La novia de mi tío II (final)

Dormí muy relajado pero despertar no fue gratis, algo de resaca y un sentimiento de culpa enorme, pero lo hecho hecho estaba y lo había disfrutado, la culpa y el goce vivían en mi. Ni de casualidad me considero atractivo o un gran cogedor, tengo otras virtudes pero en líneas generales siento que soy un bastardo con suerte, nada más. Llegué a tener experiencias increíbles, pero entendía que eran más un golpe de suerte que supe aprovechar y listo, y la experiencia de la noche anterior no era la excepción.

Primero una ducha, luego un café y un cigarrillo, había dormido poco porque sentí ruidos, era mi tío que se iba a trabajar, era borracho pero muy responsable. Mientras me duchaba me depilé la pija, no tenía mucho pelo pero ya era una costumbre dejarla lisa, le puse crema y ese día avisé al trabajo que no iba, tenía la licencia para acomodar mis días. En mi mente solo cabía la idea de volver a verla a Graciela, pero no sabía cómo, sabía que iba a ser raro. Al salir al patio de atrás la vi a ella fumando sentada, tenía en la mesita un cenicero con varias colillas, no era el cenicero de ayer, estaba limpio pero con varias colillas de ella; quizá los nervios ya llevaron a pensar que tantas colillas podrían ser un rastro que levante sospecha, quién sabe. Se la veía impecable, peinada con gel, la saludé pero no me miraba mientras hablaba, miraba un punto fijo perdido.

_ Buen día Graciela ¿cómo dormiste?
_ Hola... mal, nerviosa ¿cómo esperabas que duerma?
_ Graciela yo...
_ Perdón, no es contra vos, sos divino, pero mirá si tu tío llega a sospechar algo, esta mañana ni pelota me dió...
_ Bueno, gracias por lo de divino, yo no puedo decir lo mismo, la pasé tan bien que dormí muy relajado...
_ Sí, seguro, estábamos un poco tomados y estabas caliente, yo te serví para bajarte la calentura nene...
_ ¿Estaba o estábamos? y ya te dije que dejes de hablar así, no me gusta que hables mal de vos misma, repito: ¿estaba o estábamos?
_ No importa Julián, no importa.... No dejo de pensar que puede sospechar...
_ ¿Qué carajos va a sospechar Graciela? En serio te pregunto, el tipo estaba inconsciente de la borrachera, ni la música lo movía, ¿te pensás que se iba a despertar por un polvo en el baño?
_ SHHHHHH, bajá la voz pelotudo, están los vecinos despiertos al lado.... Puede que sea como vos decís, sino algo me hubiera dicho....
_ Es así Graciela.... y... una cosa más... no fue calentura del momento... yo repetiría Graciela.

Le apoyé una mano sobre una pierna, tenía un short de jean así quera piel con piel, ella tragó saliva e hizo una seña de "no" con la cabeza, se paró y me besó la frente, acto seguido se fue adentro de la casa. No sabía cómo seguir, pero sabía que había deseo de ambos. Se hacían las 13 hs y yo seguía a café y cigarrillo, salió nuevamente al patio a colgar sábanas, le pregunté si quería almorzar conmigo, con algo de dudas respondió que sí, pero para cambiar un poco le dije que íbamos a almorzar en mi casa. Una media hora después cayó en casa, entró directo, perfumada y maquillada, estaba preciosa, la esperé con la música que le gustaba y una cerveza abierta, empezamos a tomar y a reírnos de otras cosas sin mucho sentido, era bueno para hacer reír a la gente.

_ Julián... eso que me dijiste... que no fue una calentura, ¿es cierto?
_ Obvio Graciela, sos una mujer hermosa, es más, para mí fue un honor, entiendo que la situación puede ser rara, pero no dejó de ser hermoso...
_ Gracias lindo, perdón si dije que fue calentura, es raro a mi edad que un chico como vos me mire ¿sabés? con tanta piba linda por ahí... Tu tío no es malo, pero tiene sus cosas... que se yo, y viene un pibe bueno y te presta atención, encima lindo y jóven... Fue muy lindo momento...

Ella hablaba con cierta timidez y una sonrisa que parecía nerviosa y como si pidiera perdón por lo que decía a la vez. Yo dejé de picar verduras y me puse de frente a ella pero con un tono suave de voz, la idea no era que se sienta una presa, sino que sienta mi tranquilidad.

_ Mirá Graciela, tenés razón, fue un momento muy lindo, pero me arrepiento de una cosa ¿sabés?
_ ¿De.. de qué?
_ De no haber tenido más tiempo para hacer más cosas, me hubiera gustado tenerte desnuda en la cama, de habertelo hecho con tiempo, que tengas más para disfrutar, de saber qué te gusta y cómo...

Graciela temblaba y respiraba agitada, no dejaba de mirarme a los ojos mientras de fondo sonaban unos boleros, parecía un clima de novela, ¿qué mas daba? aunque sea jugar a la novela un rato la sacaba de lo triste de su relación o de sus nervios. Dió unos pasos hasta tener su boca cerca a la mía, sentí todo su aliento a chicle de menta y tabaco, la agarré por la cintura y la besé; no quería que fuera una cuestión salvaje como anoche, sentía que ella quería tranquilidad. Los besos fueron más cariñosos, con cada masaje de lenguas que nos dábamos sentía que se aflojaba y el peso de su cuerpo caía contra el mio. Sus manos paseaban por mi cuerpo, me tocaba la cola, el pecho, me acariciaba el pelo. No eran besos desenfrenados, eran tranquilos pero con un fuego especial, yo jugaba con mi propia debilidad, su culo. Le besé el mentón y entendió el código, extendió su cuello y me lo ofreció para hiciera lo que quisiera, ya estaba entregada al momento de los dos. Me devolvía los favores lamiendo mi cuello y orejas mientras apretaba mi pija por encima del pantalón. Me la llevé a la habitación donde poco a poco la desnudé, la dejé boca abajo para besarle toda la espalda y hundir un rato mi cara en ese culo precioso, quería olerlo, lamerlo, morderlo. Me pidió que le saque el corpiño a lo cual obedecí, le saqué la tanga y le dí unos besos negros, no había apuro, su primer elogio "que lindo, nunca me habían hecho eso". La dí vuelta y a diferencia de anoche estaba depilada, anoche tenía un pequeño montículo de pelos que le quedaba bien, pero hoy estaba completamente libre de vellos.

Abrí sus piernas y me tiré encima para darle unos besos y chuparle las tetas, toda una piel perfumada y blanca, "¿ya me las vas poner lindo?" me preguntó sonriendo, le susurré que no, que aún faltaba y fui bajando con suavidad hasta llegar a su concha, justo cuando iba a darle un oral me frenó y preguntó:

_ ¿Qué vas a hacer?
_ Te la iba a chupar Graciela... ¿está todo bien?
_ Sí, si... sólo que... nunca me lo hicieron, lo otro de lamerme por atrás... bueno, tampoco.. ja, pero si te gusta hacerlo yo quiero probar...

Solo agaché la cabeza, en mi mente no podía creer que una mujer tan hermosa haya vivido sin que nadie le chupe la concha, ni siquiera mi tío que presumía ser un campeón en la cama, pero a mi juego me habían llamado, disfrutaba mucho de chupar una concha. Luego de un rato ella ya gemía descontroladamente, me iba a tomar todo el tiempo del mundo si era necesario para que se caliente bien y pudiera tener sus orgasmos, me ayudé con unos dedos hasta que gimió tan fuerte que dobló las rodillas contra su pecho y me tomó fuerte de la cabeza, le dí un segundo de pausa y seguí con lo mismo, trataba de tocar sus tetas, masajear su ano o lamer y besar sus piernas. Varios minutos después vendría la segunda explosión, su cuerpo más descontrolado, se retorcía salvajemente, empujó mi cabeza a un lado y quedó recostada hecha un capullo por algún minuto, tenía los ojos cerrados y trataba de bajar el ritmo de su respiración. "Dame un minuto por favor, ya seguimos.... Por favor... que manera de acabar, tan fuerte y tan rápido...." Me sentía pleno pero no por agrandarme, me sentía pleno porque se la veía feliz, le traje un vaso de agua, se sentó y tomó unos sorbos mientras de a rato se le escapaban risas.

De la nada sonó el teléfono, era mi tío, pero lejos de cortar el momento ella atendió con calma, "Hola mi amor... sí, me quedé dormida de nuevo... sí, sí, ahora me reía con la tele... Sí, seguramente coma algo, ¿vos te sentís bien?.... Bueno, hace tranquilo, te espero más tarde". Cortó y me miró, yo estaba arrodillado, ya se me había bajado la pija pero arrodillada la empezó a lamer, volvió a ponerse dura en segundos, me acostó y ahora su mamada era distinta, como quien tiene algo rico y lo come de a poco para que no se le acabe rápido. Seguía siendo una chupada suave, pero agarraba la pija, la miraba y la chupaba. En un cambio de actitud puso sus manos en mi abdomen y la chupaba sin sacársela de la boca pero me ponía su mejor mirada lasciva; no despegaba sus ojos de los míos. Rato después se subió encima mio, acomodó la pija y con un par de escupidas previas para lubricar se sentó arriba. Podía ver como entraba y salía, o mejor dicho, como ella se comía mi verga con la concha, poco a poco los movimientos cobraban fuerza, yo estaba demasiado caliente pero quería poner mi atención en todo su cuerpo, tocando su culo, besándola, besando su cuello, chupando sus tetas. Me miraba estando arriba y sus respiraciones eran golpes de viento contra mi cara, susurró "hoy soy tu putita" y comenzó a cabalgar fuerte, parecía que llevábamos tiempo en esa pose, o era poco, no lo sé, pero era tiempo de calidad y no sentíamos necesidad de cambiar. Estábamos sin preservativo como la noche anterior así que le avisé que iba eyacular, ella entre gemidos descontrolados solo dijo "acabáme adentro", tan pronto como se dió acabé temblando adento de ella, Graciela volcó todo el peso de ella encima mio. Nos quedamos quietos, la música seguía de fondo, Estuvimos un rato así hasta que saqué mi pija, pero ella seguía abrazada a mí, montada. estuvimos dándonos besos un rato. "Gracias" me dijo y pasó al baño, se fue al bidet a lavar, yo sentía las piernas cansadas. Cuando volvió comenzó a vestirse; podríamos habernos echado un segundo polvo pero por alguna extraña razón ninguno de los dos sintió que era necesario.

Al final no comimos nada, tomamos alguna cerveza más. Me confesó que nunca había tenido un orgasmo como cuando se la chupé, quizá lo dijo para halagarme, no lo sé. Cuando llegó mi tío ella lo recibió con mucho cariño, parecía otra mujer. Estuvieron un año más juntos hasta que se separaron, de a ratos nos mandábamos mensajes pero sin dobles intenciones, ese momento de alguna manera nos sirvió a ambos. Luego perdí el rastro y no supe más de ella, tampoco la busqué ni ella a mí. Ojalá esté bien y haya encontrado a alguien que no la cele y que de paso, le de buen sexo oral

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