La vez que casi desvirgo a una parienta

Estábamos de vacaciones con mi mujer en Córdoba y decidimos pasar a saludar a unos parientes de ella que viven a unos 200 km de la capital cordobesa.
Sólo habíamos ido una sola vez hacía casi 10 años, y mis recuerdos se remontaban a que el matrimonio tenía 4 hijas: 3 rubias y una de pelo colorado, quien en esa época rondaba los 9 años y no se me despegaba ni un minuto, cansándome con sus juegos... ese era el recuerdo más cercano que tenía, después nunca supe más de esa familia.

Después de 2 horas y media de viaje llegamos al campo de nuestros parientes.
Nos dieron la bienvenida y una a una fueron desfilando las hijas del matrimonio saludándonos, hasta que llegó el turno de la colorada.
Su nombre era Jenifer, hoy con 19 años, pelo rojo y enrulado hasta la cintura, ojos celestes, delgada pero con la cola bien parada... tenía un pantaloncito corto de jean que apenas le tapaban los cachetes del culo, y una remera cortada que dejaba ver su panza  ...mi mente no podía creer lo que veían mis ojos. Esa nenita juguetona ahora era una hembrita hermosa que destilaba sensualidad por los poros.
Nos sentamos a charlar y como hace 10 años, Jenifer se ubicó cerca mío y participaba de nuestra charla, no así sus hermanas que se habían ido a nadar a la pileta... jugaba con pasto entre sus dedos y cuando me descuidaba me los tiraba en la cara para que yo se los devolviera, lo que originaba algún reto de sus padres.
Luego de un rato de ponernos al día de la vida de ellos y la nuestra, Jenifer me preguntó para qué había traído la máquina fotográfica, que si quería ella me llevaba a un pequeño bosque de eucaliptus al lado de una laguna donde podría sacar buenas fotos.
Con el aval de mi mujer y sus padres, montamos a caballo y salimos hacia allí.
Sinceramente no podía quitar mi vista del movimiento de sus pechitos al compás del galope de su caballo.
Intuyo que ella sabía y manejaba la situación, porque reía y se mordía el labio inferior mientras cabalgábamos.
Mi pija estaba en su punto máximo, y lejos de querer disimular, me propuse ver hasta donde llegaba con su provocación la pendeja ... no tardaría mucho en saberlo.

Bajamos del caballo y buscamos sombra, el calor era agobiante ...  nos sentamos sobre el tronco de un árbol caído y en ningún momento dejé de insinuar mi bulto.
Jenifer se sentó cerca mío, de frente, pasando sus piernas por encima del tronco, montándolo.
Apoyó sus brazos estirándose con su cara cerca de la mía ..era obvio lo que quería que pasara.
Se acercó aún más y me besó suavemente, mordiendo mi labio inferior casi hasta lastimarlo.
Acaricié su cara ... su pelo...ella tenía la respiración entrecortada.
-" ...soy virgen ..."- me dijo casi al oído
Nos besamos profundamente y acaricié sus tetitas...
Jenifer estiró su mano e hizo lo mismo con mi pija.
La tomé de los hombros y la llevé hasta un árbol inmenso apoyando su espalda contra el tronco.
Levanté su remera y ella sola desprendió el corpiño, liberando unas tetitas en punta con los pezones rosados e inflados dela calentura.
Ni bien puse mis labios sobre ellos, lanzó un gemido.
Una de sus manos no paraba de agarrar la pija mientras que con la otra hundía mi cara entre sus tetas.
Hice que girara dándome la espalda.
Besé su espalda mientras mis manos bajaban su pantoloncito y su ropa interior.
Me agaché, abrí sus piernas y me dediqué a lamer el interior de sus muslos y llegar con mi lengua a su culo y su exquisita concha.
Lamí y absorbí todo lo que pude ... sus piernas temblaban.
Mi lengua jugaba entrando y saliendo de sus agujeros mientras mis manos exprimían esos pechos increíbles
Me paré y dejé caer mi pantalón.
La apoyé despacio, haciendo que mi verga recorra toda su raja, de sur a norte... Jenifer abría más y más sus piernas, que empezaban a temblar anunciando un orgasmo.
Agarré fuerte mi pija y la llené de sus jugos...intenté penetrarla pero me dijo que no, que era peligroso sin un forro... le propuse acabar afuera pero no quiso, tenía miedo y era lógico.
Se dió vuelta y agachándose se metió torpemente mi pija en su boca.
La empujé para que se arrodillara ... quería ver su cara mientras me la chupaba.
Evidentemente nunca había chupado una porque me hacía doler bastante con sus dientes, pero no quería corregirla y que se sientese mal, así que aguanté lo más que pude ...valía la pena.

-"... si tenés miedo de quedar embarazada lo podemos hacer por atrás ..." le dije.

Se incorporó y giró, apoyando sus manos en el árbol.
Bajé y comencé a meter lengua y saliva en su culo...ella gemía sin parar, parecía una gatita.
Después de un buen rato de dilatar, me paré y comencé a intentar metérsela.
Cada milímetro que introducía provocaba miedo y dolor, por lo que me sacaba de un empujón y volvíamos a empezar.
Luego de varios intentos me pidió que no lo hiciésemos más porque le hacía doler mucho.
Me pidió perdón y me besó.
Agarró mi pija y empezó a pajearme hasta hacerme acabar como pocas veces.

Nos acomodamos la ropa y volvimos a la casa.

Almorzamos y en la sobre mesa, la prima de mi mujer le dijo a Jenifer que fuese al galpón a buscar unos salamines y quesos para que nos llevásemos de recuerdo.
Como era cantado que iba a suceder, me pidió que la acompañase así los elegía yo mismo.

Ni bien llegamos nos trenzamos a los besos ... bajó mi pantalón y empezó a pajearme y chuparme casi frenéticamente... cuando iba a acabar sacó su lengua y recogió toda la leche que pudo.
Volvió a pedirme perdón por no haber cogido,  agarramos lo primero que encontramos y volvimos... no demoramos más de 10 minutos.
Obviamente ella se fue directo al baño a enjuagarse la boca y yo a despedirme de nuestros parientes.

Han pasado varios años de esto, pero cada vez que me acuerdo me clavo una paja en su honor.

2 comentarios - La vez que casi desvirgo a una parienta

Salchichin_
Tenes foto de tu cuñada o no ? Subí una o algunas tapas la cara
Akuma32
Qué lo parió....