Mi mujer de puta en el presidio

En mi afán de ver a mi mujer con otros hombres la convenci que visitara en la cárcel a un amigo mio que quería acostarse con ella.  Mi amigo , un hombre negro unos años mayor que nosotros lo habian arrestado por una mierda y estaba pasando algun tiempo en la carcel.
El consiguió ponernos en su lista de visitantes y me llamó para que le llevará a mi esposa. El presidio donde estaba era un lugar sumamente tranquilo y me aseguró que ella no correría peligro en ir a verlo. Un fin de semana al mes pudimos visitarlo.
En nuestra primera visita, mi esposa uso un minivestido holgado de algodon. No enfatizaba su figura, pero hizo poco por ocultarla.

No pude evitar notar las miradas de admiracion que mi mujer estaba recibiendo de la mayoria de los hombres alli.
Ella tambien disfrutaba de la atencion. Estaba dando abrazos libremente e incluso besando a los muchos amigos que él le había presentado.
Yo tambien estaba muy emocionado viendo las manos de mi amigo acariciando constantemente el culo y los grandes pechos de mi esposa.
La mayor parte del tiempo ellos me ignoraban.
Cuando el sol comenzó a ponerse y el periodo de visitas se acercaba a su fin, mi amigo rodeando a mi esposa con el brazo, me informo que despues de la "revision de la cama" de la noche, cuando se contaba a los prisioneros, podia escabullirse.
No habi­a estado con una mujer en meses y queria follar con mi esposa.
Me pidió que nos quedaramos en nuestro auto en el estacionamiento y él se uniria a nosotros alli.
No me gusto mucho la idea, pero cuando mi mujer cubrio la mano de él con la suya y la movio sobre su pecho, era obvio que todo estaba planeado, asi que acepte quedarme.
Luego ambos nos dirigimos hacia el auto y una vez alli­, tomamos una siesta. Habi­a sido un dia largo, con el viaje hasta alli y la visita de un dia completo yo estaba cansado.

Aproximadamente a las 10 de la noche, nos desperto un ruido y era mi amigo que estaba tocando la ventana.
Le dijo a mi esposa que saliera, diciendo que iri­an al bosque cerca del estacionamiento. No me habian invitado, no como esperaba.

El llevaba una manta doblada y, tomados de la mano desaparecieron en el bosque.
Unos minutos mas tarde, incapaz de reprimir mi necesidad de seguirlos, me dirigi hacia el bosque yo también.
En silencio, tome el mismo camino en la espesa maleza que habian tomado. No habia llegado muy lejos cuando escuche los sonidos de ellos haciendo el amor incluso antes de verlos. Caí de rodillas y me arrastre de manera invisible hasta un espeso arbusto a unos metros de ellos.
Tuve una hermosa vista de la verga negra sorprendentemente grande y larga de mi amigo bombeando furiosamente dentro y fuera del apretado coño de mi esposa. No habia necesidad de ser tan cauteloso con mi enfoque. Mi mujer era bastante ruidosa y obviamente estaba disfrutando de la polla dura que estaba recibiendo.
El eyaculó con un grito, y de repente me di cuenta de la mancha en medio de mis pantalones. El no se retiró pero dejaron de follar y se quedaron quietos un rato.
Mi amigo le susurraba al oido y yo no podia oir lo que deci­a, pero mi mujer disfrutaba de lo que le estaba diciendo. Podi­a escucharla rei­r y decir "si­" varias veces.
Empezaron a follar de nuevo, esta vez mas silenciosamente. El se retiro momentaneamente y mi esposa rodo sobre su estomago. Extendio la mano y abrio sus nalgas para que la gran polla de mi amigo le entrara en su apretado culo.

Mi mujer retrocedió y de sus gemidos y palabras de aliento, podría ­decirse que realmente le gustaba tenerlo en el culo . Mi amigo entonces disparo su segunda carga en su culo.
La conversacion entre ellos fue mas susurrada y pense que casi habi­an terminado.
Retrocedi bajo los arbustos y volvi­ al coche. Poco tiempo despues, mi amigo salio de los arbustos y se acerco al coche. Me dijo que algunos de sus amigos querian follar con mi esposa y esperaba que yo no me opusiera. No me opuse, y entonces lo vi regresar a la prision.
Unos minutos despues salio otro hombre y se interno entre los arbustos. Pronto fue seguido por otro . Esta vez fui aun mas cauteloso con mi acercamiento y fui recompensado al ver a mi esposa siendo follada en doble penetracion con una polla negra en su culo y una polla blanca en su coño.
Los dos presos no debian haber estado con una mujer en mucho tiempo. le estaban dando a mi esposa una serie de golpes repetidos y a ella le encantaba que la follaran asi duro.
Terminaron y se fueron, diciendole que se quedara callada porque venian otros. Yo tambien permaneci
escondido alli en silencio.

Incluyendo a mi amigo, ocho hombres se follaron a mi esposa esa noche.
Cuando ambos regresamos al auto, tambien me folle su coño extremadamente jugoso. Deslizar mi polla hinchada en el agujero viscoso y enorme de mi esposa fue increi­blemente rico.
Yo tambien queri­a follarle el culo, pero me dijo que estaba demasiado hinchado y dolorido. Ella me prometio que podria usar su trasero tan pronto como se recuperara de los golpes de la noche.
A medida que se acercaba el di­a de la siguiente visita, mi esposa se emocionaba cada di­a mas. Nunca la habi­a visto tan excitada sexualmente. A mi amigo ahora le permitian llamarla.
Me dijo que le habian concedido privilegios mas especiales, le habi­a prometido prestarle mi mujer a un par de guardias como premio por los privilegios.
Nos levantamos al amanecer del dia de la visita. Estaba ansiosa por el sexo duro que mi amigo y los otros prisioneros habi­an planeado para ella. Llevaba el mismo vestido que habí­a usado en nuestra primera visita, pero lo habi­a acortado.
Era tan corto ahora que apenas cubri­a su trasero curvilineo. Si se inclinaba un poco hacia adelante, su coño quedaba a la vista.
Al llegar, firmamos el libro de visitas. El guardia de admision me dijo que fuera al patio. Envio a mi esposa por otra puerta. Me hizo un gran guiño y un gesto de la mano y desaparecio en la prision.
En el patio, me recibio mi amigo,, me agradecio por traer de vuelta a mi esposa.
Le dije que no podia evitar que ella viniera aunque quisiera, lo cual no habia hecho. Solo pasamos un par de horas charlando.
Los dos guardias que se turnaban para follar con mi esposa le habian prometido que no habri­a problemas con sus actividades mas adelante.
Ellos fueron los que le permitieron usar el telefono cuando estaban de guardia.
Mi mujer volvio un poco despeinada y se unio a nosotros. Para su evidente deleite, pronto nos vimos rodeados de hombres cachondos.
Mi ereccion fue prominente cuando vi una de sus fuertes manos masculinas acariciando y tentando el cuerpo de mi esposa. Creo que mi amigo se convirtio en el hombre mas popular de la carcel.
Perdi­ la cuenta de la cantidad de hombres que se habian acostado con mi esposa ese di­a y esa noche. Mas de veinte estoy seguro. Ese fue nuestro segundo dia de visita y durante el resto del tiempo que estuvo en prision, mi esposa no perdió ni un solo di­a de visita.

Un dia, me dijo que le habia dado el permiso para dar la direccion de nuestra casa a algunos de sus compañeros de prision que habi­an terminado de cumplir sus condenas.
Al menos una vez al mes aparecian en nuestra puerta un par de ex convictos. Mi mujer los llevaba la cama con entusiasmo.

Cuando tambien mi amigo salió de la carcel su primera parada fue en nuestro dormitorio. Yo lo invite a quedarse hasta que encontrara un lugar propio.
Vivió con nosotros durante aproximadamente un mes, todo ese tiempo durmió con ella y continuó prestandola a sus amigos.

2 comentarios - Mi mujer de puta en el presidio

AldinGomez +1
Y porque no me la prestas para darle un fuerte atracon q ganas no me faltarán de cojermeka mientras le mamo los senos
Cornudofeliz123 +2
Conmigo no hay problema, te presto a mi mujer cuando quieras.. la follas y me la dejas toda llena de leche . Yo me encargo de limpiarle todo ese semen con mi lengua cuando termines con ella.
fa_jose
que buen relato colega, a disfrutar a pleno de esos cuernos!!!
Cornudofeliz123
Muchas gracias a tí por leerme y comentar, mis saludos 🤗