Mi tío, mi tía, mi primita y yo (10)

Al otro día nos teníamos que ir ya a nuestras casas, porque Rodri y Cele tenían un almuerzo en lo de unos amigos. Nosotros nos queríamos quedar, ellos nos dijeron que no, pero nos prometieron que el fin desemana siguiente íbamos a hacer algo especial. A la mañana, mientras nos preparábamos para irnos, Mica me preguntó “que decís, me tendré que depilar para el fin de semana? O sea, depilar ahí abajo, digo”. Le dije muy serio que tenía que ver para decirle. Sonriendo, me dijo “acercate”, y tiró del pantalón y la bombacha, mostrándome el pubis, hasta apenas donde empezaba la conchita. Tenía una cantidad normal de vello púbico, muy suave, casi como una pelusa en algunas partes. Le dije que no sabía, que quizá se podía recortar. “Sí, un recorte” dijo. Se escuchó una bocina. Eran mis viejos. Nos despedimos con un abrazo y un beso cerca de la boca, un poco ambiguo, y yo aproveché para hacerle una tocadita de cola por adentro de la bombacha. Ella no dijo nada.


En la semana me maté a pajas hasta el martes. Me hice pajas pensando en el orgasmo que tuvimos con los tíos, en Mica pidiéndome la leche en la cola cubierta apenas por una bombachita casi infantil adorable, en Mica pajeándome en la ducha, frotando su conchita contra mi nalga y metiéndome un dedito en el culo, en Mica mostrándome su pelusita púbica para que le de mi opinión de si se tenía que depilar. Casi no me alcanzó el tiempo para dedicarle la leche que merecía a cada imagen. Ya desde el miércoles arranqué con la abstinencia, porque quería llegar al viernes recuperado y listo para acabar las veces que hiciera falta en la casa de el tío Rodri y la tía Cele. 


Así que llegué que me acababa encima. Al entrar a la casa nomás y ver el vestidito que tenía puesto la tía Cele sentí que no iba a aguantar nada. Y después, cuando llegó Mica, con una pollerita bastante corta, de solo pensar que probablemente más tarde vería lo que había debajo de esa prenda sentí que acababa. Me empezó a poner un poco nervioso la idea de no durar nada. Rodri nos dijo vengan un toque a la pieza. Eran las tres de la tarde, yo había pensado que íbamos a tener que esperar hasta la noche, pero se ve que no. Entramos a la habitación los cuatro. 


Ni bien entramos Cele me rodeó con el brazo derecho, poniéndome muy cerca las tetas, y me llevó hasta el divancito. Me sentó ahí. “Antes que nada tenemos que hacer una cosa” dijo. Me acostó en el diván. Me palpó la pija, que estaba re parada. La miró a Mica y le dijo “yo te voy a enseñar, las nenas tenemos que hacer esto porque sino los nenes no duran nada”. La mención a mi posible eyaculación precoz me causó algo raro: se me murió la pija. Se me bajó totalmente. Cele me bajó el pantalón y los boxers y ahí estaba mi pitito, muerto, una vergüenza. “Eh, recién estaba re duro esto. Pero no te preocupes” me dijo, “Yo se como hacer”. La llamó a Mica paraque se acerque. “Mica, te animás a bajarte la bombacha hasta las rodillas?” le dijo. Esta tía Cele degenerada ya me estaba superando, yo pensaba que el degenerado era mi tío nomás. 


Mica hizo lo que la tía le pedía, y se quedó parada al lado nuestro con labombachita por las rodillas, la pollera cubriendo su conchita al aire. La sola visión de eso ya hizo que empezara a volver de a poco la vida a mi pito, pero ahí Cele hizo algo brutal, que yo no me esperaba. “Permiso”dijo, y le empezó a tocar la conchita a Mica por debajo de la pollera, dos o tres segundos, suficiente para que Mica largara un gemidito. Acto seguido sacó la mano de ahí.Tenía los dedos brillosos de la humedad de Mica, y me los acercó a la nariz. Me hizo oler a Mica en sus manos, y ahí sí, mi pija se puso durísima. 


“Te gusta el olorcito de tu prima, no, chanchito?” me dijo riéndose. “Sacate la remera”. Me gustaba cuando me daba órdenes. Me la saqué. Se inclinó sobre mí, me agarró la pija, y pajeándome con una maestría que no creí posible me hizo acabar sobre mi propia panza y pecho, en quince segundos. Se limpió el semen de la mano contra mi pierna. “Listo” dijo. “Cuando juguemos va a durar más”. Mica seguía con la bombacha baja, me miraba sonriendo y con las mejillas coloradas. Se la subió, y salimos de la pieza. “Chancho rechancho puerco lechoso” me dijo riéndose, “bombacha caída por las rodillas” le dije yo, y me pegó una palmada juguetona en la cabeza. “Ey” dijo Rodri desde la otra punta del pasillo, “en una hora vamos a la pieza y jugamos”.


La siguiente hora la pasamos tirados cada uno en su cama, con una ansiedad sexual tremenda esperando ese momento. ¿Que pasará? ¿Nos cogerán?” dijo Micaela riéndose. La verdad que yo me preguntabalo mismo. “No sé” le dije, “vos aceptarías?”. “Sí, no sé. Creo que sí. Me da miedo de que me duela si me coge el tío. Yo creo que prefiero que me cojas vos si es así”. Me pareció hermosoque me dijera eso. Igual respondí con un chiste, le dije que si meestaba diciendo pija chica. “No tonto, con vos tengo más confianza jaja” me dijo. “Sé que me vas a coger despacito hasta que me acostumbre. Después fuerte jaja. A vos capaz Cele te chupe la pija, no sé, pienso”. 


Yo:“Sí pero si me hacen algo a mi solamente no tiene gracia, a vos te la tienen que chupar también. Te dejarías?”.


Ella: “Sí jajajame re dejo”. 


Yo: “Por el tío o por Cele?” 


Ella: “jajaja los dos!, vos?”. 


Yo: ”el tío no, no soy gay jaja”. 


Ella: “Bueno yo no soy lesbiana y me la dejaría chupar por la tía. A mi me gustaría ver como te la chupa el tío jaja”. 


Yo: “jajajajaaj no creo, Cele sí, le lleno la boca de leche”. 


Mica se rió.


Ella: "A mi me gustaría ver como te cogés a la tía, si te cogés a la tía te aplaudo, machito" 


Nos reímos


Yo: “O sea que ni a palos querés que te coja el tío”. 

Ella: “Bueno, no, para tanto no jaja, nomás que no me animo así de una. Pero te cuento una cosa, vos que sos re chancho te va a gustar. Mis primeras pajas me las hice pensando en que me cogía el tío. Y la primera vez que pude acabar fue imaginándome que el tío me rompía el culo, y mientras lo pensaba me tocaba la cola y así pude acabar, me metí el dedo”. 


Yo: “Chanchaaaa”. 


Ella: “Jajajaja un poquito. Igual a vos te re gusta todo esto, seguro que me olerías la mano,chancho”. 


Yo: “jajajajajaja sí, la mano, la cola, todo. Me dejas oler?”. 


Ella: “jajajaja, que, ahora?” 


Yo: “Sí, mostrame tu cola, abrite los cachetes y te juro que te huelo”. 


Ella: “Mmm, bueno, dale, vení”. Se dio vuelta en su cama, se quedó cola para arriba. “Vení, yo me quedo así acostada” dijo sonriendo, hundiendo la cara en sus brazos y en la almohada, “y vos levantamela pollera, bajame la bombacha y hacé tus chanchadas, yo no te quiero ver, me da vergüenza”. 


Me levanté de un salto y fui hasta su cama. Le levanté despacito lapollera hasta la cintura. Tenía puesta una bombachita tipovedettina,chiquita, más chica que las otras que ya le había visto, aunque nollegaba a ser una tanga. Era violeta. La parte de atrás se metía demanera perfecta en su hermosa cola, y más abajo se ensanchaba unpoco para cubrir ese precioso papo virginal y notoriamente húmedoque ahora yo tenía frente a mi cara. “Permiso” dije mientrasagarraba ambos lados de la bombacha para bajarla, y ella se rió demi cortesía. La llevé justo hasta abajo de las nalgas. Acerqué minariz despacito a esa raja preciosa que se formaba en la unión delos dos glúteos. 


“Dale, abrila sin miedo” me dijo Micaela. Con las dos manos separé las nalgas y pude ver el ano de Mica. Me sentí en una situación tremendamente íntima, viendo a esa distancia la cola, el mismísimo ano de mi amada prima, y con permiso para olerlo. Acerqué la nariz y el olorcito a cola me embriagó. Sentí que la pija me explotaba, como si no hubiera acabado hacía un ratito nomás.“¿Te lo puedo chupar?” me animé a preguntar. “No” me dijo, “ya nos van a llamar a la pieza”. Tenía razón. Se dio vuelta. Me miró. “Igual después vemos” me dijo. “Yo a vos también tequiero hacer cosas. Me vas a decir chancha y lo vas a usar en mi contra, pero la verdad que...”. “Qué?” le pregunté ansioso. “Que te quiero chupar la pija” me dijo riéndose, y después dijo "bueno, basta, basta” y se tapó la cara con la almohada de nuevo, avergonzada, todavía sin subirse la bombacha. 


Desde el pasillo llegó una voz. Faltando cinco minutos todavía, ya nos estaban llamando a la pieza. Yo fui con la pija re parada después de la confesión de Micaela de que se pajeaba (¡se metíael dedo en la colita!pensando en sexo anal con su propio tío, de olerle la cola, y de su anticipo de que tenía ganas (tenía ganas!) de chuparme la pija y que solamente se contenía porque se quería guardar para nuestros juegos perversos con los tíos, que estaban apunto de comenzar

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8 comentarios - Mi tío, mi tía, mi primita y yo (10)

Jazyary +1
Por diiios¡!¡! Vamosnpornla 11
menducom01 +1
por favor pone la 11 esta muy bueno
humber63 +1
Dios como quiero leer como continua.
ElRobinDark
Increíble!! Siempre la misma calidad en tus relatos, de los mejores escribiendo.
Son muy buenas tus historias, necesito más bro!!! Un saludo!!!
topo_vw
Al fiiiiiiiinnnnn! Ya me pajie 30 veces lpm! QUERÍA QUE EMPEZARA LA ACCIONNNNNNNNNNN
miramesto
Ohhhhh, que excelente preludio!!! 🤤🤤🤤