La vecina

Finalmente llegó el verano, un calor de la reputa madre y las chicas se destapan, ahora estoy en Baires y para trabajar tranqui, alquile una casa quinta en Gueneral Rodriguez. Estar conectado en un lugar tan tranquilo era buenísimo. Quincho, pileta, todo para mi.
Obviamente estaba re instalado, la play y una piedra del tamaño de un adoquin.
Una tarde estaba re fumado en el jardín cuando veo una hembra, rubia, unas tetas hermosas, tomando sol en la casa de al lado. La vei entre los árboles, miró el balcón de la habitación y listo, era la mía.
Hagarro un habano y me la doy en la pera, en patas sobre la alfombra, el aire, una birra helada, corro un poco la cortina y me asomo. La vista era perfecta, anteojos negros, sombrero de paja, vikini roja, chiquitisima, las tetas era para tirarme un clavado desde el balcón. Mira el teléfono y se da vuelta, las tiritas de tela desaparecían en un orto de otro planeta. Tas buena va a estar? Como no la vi antes? Eso por pasármela encerrado.
Se me puso la pija re dura, con lo que me gusta ser vuyerista. Saque lubricante de la mesa de luz y me desvesti, corrí un poco más la cortina, para que me pueda ver si quisiera, aunque ella miraba el teléfono y su cola me miraba fijo. Me empecé a desvestir, amasandome la pija por arriba de la bermuda, sacandomela, quedé desnudo adelante de la ventana, la otras casa estaban muy lejos y los árboles tapaban todo por todos lados, éramos ella y yo.
Me bañe la pija de lubricante y empecé a disfrutar de una buena paja, podía ver como las tetas se le aplastaban contra el piso. Empecé a gemir despacio diciendo las cosas que le haría cuando deja el teléfono y se da vuelta. Que tetas por dios, yo me pajeaba disfrutando, me mira, se saca los lentes y me mira, solté la pija y me puse medio de costado para que la vea, mira para la casa, me vuelve a mirar y se para, se da vuelta y se arrodilla poniéndose en cuatro agarra el teléfono.
Yo me pejeaba más rápido, me mira y empieza a caminar hasta donde había una mesa con sombrilla, deja el teléfono y agarra el bronceador, se pone donde la podía ver, me mira pajearme, se tira crema en la mano, se da vuelta y se lo pasa por la cola, por la espalda, se agacha parando la cola y se pasa por las piernas, va hasta la mesa, deja el pomo y vuelve con más en la mano, me mira, yo estaba a full, me rebotaban los huevos en la mano, se pasa por la panza y por las tetas, se las recontra manosea, fue a buscar más y trajo la toalla, se tiro entre las tetas, se las manosea otra vez mirándome, estaba en trance por el placer. Se empezó a sacar fotos y después parecía que hacía una video llamada. Ni me perseguí y se la mostraba, ella me miraba y seguía hablando. Corta, se para se pasa la mano por todo el lomo que tenía y se va.
Me dejo con la leche atravesada la hija de puta. Me quedé embobado esperando que vuelva, me dejó re caliente, no pasó ni un minuto que aparece con un helado largo, trae un reposera, se acomoda de frente a mi, se sienta, se saca una teta del vikini, abre el helado y lo empieza a chupar, se me prendió fuego la cabeza, le pasaba la lengua de costa y con la mano libre se amazaba disimuladamente la tela.
Chupaba ese helado pensando en una poronga, le pasaba la lengua por la punta y se lo tragaba entero, que putona. Acabe como un campeón, 4 chorros de leche volaron por la ventana, se le cae el helado y se chupa los dedos. Se levanta, me saluda con la mano disimuladamente y se fue.
Que linda vecinita

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