Mi vecina (con derechos) 🔥🔥

Primero que nada estoy preparando la tercera parte de *link* las cosas se pusieron interesantes. Cuando sea el momento indicado publicaré la tercera parte.

Mi vecina es una mujer de unos 47 años linda, algo descuidada con panza que denota que le encanta beber cerveza, a pesar de esto siempre luce un cuerpo aceptable para su edad con leggins del color que se imaginen. Ella vivía sola hasta donde yo sabía y no le prestaba mucha atención.

La musa de esta historia, su hija, Blanca, una minita dos años menor que yo y a quien nunca le había puesto atención. Es morena un poco más alta que yo y tiene una sonrisa que cada que me daba una me ponía como bobo. La primera vez que la vi yo llegaba del trabajo, ahí estaba ella paseando a su perro, me encantan los perros y aún así el animalito no era lo que llamaba mi atención en ese momento.

Lo que me llamaba la atención era la ropa tan ajustada que llevaba, una playera ajustada que remarcaba sus pequeños botoncitos y una calza color menta que probablemente le robó a su madre. Caminaba a mi casa y en un momento creo que pensó que la seguía hasta que veo que entra a su casa, que era la siguiente a la mía.
Mi vecina (con derechos) 🔥🔥

Eso me impresionó porque nunca la había visto, esto dejó más impactado a mi compañero de abajo que tapaba con una carpeta para no llamar la atención. Después de eso nuestros caminos se cruzaron unas cuantas veces. Después de eso la veía cada vez que llegaba a mi hogar y ahora me disponía a saludarla con la mano acompañada de una sonrisa, gesto que ella repetía y a en algunas ocasiones ella me lo ofrecía primero.

Un día salí a correr y escuché pasos detrás de mí, era mi vecina, la saludé y hablamos un rato.
- Hola, nunca te había visto por acá
- Sí... soy como nueva, mis papás están separados y ahora vine a vivir con mi mamá después de mucho tiempo.
- Y por qué siempre andas afuera
- La verdad no me llevo muy bien con mi vieja y busco que hacer afuera siempre.

Ya era algo tarde para mí y me tenía que ir entonces compartimos números para hablar más tardé a las semanas nos hicimos amigos más íntimos y empezamos a salir juntos a caminar mientras paseaba a su perro o solo para quejarnos de nuestra rutina. De repente había coqueteo y la verdad aunque mi amiga de la oficina me hacía sentir cosas Blanca de verdad me gustaba en todo sentido.

Un día entre juegos veo la ropa colgada que lavó su mamá y veo una tanga roja al lado de unos calzones muy matapasiones. Le mandé una foto y le dije
- Bueno se ve que a tu mamá no solo usa los de abuelita
Me respondió solo con emojis de risa y no tocamos el tema de nuevo, aunque esto hizo que nuestras conversaciones se pusieran más hot.

Teen


Ella trabaja en un café para evitar estar en su casa y me contó que la invitaron a una fiesta pero no estaba segura de ir.
- Por qué no vas?
- Na hay un pendejo que siempre me mira todo el culo y las tetas, justo es en su casa.
(No lo culpo pensé mientras también le dirigía la mirada a su culo)
- Capaz y te lo comes - le dije entre risas falsas.
- NO, nunca no me merece - aseguró soltando una risita que me desubicaba - además me estoy reservando para alguien - dijo mientras me miraba muy coquetamente.
- Y si te acompaño? - Le propuse sin saber exactamente de donde salió el valor para decir esto.
- Bueno puede ser además que tenemos que tomar un camión y me llevas tú que conoces - afirmó muy segura de sí misma.
- Va, bueno hasta mañana - me despedí con un beso en la mejilla un poco cercano a sus labios para avivar la llama.

Llegado ese día no iba muy maquillada pero los labios los tenía pintados de un rojo intenso, se puso una falda no muy larga de cuadros negros y blancos que de cierta manera escondía su tremenda retaguardia con una camisa negra de vestir que me pidió prestada. Yo fui igual con camisa de vestir gris y un pantalón de mezclilla normal. En el camión muchas veces me rocé con ella sin malas intenciones pero cuando nos íbamos a bajar ya estaba duro y aproveché un tope que conocía para apoyarle todo en ese culo que se escondía de mí, a lo que reaccionó mirándome pícaramente y bajando de la ruta.

En la fiesta los dos nos pusimos medio ebrios con un vodka de sabor y refresco, jamás me había puesto borracho y con ella sabía lo que iba a pasar. Ignoramos a sus compañeros y solo estuvimos entre los dos, el chavon que se la quería comer vino a molestar un poco pero no le dimos bola y se fue.

En un momento me dice voy al baño ya vuelvo, veo mi celular minutos después y me manda un mensaje
- Puedes venir creo que me manché con algo
Rápida, estúpida e inocentemente pedí unos rollos de papel y servilletas para ayudarla. Toco la puerta anunciando que era yo y me pregunta si no hay nadie a lo que le digo que no.

Abre la puerta y la veo, pasaron 5 segundos pero para mí fueron horas. Estaba parada frente a mí levantándose la falda con la tanga roja que había visto en su patio. Esto me calentó la cabeza y me fui directo a comerme su boca y la senté en la taza para comerme esa conchita que no dejaba de escurrir fluidos. Ella me daba instrucciones de cómo chuparsela y yo las acataba al pie de la letra. Recordé que ese día mis padres fueron a una fiesta y aunque regresaban temprano nos daba tiempo de jugar un poco.
- Tengo casa sola - le dije cuando me empezaba a quitar el cinto del pantalón.
No dijimos nada y nos fuimos sin despedirnos de nadie.

Si les gusta les hago una segunda parte y les debo lo que pasó con mi jefa y mi amiga.

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EdrNad
FOTOS y segunda parte