de pegarle se volteo hacia el sillón empinándose sobre el mismo y fingiendo buscar algo sobre el, como una invitación a que laura hiciera algo, y ella lo entendió de manera instantánea, y lo hizo.

Rápidamente se hinco en la alfombra, abrió con las manos las nalgas del viejo y metió la cara entre ellas poniéndole su boca en el culo, a la vez que seguía hablando.

Perdóneme mi señor –decía laura y su voz sonaba un tanto lejana y distorsionada por tener el culo del viejo pegado en su boca- nunca volveré a desobedecerlo, puede hacer conmigo lo que quiera, pero perdóneme, siempre le limpiare su culo con la lengua después de que usted cague y hasta podrá cagarse en mi boca cuando quiera, pero por favor perdóneme.

El viejo la escucho sonriendo, nunca había pensando en eso de cagarse en su boca, pero no era mala idea y quizás algún día lo haría. Por supuesto que el iba a perdonarla pues el le había dado la palmada en la espalda a propósito para provocar que ella tosiera y tuviera que escupir y todo con el único fin de tener el placer de golpearla.

Ya esta bien –dijo el viejo separándose de ella y sentándose en el sillón mientras ella quedaba hincada en el piso- me ensuciaste mi alfombra, puta puerca, ahora deberás limpiar eso que tiraste con la lengua y tragártelo.

Laura adolorida de todo el cuerpo, dócilmente obedeció y se inclino a limpiar con la lengua los mocos de el que estaban sobre la alfombra, y cuando termino se quedo hincada ante el esperando a que le dijera algo y rogando por dentro para que la perdonara.

Esta bien puta –dijo el viejo- te voy a perdonar pero si vuelves a fallar en tus obligaciones, el castigo va a ser más fuerte y ya no va a haber perdón y te tendrás que largar de mi vida.

Que bueno es usted conmigo don Javier –dijo ella inclinándose a besar y lamer sus pies- no volveré a fallar.

El le ordeno que se levantara y fuera al baño porque tenia ganas de mear y ella obedeció de inmediato corriendo al baño y poniéndose como era su obligación para recibir en la boca los miados del viejo y bebérselos con gusto, cuando terminaron regresaron a la sala, el se sentó en el sillón y le dijo que tomara su vaso y se sentara en sus piernas y ella obedeció prontamente.

Y así estuvieron por dos horas mas, tomando licor los dos y ella mimándolo y besándolo, dándole de tomar en la boca y ratificándole lo bueno que el era con ella y que ella cumpliría fielmente siempre con sus obligaciones.

Después de este tiempo ya los dos estaban medio borrachos, pero mas laura que no estaba acostumbrada a beber pero era incapaz de decirle a el que no, y si el quería que tomara pues ella tomaría.

Ahora vamos a jugar un poco –dijo don Javier alegremente y con ganas de verla mas humillada- tú vas a ser mi perrita ¿estas de acuerdo?

Claro que si don Javier, ¿Qué debo de hacer?

Primero que nada, -dijo el viejo, riéndose de antemano por lo que ella iba a hacer- te pones a cuatro patas y caminas por la sala y cuando yo te haga una señal, vienes hasta mi y me ladras, ¿entendiste?

Si mi señor.

Y laura se puso a cuatro patas caminando así por la sala mostrando su esplendoroso culo desnudo y atenta a cuando el viejo la llamara, hasta que el le hizo una seña con la mano y ella se dirigió hacia el y le ladro.

Gua, gua, gua, gua, gua, gua, gua, gua, gua, gua.

Muy bien perrita, ahora toma uno de mis calcetines con la boca y pásamelo.

Laura hizo lo que le ordenaban, fue caminando a gatas hasta donde estaba la ropa de el, tomo uno de los calcetines con la boca y se lo llevo, el lo tomo y lo hizo bola y le dijo:

Ahora voy a lanzar este calcetín y tu correrás a tomarlo con la boca y me lo traerás, pero deberás de ir y regresar corriendo lo mas aprisa que puedas.

Laura asintió con la cabeza y el viejo lanzo el calcetín, naturalmente ella no podía correr a gatas, pero si se esforzaba por hacerlo lo mas rápido posible y le traía el calcetín con la boca, el lo tomaba y lo volvía a lanzar, y así estuvieron por un rato hasta que el tuvo compasión de ella al notar que ya casi no podía con el cansancio.

Descansa un rato perrita, pero descansa con mi verga en la boca.

Ella agotada se metió la verga en la boca, aunque de lo que verdaderamente estaba cansado era de estar hincada pero se aguanto hasta que el le ordenara levantarse.

Ya estoy caliente de nuevo –dijo el viejo separando la cabeza de ella y recostándose boca arriba en el sillón- vamos a hacer un 69, tengo ganas de chupar tu panocha.

Ay que buena gente es usted don Javier al querer chupar la panocha de su puta, se que no lo merezco y por eso le estoy muy agradecida.

Laura se acostó sobre don Javier poniéndole la panocha en la boca y metiéndose ella la verga del viejo, y don Javier se dio a chupar la panochita de laura con fuerza, mordiéndola y metiéndole la lengua hasta donde podía, luego se pasaba a su culo y también lo lamía, lo mordía y le metía la lengua, laura se convulsionaba del placer y recibía en su cuerpo orgasmo tras orgasmo.

Después de un rato, el viejo le ordeno:

Ya parate putita y siéntate en la verga, te la metes en la panocha y te das algunos sentones y luego te la sacas y te la metes en el culo y así la vas alternando ¿entendiste?

Si don Javier.

Y laura obedeció las instrucciones, se metía la verga en la panocha y luego la sacaba y se la metía en el culo, y así estuvieron durante un buen rato hasta que el viejo se vino en el culo de ella, y ella experimentaba su enésimo orgasmo.

Cuando terminaron, el viejo decidió que ya tenía sueño y que era hora de dormir. Los dos se fueron a la lujosa recamara y se acostaron en la enorme cama.

Ahora te voy a dar la última obligación de este día –dijo el viejo.

Si don Javier, ordéneme usted.

Siempre que pasemos la noche juntos, tú deberás dormir con mi verga en tu boca y deberás tener mucho cuidado de que no se salga, si despierto y no la tienes en la boca, me enojare mucho ¿estas de acuerdo?

Ay si don Javier, será un verdadero placer para mi el dormirme con mi bebe en la boca y tendré mucho cuidado de que no se me salga.

Perfecto –dijo el viejo- yo siempre duermo de lado, de manera que tu dormirás también de lado con tu cara a la altura de mi verga, y cuando notes que me volteo para el otro lado, tu cambiaras también de lado, ¿esta claro?

Si mi señor.

Y de inmediato laura se bajo a la altura de la verga y se la metió en la boca diciéndole:

Mi hermoso bebito, esta noche dormirás calientito dentro de mi boca.

Y así pasaron el primer fin de semana juntos. Tres días y tres noches en los que cogieron como locos. Laura bañaba al viejo todas las mañanas y después lo secaba amorosamente. Le limpiaba la verga después de tomarse su orina y le limpiaba el culo con la lengua después de que el cagaba. También le limpiaba los pies con la lengua. Le preparaba de comer, y se dormía con la verga en la boca. Todos los tres días completos estuvieron los dos encuerados en el departamento y ella cumplió satisfactoriamente con todas sus obligaciones.

El lunes por la noche, el viejo la fue a dejar a su casa y le dio un buen fajo de billetes. Laura iba toda adolorida pero muy satisfecha, era el mejor fin de semana que había pasado en su vida, había bebido bien, había comido bien, y había sido cogida repetidas veces por todos sus agujeros, y al llegar a su casa al despedirse del viejo, le dijo:

Hasta mañana patrón, y muchas gracias por todo, es usted el hombre mas bueno y mas hermoso del mundo y yo siempre seré su agradecida putita, ¿me da su permiso para despedirme de mi bebe?

El viejo solo asintió con la cabeza y ella de inmediato le saco la verga y le dio repetidos besos acompañados con palabras de cariño.

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