Relatos salvajes (parte 2/5): El local cerrado

Mis relatos salvajes son una sagade 5 relatos en que cuento experiencias extremas vividas haciendo un viaje pordiversos lugares de España.


Local cerrado
Con 18 años recién cumplidos, elverano antes de empezar la uni nos fuimos 8 amigos (4 chicos y 4 chicas devacaciones a las playas del Mediterráneo).
5 horitas muy majas en autobús,porque no nos había dado tiempo de sacarnos el carnet a la mayoría y a los quesí, no se veían listos para hacer un viaje de esa distancia, aparte de que noteníamos un choche tan grande.
La casa tenía dos dormitorios.Uno con literas, otro con cama de matrimonio y, en el salón, había dos sofásque se convertían en cama. El reparto fue de la cama con literas para ellas,los sofás camas para dos de mis amigos, para mi la cama de matrimonio y, paraun amigo que no quería compartir conmigo, el suelo. Porque es así, y era lo queprefería.
Obviamente allí los días seresumían en levantarse tarde, desayunar por la tarde, luego ir a la playa y, ala noche de fiesta por todos los bares y discotecas que pudiéramos. Es habitualque en esas fechas haya chicas que te ofrecen copas gratis para que entres atus bares y, una noche en que estábamos 3 del grupo y el resto se había ido porotra parte, nos convenció una chica para ir a su bar, que era pequeño y solohabía un par de personas dentro. El barman empezó a probar con nosotros unavariación de cócteles a cada cual más imaginativo y según iba viniendo gentenos íbamos haciendo amigos todos de todos.
La relaciones públicas venía devez en cuando a acompañar a la gente que entraba y volvía a salir. Tras tantobeber ya hizo falta ir al baño y me encontré ahí a una chica que había entradohace poco comiendo la polla a un chico que había llegado poco antes quenosotros. Esperé y al poquito, en cuanto salieron fui al baño y vi que había unagujero en la pared del baño con el otro. Escuché un murmullo cuando me saquéla polla y un tímido: anímate. Yo iba bastante bebido y con poca consciencia demis actos, asi que metí dentro la polla y alguien me besó la punta y tiró haciaatrás la punta de mi grande.
Empezó a frotármelo con fuerza ycon cada movimiento de muñecas se iba endureciendo el tronco hasta estar conlas venas completamente marcadas.
-         Dios, que grande tienes la cabeza. Decía lapersona de dentro y empecé a notar algo duro contra lo que apretaba mi polla,que enseguida noté que era su pezón. Estaba restregándose contra su enorme tetami polla.
En esas alguien tocó la puertadel baño y voceó si había alguien, asi que me soltó la polla y me puse lospantalones. Salí del baño y le dejé a un chico que también tenía que mear. Pusoel cerrojo y, cuando iba a salir del baño, la chica que estaba en la puerta deal lado abrió la puerta y la vi sentada en la tapa con el vestido por lacintura con sus enormes y rosadas tetas al aire. Con un gesto me pidió queentrara y tras eso, tapó con un cartón el agujero con el que antes había hechoel glory hole, echó el pestillo, me volvió a bajar los pantalones y se metió deun bocado mi polla en la boca, la cual aún seguía bastante dura.
El tío del baño de al lado se fuey ella me escupió en la polla y se la puso entre las tetas. Me hizo una paja detetas y ya me estaba latiendo la polla a punto de correrme cuando golpearon lapared del baño de al lado. Ella paró y quitó el cartón con el que había tapadoel glory hole. Saludó como si conociera a la persona del otro lado y me dijoque metiera la polla ahí. La metí y noté como otra mano empezaba a amasarme.Una mano más fina y suave. La chica que me había estado pajeando con sus tetasse levantó y echó el pestillo ya a la puerta principal del baño para que nadieinterrumpiera y dijo que ya había cerrado, entonces la mano que me pajeabasoltó y vi como se separó y se puso en la entrada del baño, lo que yo entendícomo que ya no lo teníamos que hacer a escondidas y vi que era la relacionespúblicas que había estado trayendo gente. Una rubia muy morena con una tallaperfectamente equiparable a una 95E, que se empezó a desvestir y dejar su ropaen el suelo junto a su amiga. Pese a ser rubia tenía mucho vello en el coño,muy moreno además. Se le cogió y empezó a separar sus labios, asi que me lasfollé a las dos muy ricamente. De vez en cuando se oían portazos de gente quequería entrar, pero más adelante nos dimos cuenta de que pararon porque lachica al entrar había puesto un cartel de fuera de servicio.
Las dos chicas tendrían 25 años,7 años más de los que yo por ese tiempo. Pero las comí el coño, el culo, lastetas. Las bañé con mi leche las tetas y el pelo del coño. Me volví encantadode mi viaje. En esas mis amigos pensaban que me había ido a casa y al regresoestaban ya durmiendo.
Valga decir que repetí un par deveces durante esas vacaciones hasta que me fui. Esta vez solo con la relacionespúblicas, que literalmente me hizo tener relaciones públicas con ella en unbaño.

0 comentarios - Relatos salvajes (parte 2/5): El local cerrado