Vacaciones Candentes. Capítulo especial V:

“Cruzando la línea” 

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Después de pasar aquellos días maravillosos con Gabriela, la pareja regresaba a su casa, en donde se enteraron de la noticia de que Axel e Ignacia se habían comprometidos. Vanessa no soportaba aquello y se la pasaba encerrada en su habitación, la mayor parte del tiempo lloraba, porque la relación entre su hermano con la culoncita, debía haber terminado y no haber cruzado a esa etapa. Diana era otra de las afectadas, no obstante, la joven disfrazaba su dolor con una sonrisa maquillada. 

Fueron unos días muy duros y hostiles en la casa, en donde April consoló a su retoña en sus brazos. Uno de aquellos días, la muchacha le preguntó por qué le dolía tanto, a lo que la Milf le contesta que se debía a que se había enamorado profundamente de Axel. La mujer tratando de aliviar ese desgarrador dolor que sufría su hija, le comentó que pronto tendría lo que tanto había andado pidiendo y soñando. La jovencita, solo abrazaba a su madre y quería que ella lo mimara igual que cuando era una niña pequeña. 

Tomás se sentía totalmente frustrado, ya que tampoco le agradaba ver a su pequeña en ese estado. Sin embargo, no podía hacer nada más que dejar aquello en las manos de su esposa, quien de seguro iba a terminar de animarla. Mientras ordenaba unos libros en su estante, le comunican que tenía una paciente de última hora. Él le dice que la dejen pasar, que iba a atenderla, todo esto para evitar ver a su hija en ese estado deplorable, sentándose en su silla, observa entrar a una joven de la misma edad que Vanessa.

Ella era bastante guapa, con unas curvas sensacionales, un trasero infernal, no tan grande como el de las gemelas, pero tenía lo suyo, más con el vestido ajustado que estaba ocupando esa muchacha y también poseía un buen par de tetas. Tomás se quedó en silencio al ver aquella preciosura en frente de él, que con una sonrisa, llegó a incomodarlo, pues su verga se colocó dura como una roca. Ella al igual que el maduro, estaba asombrada, ya que no imaginó que ese hombre le iba a resultar muy atractivo. 

Tomás: (Tragando saliva) Ho-hola, ¿cómo estás? 

Dijo él, sin quitar sus ojos de ese par que le recordaba a su ex casera y a su madre. Ella se quedó en silencio por unos minutos, no sabía qué decir o por donde iniciar, hasta que Tomás, le sugiere que le diga su nombre. –“Ma-Mariana”- tartamudeo ella.

Tomás: Bien Mariana, ¿a qué has venido? 

Expresó el hombre sin saber que la respuesta de esa jovencita iba hacer que su vida volviera a cambiar un poco su rumbo. Aquel día, regresó una hora más tarde de lo habitual a su casa, al llegar llamó a su esposa, pidiéndole que saliera un momento. Esto dejó en suspense a la Milf, que trataba de pensar para qué su marido lo citaba afuera de la casa. Al salir, Tomás se le acerca, su rostro proyectaba desorientación, preocupada le pregunta, qué pasaba. 

Él se quedó mudo por unos segundos y luego de un largo suspiro, le consultó a April, si recordaba con exactitud a todas las mujeres con las cuales él tuvo sexo en antes que naciera Vanessa. Ella lo quedó mirando con extrañeza y le contesta que sí, que tal vez no recuerde a una o a dos, pero que sin duda recuerda a la gran mayoría. –“¿Por qué quieres saber eso, Tom?”- inquiero la mujer, al mismo tiempo que se percataba de una figura dentro del coche de su esposo. 

Antes de que April abriera su boca, para preguntarle quien estaba en el automóvil, la ventanilla se baja y se da cuenta que era una joven morena, la cual dice, –“Papi, ¿ya puedo bajar?”-, esas palabras dejaba desconcertada a la Milf que miraba a su esposo en búsqueda de explicación. Explicaciones que él no las tenía, la muchacha al ver a la madura sonríe, –“¿Ella es tu esposa, papá? Es muy linda”- concluyó, haciendo que April queda tan confundida como lo estaba Tomás.

Tomás: Mariana, te dije que tuvieras un poco de paciencia, lo que me has dicho no es algo fácil de digerir. 

Mariana: Todavía dudas de mi palabra, ¿verdad? 

Expresó la muchacha, abriendo la puerta y saliendo del coche. 

Mariana: Ya te dije que por mí no hay problema que te hagas un examen de paternidad y compruebes que soy tu hija.    

Ella se acercó al hombre, mientras que April la observaba de pies a cabeza, analizándola y tratando de encontrar alguna similitud de las mujeres con las cuales tuvieron sexo con su esposo en su juventud. Sin embargo, no le recordaba a nadie, la jovencita decidió cambiar su rumbo y aproximarse hacia la Milf. Al estar a unos centímetros de distancia, Mariana le sonríe de nuevo y le da un beso en la mejilla, a la vez que sus manos se deslizaron por la cintura de ella, hasta agarrar sutilmente sus glúteos. 

Mariana: Uuuff, mamacita. Si no fueras la mujer de mi papi de seguro te invitaba a unas copas. 
Le susurró, dejando cada vez más desconcertada a la Milf. 

April: ¿Qué? 

Dijo la mujer, al ver como esa joven le daba la espalda y se dirigía hacía Tomás, meneándole el culo.
 
Mariana: Si que tienes un buen gusto, papá, aunque para ser sincera, tú tampoco estás nada mal. 

Afirmó colocando nervioso al maduro. 

Mariana: Bien papi, ¿vamos a entrar a tu casa para que conozca a mis hermanos?, o, ¿me seguirás teniendo acá fuera?

Murmuró, agarrándose del brazo del hombre y apegándolo a sus senos.

Tomás: Ma-Mariana, solo dame unos minutos. Quiero terminar de hablar con April y podrás entrar a la casa.

Mariana: Ok, papi. Pero no voy a volver al coche y tampoco te soltaré, porque no te imaginas lo emocionada que estoy por haberte conocido finalmente.

Tomás: Como tú quieras. 

Aseguró él, luego de soltar un breve suspiro. April seguía  sin asimilar todo lo que estaba pasando así que, solicitó que le expliquen cómo empezó todo. Mariana tan risueña como había estado todo el día, inicia con su relato. Le confiesa a la mujer que ella había decidido buscar a su padre, porque estaba pronto a casarse y quería que él la llevará al altar, teniendo en cuenta que su madre, desde muy pequeña le dijo que su papá no sabía de su existencia y solo se lo revelaría cuando ella quisiera conocerlo. 

–“Pasé mucho tiempo queriendo conocer a mi padre, pero no tenía el valor de pedirle a mi madre que me confesara su identidad y menos para venir a verlo, hasta ahora y por eso estoy muy feliz de estar a su lado”- declaró apegándose más a él y besándolo en la mejilla. –“Ya veo, por casualidad, tu madre no te dijo, ¿cómo conoció a Tommy?”- interpeló la mujer, tratando de atar los hilos sueltos. La veinteañera miró al hombre y mordiéndose los labios, guardó silencio por un momento.

–“Mamá me dijo, que ella que tuvo que pasar unos días junto a una de sus tías. Uno de aquellos, la encontró cogiendo con papá y bueno, ella se les unió, luego de ser empotrada como nunca, quedó embarazada”- aseveró la jovencita, dejando más dudas que respuestas. La Milf se disculpó y le consultó si tenía alguna fotografía de su madre, para ver si la reconocía, la muchacha busco en su móvil, una foto en donde su madre saliera sola. Al encontrarla se la mostró a April, quien quedó asombrada por el físico de esa mujer.

Vacaciones Candentes. Capítulo especial V:


April: Wow…

Exclamó sin reconocer a la mujer, pero maravillada por su belleza. 

Tomás: ¿Verdad que es un pibón? Y disculpa Mariana por desconfiar y dudar de tu palabra, pero yo recordaría haber cogido con esa hermosura que tienes de mamá. 

Argumentó el maduro sin darse cuenta que su esposa lo miraba con cierto enojo. 

Mariana: Lo comprendo papi y por eso te lo reitero a mí no me molesta que nos hagamos un examen de ADN. 

Tomás: Sí, pero ese será el último recurso. 

Dijo sin dejar de mirar la pantalla del móvil y excitándose. 

Mariana: (Sonríe) Veo que te has quedado fascinado con mi madre.

Tomás: Uuufff… Es que es un bombonazo.

Expresó cachondisimo, no obstante, al levantar su mirada y ver los ojos furiosos de su esposa, sonrió nerviosamente. 

Tomás: Pero no tanto como tú, mi amor. 

Añadió tratando de solucionar todo lo que había dicho. 

April: Lo siento pero no la logró recordar. Por cierto, ¿cómo dijiste que se llamaba? 

Mariana: Pía María. 

Respondió la joven con una sonrisa. Por más que trataba de recordar a esa mujer y el nombre, April era incapaz de hacerlo. Sin tener más opción, el matrimonio invita a pasar a Mariana a su hogar, con la condición que no dijera todavía nada, ya que querían preparar a todos para la noticia. La chavala acepto y al entrar a la residencia, quedó impresionada por la decoración. Dejándola explorar cada rincón, la pareja madura se murmuraba, tratando de acordarse de Pía María. 

April: (Suspira) No quiero dudar de esa chica, pero tal vez su madre la ha engañado. Es decir, mírala, ella es morena, su madre no lo es, ya que tiene la piel bronceada y tú menos, aunque sus ojos si me recuerdan a los tuyos.
 
Tomás: También barajé esa hipótesis, supongo que no va a quedar otra alternativa que hacer el examen de paternidad. 

Planteó el hombre de mala gana, Mariana dejaba de mirar a su alrededor y volvía a acercarse donde estaba el maduro con su mujer, al mismo tiempo, Vanessa bajaba por las escaleras, la muchacha quería que su madre le diera una píldora para dormir. –“Tienes una hermosa casa, papi”- afirmó la jovencita, tomando nuevamente del brazo a Tomás. –“Gra-gracias”- tartamudeo nervioso él, sin percatarse que su hija mayor estaba a su lado. 

–“¿Papi?”- murmulló la rubia desconcertada, –“¿Quién carajos es esta tipa?”- agregó enojada y allegándose a ellos. El hombre sintió un escalofrió recorrer por su espalda, porque tendría que lidiar con aquel encuentro que no quería que se diera aún. Se voltearon y a la morena se le trazó una sonrisa en el rostro, –“Guao, esta belleza debe ser mi hermana, ¿verdad?”- preguntó mirando detenidamente a la muchacha. –“¿Hermana? ¿De dónde salió esta chiflada?”- interrogaba Vanessa a sus padres. 

Tomás: Hi-hija… Tranquila. 

Vanessa: ¿Tranquilizarme? ¿Cómo quieres que lo haga?, si tienes a una extraña tomándote del brazo, llamándote “Papi” y asegurando que es mi hermana.

Mariana: Porque lo somos, preciosa.

Vanessa se molestó al escuchar aquello y camina directamente donde Mariana para embestirla, no obstante, April la detiene. La mujer agarrando a su hija de la cintura, voltea y con tono dudoso expresa, –“La tía con la que tu madre estuvo cuando conoció a Tom, ¿se llamaba Celeste?”-, Tomás al escuchar eso, se le dilataron los ojos y giró su cabeza para observar a la muchacha, quien de sus labios suelta lo que era obvio, –“Sí, ese es el nombre de la tía de mi madre”- 

Todo comenzaba a cobrar sentido para el matrimonio, quienes reconstruían aquel evento en sus memorias. Todo ocurrió unos días después de que April se reconciliada con Tomás y le confesara que serían padres, ellos no dejaron de andar cachondo y follaban a cada instante que podían, sin embargo, sus cuerpos lujuriosos no les bastaba celebrar esa noticia con ellos mismos, así que recurrieron a la Milf de al lado. Tocando la puerta del piso de su casera, Tomás esperaba ansioso ver a esa mujer.

Apenas Celeste abrió la puerta, él y April entraron sin importarle que hubiera alguien junto a la mujer. La madura les preguntó si necesitaban algo, ellos la rodearon, mientras Tomás le mordía los labios y acariciaba esos senos macizos, la joven le mordía el lóbulo a la Milf y filtraba sus dedos debajo de la falda que usaba la mujer en esa ocasión. Celeste se rindió fácilmente a ese toqueteó y los tres se fueron a su habitación, en donde iniciarían una fiesta de orgasmos. 

Tras haberle devorado el coño y estar embistiéndola por cerca de 7 minutos, Pía María se hizo presente en esa escena. En ese entonces ella tenía 20 años y el motivo por el cual, la pareja no la recordaba, es que lucía muy diferente. Usaba anteojos, tenía el cabello corto y de color negro, y sus tetas eran más pequeñas, todavía no se las había operado. La madre de Mariana quedó cautivada por la enorme tranca que atravesaba la vagina de su tía, causando que su cuerpo se le encienda. 

April al darse cuenta que estaba cachonda, se le acercó y le consultó si quería unirse a la diversión. Pía María aceptó sin dudarlo, viendo como su tía se regocijaba con cada estocada y jadeando trataba de balbucear su nombre. Celeste cayó vencida después de una intensa corrida que tuvo, Tomás se aproximó a la sobrina de su casera y sin preguntarle el nombre, fue comiéndole la boca y desnudándola. Cuando la tenía totalmente encuerada, él la tomó de la cintura y la recostó en la cama, donde introdujo su verga en lo más profundo.

Tomás no paró de golpear ese útero, porque los chillidos que soltaba la futura madre de una de sus hijas, lo excitaban muchísimo. La boca de esa desconocida era maravillosa y el muchacho la disfruto hasta no poder más, estando cerca de eyacular, se lo susurró a la joven, quien entre gemidos, le pidió que se viniera dentro de ella, a la vez que arañaba su espalda. Tomás la complació, llenándole la matriz de su semen, sin saber que la dejaría embarazada. 

Luego de recordar aquello, se sentaron con Vanessa y le explicaron las cosas, la joven rubia fingió asimilar todo y no podía creer que sus padres fueran tan descuidados cuando eran jóvenes, pues todos esos embarazos se pudieron haber evitado si hubieran usado preservativos. –“Creo que al final no va ser necesario tomar una pastilla para dormir, ustedes me han dejado agotada con todo esto. Quiero imaginar que no tendré más hermanos producto por su lujuria e irresponsabilidad”- concluyó Vanessa yendo a su habitación.    
  
Mariana por su parte, estaba contenta ya que las últimas dudas de que ese hombre era su padre, se había desvanecido. –“Así que, si eres mi papá”- dijo ella abrazándolo emocionada, –“Eso creo”- afirmó él con cierto misterio. –“De todos modos, vas a hacerte el examen de paternidad, ¿verdad?”- expresó ella algo angustiada, porque el miedo que él no fuese su padre regresaba y aunque solo había compartido unas horas con él, ya se había encariñado.

Tomás: No, solo necesito hablar con tu madre, eso es todo. 

Aquella declaración, hizo que Mariana volviera a sonreír. Tomás era el hombre que ella siempre quiso como padre. 

Tomás: Mañana mismo vamos a ir a verla. 

Marina: ¿Mañana?

Preguntó asombrada. 

Tomás: Sí, mañana después de todo no vives tan lejos, de hecho creo que vives al lado de mis padres.
 
Mariana: Espera, me estás diciendo que todo este tiempo, ¿estuve viviendo al lado de mis abuelos? 

Tomás, Sí, las casualidades e ironías de la vida. 

La joven no podía contener tanta su alegría hacía que vuelve a abrazar al maduro, quien se colocaba incomodo, pues todo el día estuvo lidiando con esa sensual muchacha y su verga no hacía otra cosa que colocarse dura. 

Mariana: Por cierto papi, ¿en dónde voy a dormir hoy?

Consultó con cierto tono de picardía. 

Tomás: En la habitación de Simón, tu hermano menor, ahí tenemos un sofá cama donde podrás dormir por hoy. 

Mariana: Papi, pensé que ibas a ofrecerme dormir a tu lado, eres malo. 

Dijo ella haciendo un berrinche. 

Tomás: Pe-pero Mariana, t-tú ya estás mu-muy grande. 

Enunció el maduro tartamudeando y nervioso. 

Mariana: Sí, sin embargo, todos mis hermanos han dormido a tu lado cuando eran pequeños por lo menos una vez. Yo también quiero hacerlo aunque ya sea grande, pues ha sido uno de mis anhelos desde que era una niña, dormir al lado de mi padre. 

El puchero que hacía la joven, hacía que Tomás entrada en un dilema, no obstante, quería evitar que durmieran juntos, porque no quería que ella se diera cuenta de las erecciones que le provocaba. 

Tomás: No… No lo sé, Mariana… 

Mariana: Oh vamos, estoy seguro que a tu mujer no le molestaría. 

Ella mira a la Milf que solo había sido testigo durante esos minutos. 

April: Creo que debes complacer en ese deseo a tu hija, amor. Yo me iré a dormir junto a Simón y tú haces feliz a tu niña. 

Mariana: No es necesario eso, me gustaría que tú también te quedes con nosotros, después de todo, vas a ser mi segunda madre.

Comentó mirando los senos de la mujer y mordiéndose los labios. April dudo en dar su respuesta, ya que todavía no digería del todo la información, sin embargo, Tomás apoyo a la muchacha, con el fin de poder mantener su cabeza cuerda y no cometer una locura. Los tres se acostaron, en el lado derecho estaba Tomás, en el lado izquierdo April y al medio de los dos, se encontraba Mariana, sonriendo de felicidad. No era como lo tenía planeado el maduro, pero por lo menos con su mujer ahí, tenía cierta tranquilidad.

Fue una noche larga para el hombre, en donde no lograba cerrar los ojos y solo temblaba en un mar de dudas. No podía mirar a esa recién llegada como hija, por más que quisiera, solo veía a una joven mujer atractiva, a quien le hacía falta afecto paterno. En su cabeza él divagó y discutió con si mismo, un buen par de horas, hasta que finalmente, logró descansar un poco. La jovencita al ver que el maduro dormía, sonrió y se le apegó en su pecho, ella no mentía que había anhelado ese momento por tanto tiempo. 

Todas las noches cuando era niña, tenía la leve esperanza que su padre iba a aparecer y sería mimada como todas las demás chavalitas que tenían padre. Nunca le guardo rencor, porque su madre, siempre le explicaba que él no sabía de su existencia, que fue producto de una noche loca, pero para ella era lo más importante. El cariño de su mamá siempre estuvo, sin embargo, el solo hecho de poder estar al lado del hombre que la engendro, le hacía sonreír y que su corazón se acelerada. 

A pesar de todo eso y de estar convencida de que él era su padre, Mariana no podía evitar sentirse también atraída en otro aspecto a ese maduro. Sexualmente hacía que se cachondeada, el aroma de él simplemente le parecía seductor e irresistible. Allegando su nariz lo más cerca de ese pecho, huele profundamente a la vez que sus manos se deslizaban por el torso del hombre. –“Dios mío papi, físicamente no estás nada mal para tener casi 40 años”- murmulló, con su vagina goteando. 
  
Ella continuó descendiendo con sus manos, acercándose cada vez más a ese bulto marcado, al mismo tiempo sus labios ascendían para chocar con los de él. –“Ooohh, papi… Ahora entiendo por qué mami se entregó a ti sin dudarlo, si tienes un paquetazo”- susurró, agarrando el pene del maduro y mordiéndole los labios. –“Aunque a mí me tendrías de piernas abierta, aún si la tuvieras pequeña, porque es tu aroma a hombre la que me enloquece”- añadió lamiendo sus labios.

–“Uufff… Es muy dura y caliente… Perdón por lo que voy hacer papi, pero desde que te vi me tienes deslumbrada y como te dije tu fragancia a semental me hace perder la cabeza”- dijo besando sus labios y sin dejar de masturbar esa polla que estaba en todo su esplendor. –“Te voy hacer muy feliz papi, sin embargo, para que tu mujercita no se coloque celosa, también me divertiré con ella”- murmuró con un tono travieso y chupando dos de sus dedos. 

La joven se metió entre las sabanas, se sentía sofocada, no obstante, sus ganas de probar ese trozo de carne, eran más intensas. Bajándole el pantalón, la muchacha ve como esa verga quedaba encima de su rostro, mordiéndose los labios empezó lo dar unas lamidas alrededor de ese tronco, mientras que una de sus manos, se filtraba en la lencería de April y sus dedos rozaban el sexo de ella. La morena no dejaba de chupetear esa tranca como si fuera una paleta, su sabor salado era de su agrado. 

Intentó engullirse entera esa polla, no obstante, solo logró meter un poco más de la mitad, a pesar de aquello su habilidad con su lengua era impresionante, provocando que Tomás, suspirada y jadeada. Ella no podía dejar de chupar esa vara de carne, la cual le resultaba adictiva. –“Mmmgghh… Papi, sí que tienes una verga muy rica”- afirmó, saboreándose la boca y golpeándose con ese tronco los labios, –“Podría estar toda la noche mamándotela, pero es turno de hacer chillar a tu esposa”- añadió relamiéndose.  

Mariana sin soltar la pija de su padre, ascendió y miró a April, quien dormía plácidamente. El camisón que usaba la Milf para dormir, le parecía una prenda muy reveladora aún con la oscuridad de la noche. –“Joder papi, que mujer más candente tienes”- expresó aproximándose a ella, –“Mamá podrá ser un bombón, pero esta rubia es un ángel caído del cielo”- agregó, enterrando su rostro en las tetas de April. Con su mano le baja el camisón, dejando libre esos pechos lactantes y los empieza a chupar. 

–“Hhmmmgg… Oooohhhh”- exclamaba la Milf dormida, Mariana era agresiva al chupar esos senos, mordía los pezones y los estiraba, todo aquello, sin dejar de masturbar al hombre, quien volvía a quejarse de placer. La muchacha se sentía en el paraíso y su excitación llegó al límite, cuando la mujer de manera inconsciente, la abrazó, asfixiándola entre sus enormes ubres. Tener ese cuerpo voluptuoso causo que la joven se corriera. Al quedarse quieta en la cama, recuperando su energía, regresó a mirar a la mujer. 

Mariana: Puedo ver que te ha encantado como te chupaba esas tetazas… Entonces vas a alucinar cuando te coma ese coño sabroso que tienes, mi Afrodita. 

Afirmó, saboreando las gotitas que había soltado la Milf. A la mañana siguiente, Tomás al despertar sentía su pene húmedo y pegajoso. Él de manera ilusa, piensa que había sido producto de su sudor y lo caliente que andaba en la noche. Sentándose en la cama, suelta un suspiro y camina hasta su closet, en donde busca su toalla y ropa con la cual se vestiría. Entrando al baño, se desnuda y hace correr el agua, mientras tanto pensaba en cómo iba a aclarar con los demás que tenía otra hija fuera del matrimonio y que Vanessa la aceptada. 

En eso, Mariana abre los ojos con una sonrisilla promiscua, la joven aprovechaba que el hombre no estaba presente, para seguir con su juguito que había dejado en suspense. Colocándose encima de la Milf, le baja con cautela el camisón, para volver a ver sus enormes ubres, al mismo tiempo que lo hacía, sus labios que había humedecido con su lengua, se acercaban a los de la madura. Los de ella estaban secos, pero la muchacha se encarga de mojárselos, al morderlos y saboreárselos. 

Al ver esas tetas libres, inicia a chuparlas tal como lo había hecho en la noche, su boca hacía un sonido obsceno cada vez que se retiraba esos pezones erectos. –“Hhhmmm… Tienes una leche muy adictiva, imagino que todos tus hijos no dejan de chupártelas, mi Diosa”- expresó con unos hilos de salivas que unían su boca con esos gordos senos. Mariana continuó chupando y haciendo que la mujer de su padre, soltara unos pequeños jadeos. 

La jovencita se empapaba con el solo roce de sus pieles, por lo que acarició su vulva, entrándole ganas de que ambas vaginas se flotaran una contra la otra. No obstante, lo que más le apetecía en ese momento, era disgustar ese chocho. Bajando hasta la entrepierna de la Milf, empieza a arañar con suavidad la tela que cubría ese coño rubio. –“Que dulce y afrodisiaco olor, mamita”- murmura la morena mordiéndose los labios y sin dejar de rasgar el sexo de su madrastra.   

April entre sus sueños soltaba unos gemidos, acompañado con el nombre de su esposo, aquel travieso juego de la joven, la estaba encendiendo. Sin perder más el tiempo, Mariana retira la tanguita de la Milf y ole ese chochito maduro, antes de darle una tierna, lenta y larga lamida. –“Dios mío, no me equivocaba con que tenías un coñazo”- dijo la chavala paladeando esos melosos jugos. Luego moja dos de sus dedos y se lo introduce a la mujer, entretanto llevaba su lengua a ese provocador clítoris.      

Sus dedos eran succionados paulatinamente por esa vagina y con sus dientes sostenía esa legumbre, causando que la rubia chille profundamente y abriera sus ojos, entre jadeos. La mujer incrédula, piensa que era su marido quien le estaba dando una comida de coño matutina. Por lo que gozaba de esos dedos finos y esa boca lujuriosa. Siguió quejándose sin importar que se la oyeran, era tan bueno ese sexo oral que no valía la pena callar y ahogar sus bramidos. 

–“Oooohhh Tommyyyy… Q-que travieso eres”- balbuceó sintiendo como estaba cerca de venirse. Pero justo entonces, su esposo le responde desde el baño, –“¿Dijiste algo Princesa?”- preguntó él ignorando lo que pasaba  en su cama. La Milf tuvo un escalofrió aterrador, al escuchar la voz de Tomás proviniendo del baño. Echando las cobijas hacía atrás, descubre que era Mariana quien le estaba devorando el coño, la morenita al ver que fue descubierta, dejó de jugar con esa vagina y subió hasta que sus labios chocaron. 

–“Ma-Ma-Ma-Mariana”- tartamudeó la madura sin creer lo que estaba pasando, la muchacha por su parte sonrió, disfrutando el morbo. –“Buenos días, mamacita, espero que te haya gustado cómo te desperté, porque a mí me fascino probar ese chocho rubio”- dijo con picardía. La mujer trató de reaccionar y separarse de esa chiquilla, no obstante, la joven sujetó sus brazos, impidiendo que escape o la empuje. –“Debo admitir que papá tiene un excelente gusto y lo envidio por tenerte como mujer”- le susurró en el oído.     

April: (Nerviosa) Ma-Mariana…

Mariana: (Interrumpiendo) Ssshhh… No digas nada mami y solo disfruta igual que antes, porque vaya que lo hacías. 

Le murmuró, mordiendo su lóbulo. April respiraba con desesperación, tratando de buscar una salida a esa candente escena lésbica en la que era protagonista. Mariana le muerde los labios, haciendo que se coloqué más agitada. –“Uufff… Mi novia de seguro se colocará muy celosa cuando te vea”- afirmó, flotando ligeramente su coñito con el de la Milf. –“¿No-no-novia?”- exclamó la mujer confundida, la muchacha volvía a morder esos labios finos, –“Sí, novia. Me voy a casar con una chica, ¿papá no te dijo?”- 

Cada segundo que pasaba, el cuerpo de April se rendía y Mariana aprovechaba para seguir dominándola. No obstante, la Milf al ver que le soltaba ligeramente los brazos, ella se levantó y sin decir nada, corre al baño. Tomás estaba por salir cuando ve a su mujer aproximándose con desesperación e inquieta, él le pregunta qué le había pasado, sin embargo, ella no responde y solo lo besa. Mariana suelta una pequeña risita y se viste, para bajar al primer piso. 

Axel e Ignacia que estaban despiertos porque les tocaba un examen en la primera clase, ven descender por las escaleras aquella misteriosa jovencita, quedando con la intriga de quién era. –“¿Y está quién es?”- preguntó murmurando la culoncita, –“N-no lo sé”- respondió nervioso él, –“Tal vez sea una amiga de Vanessa”- agrega sin quitarle los ojos de encima. Ella se les acerca y sin dejar de sonreír, mira detenidamente al muchacho. –“Tú tienes que ser mi hermano Axel, ¿verdad?”- señaló de forma directa.

Ambos adolescentes al escuchar esa declaración, dilataron sus ojos y luego se miraron mutuamente, tratando de entender lo que había dicho esa chavala. Mientras tanto, Vanessa que había dormido muy poco, le mensajea a Romina, quien seguía pasándola mal. –“Romi, ¿puedo llamarte?”- le escribe con la esperanza de leer un sí, ya que de todas sus amigas, Romina era la más cerca y que la comprendía mejor. Sin dejar de mirar la pantalla de su móvil, ve la respuesta que ansiaba observar. La rubia sin perder el tiempo, le marca a su amiga. 

Vanessa: Hola Romi, disculpa que te moleste. 

Afirmó la tetoncita acomodándose en la cama.

Romina: Descuida, yo quería hablar contigo, solo que no me atrevía, porque sé que me vas a decir que me dejé de llorar y acepte las disculpas de mi madre. 

Vanessa: En realidad, no te llamo para hablar de ti, sino de mí. 

Respondió la rubiecita con una voz quebradiza.

Romina: ¿De ti? ¿Qué te paso? 

Consultó la joven preocupada. 

Vanessa: Sabes, estos días no he estado evitándote porque estaba molesta por tu actitud depresiva, sino porque yo estoy mal, muy mal. 

Manifiesta entre lágrimas.

Vanessa: Me gusta lucir fuerte ante ti, porque soy mayor y quiero que me veas como una hermana mayor, porque yo te veo como una hermanita. Jamás me he quejado de tener solo hermanos varones, me gusta mi familia tal como es, sin embargo, en el fondo siempre desee una hermana, con quien pueda pelear y competir de manera tonta e infantil por el amor de mi padre. 

Romina se conmueve por las palabras de su amiga y también comienza a llorar. 

Vanessa: Tú mejor que nadie sabes cuánto amo a mi padre y que no solo lo quiero como tal, sino como hombre y me gustaría cruzar la línea entre lo moral y lo prohibido. No obstante, mi corazón le ha pertenecido a otro, nunca te lo confesé porque no quería molestarte con mis problemas y es que… Ese otro, es mi medio hermano, Axel… Y ahora él se va a casar con mi tía. 

Romina: Va-Vane… 

Vanessa: Y eso no es todo, cuando estaba tratando de reponerme del golpe del compromiso de mi hermano, apareció una maldita de la nada que asegura ser mi hermana.
 
Romina: ¡¿Qué?!

Exclamó sorprendida. 

Vanessa: Sí y lo peor de todo es que su historia al parecer es verdad. Si bien dije que quería tener una hermana, esta tipa me desagrada, porque sé que detrás de esa carita de ángel hay una zorra que quiere quitarme todo.

Ellas continuaron hablando, entretanto la Milf que había quedado cachondisima después de la comida de coño que le había dado Mariana. No dejaba que su esposo saliera de la ducha, sus besos cada vez eran más fogosos y sus manos masajeaban esa pija que ya estaba durísima. Tomás trataba de decir algo, no obstante, era inútil, su mujer no le daba tiempo ni para respirar. Cuando finalmente apartó sus labios de su boca, se agachó velozmente y empezó a chupar ese pene que tanto amaba. 

tetonas


El maduro bufaba, las mamadas de su esposa eran una maravilla y con lo caliente que andaba esos días, lo disfrutaba de la mejor manera, aunque su mente pervertida, le hizo imaginar algo que lo dejaría como piedra por unos segundos. Por un breve pestañeo en vez de ver a April agachada chupándole su verga, vio a Mariana. Hablando de ella, le explicó todo a Axel e Ignacia, esta última muy aturdida con lo que había oído se levante y deja a solas a los dos hijos de Tomás fuera del matrimonio. 

Mariana: Vaya culazo que tiene tu noviecita, hermano.

Dijo con picardía y mirando ese tambaleante trasero.

Mariana: Sin duda heredaste el buen gusto de papi, ojala hayas heredado otras cosas de él. 
Susurró con una sonrisa juguetona. 

Axel: Disculpa, pero qué te hizo buscar a papá, después de tantos años. 

Mariana: Es que me voy a casar, hermano y quiero que sea nuestro padre quien me llevé. 

Axel: ¿Tú también te vas a casar? 

Enunció el joven desconcertado. 

Mariana: Espera, ¿no me digas que tú y la culoncita están comprometidos?

Axel: Así es. 

Mariana: Joder, felicidades hermano. 

Expresó con entusiasmo y abrazando a Axel. April y Tomás se preparaban para coger, la húmeda vagina de la mujer estaba anhelando ser penetrada por el tronco del hombre, sin embargo, el llanto de Simón diría otra cosa. Quedándose con las ganas, la Milf frustrada toma una toalla y se cubre su mojado cuerpo, yendo a la habitación de su pequeño. El maduro, suspira y comienza a secarse, no sabía si tomar la interrupción de Simón, como algo bueno o malo, pues visitar a Pía María era una urgencia, para saber toda la verdad relacionada a Mariana. 

Tomás se terminaba de vestir y baja las escaleras, encontrando a Mariana hablando con Axel. –“Veo que ya se conocieron, me gustaría hablar contigo Axel, pero no tengo tiempo ahora. Mariana nos vamos ahora a ver a tu madre”- comentó el hombre seriamente. –“¿Ahora mismo papi?”- interpeló confundida, –“Sí”- contestó él, –“Pero ni siquiera me he duchado y quiero seguir hablando con mi hermano”- contrarrestó ella.

–“Lo siento, Mariana, pero quiero hablar lo más pronto posible con tu madre y luego tendrás todo el tiempo que quieras para hablar y conocer a tus hermanos”- argumentó el maduro. –“¿Lo prometes papi?”- preguntó con una mirada tierna, causando una incomodes en él, –“Te lo prometo”- contesta Tomás. Ellos se despiden de Axel y se suben al coche, partiendo así un viaje de 5 horas aproximadamente. Al llegar, él se da cuenta que efectivamente, la muchacha vivía al lado de la reciente propiedad de sus padres. 

A pesar de aquello se quedó callado y prefirió evitar el encuentro, no obstante, las cosas no saldrían como él deseaba. Mientras la joven tocaba el timbre esperando que su madre le abriera, Hilda, la madre de Tomás, se asoma entre las sombras. –“Marianita, mi niña. Tú mamá salió y me dejó la llave por si venías”- dijo la anciana, que al ver a su hijo quedó extrañada, –“¿Tomás?”- añadió, –“Ho-hola mamá”- señaló tembloroso. La muchacha antes que ellos dijeran algo toma las llaves y con una sonrisa dice, –“Gracias abuelita”- 

Hilda: ¿A-Abuelita?

Consultó liada. 

Mariana: Larga historia, pero de forma breve, mi padre es Tomás y por ende tú mi abuela, que curioso, ¿no crees? Todos estos meses viviendo al lado, sin saber que éramos familiares. 

La mujer no asimilaba lo que había oído, mirando a su hijo espera una explicación.

Tomás: Conocí a su madre en esa época especial mamá, no pidas más explicaciones, por favor. 

Expresa él suspirando al final. La anciana gira su cabeza clavando sus ojos en la joven, mirándola fijamente, ella suelta una sonrisilla. –“Con razón veía tanta similitud entre tú y yo querida”- comenta abrazándola. La mujer los invita a pasar un momento a su casa y aunque Tomás no quería, tuvo que ceder porque Mariana acepta y agarrándolo del brazo, camina junto a él dentro del hogar. Era la primera vez que pisaba esa residencia y luego de casi 10 años vuelve a ver a su padre, quien se sorprende al verlo.

–“Hola papá”- murmulló Tomás sin mirarle a los ojos al anciano que estaba echado en un sofá. –“¿A ti qué te trae por acá?”- consultó el hombre con curiosidad. Tomás quiso hablar con normalidad y darle una respuesta a su padre, sin embargo, no fue capaz de hacerlo.  Entonces Hilda que se aproximaba con la muchacha y le dice a su marido que ella era su nieta, Enrique quedó paralizado, –“¿Ni-nieta?”- balbuceó tratando de sentarse. –“Sí, es hija de Tomás”- contestó la mujer alegre. 

Mariana se acerca a él y lo abraza, el hombre a diferencia de la mujer, fue más frio con la jovencita y sus ojos se centraron en su hijo. –“¿Pueden dejarme a solas con Tomás?”- expresó con cierto enojo, Hilda tomo a la muchacha y le dijo que vayan a ver unas flores en su jardín. Tomás tragando su saliva se preparaba por un sermón que quería evitar.

Enrique: Si pudiera levantarme, no dudes que te golpearía. Te eduque de la mejor manera y te di todo para que triunfadas en la vida, a cambio solo te pedía que jamás me decepciones. Pero lo hiciste, me fallaste a los 19 años, luego cuando me dijiste que tenías un hijo con una mujer que no era tu esposa, ¿cómo quieres que me tome esta noticia? 

Tomás: Tanto Axel como Mariana no tienen la culpa de que te haya fallado. 

Enrique: No, pero jamás los aceptaré como mis nietos, sinceramente me sorprende que tengas el descaro de haber venido a presentármela. 

Tomás: (Suspira) Yo quería evitar esto, pero ella ansiaba concerté, lo mínimo que podías hacer era sonreírle. 

Enrique: ¿Por qué? ¿Por qué es tu hija bastarda y quieres ser un buen padre ahora después de 21 años? 

Tomás: Olvídalo papá, sé que jamás me vas a perdonar por lo que hice aquella vez y que por eso te desquitas con ellos, para que me duela. 

Sentenció él, retirándose del lugar, caminando hacia el jardín agarra a Mariana y le dice que ya es momento de irse. La joven lo mira confundida, entonces Hilda le susurra que le haga caso a su padre y se vayan. La muchacha obedece, al entrar a la casa, el hombre se sienta en uno de los sofás, abrumado, ella algo desilusionada se desliza hasta el baño en donde se entra a duchar. Tomás cierra los ojos tratando de sacar de su memoria esos recuerdos que lo perturbaban, ya que no quería rememorar el evento que rompió su relación con su padre. 

Pese a sus esfuerzos por no revivir ese momento, unos gemidos en su cabeza se hacían gradualmente más fuertes, acompañados de unos suspiros. No obstante, cuando estaba a nada de viajar al pasado en sus pensamientos, siente el cálido abrazo, al abrir sus ojos se percata que era Mariana. –“Hi-hija”- murmura nervioso, al percatarse que estaba desnuda, –“Papi, discutiste con el abuelo por mí, ¿verdad?”- dijo ella afligida, –“No mi niña, tú no tienes la culpa de mi pelea con él”- replicó de manera inmediata.  

Mariana: Perdóname papá, soy una chica muy imprudente muchas veces, pero no quería que te pelearas con el abuelo.

Tomás: Princesita, ya te dije que no es tu culpa, si eres un encanto. 

Mariana: ¿Lo dices en serio, papi?

Tomás: Sí, mi pequeñita.
 
Afirmó actuando por primera vez de manera paternal, sin embargo, su cuerpo seguía bajo el dominio de la lujuria. Tras ese nuevo abrazo y que oliera el dulce aroma de la muchacha mezclado con el amargor de su sudor, hizo que su bulto sea más notorio. 

Mariana: Pa… Papi…

Enunció ella al sentir esa pija golpeándola. 

Tomás: ¿Sí, hija? 

Susurró perdiendo el control lentamente, la jovencita en vez de asustarse, se cachondeó con ese toque, recordando como en la noche mientras él dormía, le chupo la polla. Sus labios se allegaron a los de él y sin decir nada, comienzan a darse unos piquitos. Aunque el contacto de sus bocas era breve, se sentían muy excitante y adictivos esos besitos, al grado que ninguno de los dos se controlaron y se devoraron los labios, enroscando sus lenguas llenas de pasión. 

Tomás no pensaba con claridad, su mente estaba totalmente invadida por pensamientos e ideas obscenas y de manera fugaz recordó a Gabriela, llamándolo “papá” a la vez que la embestía, lo que solo le generaba más ganas de hacer lo mismo con Mariana. Ella por su parte, a pesar de que sabía que ese hombre era su padre, su atracción sexual por él era mayor y deseaba ser empotrada por ese maduro, quería sentir esa verga dentro de ella, revolviendo sus entrañas y rellenando su útero.  

Mariana: Pp… Papph… Pa-pi…

Balbuceaba ella, al ir separando sus bocas, Tomás entraba en razón luego de que se detuvieran, pero ya era muy tarde para evitar que sus cuerpos se fundan. –“Pe-perdón, hija”- expresó él, –“No te preocupes papi”- respondió ella agitada, –“He notado desde la mañana que la has tenido dura. De hecho me sorprende que hayas actuado y caminado normal con semejante erección entre tus piernas”- agregó la muchacha, bajando la bragueta del pantalón de su padre. 

–“Pero descuida papito, tomaré el lugar de tu esposa y me haré cargo personalmente de este hermoso pene que tienes”- sentenció, mordiéndose los labios y tomando ese mástil duro entre sus delicadas manos. Tomás en vez de colocarle alguna traba, le confesó que él le tenía unas ganas desde que la vio entrar en su consulta y que estaba enloqueciendo, porque quería probar su cuerpo moreno, no obstante, no quería aprovecharse de ella. 

Mariana: Pensé que solo yo había sentido esta atracción, pero veo que tú también papi. Así que déjame complacerte.

La joven bajó hasta el suelo, sentándose y con sus labios tocando ese grueso miembro. Su respiración, solo hacía que la tranca del maduro creciera todavía más. Ella embelesada, abre su boca y empieza a lamer la glande con lentitud. –“Ooohhggg… Ma-Ma-Mariana”- decía él, gozando de esa boquita traviesa. La muchacha continuó lamiendo, humedeciendo esa verga con su saliva lasciva y ardiente, Tomás no aguantó más y le pidió que se la trague, que quería sentir su mástil golpeando la campanilla de su garganta. 

La jovencita complace a su padre, engulléndose ese grueso tronco e igual que durante la noche anterior, solo logró comer un poco más de la mitad de ese pene. A pesar de aquello, recompensaba su falta con un movimiento de lengua exquisito, la manera en que se deslizaba por alrededor del falo, era única. Él temblando de gozo, coloca sus manos sobre la cabeza de ella para ayudarla a que se tragada su trozo de carne. –“Uuuff… Hi-hija… E-estoy muy cerca de acabar. Resiste un poco más, que quiero llenarte de leche, esa boquita”- 

Mariana sentía que le hacía falta el aire, no era capaz de respirar con normalidad, sin embargo, sus deseos de satisfacer a su padre y que él se sienta orgulloso de ella, la mantenía firme con su mamada. Tomás echó su cabeza hacía atrás y tras soltar un suspiro, comenzó a eyacular dentro de esa garganta cálida. La muchacha recibía cada chorro con alegría, al separar su boca de esa polla madura, toma aire y degusta las hilanzas de espermas que tenía entre los dientes. 

Mariana: Papi, que rica vergota tienes, su sabor me es increíblemente estimulante y adictivo. 

Tomás: Uuhhgg… Tú, tienes una maravillosa boquita, hija. 

Mariana: Lo sé, jamás he decepcionado a un hombre o a una mujer por un sexo oral. Todos terminan alabando mi maestría con la lengua. 

Afirma con orgullo. 

Tomás: Tal vez heredaste la habilidad de mí, aunque reconozco que tú, eres mucho mejor. 

Mariana: Papito, eso quiere decir ¿que ahora serás tú quien usará la boca?

Tomás: Sí mi niña, trae ese rosadito coñito que tienes, que papá te hará disfrutar. 

La morena se muerde los labios de la emoción, colocándose de pies, besa al hombre con vehemencia, sus lenguas se entrelazaban en un nudo inquebrantable. Cuando finalmente dejan de comerse los labios, ella cambia de posición, dejando su húmeda vagina al frente de la boca de su padre, mientras que ella tomaba entre sus tetas esa pija que se empinaba nuevamente. A diferencia de la joven, el maduro fue rudo al usar su boca para satisfacerla, mordiéndola y sin dejar de jugar con su clítoris. 

Ella aullaba sujetándose de las piernas del hombre, jamás le había devorado el coño de esa manera, se sentía tan bien, que no resistió mucho y terminó soltando su dulce néctar. Agitada, recuperaba sus energías, él le besaba su sexo y la raspaba con su bello facial, causando que se cachondeé de manera rápida. –“Uuggghh… Papi, mi novia me va a matar, pero ya no lo resisto más, quiero que me la claves”- expresó Mariana entre jadeos.   

Sin pensarlo dos veces, Tomás empezó a desvestirse, la chavala que se encontraba parada, no apartaba sus ojos de ese maduro que la tenía tan loca. –“Joder, ahora que lo veo sin ropa, comienzo a tenerle envidia a April, por dormir todas las noches junto a él y despertar todos los días a su lado”- dijo, mientras sus dedos jugaban con su vulva, rozando su clítoris. Tras quedar completamente desnudo, él se allega a la muchacha que no deja de observarlo con lujuria. 

Tomás: ¿Estás segura que quieres que te penetre?

Mariana: Sí, papi. Lo que más ansió ahora mismo es sentir tu pollón dentro de mí, golpeando fuertemente mi útero. 

Afirmó apegándose a la pared. 

Tomás: Hija, sabes que esto está mal, ¿cierto? 

Preguntó acercándose a ella y levantándole su pierna derecha, la cual apoya en su hombro, al mismo tiempo, roza ese coñito empapado con su erguida pija. 

Mariana: L-lo sé… Y eso me excita mucho más papá, quiero cruzar esa línea contigo. 

Contestó la muchacha sintiendo cómo esa gruesa cabeza abría sus labios vaginales, con solo sentir el tacto entre sus genitales, un deseo carnal se apodera de ambos, uno lleno de fuego y libido. Callados fueron fundiendo sus cuerpos en uno, la joven al tener todo ese trozo de carne en lo más profundo de su vagina, suelta un estimúlate gemido de apareo, el cual fue percibido hasta la casa de sus abuelos. –“Dios mío papi, sí que me has atravesado el coño”- aseguró con la voz entre cortada.

Tomás: Uuuff… Perdón hija, apenas introduje los primeros centímetros, quise llegar al fondo de una. 

Mariana: Descuida papito, yo con solo sentir esa cabezota, también quise tenerla entera de una.
Dijo intentando morderle los labios al hombre.

Tomás: Veo que el sentimiento fue mutuo entonces. 

Mariana: Así es, papi… Ahora muévete y cógeme como una perra. 

Afirmó la muchacha, moviendo sus caderas para sentir el golpeteó de esa tranca en su interior. Tomás se mordió los labios por el deleite de ese meneo de cintura, llevando una de sus manos al costado de la joven y la otra sosteniendo su pierna levantada, comienza a dar unas ligeras estocadas, que se complementaban con el movimiento que realizaba Mariana. Ella soltaba un coro de jadeos al sentir el deslizamiento de ese tronco en su interior y el sutil choque con su matriz. 

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Tomás: Ooohh… Hija, sé que esto está mal, pero tienes un chocho tan apretado y mi pene se sienta muy a gusto que no quiero detenerme nunca. 

Expresó el maduro, aumentando el ritmo de sus embestidas y haciendo aullar más fuerte a la morena. –“Sss… Ssshh… Sssííííggg… Pa-pa-papiiii…”- balbuceaba Mariana de placer. Ella jamás había sentido una polla tan hondo y que se sintiera tan bien, los pocos amantes masculinos que había tenido en su vida, no eran más que chavalitos que solo pensaban en ellos y nunca lograron hacerla correr. Todo aquello le resultaba nuevo y satisfactorio.  

Sus labios se rozaban levemente, mientras sus sexos permanecían unidos, él sintiendo la fuerza de esas paredes, decide tomar unos segundos de pausa. Dejando su verga ensartada dentro de esa vulva hambrienta, zampa sus bocas en un ardiente beso. Ella se aferra con sus manos al cuello de él, experimentar de nuevo esa sensación de estar totalmente llena, le generaba cierto nerviosismo, por lo que se vuelve a mover sus caderas, él percatándose de esto, la toma de los glúteos y retoma con tranquilidad el compás de la follada.

Al dejar de enroscar sus lenguas, los gemidos no tardaron en hacerse presente nuevamente, esta vez era más fuertes que antes, llenos de lujuria y pasión, haciendo que ellos mismos se cachondearan más y más. Viendo como su cuerpo entero temblaba, la morenita de una manera exasperada trata inútilmente resistirse al orgasmo. Siempre había sido ella quien hiciera venir primero a sus amantes, sin embargo, la tranca madura de su padre, la hacía acabar por primera vez antes. 

Su  cuerpo entero se rendía a ese hombre, que no dejaba de enterrar su miembro en ese ajustado coño. Su mente quedaba en blanco, porque no solo había tenido un orgasmo, sino que también por primera vez gozo de uno múltiple. Su padre sin duda era un extraordinario amante y le estaba enseñando que el sexo con hombres no era para nada aburrido, incluso su coño no quería soltar ese pene, que no paraba de penetrarla y hacerla chillar como una perra en celos. 

–“Oooooooooooohhhhhhh… Pa… Pa-pa-paaahhh… Pppphhiiii…”- balbuceaba Mariana tratando de no caer inconsciente entre los brazos de Tomás. De pronto suena el timbre de la casa y en la ventanilla de la puerta se logra ver un cabello canoso. Ellos dudan en responder, pues no estaban en condiciones de hacerlo y tampoco querían dejar de follar, hasta que escuchan la voz de Hilda. La mujer con un tono de preocupación, llama a su hijo y le pregunta si todo estaba bien ahí. 

Tomás: Sí, mamá. Uugghh… To-todo está bien aquí. 

Hilda: ¿Seguro? 

Tomás: Ya te lo dije mamá, todo está bien. 

Hilda: Lo siento, hijo. Es que escuche unos gritos desde la casa y pensé que había pasado algo, además mientras me acercaba percibí unos ruidos extraños, por eso me preocupe. 

Tomás: No sé de qué gritos hablas, ta-tal vez fue de la otra casa… Hhhmmm… Porque tu nieta y yo, solo estamos pasando tiempo como padre e hija, ¿verdad cariño?

Argumentó el maduro, bajando la intensidad de su cogida, para que la jovencita pudiera decir algo.
 
Mariana: Aaahh… Aa-así es… Pa-pá… Me-me-me está enseñando a cabalgar.

Afirmó con una sonrisilla picarona, esa declaración confundió a la mujer que sabía que algo estaba ocurriendo dentro de esa casa. Por otra parte Tomás quedó tensó y excitado, sabiendo que podían ser descubierto por su madre, tras las palabras de la muchacha. Él comenzó a ir más rápido, provocando otra vez los grandes gemidos de la joven. 

Tomás: Ves mamá, no pasa nada, ya puedes irte que quiero seguir compartiendo con mi pequeña. 

Señaló el maduro, besando a su hija y elevándola con cada estocada que le daba. Hilda cachonda, pasa sus dedos cerca de su vulva que se había empapado con esos salvajes aullidos. Se retira del lugar fingiendo haberles creído, pero en el fondo, sabía que su hijo y nieta, no estaban haciendo una actividad de padre e hija. Mariana siente el palpitar de esa pija, aquella morbosa conversación, había causado que Tomás no soporte más y termine soltando sus descargas dentro de su pequeña. 

La jovencita quedó tirada en el suelo, recuperándose de esa bestial cogida, el hombre se sentaba en el sofá y tomando su teléfono ve los mensajes que le habían enviado. Entre ellos, destacaba uno de Vanessa. Él pincha el chat y observa un link acompañado con las palabras, –“Papá, estuve averiguando sobre esa tipa que dice ser tu hija y no creo que te agradé lo que hace para ganar dinero. Pensé que no me creerías por lo que te adjunto un enlace para que lo veas con tus propios ojos”- 

Tomás lo pincha y lo deriva a un portal para adultos, el mismo en donde Romina subía sus fotografías como Luxure. Viendo con detenimiento el perfil que le había enviado su hija, se percata que quien figuraba en esos vídeos para adultos no era nada más que Mariana. –“¿Ana Star?”- dice el hombre con cierto misterio, la joven al oír su nombre artístico, se levanta y camina donde su padre con un miedo que recorría hasta en sus entrañas. 

Mariana: Pa-papá, no sé cómo diste con eso, pero puedo explicártelo. 

Dijo abrumada.

Mariana: Soy muy perezosa para los estudios e irresponsable con los trabajos, así que para ganar dinero, lo único que se me ocurrió fue hacer vídeos sensuales y venderlos en línea. Sin embargo, no debes preocuparte por eso, ya que lo dejaré, pues mi novia y fuera esposa, es parte de una familia millonaria, así que no tendré que hacer esos vídeos. 

Aseguró con el corazón entre las manos, el hombre se coloca de pies y mirándola fijamente le dice.

Tomás: ¿Así que planeas casarte con una millonaria y que ella te mantenga? 

Mariana: Ssh… Sí. 

Murmulla con miedo.
 
Tomás: Me niego.

Mariana: ¿Qué? Pero papá ya te dije que soy una floja, no sirvo para estudiar y para ningún trabajo. 

Tomás: Sí, me doy cuenta que no tienes mi inteligencia, no obstante, no puedo permitir que una de mis hijas dependa económicamente de otra persona. Por lo que vas a trabajar conmigo, serás mi secretaria, así pasaremos tiempo juntos como padre e hija y también follaremos en los ratos libres. Además puedes grabar una de nuestras cogidas, viendo la cantidad de seguidores que tienes, de seguro te van a dejar mucha pasta y así tendrás dinero extra. 

Expresó agarrándola de la cintura y con su pene reanimándose, ella de estar muerta de miedo pasó a excitarse como loca.

Mariana: Papi, que traviesillo eres. 

Contesta con una sonrisa coqueta. 

Tomás: ¿Qué? ¿No te gusta la idea?

Mariana: Claro que sí, de hecho quiero empezar desde mañana mismo. Vas a transformarme en una mujer trabajólica. (Ríe)

Tomás: Perfecto mi niña. ¿Qué te parece que por mientras seguimos esperando a tu madre tomemos una ducha los dos?

Susurra allegando sus labios a los de ella. 

Mariana: Me encanta la idea, aunque espero que la follada este incluida.  

Tomás: Dalo por hecho, mi amorcito. Papi hoy te va a dar todo el amor que no te dio en todos esos años en que no supo de tu existencia. 

Murmuró mordiéndole los labios. Los dos se dirigieron al baño en donde fogosamente se besaron y nuevamente se unieron. Salvajemente Tomás penetraba a su hija, la cual chillaba y rogaba por más. Sus cuerpos ardientes no dejaban de sentir deseo por el otro y cada vez parecían más sedientos que antes. Después de la ducha ellos se fueron a la habitación de la muchacha, en donde ellos siguieron satisfaciéndose, olvidando completamente que alguien los oyera. 

El hombre durante ese instante en que tuvo su móvil en sus manos, le comentó a su mujer que había follado con Mariana. Ella al leerlo se cachondeó, la idea de verlos, la enloquecía, aunque al mismo tiempo quería ser partícipe de esa diversión y volver a sentir esa boquita de la joven en su coño rubio. Los gemidos no cesaban, Pía María llegaba a la casa, desconcertada por esos aullidos de placer, camina hasta el cuarto de su hija, al abrir la puerta queda perpleja.

 –“¿Mariana?”- expresó sorprendida al ver como su niña montaba una enorme verga, –“¿To-Tomás?”- añadió al darse cuenta que ese tronco le pertenecía al padre de su hija. La muchacha voltea su cabeza para mirarla, sonriendo y jadeante le dice, –“Mami, traje a papi a casa”-   
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Vanessa para volver a sonreír necesita de su papá, pero Tomás se fue a jugar con otra que de la cual no sabe nada. Espero que les guste el relato, nos vemos a la próxima. 



1 comentario - Vacaciones Candentes. Capítulo especial V:

JukUik +2
JAJAJA bruuutaaal!!! Nooo que locura todo... Aunque toda esta nueva rama de la historia está insteresante espero que pronto se sepa que va a pasar con axel e ignacia, ya que presiento que no va a salir todo color de rosas como se está dando, pero toca esperar! Muy bueno el capítulo, lo digo de nuevo jejeje, un saludo crack!