Y un día me cojí a mi profe

Y un día me cojí a mi profe



Era un Jueves por la tarde en la estación de trenes de Once, era invierno y  el clima era muy nublado y ventoso. Susana estaba en el andén esperando a que llegue la formación que la llevaría a su casa después de una jornada de trabajo, cuando escuchó una voz que la llamaba.

-Susana! Susi!!!

Automáticamente se dio vuelta y reconoció la voz de su vieja y querida amiga de la escuela secundaría: Maria.

-Hola Mari como estas ! Tanto tiempo!

-Ey Susi, ¿qué contas? No te veo desde que terminamos el cole. Dos años?

-Si, dos años más o menos, no se si un toque más. Vos qué onda?

-Acá volviendo de laburar, estás apurada? Si tenes ganas nos podemos tomar un cafecito y nos ponemos al día. Queres?!

-Si! Dale amiga, de una. Vamos

Susi y Mari se fueron juntas al café que se encontraba dentro de la estación de trenes y se pusieron cómodas en los asientos que estaban más al fondo. Susi pidió un café con leche y Mari la acompañó con una lágrima.

-¿Qué onda vos ? ¿Seguiste estudiando?, preguntó Mari con vehemencia, siempre fuiste re nerd para el cole vos.

- jaja, si! sigo estudiando, comencé a hacer el profesorado de Educación Inicial, estoy por la mitad, ahora mismo, vengo de hacer unas prácticas en un Jardín de Infantes, mira! (Susana sacó un delantal decorado con flores y colores de su mochila)

-Qué leeendo!!, gritó Mari sujetando las manos de su amiga, siempre supe que ibas a llegar lejos, yo como una boluda no seguí estudiando y ahora trabajo en una oficina de mierda de atención al público. No veo la hora de irme al carajo, jeje, pero bue… tampooooco es tan malo. Vos que onda, como la llevas?

-¡Mirá! Yo tampoco estoy en el paraíso, el laburo es lindo, pero difícil, muy cansador, la verdad es que me gusta mucho y creo que es por ahí. Tampoco me quedé en esa, también estoy estudiando actuación, quiero hacer carrera ahí también.

Maria abrió los ojos bien grandes, se aferró a la mesa y gritó ¡como Gilda!

-Sisi como “Santa Gilda” amiga!

Susana y Maria levantaron los brazos y comenzaron a agitarlos en el aire mientras cantaban “porque tengo el corazon valiente/ voy a quererte /voy a quererte” toda la gente del bar comenzó a mirarlas mientras cantaban y reían, hasta que se calmaron y volvieron a charlar de nuevo.

Maria tomó las dos manos de Susana en la suyas y mirándola a los ojos bien fijo le dijo: la verdad es que sos re grosa amiga, te admiro.
-Admirarme por que Mari? Por querer ser como Gilda? Le dijo medio entre risas.

-No boluda, por animarte a seguir tu sueño. Todos tenemos sueños, pero la mayoría de la gente ni siquiera se anima a comenzar a construir lo que sueña, vos lo estas haciendo, que importa si llegas o no a realizarlo, lo estas haciendo y eso es un montón. Ya hiciste mucho más que la mayoría de la gente.

-Ay boluda! ¡Me vas a hacer llorar! grito Susana tan fuerte que uno de los mozos se acercó y les preguntó si estaba todo bien? Sisi disculpe señor, estábamos charlando. Le respondió al mozo.

-Es verdad amiga, te re mereces todas las cosas que te están pasando, sobre todo si son buenas.

-Gracias Mari, te re quiero, que bueno que nos encontramos. Vos qué onda? ¿Qué contas? Estás saliendo con alguien.

-No, saliendo con alguien no, pero me veo con algunos chongis del barrio. Nada serio, ¿vos?

-Más o menos igual que vos, pero el otro día me pasó algo re loco. Te acordas el profesor de literatura que teníamos en el último año del cole, Gabriel Campuzzi, el de literatura?

Mari abrió los ojos azules bien grandes mientras se llevaba la taza de café con leche a la boca y antes de apoyar los labios en ella dijo un sonoro: sí me acuerdo! Para después comenzar a beber.

-Bueno, la semana pasada quedamos en vernos y me lo re garche.

Mari escupió el café con leche de inmediato, en medio de una carcajada, mientras se le caía el líquido de la boca y decía ¡Puta! ¿Qué onda? ¿Cómo hiciste?

En medio de la situación el mozo se acercó de nuevo a la mesa y preguntó: chicas todo bien? Sisi! Respondieron las dos y siguieron conversando.

-Mira, la onda fué así, dijo Susana: después de que terminamos el cole nos encontramos por IG. A veces cada tanto me comentaba algún estado, pero tranqui. Nada del otro mundo, a los dos años más o menos…

-O sea ahora, no? Retruco Maria.

-Sisi, hace unos meses comencé a subir contenido en mejores amigos, nada muy zarpado, pero le comencé a mostrar piel al profe.

-jajaj sos una zarpada amiga! Y que te decía?

-Nada. Boludeces. Fueguitos, corazones, blabla. Pero un día me tiró una onda para salir y quedamos en ir a tomar algo.

-¿Y qué onda? Dijo Mari con los ojos grandes y abiertos como dos huevos duros.

-Estuvo bien, me quiso invitar a comer y el muy ciruja no tenía guita, se la había olvidado no sé qué, bue, el punto es que después fuimos a caminar por ahí a una plazita y me tiró una onda para besarnos.

-y…..???
-Yo le di un besito en la boca, re tiernis, y un abrazito, de paso aproveche y le re apoye las tetas.

- y él qué onda? ¿Qué hizo?

-Me volvió a besar metiéndome la lengua re adentro y me agarró el culo con la mano, re fuerte me apretó! la cola

- ¡Re atrevido el profe!

-Nooo, después mientras me tocaba el culo sentí como me rozaba la concha con un dedo abajo del jean, ahí en la plaza

- jajajaja, es un re zarpado el hijo de puta.

-Si, ahí metí un toque de distancia caminamos como dos personas adultas y serias y después cada uno se fue a su casita.

- Y..?!!!!

-y que cuando llegue a casa estaba estaba en llamas amiga, me fui a acariciar un toque al baño con el bidet a ver si el agua fría me calmaba un toque pero fue peor, estaba re sensible, el chorrito del bidet me hacía sentir cosquilleo por todos lados. Los pezones los tenía duros, estaba como loca, me tuve que calmar con un juguete que tengo por ahí.

-Qué haríamos sin los juguetes amiga?!

-Usamos las manos o el mango de los cepillos, como nuestras madres y abuelas, no?

-Reee en esa…. Olvidate. Y que paso despues?

-Así como estaba me puse el hilo dental más chiquito que tenía y una musculosa blanca de morley, bien para que se me marquen los pezones y le mande un par de fotos.

-Te la jugaste che…

- Y que queres que haga? Que arda en soledad? Nonono si voy a arder nos quemamos juntitos.

-Y..?

-y que el pelotuda casi que se infarta cuando le mostré cómo estaba y me comenzó a geder que cuando nos vemos, que vivo solo, que no se que…

-¿Quedaron en algo?

-El otro fin de semana fui a visitarlo y estuvo todo bien.

-Conta detalles puta! Que me estoy calentando.

-Jajaja, sos terrible amiga.

Por tercera vez se volvió a acercar el mozo y les volvió a preguntar, esta vez con voz de locutor de radio. ¿Las señoritas precisan alguna cosa?
La respuesta de las dos chicas fue al unísono: ¡NO GRACIAS! Lo que le alcanzó al mozo para entender que estaba interrumpiendo.

-Como te decía Mari, quedamos con el chabón para el otro finde y lo fui a visitar.

-Qué onda por favaaar, contame con lujo de detalles.

- y mira, el tema es asi, el tiene 40 y yo 22, ya estamos grandes ambos para rodeos y a esa altura no nos íbamos a poner a maratonear series de Netflix, cuando entre a la casa, deje mis cosas en el perchero, le di un piquito muy tierno en la boca y me puse a rezar de una.

- te arrodillaste apenas entraste? Así de una.

-siiii de una, al toke pinto el karaoke, de una boluda, tuki.

Mari estaba usando el menú del bar como abanico, se puso colorada y con la respiración agitada. Dale segui! Me gritó.

- Bueno yo sigo, pero vos calmate.

-Sisi, disculpa amiga, es fuerte esto.

-Si lo sé. Pero bueno, como te decía: se la chupe un buen rato, lo pajeaba mientras lo miraba a los ojos y cada tanto le escupía la cabeza del choto para después limpiar la saliva, le chupe las bolas y me la trague tan profundo como pude, alta verga tenía el tipo.

Maria escuchaba el relato con los ojos abiertos. Segui segui, dijo…

- Estuvimos así un rato hasta que me dijo de ir a la cama, nos besamos mucho mientras nos vestíamos, me tocaba toda la concha mientras lo hacía y en una me dice: queres jugar al veterinario?

-Como?! Dijo María.

-Lo mismo que le dije yo. ¿Cómo se juega a eso? A lo que me responde: te pones en 4 como una perrita buena y me dejas que te inspecciones el cuerpo.

-uffff ya fue amiga, digo Mari, me voy al baño a cambiar la tanga, es mucho todo esto.

-Si lo sé, pero no se acaba ahí. Le pregunté de nuevo ¿cómo? Y me respondió: acostate boca abajo y abrite bien la cola que quiero saborear tus hoyitos.

-AHH BUENO. Listo y que hiciste?

- Le respondí con la voz más putona que pude interpretar: guau guau!!

-jajajaj sos terrible amiga.

- Yo era la perrita, pero él me lamió toda amiga, toda todita, adelante y a traz, al toque se puso el forro y comencé a cabalgar, no te quiero exagerar, pero salpicamos para todos lados. Gocé mucho, quedé satisfecha.

Maria respiraba agitada. Que historia amiga, me hiciste re flashear.

-Si boluda, no sabes cómo quedé yo, me temblaban las piernas.

-Y como termino?

-Término con el profe acabandome en las tetas con unos chorros de leche caliente que me hicieron flashear en colores. Después nos fuimos a bañar juntitos y nos tomamos un café que sirvió en unos platitos re lindos que eran de su abuelita. Y así nomás un día me cojí al profe, jajajaj.

- Jajaja, que buena onda. ¿Che y da clases particulares? Jajaja. Grito Maria

- jajajaja no se, pero si queres le pregunto TURRA!


Estábamos terminando de merendar cuando una señora mayor, con la ayuda de un bastón se acercó a nuestra mesa y nos dijo: disculpen chicas, no quiero ser metida, pero escuche la conversación que tuvieron.

-Perdón señora no quisimos molestarla, dijo Susana.

-No no chicas, esta bien, les queria decir que me gusta escuchar a las mujeres jóvenes de hoy cómo viven su sexualidad, en mi época por mirar a un chico que no era tu novio poco más te mandaban a un convento, pero me alegra saber que las cosas están cambiando, les deseo una buena tarde. Dijo y se alejó muy despacito con la ayuda de su bastón.

Maria se paró y le dijo: quiere que la ayudemos a salir señora?

La señora dio media vuelta con dificultad y dijo: soy vieja, no discapacitada.

Maria miró a los ojos a Susana y le dijo: claramente la vieja se quedó caliente.

1 comentario - Y un día me cojí a mi profe