Cuéntenme y diganme algo

Cuéntenme y diganme algo
Al llegar a la disco anoche , cuando íbamos hacia la mesa, Marcos se acerco a mi y al oído me dijo “por favor, me voy a sentar en frente de ti. Cuando estés sentada, deja abiertas un poco las piernas. Con la poca luz no se verá nada, pero mi imaginación si que funcionara”.
Le miré y dije si estaba loco, la falda que llevo no es muy larga y algo puedo enseñar.
Nos sentamos y Marcos se pujo justo frente a mi. Si abría mis piernas, solo el y Manolo que estaba a su lado, podrían ver algo. Pedimos las copas y de vez en cuando me miraba con cara de pena, como si estuviese rogando. Yo me hacia la dura. Las chicas salieron a bailar, pero a mi, el morbo de la situación me pedía que no me levantara. Estaban los cuatro hombres conmigo. , Nacho estabas a mi lado y no podría ver nada. Marcos insistía con la mirada. Al final, abrí levemente las piernas. Sabia que no se vería nada.
El hecho de abrir mínimamente las piernas me excitó tanto que comencé a sentirme mojada. Marcos me miraba como diciendo, “un poco mas, un poco mas”. Yo, abrí un poco mas. Mi excitación subía, pero a Marcos le parecía insuficiente. Insistía con la mirada. Abrí mas. En ese momento, Manolo dejó caer al suelo, justo frente a mi, las llaves del coche, agachándose a recogerlas y teniendo una visión mas clara de lo que podía haber debajo de mi falda. Manolo miró a Marcos y dijo “nada, en este suelo, como se caiga algo, no se ve nada”. Era una clara señal a Marcos para decirle que no había visto nada. Era lógico por la oscuridad. La verdad yo no llevaba ropa interior.
Volvió a dejar caer las llaves, pero esta vez las tapo con su zapato. Se agacho a buscarlas diciendo que no las veía, que todo estaba muy oscuro. Entonces tu, Nacho, encendiste la luz de tu teléfono alumbrando al suelo. Me quede paralizada. No podía creer lo que estabas haciendo. Le fueron indicando hacia donde alumbrar, hasta que el haz de luz dejaba ver los que había entre mis piernas. El simple hecho de cerrar las piernas acabaría con esa situación, pero que mi marido estuviese alumbrando al suelo y debajo de la falda de su mujer me parecía muy morboso. Manolo, Marcos y Pedro estaban agachados y podían ver perfectamente debajo de mi falda. Además, mi marido ayudaba con la luz del móvil. Marcos saco su móvil, encendió la luz y alumbró directamente entre mis piernas. En ese momento supe que algo verían. Estaba muy mojada y seguro que mi rajita brillaba al enfocar con la luz del teléfono. Se estuvieron recreando un rato hasta que Nacho también se agachaste a buscar. En ese momento, aparecieron las llaves.
Marco cogió su copa y propuso un brindis “Por que los teléfonos no valen solo para hablar, también valen para encontrar lo que se busca”. Todos menos tu, Nacho, sabíamos de que hablaban.
Pedí escusas y me fui al baño. Estaba empapada y se iba a manchar la falda con mis fluidos de mi concha. A la vuelta, antes de llegar a nuestra mesa, me cruce con Pedro que al oído me dijo ”¿Estas caliente, no? Ahora vienes a bailar con los tres, queremos decirte algo”. Me quede paralizada, ¿en que estaban pensando?
Cuando llegue a la mesa, estaban las chicas, mi asiento estaba ocupado por Eva, cosa que me alivió, busque un hueco donde no tuviese tanta gente delante y cuando me senté, llego Pedro diciéndome que a bailar. Marcos y Manolo también me animaron. Yo negaba hasta que tu, Nacho, insististe en que fuera. Sentía un picor en mi raja que deseaba alguien o algo la tocará.
Al final nos fuimos los cuatro a la pista. Comenzamos a bailar, yo estaba en el centro de ellos tres. Poco a poco fueron llevándome hacia una esquina de la pista que estaba algo mas oscura. Cuan llegamos, me arrinconaron con la pared. Los tres me pedían que les enseñara algo más, que subiese un poco mi falda. Me negué e intenté salir de allí, no me dejaban hacerlo. Seguían insistiendo y yo negándome. La verdad es que la situación me estaba excitando y volvía a mojarme. Al final no veían posibilidad y Manolo les dijo a los otros dos, “venga chicos, no seamos pesados”. Se estaban volviendo para irse cuando les dije “Esperar”. Los tres se volvieron y cerraron el circulo sobre mi. Yo empecé a levantar poco a poco mi falda. No sabia por que lo hacia, mi cuerpo me lo estaba pidiendo. Cuando empezó a verse mi culito, me hicieron girar, colocándome de espaldas a ellos. No se cual de los tres, toco con su dedo mi culito llegando casi a mi rajita. Me dio una especie de calambrazo que recorría todo mi cuerpo. En ese momento, empecé a segregar líquidos que recorrían mis piernas. No hicieron nada mas. Me dieron las gracias y yo me baje la falda. Me volví hacia ellos y allí estaban, mirándome fijamente a los ojos. Se fueron a la mesa. Me quede apoyada en la pared. Notaba como mis flujos recorrían mis piernas. Así estuve un rato hasta que me fui al baño a limpiarme. Me metí en una de las cabinas, subí mi falda y comencé a tocar mi rajita. Ni cinco segundos duro que me llegara un orgasmo. Me tapaba la boca para no gritar. Estaba excitadísima. Esperé a que se me pasara, me limpié y fui a la mesa.
Cuando me senté, los tres me miraron con una sonrisa de complicidad en sus caras. Intuían que algo había pasado.
No volvieron ha realizar ningún gesto o comentario en toda la noche. Cuando llegué a casa me fui al baño, cerré la puerta y volví a masturbarme. Lo hubiese hecho diez veces mas si no me hubieses llamado para irnos a la cama mi marido. Intente que hiciésemos el amor, pero puso la escusa que era tarde y estaba cansado.
Tardé en dormirme, incluso me meti un dedo en la concha y cuando noté que tu respiración se pausaba, señal que estabas dormido me levanté y me fui al baño a masturbarme nuevamente.

3 comentarios - Cuéntenme y diganme algo

juan226
Muy buen relato,me moje todo...🔥🔥🔥
Waltermiron2
Y que quiere que le diga. . . Tengo ganas de unos mates con media lunas 😁 lindo culito. ¿ eh? 😋🔥🔥🔥🔥
efprole
que malvada eres, te haces del regoar cuando lo que pedias era unacogida de los 3