Baño para dos.

Hoy, les vengo a contar de la vez que tuve relaciones casuales con un loco (creo que es de las pocas veces que cogí con desconocidos).
Corría el año 2017 (o 2018, no recuerdo bien), era el cumple de una amiga. Lo festejaba en una sociedad de fomento, tipo boliche. Yo estaba con un buzo, una remera y debajo un pantalón bage (o beish, no sé cómo se escribe), con bolsillos al costado de las rodillas. Me encantaba ese pantalón, pero el tema es que ya me quedaba demasiado ajustado... no sé si porque me engordó la cola, la cintura, o se achicó el pantalón. La cosa es que me marcaba bastante atrás. Pero como era mi lompa favorito, no podía no ponérmelo.
Después de tantas birras e histeriqueos con un amigo (que a veces eran en joda, otras no), nos pusimos a bailar y él no paraba de tocarme, ni de apoyarme. Fue hermoso. Estaba en mi salsa. Lo que no me gustaba es que tenía novia. Yo, para ese entonces, ya había experimentado bastante con casados, y no me gusta adaptarme a horarios ajenos, ni lastimar personas. En fin, manoseo va, manoseo viene, se nos pasó volando la hora. Se despide de mí con un beso rico y del grupito de amigos en común que teníamos.
El tiempo pasa, y yo de tanta birra, me voy al baño a hacer lo primero. Pero los migitorios estaban ocupados. Entonces, encaro para el cuartito donde está el inodoro. Meo y cuando me dirijo a lavarme las manos, tengo que pasar por un grupito de chicos que estaban charlando en el medio. Paso y, en cierto momento, siento una mano ENORME que me abarcaba casi toda mi colita y hasta le sobraba de largo jajaj. Y hasta un dedeo llegué a sentir. Un jugueteo rápido e intenso, pero rico. Me doy vuelta, y era un morocho (bah.... trigueño), de más de 1,90, anchísimo. Era un placard el hdp xd. La cosa es que ni bien lo miro, le hago ojitos y él me tira un beso y una nalgada. Quedé en SHOCK jaajja. Fue re wtf!!
Me quedo lavándome las manos. Y, mientras hago esto, el grupito de chicos en el medio, se va disipando hasta que quedamos él, yo y un pibe que se lava las manos y se va. Él, en el cuartito del inodoro, meando. Yo, lavándome las manos, no paraba de mirarlo.
Hasta que me nota y me dice: "¿te gusta lo que ves?" Jajaja me encantaba, pero no quería ser tan fácil. Y le contesté, "no sé, me colgué pensando en algo" (palabras más, palabras menos, quiero aclarar, el diálogo no me lo acuerdo tal cual, fue maso así).
"De ésta deberías colgarte, bebé." Yo, todo rojo y caliente, atino a sonreírle y tirarle un beso. Abro la puerta del baño, me quedo pensando una milésima de segundo, la cierro y me dirijo al cuartito del inodoro donde está él. Cierro la puerta y la magia transcurre naturalmente.
No se hagan muchas ilusiones tampoco, solo lo peteé. Le hice algo rapidito, porque no estaba solo en el lugar.
Le como la verga un buen rato, de arriba a abajo. Le saboreé todo el tronco duro y venoso que tenía. No era grande, pero una pija bien gorda y venosa como me gustan a mí. No paraba de gemir sintiendo mi lengua, mi boca completa. Mientras le devoraba la sin hueso, le acariciaba los huevos (le puse forro, claro está), y proseguí con ese hermoso ritual sexual que nos envolvía mutuamente. Habré estado dos minutos peteándolo como loco, como si fuera el último pete que voy a hacer en mi vida. Como si fuera la última pija del planeta. Me iba con los labios hasta el fondo de su verga, hasta que sienta mi campanita bucal con la punta. Jugaba con su glande, se lo acariciaba hasta que quede toda para afuera, con fuerza. Era hermosa. Con mis dientes apoyaba su glande y me pedía más y más, hasta que su lechita no aguantó más y fue escalando toda su pija, generando una explosión láctea en toda mi cara. No paraba de decirme que quería comerme la cola, pero lo dejé con las ganas de que me la haga. Cuando al fin salió todo con la potencia de los dioses, mi boquita golosa y con sed, quería saborear todo eso. Pero mi mente me dijo que no, que siguiera con el preservativo puesto, que así estaba mucho mejor. Me relamía los labios de lo sediento que estaba y, aún así, me abstuve a su veneno. Preferí solo ver cómo él ponía caritas de placer.
Cuando al fin terminó, se levantó el pantalón y yo le mostré la colita. Le permití que la fotografiara para cuando quiera pensar en mí. Nos pasamos los whatsapp, obviamente, y continuamos siendo amantes por un tiempo más.
Quizás, en próximos relatos, cuente más si así gustan. Perdón por colgarme, es que ando a full con el laburo y mis cosas. Les mando un besito en la puntita, ¡MUAAAK!

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