El jinete y mi esposa

Hola amigos, hace tiempo, estaba yo supertentado de que se cogieran a mi esposa Maggie, tiene unas tetas redonditas muylindas y duritas que, cada que la veía desnuda, o se vestía sexy para algunafiesta, me prendía solo de imaginar a otros deseando su cuerpo, y me ponia tancaliente, que decidí buscar en los clasificados a alguien que la enamorara y sela cogiera, siempre y cuando aceptara contarme todo y que ella no supiera queyo estaba de acuerdo. Así que escribí el anuncio: "Cornudo buscacorneador, busco algún macho que se atreva a seducir a mi esposa y se la llevea la cama". Casi de inmediato empecé a recibir cientos de mensajes, perocasi todos la querían facilita, casi casi que la acostara y le abriera laspiernas para que se la cogieran. Entre tantos me llamó la atención uno, deplatica amena fácil de tratar, trabajaba en un rancho y tenía la facilidad demontar caballos, entonces recordé hace tiempo, cuando, viendo una movie, miesposa me mencionó que le gustaría andar a caballo, así que mi mente hizo rápidamenteun plan, haríamos pasar a Rodolfo "Rodo" como un conocido mío deltrabajo, que nos invitaba a montar en el rancho que cuidaba, mientras lospatrones estaban de viaje. Pero quedamos que yo olvidaría mi celular mientrasme daba un baño, para que él me llamara y Maggie contestara, así podría platicarun poco con ella para saber que era cierto. Ese día, al salir de bañarme, ellame dijo que Rodo había llamado y me preguntó quién era, yo le dije lo quehabíamos acordado y ella me dijo que no le había caído bien, que se oía muyconfianzudo, a lo cual me reí, ¿"te dijo algo malo?" pregunté,"no, pero suena algo atrevido", me reí otra vez, "figuracionestuyas, es a todo dar, aparte tu dijiste que te gustaría montar a caballo".
Así quedaron las cosas y me puse deacuerdo con Rodo, me dijo que solo estaría él y sus dos ayudantes, pero quecuando sus patrones no estaban, ellos se ponían a ver TV dentro de la casa.Fantaseando, le dije que solo sacara un caballo sin silla para que ella sesubiera con Rodo detrás y pudiera sujetarla por la cintura y calentarla conroses. Se llegó el día esperado, convencí a mi esposa de llevarse solo unaminifalda tipo escolar y una blusa y Rodo nos recibió en la puerta del rancho,era de mediana estatura, algo grueso y moreno, me decepcioné un poco pensando que,al no ser agraciado, a ella no le iba a gustar, con su sombrero y playeranegra, se veía bien vaquero. Nos saludó muy atento y acariciando a Maggie conla mirada, ella se notaba seria un tanto incómoda. Nos dio un paseo por elrancho hasta llegar al establo, no era gran cosa, había tres caballos, pero nosdijo que solo podíamos montar uno, porque los otros les acababan de dar unaproteína que los hacía broncos. Ella se lo creyó así que la ayudó a subir alcaballo y Maggie trató de no mostrar nada con la mini, pero como le daba miedoel potro, él se subió con ella (ha ha ha), se fueron a dar una vuelta al racho,detrás de una arboleda, al cabo de quince minutos regresaron por el otro lado,ella se veía más relajada, era mi turno, así que me subí al caballo y en bromasle dije que no se subiera detrás, que se fuera caminando jalando las riendas,mientras Maggie se sentó en una banca de madera. Ahí, Rodo me dijo que laagarraba fuerte de la cintura y le repegaba el miembro en sus nalgas, que ellale comentó "¿Traes pistola?" mientras acomodaba su trasero y se rió,él se disimuló no entender el comentario “no traigo, ¿por qué?”, “porque sesiente” dijo ella riendo, ya comenzaban a agarrar más confianza, así que Rodobajó sus manos a la cadera de ella y ella no se quejó, todo el paseo él le restregabael pito y ella ya no decía nada. Enmedio del bosquecito, se abre un claro,donde hay un quiosco con banquitas y no se ve desde la casa, le dije a Rodo:"en el otro viaje, le dices que se sienten un rato para no cansar elcaballo y a ver qué pasa", "ya verás" me dijo él "pero tevienes corriendo para ver desde los árboles", "excelente" ledije "si se deja, cógetela".  Llegamos de vuelta a donde ellanos esperaba, se notaba inquieta, así que le dije "tu turno". Rodo laayudó a subirse al caballo y esta vez ella no se importó que al subir enseñólas nalgas, porque traía tanguita, mi amigo se subió detrás de ella y taconeóel caballo para que echara a andar, esperé unos minutos para que no oyeran mispasos y eché a correr justo cuando se perdieron de vista entre los árboles, Rodome dijo que en ese trayecto bajó sus manos a las piernas de mi esposa y se lasacariciaba muy cerca de la panocha, y que Maggie ya no dijo nada y se notaba excitada.Sin hacer ruido me acerqué lo más que pude y entre los arbustos los vi llegaral claro, estaban a unos diez metros de mi cuando Rodo le dijo "¿sabe?tenemos que bajarnos uno momento, no quiero que el caballo se canse mucho y mispatrones se den cuenta" ella accedió y para mi sorpresa, al bajar delcaballo abrió las piernas ya sin recato, mostrándole a Rodo la tanga blanca, elamigo se aprovechó y la ayudó a bajar de la cintura y se le repegó al cuerpo.Ella sacó su cell para mandarme un mensaje, así que rápidamente saqué el míopara apagarlo justo a tiempo y que no me oyeran. "Vamos a dejar descansaral caballito" me escribió, "no te preocupes, aquí los espero".Rodo la agarró de la cintura y la jaló suavemente a la banquita, ella se dejó eincluso pasó su brazo a la cintura de él así que los pocos pasos hacia la bancafueron abrazados como dos novios. "Mi amigo tiene mucha suerte de teneruna esposa tan linda" le dijo, "no seas coqueto" le dijo ellatuteándolo y riendo. "De veras" dijo él " cuando los vi llegarse me cayó la baba de verte", "si, me di cuenta" dijo ella,"y cuando subes y bajas del caballo, aún más" dijo él riendo."Queeeé, que viste???" preguntó ella. "Todo, todito, hasta se medespertó mi amiguito" dijo Rodo apretándose descaradamente el miembro,ella rió y estiró la mano para acariciarle el pantalón “se siente biendespierto, ja ja ja, por eso pensé que traías pistola. Él ya no se detuvo y leplantó un beso en la boca, se besaron largo y caliente, ella sin dejar deapretar el miembro y él sobándole los pechos sobre la blusa blanca. Sesepararon un momento y ella preguntó mirando a todos lados: "nadie nos ve aquíverdad?", "para nada, el racho tiene barda y nadie puede entrar,estamos solitos los tres, y tu esposo no va a venir, ¿porque preguntas?"ella no contestó, se puso de pie justo en medio de las piernas de él y se quitóla blusa y el bra, dejando a la vista sus hermosas tetas de las cuales sesiente orgullosa, Rodo se las acarició con sus manos toscas y acercando su carase las mamaba con gusto chupándole un pezón y luego el otro, luego las juntabacon sus manos y les pasaba la lengua de una a otra, ella solo alzaba la cabeza dejándosehacer, sintiendo el placer. Rodo se puso de pie también y bajándose lospantalones sacó su pito duro. Después de acariciárselo un poco, ella se agachóy se la empezó a mamar, no se puso de rodillas porque el terreno era tierragrabosa, yo la veía de espaldas agachada y su culito asomaba debajo de lafalda, Rodo la agarró de la cabeza y buscaba con la mirada en mi dirección, yomoví la mano para hacerle saber dónde estaba y él solo sonrió, estiró susbrazos por detrás de ella y levantó la falda para acariciarle las nalgas,abrirlas y mostrarme el hilito de la tanga que apenas podía tapar el agujeritodel culo y su depilada rajada; después de unos chupetones a la cabeza delmiembro, él la ayudo a enderezarse y la acomodó empinadita en la banca con unapierna en el suelo y la otra de rodilla en la madera, y subiéndole la falda ala espalda, hizo a un lado la tanga y se le pegó a mamarle el culo y lapanocha, ella casi grita de placer al sentir la lengua de él, le dio unaschupadotas de campeonato, luego le pasaba la lengua desde el inicio de lasnalgas, hasta la panocha húmeda donde se detenía para lengüetearle el clítoris ylos labios vaginales. En ese punto yo ya estaba con los pantalones en el suelo dándomeunos jalones. Luego él se enderezó y apuntando con su mano la cabeza de laverga, se la fue metiendo poco a poco, sujetándola de las caderas hasta que latuvo toda adentro de su panocha caliente, ella sollozaba como si estuvierallorando, cuando Rodo comenzó a meter y sacar, cerrando los ojos. Yo también mela jalaba con furia, por ver ese espectáculo, era la primera vez que veía a miesposita siendo cogida por otro y la calentura era indescriptible. Por losgemidos creo que ella alcanzó el orgasmo, y Rodo se quedó quieto con su vergadentro de mi esposa, la dejó descansar unos segundos y luego se movió al frentede ella y le metió la verga en su hermosa boquita, ella recibió el trozo decarne y él se la metía y sacaba, tan fuerte que las chiches se le balanceabanmuy sabroso. Luego Rodo sacó con trabajos un pie de su bota y de su pantalón y seacostó en la banquita con una pierna de cada lado para que ella siguiera mamándoselaasí empinada, yo alcanzaba a verle su panocha abierta brillando de sus jugos yse me antojó en ese momento ir a darle lengua también, pero me contuve. Misanta esposita se daba gusto mamando y acariciándole los huevos con su manita.Luego Rodo la hizo montarse en él y ella dirigió con su mano el pito hacia surajada y se sentó hasta sentirla toda dentro, él no perdió tiempo y estrujabalas tetas colgantes de mi esposa y las besaba por turnos y luego la besaba ensu boca. Él pasó sus manos hasta las nalgas de ella y apretándoselas lo mas quepodía, la repegaba a su cuerpo con fuerza cuando, entre gemidos y besos,descargó su leche caliente en el fondo de su vagina y yo al mismo tiempo mischorros bañaron los arbustos. Se quedaron unos momentos así jadeando ybesándose. Luego se levantaron se acomodaron la ropa, pero ella no se puso lablusa ni el bra. “¿Te gustó?” le dijo él mientras se acercaban al caballo y latomaba de la cintura y ella le echaba los brazos al cuello, “huy si, fue muyrico”. Besos. “Dile a tu esposo que vengan a menudo” le dijo él, “ya veras quesi” contestó ella” si no me trae, me deja venir sola, le voy a decir que megustó mucho montar”. “¿Montar o que te monten?” Rieron juntos y mas besos. Estavez, Rodo la ayudó a subir al caballo sujetándola por las nalgas, y cuando élse subió, todo el camino hasta donde termina el bosque, fue agarrándola por lastetas. Se me hizo sexy y caliente verlos andar a caballo mientras ella desnudade la cintura para arriba.
Otra vez corrí hasta la banquita delestablo, y me recosté en ella fingiendo estar revisando mi celular, cuandoellos aparecieron de entre los árboles, ya estaba ella bien vestida yarreglada. “Yo creo que ya nos vamos, ¿no?” le dije a mi esposa mientras Rodola ayudaba a bajar del caballo, ella corrió y me dio un beso en la boca, “siquieres, si” me dijo” pero después me traes de nuevo… bueno, si Rodo quiere…”volteamos a ver a mi amigo y gustoso dijo: “si quiero, ha ha ha, vengan cuandoquieran”. Después platiqué con Rodo de la experiencia, los dos quedamos muycontentos, pero me dijo que de plano le gustaría cogérsela con más comodidad,en la cama y si se puede, también en la ducha, y le dije que se pusiera deacuerdo con ella y lo hicieran, siempre y cuando él me tuviera informado condetalles, y él accedió. Ese día fuimos a cenar y en la noche tuvimos sexo muybueno, de seguro los dos recordando, yo el espectáculo que vi y ella la excelentecogida de Rodo.

3 comentarios - El jinete y mi esposa

mam1906 +1
Excelenteeee
Rick2017
Estuvo muy caliente, puff