Infiltrado en el baño de mujeres de la uni

Capitulo I
Mi Primera Infiltración 
El campus de la universidad era algo grande, todas las facultades estaban dispersas cerca la una de la otra haciendo una propia mini ciudad. Siempre había tenido el morbo y la intriga de entrar a los baños de mujeres y meterme en un cubículo sin ser visto obviamente, para así poder escuchar todo lo que pasaba dentro haber si en una de esas alcanzaba a ver a alguien o en su mayor expresión, ver si lograba poder grabar algo incluso. 
Para intentar lograr dicha hazaña, me di a la tarea de estudiar y analizar todos los baños para ver cuales eran los más factibles. Como mi horario era quebrado, tenia clases a lo largo de todo el día, teniendo entre dichas clases algunas horas libres, las cuales sin perder el tiempo aproveche para vagar por toda la universidad y realizar mis investigaciones. Designe mi cuaderno de estadística, el cual ni me servia porque no entendía ni madres como quiera, para en el llevar registro de mis observaciones con formulas y anotaciones, el cual al final quizá si mi maestro lo hubiera visto, todo lleno de números y en orden, con formulas que ni existen que yo mismo iba creando y que hubieran vuelto pendejo al mismísimo Einstein, me hubiera pasado el semestre y dado el título de genio aritmético o algo parecido.

Cada facultad cuenta con sus propias instalaciones de cafetería, canchas, auditorios etc y por supuesto varios baños unos más grandes y expuestos, y otros más chicos y escondidos.
Tras unas semanas de observación, determine que por supuesto seria mucho más factible filtrarse en el baño por las tardes, cuando había menos actividad estudiantil, localice y analice las mejores opciones, ya que no en todos iba a ser posible colarme o al menos no tan fácil como presentía en otros.
Dichas anotaciones eran algo como:
Arq y diseño, baño de las canchas: 4-7 pm frecuencia media-baja, 7-9 frec baja
baño pasillo del arte: de 4-9 pm frec media 
Derecho: baños del último edificio: 4-9 pm frec alta-media *lejano pero algo concurrido, con buenos lapsos para entrar y salir sin ser visto 
Medicina y enfermería: baño de bodegas, 5-8 pm *mejor hora *plus: morbo agrega puntos porque usan uniformes de enfermera 
Psicología: baños salas de pruebas: 4-7 *mejor hora *de frecuencia baja pero constante
Más un sin fin de garabatos, jeroglíficos y anotaciones similares las cuales muy apenas yo me entendía.

 Un día bien caliente, decidido, era hora de poner en practica lo aprendido ya que ese día concordaba con que el baño más alejado de psicología tenia muy poca pero eficaz concurrencia, estaba en los últimos edificios justo alado de unas aulas llenas de materiales viejos y unas bodegas que nadie utilizaba, la señora de la limpieza, nunca se acercaba hasta ahí mas que a la hora del cierre para barrerlo y sacar las basuras, además que como a las 6 siempre se juntaban los intendentes para pendejear un rato, supongo que era la hora muerta en la que no había nada que hacer por así decirlo. Así que sin pensarlo más asegurándome que no hubiera nadie dentro me metí al baño, como mis investigaciones solo habian sido hasta el momento por fuera, ya adentro tuve que improvisar, tampoco es que tuviera algo grande planeado aún, mi plan era simple, una vez dentro ver los cubículos que había, sondear y elegir el más apropiado para meterme y encerrarme para esperar, cual araña espera a sus presas caigan por si solas en su red.

 Mi primera incursión quizá no fue tan magnifica, por lo mismo de ser la pionera, pero fue eficaz, sentarme lleno de nervios e incertidumbre en la taza como por 15 minutos sudando no se si por el calor o nerviosismo, preguntándome a mi mismo que chingados estaba haciendo ahí. Llego el cambio de hora de las clases, yo estaba en posición y no paso mucho más tiempo cuando escuche los primeros pasos entrando. Me quede helado, sin emitir sonido alguno casi sin respirar pues no quería que me descubrieran ahí dentro. Cuando de la manera mas casual, la chica entro a uno de los cubículos de alado, se sentó y comenzó a orinar, me regalo el sonido continuo de su chorro saliendo a presión chocando con el agua de la taza, creando un eco del mismo que sonaba en todas las esquinas del baño, terminó, se limpio y sin más se fue. Inmóvil e incrédulo de que realmente acababa de pasar lo que tanto había fantaseado, cuando todo volvió a quedar en silencio fue cuando me percate de lo que realmente estaba sucediendo, los nervios quedaron en segundo plano porque en el primero, estaba bien caliente, con el corazón a mil y la verga bien tiesa. Me tranquilice pensando que a ellas ni por nada del mundo se les ocurría siquiera pensar la idea de que en el cubículo de junto hubiera un vato. Me baje el pantalón y comencé a tocarme, aún oyendo en mi mente ese sonoro eco del chorro, cuando al poco tiempo entro otra chica, al igual que la anterior sin sospechar nada, se dirigió a la taza para volverme a llenarme los odios con otro sonoro eco por causa de su chorro con la sorpresa de esta participante le añadió unos bonitos pedos a su meada, los cuales interprete como un sutil llamado e invitación a pajearme. Esta vez estaba listo, mientras eso sucedía yo ya estaba súper caliente jalándome la verga, casi terminando la segunda chica quizá aún sin salir del baño, inmediatamente logre percibir dos voces más ya dentro del baño, sentí otro calambre de nervios pero como ya estaba más para allá que para acá, solo una de las dos nuevas chicas que entraron hizo del baño, orinaba mientras seguían platicando, de puro morbo, escuchándolas hablar y con el chorro de meados de fondo con eso logre terminar y vaciar toda mi leche dentro de la taza tratando de no hacer ningún ruido viniéndome con ellas ahí conversando a un lado sin tener la mínima de idea, de lo excitado pensé primero simplemente dejar que salieran disparados al piso para que los pisaran las próximas chicas que usaran ese cubículo pero terminé dentro de porque me pareció mejor idea dejarlos ahí todos escurridos en la taza, flotando, pensando en la idea de que la próxima los vería, pusiera atención y quizá reconocería, lo que me daba más calentura y morbosidad.

Tras haberme sacado toda la leche, sentí el bajón de la calentura casi de inmediato, sabía que era hora de irme, sólo faltaba salir sin ser visto para que mi hazaña se volviera todo un triunfo, en breve volví a sentir todo el ambiente callado y el baño completamente solo, salí como en una especie de prisa/urgencia del cubículo para poder irme rápido, no sin antes darme el tiempo y el lujo de checar el cesto de los papeles, recogiendo dos pedazos sucios claramente mojados que acababan de ser utilizados. Triunfal salí como si nada hubiese pasado, me fui totalmente deslechado, con mis premios, fumándome un cigarro.  
                  
Infiltrado en el baño de mujeres de la uni

 

    

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