Hagamos de cuenta que pasó

Buenasss gente!! No recuerdo cuándo fue la última vez que subí un relato aquí. Quizás el año pasado. Como dije antes: la vida de mamá me tiene muy ocupada. Aunque lo bueno es que ya no es tan solitaria: mi nena empezó a pasar más tiempo (y días) con su papá y yo estoy más que feliz y aliviada. Tengo más tiempo libre para mis cosas personales.
Esto que voy a contar no pasó en sí... Todavía. Pero sé que se dará porque así de positiva soy y porque todo va encaminado a que sea. Les cuento...
Todas las mañanas llevo a mi pequeña al jardín cerca de casa. A pocos metros del mismo, hay un supermercado de una cadena conocida al menos en nuestra provincia. Existe hace menos de 10 años pero siempre se llena de gente. Totalmente entendible porque los precios no tienen comparación con otros lugares. Bueno la cuestión es que rara es la vez que hago alguna compra ahí al menos en el horario que mi hija está en clases. Quizás cuando no tenía idea qué cocinar entonces busco la opción más fácil para ambas y la compro jajajaja los empleados en sí son muuuuy amables y varios son atractivos 😏 pero quiero quedarme en uno solo. La verdad? No sé su nombre. Pongámosle Lucas. Lucas trabaja desde este año como repositor, empezó a prueba y después ya fue quedando efectivo. La primera vez que lo ví quedé 🤤 repito: casi todos los empleados son muy lindos o tienen su encanto vistoso. Pero Lucas fue diferente al menos para mí. Lo describo: alto casi como yo (mido 1.82 aprox), delgado pero cuerpo levemente marcado seguramente por tantas cajas y mercadería que debe mover y acomodar, pelo castaño, ojos marrones, una boca que me derrite (tengo un temita con los labios de los hombres, no recuerdo novio o garche que haya tenido labios finos jajajajaj edipo me llama 🤣) y tatuajes en sus brazos. En sí: una combinación explosiva para cachondearme. Algo que se me pegó de mi madre fue el observar las manos, éstas dicen mucho de una persona y obviamente de lo que carga entre las piernas jaja.
Casi a diario imagino que nos hablamos, pasamos nuestros números y empezamos a charlar de la vida en sí, de las nuestras personales, trabajo y demás cuestiones random. En una, quedamos de vernos una noche y salir a tomar algo. Y es como a mí me gusta manejarme con un chico: salir un par de veces para conocerlo y después ver si da para garchar o decirnos chau y buscar alguien más 😝 quedo con Lucas en vernos después de su trabajo, me visto lo más linda pero sencilla posible, ropa limpia que provoque sutilmente, rico y mucho perfume, make up suave y piel suave (detalles). Él está con su uniforme de trabajo pero con ropa más cómoda en su mochila que le digo si quiere se cambie para relajar. Quedamos en un bar a tomar unas cervezas y comer snacks, charla va charla viene se dan roces de mano, miraditas y yo estoy que ardo por dentro. Me dice que siente que quiere un baño fresco, yo "te acompaño a donde quieras ir a bañarte 😉" y bingo! Ese es el mejor pie que podía pedir. Subo a su moto y encaramos para algún telo. En el camino rozo sus manos nuevamente y las aprieto fuerte, le hago caricias en la espalda o su pecho, bajo de a poco y empiezo a sentir una dureza que buscaba hace tiempo. Era grande y gruesa. Pero no continúo con las caricias al menos ahí. Llegamos, entro, por detrás mío paga el turno y cerramos la puerta. Lucas se saca su mochila y me dice que quiere refrescarse un poco si no me molesta. "Nooooo para nada, tranqui" y por dentro estaba "daaaale que quiero verte en bolasss!!" Jajajajaja. Se mete al baño, abre las llaves de agua y se mete, suspira un poco seguro por el alivio que le da el agua fresca. Yo por fuera me saco la ropa hasta quedar en tanga y corpiño, toco la puerta y pido pasar pero no me escucha de lo relajado que está. Entro y lo abrazo de atrás, se sorprende pero gratamente.
Yo: "Te puedo acompañar en esta?"
Él: "Sssii obvio sí, vení" me estira la mano y me lleva para su lado. Me mojo un poco y le tiro agua a él en modo juguetón, agarro el pequeño jabón y me ofrezco a pasárselo por su cuerpo. Es mi oportunidad de tocarlo y sentir lo que hace tiempo quería sentir con él. Le paso lentamente y de vez en cuando le hago sentir mis uñas pero suave. Él gime bajito ante esta sensación pero no dice nada, solo disfruta mientras también le cae el agua por su cabeza. Le paso por la cara, pecho, hombros, brazos, espalda, panza, me tomo mi tiempo de recorrer su cuerpo, ese cuerpo que no es ni remotamente marcado como fisicoculturista pero es lo suficientemente firme para hacerme volar de calentura. Voy bajando y llego a su pene, le paso jabón pero más mis dedos porque quiero sentirlo, quiero sentir el efecto que mis caricias están provocando. Efectivamente le gustan porque noto cómo se empieza a parar y poner bien dura. En ese momento tiro el jabón y le como la boca de un beso, no aguanto más, necesito besarlo con urgencia. Él responde a mis besos, muerdo sus labios que tanto desee, nuestras lenguas se entrelazan entre sí al mismo tiempo que sus manos me acarician. Primero mi cara, mis hombros, me toca por encima de mi corpiño que se vuelve un trapo mojado, me amasa las tetas, baja por mi vientre hasta mis muslos y me aprieta el orto. Firme y seguro. Yo no puedo explicar lo que vueloooooo de calentura!!! Vuelve su mano de mi cola y se dirige a mi sexo, ese sexo que clama por ser complacido. Me acaricia por encima de la tanga, NINGUNO puede distinguir si estoy mojada por el agua o por la excitación. Corre la tanga y va asomando un dedo suyo, despacio, sin apuro, con tal tenemos todo el tiempo del mundo.
"Mmmmmmmmmmm qué bien se siente..."
"Te gusta? Sigo o paramos?"
"Paremos... Por un ratito". Le digo
Cerramos el agua, nos secamos bien bien y vamos a la pieza. Quedamos en toallas y sin dejar de besarnos. Juro que lo beso como adolescente enloquecida, se sienta en la cama y yo a su lado. Sigo besándolo como si no hubiera nada mejor por hacer... Todavía.
Me siento encima suyo, acomodo mi toalla así no sea un incómodo para Lucas... Pero todo al pedo, no termino de acomodarla que me la quita y tira al suelo, dejándome desnuda por completo frente a sus ojos. Me chupa las tetas con ganas, primero la izquierda mientras me amasa la derecha, luego la derecha mientras la izquierda es apretada con fuerza, me estimula los pezones, yo se las junto para que disfrute, para que yo también disfrute, empujo su cabeza contra mi pecho, mis pechos, no quiero perder un detalle de ese momento. Lo saco de mi pecho y lo vuelvo a besar empujando su cabeza para atrás, el solo hecho de besarlo como lo hago es demasiado excitante y me moja entera. Me aprieta el culo y lo lleva contra él, con un hábil movimiento se quita la toalla y la tira, su pija y mi concha se encuentran, se van conociendo, se rozan y quieren fundirse... Pero no es el momento aún. Me tira en la cama, abre mis piernas y yo ya sé lo que se viene. Empieza besando mis muslos interiores, los aprieta, va subiendo hasta la entrada de la vulva, no se mete de lleno como cualquier inexperto loco por probar una concha. No. Se toma su tiempo. Y eso es que me hace temblar. Sabe lo que hace, sabe cómo jugar y complacer a una mina al menos desde el sexo oral. Mientras se va adentrando, empujo su cabeza porque no doy más, quiero que esa lengua me coja ya ya. Y así lo hace. Así como me gusta. Mete hasta donde le empieza la lengua, hace círculos rozando mis labios internos, juega con mi clítoris, lo besa, muerde, succiona, mete un dedo, luego dos, tres... Yo no tengo palabras para describir lo que estoy sintiendo. Excitación y calentura es poco, quedo corta. Me retuerzo y salen unos gemidos aprobando su habilidoso trabajo, le pido que siga porque así voy a acabar como perra. Sigue. No para este loco, claramente sabe cómo hacerme acabar. Acabo entre gritos y gemidos, entre tirones de pelo porque no quiero que su boca salga de mí, quiero que saboree el tiempo que pasó entre verlo por primera vez y desearlo. Lo hace. Dios mío. Este pibe se toma mis flujos calientes hasta la última gota, los saborea y me sonríe.
Me levanto de la cama y veo que su pija estaba como mástil, no pierdo tiempo. Debo hacerla mía. Me incorporo y lo beso, quiero probar mi deseo. Ufff justo como lo imaginé. Exquisita. Lo sigo besando hasta que me arrincona contra la pared, me toca entera sin dejar lugar sin sentir sus manos. Voy bajando mis besos por su cuello, hombros, los muerdo, paso mi lengua, succiono sus tetillas suave y lo hago gemir, sigo bajando por su panza hasta que llego al lugar donde pienso pasar un buen rato complaciendolo. Me arrodillo y comienzo con una masturbación suave, con una mano arriba y abajo, con la otra masajeo sus bolas, Lucas apoya las manos en la pared porque siente que lo que se viene va a ser mortal y lo va a desestabilizar. Y sí que está en lo cierto...


Continuará en otro relato

0 comentarios - Hagamos de cuenta que pasó