Una puta colegiala II

Retomando el anterior post dónde inicio con este relato, dejo la continuación.

Ella apenas se estaba incorporando de tan cachonda pose, que la abracé por detrás y comencé a besar su cuello, inmediatamente dirijo una de mis manos a su ya mojada rajita, acariciándola por encima de su tanga, haciendo que derramará más y más deliciosos jugos, arrancándole unos primeros calientes gemidos. Con la otra mano, fui directo a sus pequeñas pero ricas tetas, deleitándome con sus ricos pezones, ella poco a poco gemia más y más fuerte, ya sin pudor alguno, ella me expresaba con deliciosos gemidos lo caliente que estaba. Decido apoyarla sobre una mecita dejando a mi disposición ese delicioso culo que ya me traía loco.

Quedando en esa deliciosa pose, decido hundir mi rostro en tan delicioso culo vestido con esa putifalda, entangado, paso mi lengua sobre su rica rajita degustando el delicioso sabor que traspasa por la deliciosa tela que apenas la cubre, ella sin decir palabra alguna, decía todo con deliciosos gemidos. Me decido a descubrir esa rica rajita y que delicia, muy bien arreglada para una buena cogida que quería (cogida que era para otro y que terminaría deleitándome yo). Comiendo a lamer, ella me inundaba con sus deliciosos jugos y yo los degustaba cachondamente cuando de repente comenzando a temblar sus piernas, gemia delicioso, muy fuerte como toda una puta, ya no importaba nada, total, su marido no se la había cogido y la había dejado toda caliente, lista para coger y así sería, ella cogería. Ni bien aún no terminaba ese fuerte orgasmo, por fin habló
C.- ya metemela, ya no aguanto, ya cogeme
Y.- no te escuché mamasita.
C.- ya cogeme por favor papito, méteme tu deliciosa verga que ya no aguanto.
Y.- si putita? Ya quieres verga?
Ni bien termine de decirlo cuando se la clave de un solo golpe así como estaba, ella al estar chaparrita, quedaba a una perfecta altura para clavarle mi verga. Que delicia fue sentir esa rajita caliente y mojada, tal fue la calentura de esa rica conchita, que mi verga entro sin problema, fue tan placentero que de inmediato me provocó unas ansias tremendas de cogerla duro, la penetraban tan duro que mis bolas chocaban con su sexi y al parecer eso la calentaba bastante.
C.- si papi, así, cogeme duro, no pares dame verga.
Y.- que putita, tu marido no te coge así?
C.- no mi amor, nunca me habían cogido así, nunca me habían dado verga tan rico.
Y.- me sorprende, tienes un culo delicioso, desde hace tiempo deseaba poderte coger, pensé que con tan delicioso culo te daban unas buenas cogidas.
C.- no, jamás me habían cogido así, es la primera vez que me siento tan caliente.
Le saque mi verga, salió empapada de sus jugos, le di la vuelta y nos fundimos en un beso muy cachondo, ella me agarraba la verga, tal fue su calentura que bajo a mamar mela, no lo hacía como una experta, pero sus mamadas mostraban una calentura reprimida que a la larga, casi me hace venir. Decidí mejor acostarla en un sillón de la sala, le abrí sus ricas piernas y Vi como serrana sus ojos mientras con una de sus manos se tocaba, no perdí mucho tiempo, y le clave mi verga, ya llevaba dos o tres orgasmos, yo aún la quería seguir COGIENDO, le pase mi verga unas cuantas ocasiones en la deliciosa entrada de su vagina, solo la Vi retorcerce y termino pidiéndome se la clavara ya.

Ya no aguantaba mucho, ya habíamos cogido un buen rato, mi verga estaba a punto de explotar, ella igual a punto de venirse otra vez y quería disfrutar de ese momento.
C.- así papi, así, cogeme rico, cogeme duro mi amor, me vengo me vengo, dame duro mi amor.
Y.- así mi amor? Así putita?
C.- si papi, que rico me das verga, sigue, sigue, me vengoooooo!!! Aaaagggh
Exploto en un squirt delicioso, tanto que termine viniendo me dentro de si rajita, llenando la de leche. Se retorcía de placer.
Y.- que putita tan rica, que rico coges mamita y que culito tan rico tienes, en verdad, no sabes cuántas veces desee llenarte de leche.
C.- si mi amor, deseabas mucho a esta putita?
Y.- si, la verdad cada que te veía caminar, se me antojaba tu culo, poderte dar verga y que rico, por fin se me hizo sentir tu delicioso culo.
C.- pues si gustas, puedo seguirte dando mi culo, cada que podamos y quieras😈
Me lo dijo can tal picardía y cara de puta, que me fue imposible decirle que no, al final, solo sería coger😈😈😈.

Me vesti y ella se quedó como la puta que era nos dimos un último beso lleno de toqueteos, prometiendo se repetiría las veces que quieras. Al final, realmente no le quite ninguna prenda, así que seguía viéndose cómo toda una puta colegiala, solo que ya no lloraban sus ojos de tristeza, su rajita lloraba de placer😈😈😈.

Al salir de su departamento, casi me topa su marido, no sé percató que acababa de atender a su mujercita, total, iba más que ebrio y ella más que bien cogida.

Espero les haya gustado el relato. Se aceptan sugerencias.

1 comentario - Una puta colegiala II