Este es mi segundo relato que tengo para contarles. Me pasó hace un tiempo y me calentó muchísimo. Estaba conectado en la App (grinder) y un flaco de 25 años que vive a seis cuadras de mi casa me escribe y aunque prefiero más grandes o más cercanos a mi edad, seguí la conversación con él. En principio pintaba como cualquier conversación de la App y como él me compartió una foto en la que estaba con un ambo de médico se prendieron mis fantasías, algunas de las cuales ya había realizado, pero que podía concretarse nuevamente.
Le planteé el jueguito y él se prendió. Faltaban unas horas para el encuentro y yo debía ir a su casa. Que a partir de ahora sería “el consultorio”, le dije que armara una especie de consultorio para que el juego sea lo más real posible y me encantó porque él se enganchó enseguida y me escribió desde otra cuenta como si fuera el secretario del doctor. Él es estudiante de medicina y ya verán que será muy buen médico je je. A partir de ahí el jueguito se puso cada vez más interesante ya que hablaba con el secretario y me iba informando el domicilio, la hora de la consulta y que sería el último paciente del doctor por ese día. El jueguito continuo y llegó la hora de ir hasta el consultorio para esto me había puesto una tanguita abajo del jean y me fui hacia la consulta. Mi pequeña mochila con el gel, un bóxer para cambiarme luego y un aceite para masajes. No se imaginan lo que me calentó ir caminando por la calle con la tanga puesta. Ya lo había hecho en un viaje a Buenos Aires pero allá me calentaron y al final no se concretó el encuentro.
Fui avisando a “su secretario” que ya estaba cerca del “consultorio”. Llegué toqué timbre y salió con el ambo puesto (la parte de arriba, abajo era un jean). Le dije hola Dr. Disculpe que llegué unos minutos tardes pero recién salgo de trabajar. El respondía desde su lugar de médico y me encantó que el juego continuara. Atravesamos un patio, había otros departamentos. Para esto era muy tarde de noche, casi las 0 hs.
Entramos a la casa y me encontré con un escritorio, una notebook, una silla para él y del otro lado dos sillas, en una me senté yo. Comenzó la tarea de dar los datos, ambos dábamos nombres y él supuestamente registraba mi historia clínica.
En breve les sigo contando sobre la consulta médica.
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Le planteé el jueguito y él se prendió. Faltaban unas horas para el encuentro y yo debía ir a su casa. Que a partir de ahora sería “el consultorio”, le dije que armara una especie de consultorio para que el juego sea lo más real posible y me encantó porque él se enganchó enseguida y me escribió desde otra cuenta como si fuera el secretario del doctor. Él es estudiante de medicina y ya verán que será muy buen médico je je. A partir de ahí el jueguito se puso cada vez más interesante ya que hablaba con el secretario y me iba informando el domicilio, la hora de la consulta y que sería el último paciente del doctor por ese día. El jueguito continuo y llegó la hora de ir hasta el consultorio para esto me había puesto una tanguita abajo del jean y me fui hacia la consulta. Mi pequeña mochila con el gel, un bóxer para cambiarme luego y un aceite para masajes. No se imaginan lo que me calentó ir caminando por la calle con la tanga puesta. Ya lo había hecho en un viaje a Buenos Aires pero allá me calentaron y al final no se concretó el encuentro.
Fui avisando a “su secretario” que ya estaba cerca del “consultorio”. Llegué toqué timbre y salió con el ambo puesto (la parte de arriba, abajo era un jean). Le dije hola Dr. Disculpe que llegué unos minutos tardes pero recién salgo de trabajar. El respondía desde su lugar de médico y me encantó que el juego continuara. Atravesamos un patio, había otros departamentos. Para esto era muy tarde de noche, casi las 0 hs.
Entramos a la casa y me encontré con un escritorio, una notebook, una silla para él y del otro lado dos sillas, en una me senté yo. Comenzó la tarea de dar los datos, ambos dábamos nombres y él supuestamente registraba mi historia clínica.
En breve les sigo contando sobre la consulta médica.
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0 comentarios - Juguemos al doctor ! (Relato gay primera parte)