Matías, mi amante 14

Matías mi amante 14

Al poco tiempo entramos en pandemia, la situación cambió por completo, durante casi seis meses no salimos para nada de casa, trabajábamos desde ahí, asustados como todo el mundo, había conocido a muchos de los regionales con los que tenía que trabajar por videoconferencias, había un par de ellos que me parecían muy interesantes, lo hacía todo el tiempo con mi marido, pero no dejaba de pensar nunca en Mati o en J…, y a medida que pasaba el tiempo, cada vez pensaba más en J… no había tenido tanta relación con él, pero me daba cuenta que me disparaba a niveles de excitación increíbles, al principio me había parecido un gordo grasoso sin gracia, pero ahora además de pensar en él cuando lo hacía con mi marido, a veces hasta soñaba con él.
Después de esos primeros seis meses, la gente no iba a la oficina. Recibí un mensaje de Matías
-La gente no está yendo a la oficina, necesito verte, darte unas indicaciones… podemos encontrarnos ahí…
-Pero es riesgoso salir Jefe… me mandas un auto…
Las compras las hacía mi marido, en seis meses iba a ser la primera vez que salía a la calle, nunca había usado el barbijo, estaba asustada como si una guerra atómica hubiera explotado o el aire estuviera contaminado.
Le comenté a mi marido que tenía que ir a la empresa que el señor R… quería darme unos lineamientos para la nueva etapa que empezaba, más allá del miedo volaba de caliente, necesitaba verlo a Mati, y me daba cuenta que también quería verlo a J…
Me puse una hermosa ropa interior calada, pero solo vaqueros, remera de mangas largas y un pullover, estaba fresco en capital. En el remis iba nerviosa, asustada, cuando llegué a la empresa estaba desierta, un par de personas en seguridad, cuando llegué al piso no había nadie, la puerta de la oficina del jefe cerrada, me senté a esperarlo, cuando lo vi entrar me puse de pie, el se acercó.
-Buenos días señora…
-Buenos días señor R…
Abrió su oficina, yo pasé primera, el cerró la puerta ya me estaba desnudando quedando solo en ropa interior, el también se desnudo quedando solo en boxers, de pie nos empezamos a besar y acariciar por todo el cuerpo, ninguno de los dos hablaba, se sentó en uno de los sillones y lo monté, que delicia, estuvimos un montón haciéndolo, no se cuantas veces llegué, cuando lo sentí llenarme volvía a acabar, nos quedamos besándonos, yo seguía con la ropa interior puesta.
Descansamos un rato y me acomodé apoyada sobre su escritorio, corrí mi tanga a un lado,
-Hace mucho que nadie me hace la cola sr R…
Estuvo de rodillas detrás de mi chupándome un montón de tiempo jugando hábilmente con sus dedos, yo cada vez más caliente, la metió un poco en mi conchita, recogiendo algo de su corrida anterior y mis jugos, después lo sentí entrar de a poco, me agarró fuerte del pelo y me giro la cabeza para besarme.
-Necesitaba dártela así puerquita…
-Yo también la necesitaba sr jefe…
-Te encanta que te hagan la cola… puerca preciosa…
-Ud y J… solo me la hacen por ahora señor…
-Por ahora…??
-Estuve viendo un par de regionales que se ven muy apetitosos…
-Que puta sos…
-Ud me emputeció sr jefe…
-Y tu marido…?
-Me tuvo seis meses solita para él… es un montón… encima no le gusta darme por atrás…
Nos besamos un montón, el jugaba con su lengua, me daba duros cachetazos en mi culo, me tiraba del pelo, los dos estábamos calentísimos.
Se sentó y me sentó sobre él
-Que lindo sr jefe…
-Sos una delicia…
-Me va a dejar otra descarga o tiene que atender a su señora…
-También me tuvo en exclusiva… es hora de compartir un poco…
-Que bueno es ud… sr jefe…
Me clavó fuerte sobre él y sentí como llegaba de nuevo, sentía los latidos de su miembro, que delicia, me quedé sentada sobre él hasta que su miembro fue saliendo, me arrodillé delante de la silla y se la limpie mirandolo a los ojos como se que le gusta. Fui al baño y me arreglé un poco, me limpié un poco, esperaba tener sexo con mi marido al llegar.
Me llevó en el auto hasta casa, se la chupé un largo rato a dos cuadras de casa, sin que llegara, me acercó después hasta al puerta, baje y mi marido estaba conectado con J… hablando de unos problemas de su sucursal.
No lo pude hacer con mi marido porque estaba trabajando a full, me hubiera encantado, me fui a bañar y después preparé el almuerzo, me sentía tan relajada, tomé un poco de vino con el almuerzo y me fui a acostar, me acosté solo con una ropa interior muy sugerente por si mi marido tenía ganas. En un momento me desperté sintiendo las caricias de mi marido, me sacó la tanga suavemente y enseguida sentí como entraba, me encantó, no solía animarse a hacerlo sino estaba despierta, yo sólo gemía, como si estuviera durmiendo todavía, era como un quejido suave. Mi marido detrás de mi, de costado, me acariciaba suave los pechos mientras me bombeaba suavemente, seguía haciéndome la dormida, estuvo todo el rato haciéndolo muy suave, me pareció un montón de tiempo hasta que lo sentí tensarse y acabar todo dentro de mi, yo no había acabado, cuando el salió del cuarto y fue a seguir trabajando me acaricie hasta tener un hermoso orgasmo, después si me quede dormida durante un largo rato.
Cuando me desperté había terminado de trabajar,
-Alguien se estuvo aprovechando de mi sueño me parece…
-Estabas tan linda amor… con esa tanguita… no me pude contener…
-Pero me podes despertar… así disfrutamos los dos…
-Estabas hermosa amor…
-La próxima vez me vas a terminar haciendo el culo también…? –dije fingiendo enojo.
-Que decis… sabes que no me parece bien hacerlo por ahí… no está bien…
-La próxima vez despertames, sabés… porque no soy una muñeca…
-Bueno no te enojes amor… nunca lo había hecho así… perdón…
-No pasa nada amor… tampoco es tan tremendo…
Le dí un beso y le propuse ver una serie, él salía a comprar después y le tocaba cocinar, cuando salió a comprar justo recibi un mensaje de J… se le hacía muy larga la cuarentena.
-Y a mi… no sabes… estoy necesitando algún cordobés que me de ánimos…
-Ojalá pueda viajar pronto…
-Ojala…




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