[Fan-Fiction] Mariana Fabbiani (2)

- Pero mira que cosa más linda.
Todos los hombres se encontraban parados en aquel living, rodeando a Mariana, quien se encontraba en el suelo en ropa interior.
- Veni mi amor, date una vueltita que te quieren ver mejor los señores.
Mariana se paró, todavía en el centro de los hombres, dio una vuelta despacio, mientras la miraban con una sonrisa y luego se volvió a arrodillar.
- Muy linda, ¿y que se le puede hacer?
Pregunto uno de los hombres.
- Lo que quieras, no hay límites, ¿no es cierto?
- Sí señor.
Respondió Mariana despacio y mirando al suelo. Los hombres se miraron entre ellos y se rieron un poco.

- Dale, apreta un poco más.
Decía uno de los hombres parado frente a Mariana con su miembro completamente metido dentro de la boca de ella, mientras otro a su lado, iba presionando y despacio metiéndole en suyo también en la boca.
- Si la concha de la lora, yo sabía que le entraban dos pijas.
Los hombres le sostenían la nuca, para que no se moviera, ella tenía la boca extremadamente abierta con los dos penes dentro. Se la escuchaba respirar con dificultad y como un hilo de saliva le caía por el costado de su boca. Mientras la sostenían de esa forma, otro hombre se inclinó lo más que pudo sobre ella apuntándola con un teléfono.
- Haber putita, sonreí para la posteridad.
Decía mientras le sacaba algunas fotos, ella quiso cerrar los ojos y girar su rostro, pero no pudo, le tenían la cabeza tomada con mucha fuerza y no pudo moverla, tampoco dejaron que pudiera cerrar los ojos.
- Va a durar mucho la sesión de fotos, algunos vinimos a coger.
Se quejaba uno de los hombres sentado en un sillón un poco alejado. Después de sacarle un par más de fotos, el del teléfono se alejó, al igual que los otros dos. Mariana se movió hacia atrás velozmente, tosiendo y escupiendo un poco.
- Y putita, ¿Te gusto tener dos pijas en la boca?
Le pregunto el del teléfono riéndose.
- Sí señor.
Respondió despacio Mariana, todavía con saliva cayéndole de la boca y lágrimas de los ojos.

Sobre un sillón Mariana se encontraba sentada de frente sobre uno de los hombres, mientras que otro se encontraba parado detrás de ella, los dos haciéndole una doble penetración. Uno más apareció por detrás del sillón, le tomo con fuerza la cabeza y la obligo a hacerle sexo oral.
- Tiene buen aguate la guacha.
- Realmente quiere su programa.
- Así parece.
Comentaban dos hombres, un poco más alejados, mientras miraban a Mariana.

- ¡Dios, si la puta madre!
Gritaba entre gemidos uno de los hombres, el mayor de todos, quien se encontraba arrodillado detrás de ella, quien estaba en cuatro frente a él. La tenia tomada con fuerza por la cintura, y la penetraba con velocidad.
- Cálmate hombre, te va a dar un paro al corazón.
Decía uno de los más jóvenes acercándosele y palmándole la espalda. Este se detuvo, se paró y alejo unos pasos, completamente transpirado y temblando un poco.
- Esta guacha me va a chupar la vida de lo buena que esta.
Comentaba mientras tomaba algo. El más joven se le puso por detrás y la penetro, mientras ella seguía en el suelo.
- Bien duro y con fuerza hay que darle a la rubia puta esta.
Le había puesto las manos sobre los hombros, mientras le daba grandes y fuertes golpes por detrás. Por los ruidos de sus cuerpos golpeando entre si y los gemidos de él, apenas se escuchaban los quejidos de Mariana.

Mariana se encontraba nuevamente de rodillas en el centro del lugar con todos los hombres rodeándola, esta vez ellos se encontraban desnudos, transpirados y masturbándose. Uno a uno fueron acabándoles en la cara, ella intento limpiarse un poco, pero no la dejaron, bajándoles de un golpe la mano. Finalmente, cuando todos terminaron, y toda su cara chorreaba de semen, uno de los hombres volvió con el teléfono y se inclinó sobre ella.
- Definitivamente esta es para la posteridad.
Decía riéndose, mientras le sacaba varias fotos.