Vacaciones y casualidades (última parte)

Continuación...


Yo era consciente de que laconversación empezaba a tocar un terreno muy delicado, y por un momento dudé siseguir con ella, o parar ahí, pero en ese momento, entre la conversación y laerección de Luis contra mi pubis, me sentía tan mojada y tan excitada, que casime costaba disimularlo.  Antes de decir nada, miré a Marcos, que enese momento me miraba fijamente, con una sonrisa en su cara, y evidentementeestaba muy excitado.  Parece que intuyó mi duda, probablemente porqueél también tenía una conversación similar con Marta, y con la mirada y un levemovimiento de cabeza me hizo un gesto de “adelante”.   Eso, yverle tan excitado y pegado a Marta me decidieron a seguir.
 
Yo –  ¿ piensas queyo soy de piedra?  Tú también estás muy bien Luis, y además a Marcosle ha excitado muchísimo.   
Luis – ¿Y tú crees que si envez de imaginarlo, lo viese en directo Marcos, también le excitaría?
 
Yo – Pues no lo sé o mejorsí, seguro .jajajaja.  Pero desde luego a mí ahora mismo tengo queconfesar que sí me gustaría verlo cojer a tu mujer.
 
Luis – ¿Lo habéis hechoalguna vez? Me refiero a hacerlo con otra gente, otro hombre, o a lo mejor otrapareja.
 
Yo – Sí….. Y le contémuy rápido la experiencia en las vacaciones anteriores con Marcia y Cristiano.   
Bueno, y este bailecito, quetiene toda la pinta de que se nos empieza a ir de las manos.
 
Luis –  Bufff, Lau,cómo me tienes…  casi me duele de lo dura que la tengo.
 
 
Yo aproveché para restregarmeun poco con su erección, a lo que él, que hasta ahora se había estadocomportando como un caballero, reaccionó bajando su mano y recorriendo bien miculo, apretándome aún más contra él. Definitivamente estaba muy duro, ypor lo que se notaba, tenía un pene de un tamaño considerable.
Yo – Ya lo noto,ya.  A ver si no vas a poder aguantar y vas a mancharte el pantalón…jajajaja
 
Luis – Qué mala eres Lau…  Loque no sé es cómo voy a hacer para que se me baje esto.  PorqueUsterdes están con los chicos. 
 
¡¡Mierda!!  En esemomento mi mente volvió a la cordura, y empecé a pensar , así que tirando deLuis, me acerqué a donde bailaban Marta y Marcos, que saltaba a la vista queestaban en las mismas condiciones que nosotros.
Yo – chicos, perdón queinterrumpa, que ya veo que están disfrutando del baile tanto como nosotros…Jajaja.  ¿Qué les parece si nos vamos a nuestro apartamento,acostamos a los niños y tomamos allí?
 
Marta – A mí me parece muybuena idea.  Lo que no sé es cómo van a hacer estos dos para poderandar sin que se les note el bulto…  porque no veas cómo está aquíabajo tu maridito… Está el monstruo del lago Ness queriendo sacar la cabeza,Jajaja, Y a mi marido, sólo con mirarle a la cara, ya sé lo que le pasatambién, jajajaja.
 
 
Afortunadamente los dosllevaban la camisa por fuera del pantalón, y pudieron disimular sus ereccionesal separarnos.  Recogimos a los niños y nos fuimos todos para elapartamento.
 
Por el camino, aproveché paraacercarme a Marcos.  Evidentemente estábamos a punto de cruzar unalínea que podía afectar a nuestra relación.  Empezaba a parecer un chistecon lo que acababa de ocurrir, y con lo que podía ocurrir en el resto de lanoche.  Teníamos que estar los dos muy seguros de que queríamos queocurriese.  La verdad es que plantearse algo así cuando estás tanexcitado, quizás no sea la mejor idea, pero no había otro momento.  Olo hablábamos ahora o ya no habría otra ocasión.  Luis y Marta, queevidentemente tenían ya experiencia en estas cosas, entretuvieron un poco a losniños, y nos dejaron retrasarnos un momento solos para poder hablar. 
Yo – ¿Estamos seguros los dosde que queremos que ocurra lo que está a punto de pasar?
 
Marcos – Cariño, sabes quesiempre me ha excitado ver cómo te desean otros hombres, y verte con Luismientras bailabas me ha puesto recaliete.  Tanto por ver cómo tedesea él, como por ver cómo le deseas tú a él.  Me ha gustado, yquiero ver más.  Quiero ver cómo te lo cojes.  Quiero vercómo acabas con otro hombre, y quiero ver cómo lo haces acabar.  Porese lado, ningún problema por mi parte.  Además, si algo de lo quepase esta noche no nos gusta, con no repetirlo, se acabó elproblema.  Ahora, la otra parte…   ¿tú quépiensas?   ¿Te apetece?  ¿Te incomoda que yo me coja aMarta?
 
Yo – ¿Incomodarme?  Alcontrario.  Me ha excitado muchísimo ver la cara de cerdo que se teha puesto mientras bailabas.  De hecho, si me he dejado llevar máscon Luis ha sido al verte a ti tan excitado con ella.   
Marcos – Buff, estaba con lapija dura como un toro y por supuesto restregándosela.  Pero es queella me estaba provocando.  Entre eso y verte a ti pegada a Luis…..Bueno, pues ya está no se hable más, vamos a pasarlo bien Lau.  Sininhibiciones, pero también sin obligaciones.  Hacemos los que nosapetezca hacer sin necesidad de preguntarnos, sin pedirnos permiso, pero esosí, sin sentirnos obligados a nada tampoco.  Tiene que ser algonatural.  Si en algún momento uno de los dos nos sentimos mal, condecirlo, se para y listo.
 
Yo – Que HDP eres, me haspuesto tú ahora con tres palabras más caliente que Luis refregándome la vergatoda la noche, y eso que te aseguro que Luis me ha puesto muy perra.   Yvamos a dejar ya de hablar de ello, que ahora sí que estoy que me va a chorrearpor las piernas.
 
 
Al llegar al apartamento,mientras mi marido y yo preparábamos a los niños para acostarlos, Luis y Martasacaron algo de beber y se quedaron en la terraza del apartamento, que eradonde se estaba algo más fresco.  Había una mesa y dos sillones dedos plazas cada uno, de mimbre con cojines.  Estaban los dos sentadosjuntos en el mismo sillón, así que, al llegar Marcos y yo nos sentamos en elotro sillón junto a ellos.  Abrimos un par de cervezas que habíasobre la mesa, y brindamos los cuatro.
Estábamos hablando sobre loque nos estaba pasando esa noche, sobre que era la primera vez que nos pasabaalgo así con gente que conocíamos, y ellos nos contaron que en realidad ellosllevaban varios años en el ambiente liberal, y nos contaron alguna anécdota desus primeras veces.  
La conversación era de lo mássexual, y a los cuatro se nos notaba con ganas de que pasara algo más, pero noqueríamos iniciar nada hasta no estar seguros de que los niños estabandormidos, así que me levanté en silencio y descalza y me acerqué a su habitacióna comprobar que ya se habían dormido.  Entre eso e ir a la cocina apor cervezas, pude tardar un minuto como mucho, pero al volver a la terraza, loque vi, al principio me impresionó un poco, pero enseguida el efecto fue unintenso cosquilleo en mi sexo, y una oleada de calor por todo mi cuerpo.
Marta se había remangado elvestido hasta la cintura y estaba sentada sobre mi marido, besándose, y mimarido metiendo las manos por detrás, tocándole el culo y subiéndole aún más elvestido, sin duda queriéndoselo sacar por arriba para liberar sus tetazas, quellevaba todo el día soñando con comerle.  A su lado, en el otrosillón, Luis estaba acariciándose la pija por encima del pantalón, sonriendo ysin perder detalle.
Terminé de salir a laterraza, dejé las cervezas sobre la mesa y apagué la luz.  Con la luzde la luna y la que llegaba de las farolas de la calle se veía perfectamentetodo lo que ocurría, y de paso evitábamos alguna mirada indiscreta desde otrasterrazas.   Aunque sinceramente, en ese momento ya no meimportaba una mierda si nos veía alguien o no.  De hecho, me excitabatodavía más la posibilidad de que así fuera.
Me senté junto a Luis, y sinpensármelo me acerqué a él y le empecé a comer la boca, mientras mi manoizquierda le agarraba la pija sobre el pantalón.  El cabrón estabamuy duro ya, y al notar mi mano sobre su pene, quitó la suya y la dirigió a mistetas.  Paró un momento de besarme, me subió la camiseta y me la sacópor la cabeza dejando mis tetas al aire.  Estuvo apenas unos segundosadmirándolas y acariciándolas con sus manos hasta que reaccionó y me las empezóa comer.
Mientras mordisqueaba unpezón, apretaba y sobaba con deleite el otro pecho.  Yo le tenía elpelo y le apretaba la cabeza contra mí, y mientras tanto tenía un primer planoperfecto de lo que hacían mi marido y Marta.  Mi marido ya estaba sinla camisa y Marta ya solo tenía una diminuta tanga blanca y sus sandalias detacón, y se desesperaba por desabrochar el pantalón de Marcos.  Luisempezó a hacer exactamente lo mismo con mi pantalón.  Yo me ahuequélo justo para que pudiera tirar de él, y desde el suelo de rodillas me lo sacójunto con la tanga de una sola vez, dejándome totalmente desnuda, abierta depiernas con él de rodillas frente a mí, acariciando mi cuerpo entero yadmirando lo que seguramente tantas veces había deseado.  Por fin lotenía a su disposición, y eso debió pensar, porque no se lo pensó mucho, tiróde mi cintura hasta el borde del sillón, y hundió su lengua en mi.
A esas alturas yo ya estabatan excitada, que a los diez segundos de entrar en contacto su lengua con miclítoris, exploté en un primer orgasmo de una intensidad como me conocenUstedes, con gritos que se escuchan desde lejos.  Mis piernas setensaron y le rodearon, apretando también con mis manos su cabeza contramí.  Mis fluídos le inundaron la boca, y no pudo evitar dejar escaparun gruñido, casi ronroneo de placer y aprobación, mientras que yo tuve quemorderme la mano para no despertar a los chicos.
Cuando por fin mi orgasmoremitía y el clítoris adquiría una sensibilidad insoportable, le pedí queparase, pero el muy hdp era tan bueno como Marcos en el sexo oral, y en vez deparar se limitó a variar el punto de succión y el recorrido de su lengua, detal forma que yo podía seguir aguantándolo y disfrutando de un enorme placer,mientras él ahora además se disponía en jugar con un dedo en mi interior,buscando el punto G.
Un pequeño momento de calmaen el que pude centrarme en averiguar qué pasaba en el otrosofá.  Marta estaba también de rodillas, haciéndole a mi marido loque a juzgar por su cara y sus gestos era sin duda una mamada decampeonato.  Nos miramos y nos sonreímos, aprobando totalmente lo queestaba ocurriendo.  Y en ese momento, mientras yo miraba a mi Marcos,Luis alcanzó mi punto G, y por segunda vez exploté en su boca, yconvulsionando le dejé la cara toda mojada, pero lejos de retirarse,quería seguir, aunque ahora sí que necesitaba unos minutos para recuperarme.  
Él lo entendió, y dejándomereposar semitumbada en el sofá, acarició todo mi cuerpo con sus manos y con susbesos, de un modo dulce y tierno que en ese momento era justo lo quenecesitaba.  Apenas habían pasado un par de minutos así, empecé a reaccionar,y ahora yo fui la que le empecé a besar a él.  Le invité aincorporarse, y estando de pie frente a mi, le desabroché el pantalón y tiré deél y el calzoncillo para abajo, liberando por fin su pija, que salió disparadahacia delante, casi dándome en la cara.  Era un poco más grande ytambién algo más gorda que la de Marcos y estaba dura, y tenía el glande todobrillante y húmedo, producto de su excitación.  Mientras él con lospies se pisaba y terminaba de sacar el pantalón quedando totalmente desnudo antemí, yo agarré su pija y se la empecé a masturbar despacio mientras con la otramano acariciaba su pecho y sus hombros, que desde mi perspectiva de estarsentada y la luz de la luna, le hacían parecer un atleta.  Esa visiónme excitó todavía más, así que me llevé su pija a la boca y me dediqué ahacerle una buena mamada.
A nuestro lado Marta se habíasubido sobre mi marido y le cabalgaba como una verdadera experta, deslizando suculo por todo lo largo de las piernas de mi marido, adelante y atrás, haciendoque su pija entrase y saliese casi por completo, yo tenía una vistaprivilegiada. Su mirada estaba cargada de lujuria.  Mientrastanto, él le comía las tetas cuando podía y se las amasaba como el que quierequedárselas.  Marta gemía en silencio, casi sólo jadeaba sin parar dedeslizar su culo, adelante y atrás, adelante y atrás, hundiéndose entera la pijade mi marido.  Yo veía su espalda tensa, su cabeza echada hacia atrásdisfrutando del placer que le daba mi marido.  
A Marcos le había venido demaravilla los dos polvos que ya me había echado a mí durante el día, porqueahora estaba aguantando como un campeón, sin correrse, el ritmo frenético delas embestidas de Marta.  Estaba desbocada.  No podía negarque ella también lo estaba disfrutando a tope.
Mirar aquello me gustaba casitanto como la mamada que le estaba haciendo a Luis, y que no tenía ninguna dudade que a él le estaba encantando por sus expresiones de placer y por cómonotaba su cuerpo tensarse, pero no quería que se corriese antes de la cuenta,así que imité a Marta y le empujé para sentarle en el otro sofá, junto a mimarido, y junto a ellos me senté sobre él y me hundí su hermosa verga hasta lomas profundo, a la vista de mi marido, mirándole a él, que no pudo contenersemás y en ese momento empezó a acabar dentro de Marta, que ni así paró,aceptando en su interior su corrida.  De hecho, aceleró aún más elritmo y cuando mi marido ya terminaba su orgasmo era ella la que empezaba elsuyo, que apoyó su boca contra la de mi marido y se corrió ahogando sus gemidoscon un beso largo que les dejó a los dos exhaustos y abrazados.  Suscuerpos brillaban sudorosos a la luz de la luna.  Era una imagen tanerótica que no pude quitar la vista de ellos hasta que terminaron de correrse yse quedaron quietos fundidos en infinidad de besos.
Luis también había cesadotoda actividad sobre mí mientras admiraba el espectáculo que habíamos tenido anuestro lado, en contacto con sus cuerpos.  Nos habíamos limitado aabrazarnos y acariciarnos, con la pija de Luis dura como el acero totalmenteintroducida en mi interior, quietos, mientras ellos explotaban, y ahoravolvimos a tomar conciencia de nosotros, iniciando yo un movimiento lento,similar al que hasta hacía un momento había hecho Marta sobre mi marido.  Luisempezó a respirar profundo y con sus ojos recorría cada centímetro queacariciaban sus manos, recorriendo todo mi cuerpo, sobre todo las tetas, perotambién me acariciaba la espalda, me agarraba del culo y tiraba de mí haciaél.  Poco a poco el movimiento fue haciéndose más rápido, másprolongado en el recorrido llegando casi a salirse alguna vez su pija de miinterior.  Una y otra vez, una y otra vez, cada poco más deprisa,besándonos, ajenos a nuestros amantes de al lado, encerrados en una burbuja deplacer, deseo, morbo y lujuria que yo nunca antes había sentido.
Yo ya había tenido dosorgasmos así, y cada vez que terminaba uno, bajaba un poco el ritmo de mismovimientos, pero Luis estaba ya como loco por acaba también, y me susurrabacosas dulces al oído, tan bajito que sólo yo las podía oír. Me pedía que locoja, me llamaba zorra de un modo que no sonaba ofensivo, sino como provocación.   Yoante tantas palabras dulces y tantos cumplidos no podía dejarle así, y volvía aacelerar mis movimientos, y por fin sentí su respiración acelerarse, su cuerpotensarse y sin variar ni un ápice la velocidad de mis movimientos, separé micabeza de la suya y la eché para atrás para poder mirarle y apreciar su cara ysu cuerpo convulsionar y tensarse al eyacular en mi interior.  Y fuesentir su descarga caliente dentro de mí y otro orgasmo más me recorrióentera.  No quería que esa sensación terminase nunca, pero poco apoco se fue diluyendo, y yo me fui abrazando a él, mientras sus manos, y otrascuantas manos más me acariciaban todo el cuerpo.   Pensaba queera mi marido el que ayudaba a Luis en las caricias, cuando me di cuenta quehabía más de cuatro manos.  Marta también me estaba acariciando.
Apoyada mi cabeza en elhombro de Luis, la giré para mirarles a ellos, y ambos mesonreían.  Mi marido se acercó y me dio un beso, suave, dulce,romántico, lleno de amor, y me susurró un “te quiero” que hizo que mis ojos sellenasen de lágrimas de absoluta felicidad.  Era paradójico, pues esoestaba ocurriendo estando desnuda, sentada sobre otro hombre, que acababa de cojerme,y de hecho aún sentía su pija en mi interior, perdiendo vigor y escurriendo susemen fuera de mí.  Sin embargo, creo que ese fue uno de los momentosmás románticos de nuestra relación.
A continuación, Marta, que nohabía dejado de acariciarme en ningún momento, bajando desde mi nuca,recorriendo toda mi espalda hasta jugar con mi ano de un modo tan sutil que enabsoluto me molestaba o me hacía sentir incómoda o violenta por la situación,también acercó su boca, y sustituyendo a la de mi marido, mebeso.  Dulce también, suave, labios con labios, y sin darme cuentanos fuimos besando más, y más, y acabamos juntando nuestras lenguas, que cuandoseparamos nuestras bocas yo no podía parar de reír.  No sabía lo queacababa de pasar, pero desde luego me había gustado muchísimo, y había sido elcolofón perfecto para el polvo más salvaje e intenso que habíamos echado mimarido y yo en años, y todo eso, sin habernos siquiera tocado el uno al otro.
Cuando pudimos ir recuperandoel aliento y la compostura, nos aseamos un poco y nos tomamos las cervezas queaún estaban sin abrir sobre la mesa mientras charlábamos relajadamente sobre loque acababa de ocurrir.  Creo que los cuatro hubiésemos retomado congusto la actividad y continuado la velada, pero Luis y Marta, movidos por laexperiencia, quisieron dejarnos solos para que pudiésemos hablar y asimilar loque acababa de pasar. 
Cuando me relaje, abrí losojos, me toque y estaba toda mojada, mire y Marcos estaba dormido a mi lado, nosabía ni en qué lugar estaba. Pero era nuestra habitación, la de nuestra casa.Y todo lo que creí que paso, nunca paso, solo fue un hermoso y gran sueño.- Elmás erótico y mojados de mis sueños.-
Desperté a Marcos, le contétodo cada detalle del sueño, mientras él me tocaba toda mojada. Y ahí me dijo,tenes que escribir un relato de esto.
Por supuesto que después mechupo toda para que alcance un orgasmo increíble por lo caliente que estaba.- Yme dijo, ya vamos a conseguir una pareja para que se cumpla tu sueño.
Después me bañe, desayuné yme fui al almacén de Luis. Cuando lo vi me corrió un frío por todo el cuerpo,cerré los ojos y me volví a imaginar la noche que soñé con él…
Él solo me dijo buenos díasLau, que bien se te ve. Que necesitas? En que puedo ayudarte?... Y yo pensabaen solo quería lo que soñé anoche…. Y estuve unos segundos mirándolo porque nohabía venido a comprar nada, solo a verlo….
 

9 comentarios - Vacaciones y casualidades (última parte)

cmatias78 +1
Divino… me calentó mal 👏👏👏 van +10
conrradio +1
que buen relato!!! me re calento!! es lo que muchos deseamos, tener esa complicidad con la pareja!! +10
DBA18cm +1
Excelente como terminó todo un buen relato. Ustedes si que calientan chicos.
DBA18cm +1
Van mis 10 puntos
Toto_FP +1
Magnífico chicos!!!! Me pasearon por todos lados!! Los 10 pts son suyos!!
ColifaD +1
Muy exitante!! Me encantó!+10
Pij4rica +1
Gran relato, lastima que no se concretó. Me dejó muy al palo