Mi tío, mi tía, mi primita y yo (8)

Nosotros pasamos y nos sentamos en un pequeño divan que tienen frente a la cama. Se ve que se me notaba mucho lo que estaba mirando, porque Rodri me dijo “viste que tetas tiene tu tía?” Cele se rió y le dio un chirlo en la pierna, y ahí sí le dijo, pero amistosamente, “estás loco, que hacés?”. Rodri sonrió y le dijo “los chicos quieren mirar, es normal, lo más normal del mundo”. Y, mirándonos a nosotros, nos preguntó “quieren mirar, no?”. Tanto Mica como yo sacudimos la cabeza diciendo que sí. ”Bueno, reglas: 1) Lo que pasa acá adentro queda acá adentro. 2) Ninguna obligación de quedarse. Los invité a pasar porque ustedes querían ver, si no quieren ver se van a su pieza, cerramos la puerta y todo bien. 3) Se sacan los pantalones, por lo menos, sino nosotros somos los únicos pelotudos en bolas acá adentro. El boxer y la bombacha se los pueden dejar puestos. 4) Si se quieren hacer la paja, es lo más natural del mundo, pueden, está todo más que bien con eso”. 

Ya sin pantalones nos quedamos sentados en el divancito. “Bueno, quieren tomar algo? Dijo Rodri, y antes de que respondiéramos nos sirvió una medida de whisky a cada uno. Una bebida bastante fuerte para nosotros, pero pusimos la mejor cara porque no queríamos dejar de parecer adultos. “¿Que quieren ver?” dijo finalmente Rodri. “Como se la ponés” dijo risueña Micaela. Me sorprendí de su soltura en esa situación, yo estaba muerto de excitación y paralizado a la vez. A la vez, la vi tan bonita mientras lo decía que suspiré de amor. Rodri se rió. “¿Así, derecho, nomás? ¿Nada de juego previo, ni un besito?”. “Bueno” dijo Mica, “hagan como hacen siempre, como si nosotros no estuviéramos”.
Rodri: Como si no estuvieran? Mirá si en un momento tienen ganas de estar, de tocar algo…
Cele: Nooo, mirar está bien, tocar es otra cosa.
Noté varias cosas en la voz de Cele. Una, que estaba bastante borracha. Claro, sino nunca hubiera accedido a esta locura. Otra, que estaba bastante caliente, como agitada de la excitación.
Rodri: Jajjaaj bueno amor, vamos viendo.


Cele se puso boca abajo en la cama, en bombachita verde flúo y nada más. Rodri se acostó apoyando la cara sobre su espalda, la fue bajando hasta la cola, donde aspiró como llenándoselos pulmones, después la puso boca arriba, la levantó por las axilas y la hizo sentarse sobre él, quedando ella de espaldas a nosotros. Se besaban con desesperación, mientras él le agarraba la cola, y ella, con un movimiento rítmico, frotaba su concha todavía cubierta por la bombacha verde flúo contra la pija desnuda de él. Mica me miró sonriendo con picardía. La miré, vi que se estaba tocando la conchita. Me dieron unas ganas increíbles de cogerla ahí nomás, de coger las dos parejas de novios (era mi prima, pero yo quería que fuera mi novia también),Rodri y yo los machos cogiendo a sus hembras Cele y Mica. Pero estábamos de invitados en esa pieza, y había que jugar el juego como lo fueran marcando ellos, que eran los que sabían. Yo tenía la pija en la mano, ya fuera del boxer, envalentonado por el whisky y por la luz tenue. 


Cele ya estaba gimiendo. Rodri le había corrido la bombacha y mientras ella se movía sobre su pija, primero le había colado un dedo, y ahora la punta de la pija. Nosotros veíamos con bastante claridad en la semipenumbra como la cabeza de la pija entraba y salía mojada y viscosa, y ella gemía ante cada entrada y salida. Era increíble estar viendo eso. En un momento ella estiró la mano, agarró el vaso y le dio otro trago al whisky, el también, y le dijo algo al oído. Ella le dijo“ ¿Sí, seguro?”. El le dijo que sí. “Bueno” dijo ella. Él se levantó, sacó algo de un cajón. Nos miró. “Chicos, de esto ni una palabra tampoco. Esto es algo que hacen los grandes”. Era cocaína. Nuestra sospecha de que los tíos se drogaban estaba confirmada. Fue caminando hasta la cómoda, bamboleando su pija adentro del boxer, que se notaba bastante más grande que la mía, y armó unas rayas ahí. Se las tomó. Después se levantó Cele. Por dios como se bamboleaba ese culo divino, con la bombacha mojada y desacomodada. Se inclinó sobre la cómoda para tomar, y la bombacha se le enterró en el culo de una manera que me hizo temblar. Lo que daría por hacer ese culo, por meter mi pija virgen ahí. 


Cele tomó y se transformó, como que se sacudió un poco la borrachera, y le apareció cierta picardía en la carita. Ay, esa carita. Para mi Mica es más linda y es mi amor, perola carita de Cele es hermosa también, no sabés si darle un besito tierno o llenársela de leche, ojalá pueda hacer las dos cosas algún día. Rodri se acercó, le apoyó la pija parada en el orto, y le susurró algo al oído. Esta vez ella no preguntó dudando como todas las otras veces, “vos decís, da, estas seguro?” sino que dijo sí con una sonrisa, y se volvió a inclinar sobre la cómoda, dando el espectáculo de ese culo estupendo. “Sobri” me dijo Rodrigo, “bajaste una bombacha alguna vez?” Sentí un infarto de placer. “No” contesté tímidamente, pero sin dejar de pajearme. “Que, a tu primita no?” “No, se la bajó ella sola”. “Bueno, vení, ayudame, que esto es mucho culo para uno solo, sacale la bombacha a la tía”. Cele estaba entregada, apoyada en ángulo recto sobre la cómoda, ofreciéndome indefensa su tremendo culo a mi, a su sobrinito virgen. 


Me levanté. Cuando lo hice Mica me dio una palmada con pellizco en el culo, entre amistosa y caliente, y me dijo “es tu oportunidad campeón” riéndose entre dientes. Metí la pija en el boxer, caminé hacia ellos. Agarré la bombacha por la tira de los costados, pero mi tío me dijo “no nene, agarrala de la tira que se mete en la cola”. Así que metí la mano entre sus glúteos, sintiendo en mis dedos todo el calor de su cola, y tiré para abajo. La bombacha se desprendió primero del culo, y después de la concha, dejando un rastro húmedo y baboso. Mi tía levantó delicadamente cada pie, y se la terminé de sacar. Se dio vuelta y me miró, con una cara que transmitía tranquilidad y ternura. Le quise dar la bombacha, me dijo “quedátela”. Me di vuelta para volver al divancito, e instintivamente me la llevé a la nariz, y me embriagué (además del alcohol que ya llevaba encima)con el aroma de la cola y la concha de mi tía Cele. Mica me miraba desde el diván, con picardía y complicidad, con la manito en su propia bombacha, sin dejar de pajearse. 


“Mica, vení” dijo Cele con la voz temblorosa. “¿Tenés ganas de sacarle los boxers al tío?. Mica se levantó de un salto, y enfiló para donde estaban. Cele seguía semi inclinada, Rodri la apoyaba. Mica se acercó, tiró del boxer para abajo, y vimos primero su culo, y después, al girar un poquito para decir “gracias”, también su pija. Sí, era bastante grande, una tremenda pija, y ni hablar que era más grande que la mía, que todavía le faltaban unos años para adquirir su mejor tamaño. A Mica se le iban los ojos mirándola, estaba fascinada por ese pedazo de carne. “Querés tocarla?” preguntó Cele. Mica envolvió el grueso de la pija de Rodri con su manito, la sostuvo un segundo y la soltó. “Que tal eso?” preguntó Cele. “Grande, caliente jaja” dijo Mica. Cele se rió, una risa mezclada con un gemido. “Ahora la va a tener adentro tu tía” dijo Rodri. “Agarrala de nuevo y apoyala en la concha de Cele”. Mica volvió a agarrar la pija e intentó apoyarla. Se ve que no sabía bien donde, porque Cele la guió, y la pija quedó ahí, lista para meterse en la conchita mojada de nuestra tía. 


Rodri empujó y entró toda. Cele gimió. “Acerquen ese sillón y vengan a ver más de cerca si quieren” dijo Rodri. Con Mica interrumpimos la paja unos segundos para hacer eso. Después, ya sentados más cerca, retomamos nuestras pajas, ahora mirando de cerca como la pija mojada de Rodri entraba y salía de la concha de Cele, como se le sacudían las nalgas, escuchando cada gemido. “Ala tía cuando se la cogen le gusta que le den besos en la boca mientras se la cogen, besos de lengua, pero yo no llego. Alguno me ayuda?” “Ay sí, sobrino, nos ayudas?” dijo Cele gimiendo. Me acerqué y me puse frente a su cara. 


“Vení” me dijo, y me agarró de la nuca, llevando su boca hasta la mía, y metiendo violentamente su lengua en mi boca entreabierta, mezclando nuestras salivas. Solamente interrumpió el beso para decirme “podés tocarme las tetas si querés”. Yo se las empecé a manosear, disfrutando como loco. Eran las tetas más hermosas de todas, sacando las tetitas de mi amada primita (aunque cualquier no enamorado creo que se quedaría con las de la tía, grandes y pulposas). Sin dejar de besarme me agarró de la nuca, me acercó a su oído y me dijo algo que solamente yo escuché, "un día le podés acabar en las tetas a la tía si querés". “Ay, un dedo en la cola” pidió en voz más alta, inmediatamente después. “Vení Mica” llamó Rodri. Cele lo miró mordiéndose el labio inferior. “Dame la manito” le dijo, y se la agarró, le separó el índice y se lo llevó a la boca de Cele. que chupeteó todo el dedo, casi como si estuviera chupando una pija. Rodri la miró, y le abrió las nalgas a Cele con las dos manos. Mica le hundió el dedo en la cola, y Cele gimió. Mica empezó a meterlo y sacarlo despacito, mientras ella misma se contorsionaba sacando culito. 


Rodri, que estaba en todas, me agarró la mano, me llevó atrás de Micaela y e hizo exactamente lo mismo que había hecho antes, pero llevando mi dedo a la boca de Mica. Mica chupó mi dedo de la misma manera que Cele le había chupado el suyo. En esa forma de chuparme el dedo entendí que estaba el permiso y el estímulo para lo que seguía. Se estaba contorsionando más, sacando más culito. Rodri con mucha delicadeza, con dos dedos apenas, tirando del elástico, le bajó la bombachita hasta abajo de las nalgas. Yo fui buscando con el dedo, sentí primero el calor de su cola en mi mano, llegué a su ano, y fui empujando el dedo ensalivado con suavidad, mientras ella, moviendo la cola y empujando, me guiaba con placer. 


Era una cadena de placer en realidad, Cele gemía mientras Rodri se la cogía en cuatro y Mica le cogía la cola con el dedito. Y yo atrás de Mica, que tampoco dejaba de gemir, cogiéndole esa colita adorable con mi índice(esta vez sí le estaba cogiendo la colita con el dedo, no como la otra vez que apenas le había metido la puntita por unos segundos),y con la mano izquierda masturbándome apenas, haciendo un gran esfuerzo por no acabar, mientras veía y escuchaba semejante escena, y sentía el culito de Mica por dentro. Por suerte se ve que yo no era el único al borde de acabar, porque la tía Cele empezó a gemir más fuerte, a decir “acabo, acabo, acabemos”, mientras Rodri aceleraba las embestidas de su pija en la concha, y Mica las de su dedito en la cola. 


“Ay, la leche, en la cola” dijo con voz entrecortada la tía. Rodri sacó su tremenda pija de adentro de ella y se puso frente a la cola para cumplir el deseo. Mica se dio vuelta un segundo y me miró, en su carita quise entender que ella también iba a querer la leche en la cola, a imitación de la tía, y me preparé para darle toda mi descarga. Pero en ese momento Cele dijo “Ay, la leche ay en la cola, los dos, los dos”. Rodri me miró con una sonrisa malévola, me agarró del brazo y me puso al lado suyo, todo esto sin que mi índice derecho deje de entrar y salir dela cola de Mica, con mucho cuidado de no lastimarla. Listo, ver a mi tía en cuatro así, gimiendo y pidiendo agregar la leche de su sobrino a la acabada que estaba pidiendo fue demasiado. Y por su fuera poco, Micaela se puso la diez, y sin que nadie le pidiera nada, sacando el dedo de la cola de Cele, nos agarró las pijas a los dos y nos empezó a masturbar. Rodri ya estaba acabando, grandes chorros de leche caían sobre la cola de mi tía y sobre la manito de Mica, y pronto se agregaron los míos, de mi pija salieron montones de leche líquida y casi transparente, que se mezclaron con la leche más espesa de mi tío. 


El culo de Cele quedó totalmente cubierto por esas leches mezcladas, mi leche mezclada con la de mi tío, con el dedo de Mica otra vez entrando y saliendo en esa viscosidad. Mica también empezó a acabar, y sentí como su culito se cerraba sobre mi mano, mientras ella se pajeaba con violencia. Segundos después todos habíamos acabado, Cele seguía inclinada, con la cara apoyada sobre sus brazos. Levantó la cabeza, tenía la cara transpirada y colorada, y los ojos brillosos. “Acabaron lindo, mis amores? Nos preguntó. Le dijimos que sí. “Bueno, vayan a bañarse al baño de abajo, y después a dormir” dijo, recuperando su compostura de tía.

21 comentarios - Mi tío, mi tía, mi primita y yo (8)

Sjobs +1
una delicia!
x_xok +1
Una locura +10
AnonimoC82 +1
Está increíble continualo pronto
humber63 +1
De10. Espero la continuacion, esta buenicimo
QUEIMP +1
Muy buenos!!!
user878785 +1
Me encantó. Quiero más de los chicos sólos, no incluyas siempre a los adultos. Es una sugerencia
ElRobinDark
Loco, me volví adicto a esta historia, es magnífica, cada relato se pone mejor, excelente laburo, quiero más, necesito más!!!
HHdimash
Para cuando el siguiente?
Alvarogmr +1
Me tenés loco esperando 😂
miramesto +1
Excelente, fascinantemente caliente y morboso 🤤😍