Amar es compartir 5 (comparaciones tediosas)

Finalmente llegó el día. Paula se recibía y fuimos al recibimiento. En el mismo acto estaban sus compañeras, profesores, directivos de la facultad y lejanamente llamativos se veían varios de sus compañeros. Los vi y no pude evitar sentirme un poco intimidado.

Habían muchos tipos atractivos, con rasgos simétricos, mentones cuadrados, ojos grandes, algunos claros verdes o azules, en su mayoría altos (superaban el metro ochenta con creces) flacos, atléticos, levemente musculosos, con sonrisas de propaganda de pasta de dientes, casi todo lo que a cualquier hembra de ésta época la vuelve loca. También habían tipos con sobrepeso, pozos en la cara, con alopecia bajos, delgadísimos etc Al compararlos parecían dioses al lado de orcos. Era más que obvio que cualquiera de esos no agraciados necesitaría mil vidas para poder estar con una mina como Paula o alguna de sus compañeras, con caritas de princesas de Disney y cuerpos fitness que a la vez estaban vestidas como prostitutas de alta gama. El hecho de que yo fuese un “normie” como se suele llamar a los hombres que no somos ni lindos ni feos me permitía juzgar la situación sin demasiada irritación, ni emociones con cargas negativas. Los normies no somos ni atractivos ni incogibles, sencillamente en mi particularidad sería un 6,50, ya que todavía tenía pelo, medía 1,76, no tenía sobrepeso. Soy un tipo al que ninguna de esas putas tendría asco de coger pero obviamente no conmovería sus instintos ni alborotaría sus hormonas tanto como los podían hacer esas torres, seguramente sus penes sería más largos y anchos que el mío, que también al igual que el resto de mis atributos era un tamaño “médium”. Para muchos ser un normie podía ser algo negativo, pero yo siempre fui objetivo respecto al mundo y considero que lo que uno tiene tiene que valorarlo y por lo tanto no resentirse demasiado con lo que no es, es parte del arte de dominar los propios impulsos y emociones y no generarse frustraciones o envidias innecesarias y nocivas para si. .

Pensaba lejanamente que si bien nosotros los hombres también somos un poco frívolos y también miramos tetas y culos, somos bastante menos exigentes a la hora de fijarnos en una mina, y sobre todo en lo que hace a las relaciones sentimentales. Emocionalmente somos mucho más frágiles y básicos. Mi amigo Juan por ej. recuerdo me contó que lo que más le gustaba de su novia era que apenas se conocieron a ella también le gustaban las películas de vaqueros y eso había sido suficiente para enamorarse perdidamente de ella. Supongo que estamos viviendo una época donde a nosotros nos toca ser los románticos y ellas buscan como la hipergamia indica subir en las escala social, pero creo que eso llega recién cuando las mujeres deciden sentar cabeza y estabilizarse en relaciones formales, antes buscan una y otra vez encontrar evolutivamente un animal cuyo instinto les indique fuerza y dominancia como para que las haga sentirse protegidas y sometidas a la vez.

Como había podido advertir, en el siglo XXI los tipos que se llevan el ganado son varones altos, con vergas largas y poderosas, atrás quedaron los tipos musculosos y hasta los que además de buen cuerpo tienen una cara bonita (a lo Brad Pitt, Zack Efron, etc). Hoy las chicas buscan un hombre que tenga suficiente pija como para cogérselas en muchas posiciones sin que se salga a cada rato. Muchas veces se dice que un pene grande no es necesario para una relación sexual placentera y es cierto, pero es una afirmación sumamente trivial, todos sabemos que hasta con un pene de un centímetro se puede tener sexo, pero técnicamente también se puede sin un pene, lo que las mujeres buscan, y lo sé porque he interactuado con mis 5 hermanas, es alguien que consentidamente las someta, quieren sentirse ultrajadas por un pedazo de carne inmenso que las haga sentir perpetradas y sodomizadas. ¿Por qué elegirían tener un clítoris más grande pudiendo desatar todos los impulsos animales que reprimen? Claro que hablo en un sentido bastante general, habrán las que tengan parafilias extrañas tanto como mujeres que gusten de personas de talla baja, penes pequeños, hombres calvos adultos e incluso las que prioricen los sentimientos antes que el físico, pero si no nos mentimos a nosotros sabemos que son todas bastante putas y que prefieren un tipo alto con una pija anormalmente grande antes que todo el oro del mundo.

Mientras pensaba esto vi lejos a Paula, tenía un vestido muy corto que apenas llegaba hasta donde comenzaban los muslos y dejaba asomar sus nalgas, se había puesto unas medias que hacían ver sus piernas musculosas como un infierno total. El escote del vestido dejaba ver la mitad de sus pechos que se movían pendularmente con un pequeño movimiento, en síntesis, parecía una instructora de fitness de la televisión. Al lado de ella estaba Demián, un tipo alto, de 1.90 aprox de muy buena presencia, moreno de ojos verdes, se notaba que había cierta tensión sexual con mi novia. Ella se reía de alguna broma suya, y mientras tanto le tocaba las manos, le golpeaba el estomago en un jugueteo bastante evidente, se apoyaba contra su pecho para sacarse fotos y lo besaba repetidamente en las mejillas. Era evidente que un tipo así podía calentarla como yo nunca lo haría en la vida. Después la celebración siguió como siempre, entregaron los diplomas, y mientras tanto yo estaba sentado en una mesa con algunas de sus compañeras detrás de mí en una mesa contigua y pude vislumbrar el tema de conversación, entre los cuchicheos que ellas ni siquiera se esforzaban en disimular, era el gran tamaño de la pija de Demián. Al parecer había tenido una erección involuntaria y todas se reían. Mientras charlaba con una profesora de Paula, trataba de escuchar la conversación que tenían atrás mío. Vanina, tomó la palabra, la conocía de vista por haber venido a casa a hacer un par de trabajos con mi novia, estaba bastante buena, era la típica rubia tetona que vive de joda y nunca tiene novio por que prefiere pasar de pija en pija, decía:

─Yo le vi la verga, hasta se la medí con un metro de costurería, medía 25x5,7 tiene una boa constrictor ahí abajo, lo más loco es que se le pone como piedra, la mayoría de los pijones con los que estuve siempre la tenían media blanda, pero Demi me dejó rengueando al otro día. Me quería hacer el culo pero obvio que no lo iba a dejar con eso, me iban a tener que coser como a una pelota de fútbol después.
Sentí como estallaron las risas. Otra chica que yo no conocía le preguntó.

─Ese chabón estuvo con una amiga mía, pero terminaron mal por que al pelotudo le pinta la violencia. Resulta que ella le estaba mamando el palo grueso ese y él le mete una cachetada, ¿pueden creer? A mi amiga no le gustó y se vistió y se fue a la mierda. Para mi que el chabón flashó 50 Sombras de Grey o ve mucho porno y no sabe cómo es estar con una mina en serio. Que necesitamos nuestro tiempo para calentarnos, una buena previa, que nos hagan sentir respetadas.
La interrumpió otra piba

─Bueno, a mi me calienta que me peguen hasta que me hagan llorar, obvio que lo tenés que hacer con alguien de confianza. Pero cuando se ponen románticos que te quieren coger con besos en la frente me aburro y los dejo. Mi novio sabe, por eso me trata como puta cuando cogemos, obvio que son cosas que se hablan con la pareja─ dijo algo avergonzada pero divertida, hasta que Vanesa la interrumpió.

─A mi me dio un par de cachetazos mientras me cogía y me encantó al principio, después tuve que decirle que pare por que tengo rosácea y me puede hacer mal a la piel, es cierto que por ahí se pasa de agresivo pero calavera no chilla como dice el dicho, Todo sea por tener esa salchicha alemana tamaño familiar entre los dientes.

La entrega de diplomas transcurrió normalmente. Yo estaba con la pija paradisima escuchando lo que hablaban esas chicas, Paula había terminado de saludar a todos así que se sentó conmigo y de casualidad apoyó el codo en mi rodilla y se dio cuenta que estaba con la pija parada. Me miró y me dijo al oído, en casa vamos a hablar. Estuvo todo muy emotivo, ella estaba borrachísima ya, yo no había podido tomar por que tenía que manejar. Apenas llegamos le pregunté si quería comer algo, pero estaba muy borracha, la tuve que cargar hasta la cama, sacarle los zapatos, y acomodarle la almohada. Le pregunté como estaba y entonces me dijo.

─Bebé traeme el aceite que te quiero hacer una paja mientras conversamos, quiero preguntarte un par de cosas. Me debés una respuesta, o más de una.

Hice lo que me pidió y le traje el aceite, estaba un poco intimidado por que cuando Paula tomaba se desinhibía a niveles extremos, se ponía un poco dominante y le gustaba decir frases muy fuertes que me impactaban muchísimo.
Me desprendió el botón del pantalón, bajó el cierre y sacó la pija de adentro del bóxer y comenzó a masturbarme muy despacio. Realmente estaba disfrutando todo ese juego morboso.
─¿Pajerito, no me vas a contar por que tenías la pija parada? Seguro te calentaste tanto mirar culos de las trolas de mis compañeras. –dijo mientras empezaba el vaivén con su mano aceitada sobre mi pija durísima.
─No, me calenté con vos y ese vestido que te pusiste, te quedaba muy lindo parecías una modelo. Te vi hablando con ese tal Demián; ¿te parece lindo ese tipo? – respondí como siempre titubeante

─Obvio, es tremedo macho, ¿no viste lo grandote que es? Las manos grandes me ponen, además tiene su fama en la facu.

─¿Que fama tiene? – pregunté aunque ya imaginaba por el lugar que vendría su respuesta.

─Y es un tipo de esos que les va lo violento, que te cojen la boca y te dan cachetadas hasta que la cara se te pone roja, experto haciendo ortos, enfiestando minas que se le enamoran, le gusta humillar parece al hijo de puta. Un par de compañeras tuvieron historias con el y dicen que además tiene un gato montés durmiendo entre las piernas, que le cuelgan dos kilos de la mejor carne del país.

─¿A vos se te tiró alguna vez? ─consulté con el mismo temor de siempre a sus respuestas.

─Bebé, yo te soy fiel, vos sabés. Ni da que preguntes. Un par de veces me apoyó la pija por atrás y ese tipo de histerias pero nada más. A mi me van esas cosas, me calienta, no te voy a mentir, pero de ahí a que me lleve a un telo hay un mundo, al menos no si vos no querés. Si querés ahora podemos jugar así te pongo calentito. Imagináte que me entregaras a Demian, ¿sabés que me gustaría? Que me vistas y me prepares como si fuera una muñeca, primero me tendrías que poner alguna ropa provocativa que a vos te guste. Contáme que sería.

─Me gusta mucho como te queda la tanga blanca, esa con rosas bordadas que tiene los ligueros y las medias, viene con el corpiño blanco con transparencias que deja ver los pezones, pareces una novia que se está por casar y además de eso, te pondría stilettos claros nacarados.
Mientras tanto su brazo seguía el sube y baja, muy segura de si misma, tocándose la concha con bastante hiperactividad haciendo un moviento sobre el clítoris con tres dedos y salpicando las primeras gotas por toda la cama.

─Que rico mi amor, que me entregues a él vestidita como una puta. Creo que deberías hacer un curso de peinado y maquillaje para que aprendas a peinarme y pintarme cuando me lleves con otros tipos con la pija más grande que vos. Te vas a tener que bancar que me de cachetadas como a su puta mientras mirás, me calienta tanto ese macho que aunque me cague a trompadas yo me dejo con tal de que no me saque la pija enorme de adentro.
Yo estaba por acabar pero sorprendentemente ella acabó primero, se ve que venía muy cebada con la charla, más el alcohol se había relajado en extremo.

─Perdón bebé, acabé sin querer pero te quiero seguir tocando hasta que tires toda la lechita.

─Ya falta poco, te quería preguntar qué hablabas con Demián mientras se reían. ¿Estabas jugueteando con él?

─ Mas o menos, le hice un chiste y se río, me dijo que soy una guarra. Resulta que le pregunté si sabía cuál era la diferencia entre un mosquito y yo. Que a mi cuando me pegan sigo chupando.

Y acabé mucho sobre toda la pierna de Pau, por suerte no ensucie la cama. Busqué varios paños húmedos y recogí la leche que había. Ella ya estaba durmiendo.
No sería la primera ni la última charla que tendríamos sobre Demián o algunos de sus compañeros.

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