El finalizador- Recordando mi primera presa

Obviamente la mejor manera de acercarme a esa bella hembra era a través de su hijo Luís. Para aquel entonces Luis era un chico con más ganas de fiesta que de estudiar para forjase un buen futuro, no le culpo  teniendo en cuenta la suculenta herencia que le esperaba, pero la verdad es que tenía suficiente potencial como para sacarse la carrera con una media  más que correcta y no ir luchando para aprobar. Y no voy a mentiros, aún a día de hoy, doy gracias al cielo porque fuese así, ya que decidí  que las malas notas de Luis me abrirían no sólo las puertas de su casa sino las piernas de su madre. Para aquel entonces estábamos ya  a principios de mayo, empezaba a apretar el calor y los exámenes de final de curso se acercaban a toda velocidad.  Desde siempre he tenido una gran capacidad de aprendizaje lo que me permitía  tomarme los exámenes con la suficiente calma como para poder dedicarme a otros menesteres como por ejemplo planear la estrategia a seguir con Sandra. El primer paso era saber cómo podría convencer a Luis de que necesitaba estudiar para mejorar sus notas al máximo y una vez más todo vino rodado. Unos cuantos de nosotros estábamos en la cafetería de la facultad cuándo Luis se sentó a mi lado con cara de estar en shock. Cuando le pregunté qué pasaba me comento que su padre le había propuesto un trato. El coche de Luis estaba para el arrastre, era raro el día que no tenía algún problema mecánico, así que su padre le había hecho una oferta que difícilmente podría rechazar, le regalaría un Audi r6 “full equip” si conseguía no bajar de notable en todas las asignaturas de las que se examinaría en junio ¡¡¡Ya os he dicho que el padre de Luis tenía dinero a espuertas!!!  Lo que para otros sería una estupenda noticia para Luis suponía un reto inalcanzable, rara era la vez que no suspendía tres asignaturas, de ahí que la expresión de Luis fuese una mezcla entre alegría y desolación. Tenía frente a él la posibilidad de conducir un coche que era un auténtico imán para las mujeres pero estaba tan lejos de sus capacidades que era como si el coche estuviese esperándolo aparcado en Marte. Así fue como dándole gracias a todos los dioses que yo conozco  le dije:
-  Joder, Luis cuando has llegado con esa cara he pensado que habías visto un fantasma-  a lo que  me contesto con una sonrisa apagada
- Claro tío, como si fuese tan fácil conseguir lo que me ha propuesto mi padre – dijo mientras removía lentamente el café que había pedido- ¿Por qué crees que mi padre ha elegido un coche tan caro?- Negué con la cabeza- Pues porque sabe que por mucho que me esfuerce ni de coña lo voy a conseguir, de esta forma conseguirá que me esfuerce todo lo que pueda, pero como sabe que no lo conseguiré a él le saldrá gratis-
- Sería una pasada que lo consiguieras- le dije con toda la picardía del mundo- no veas lo que ligaríamos yendo por ahí con esa pasada de coche y la cara que se le quedaría a tu padre sería de órdago-
-¡Eh no te flipes que el coche sería mío!- dijo riendo  para luego cambiar un tono de voz más grave- pero eso nunca va a pasar-
-Oye que te parece si en vez de lamentarte nos ponemos manos a la obra  y hacemos un plan de estudio intensivo desde mañana hasta que acaben los exámenes- Aquí cruce los dedos y añadí- Pero para que te centres de verdad en estudiar deberemos estudiar en tu casa que aquí en la facultad durante el verano es imposible concentrase con tanta belleza ligera de ropa-
-Tienes razón- dijo con mirada pensativa- además en clase no hacemos casi nada ya, solamente repasar y para eso prefiero estudiar contigo. Decidido, nos vemos mañana en mi casa a las 12-
-Joder tío como te pasas- contesté a carcajada limpia- ¡que sean las 9, vago!-
Así fue como conseguí acceso directo durante casi dos meses enteros a Sandra durante un mínimo de 6 horas al día porque gracias al padre de Luis ella no trabajaba, las  únicas responsabilidades de Sandra eran mantenerse guapa y en forma invirtiendo 2 horas al día en el gimnasio y mantener siempre un tono de piel exquisito gracias a largos periodos tomando el sol, y todo eso sin olvidar mantener una vida sexual lo más activa posible con su marido. Al día siguiente a las 9 en punto llamé al timbre de una enorme verja de metal forjado con pinta de ser realmente cara, una cámara se giro hacia a mí y las puertas se abrieron de forma automática. Sabía que la familia de Luis tenía mucho dinero, pero lo que vi al traspasar la puerta metálica me dejo sin aliento. Después de andar durante casi diez minutos rodeando un enorme jardín que bien podría ser un bosque japonés perfectamente cuidado, alcancé a ver la casa donde vivían Luis, su padre y lo más importante, su madre.  He dicho casa pero quizás mansión fuese lo más apropiado, tenía 4 plantas y una superficie de más de 300 metros cuadrados por planta, una autentica locura.  En la puerta principal de esa lujosa mansión me esperaba Luis saludándome con poco entusiasmo y una cara de tener excesivo sueño como para poder estudiar nada.
Nos dimos la mano y le dije- madre mía tío vaya cara llevas hoy-
-Esta noche no he podido dormir mucho- me dijo con cara de tener un cabreo monumental- mi padre llego a las 2 de la noche con ganas de fiesta después de una reunión donde cerró  un trato con un cliente nuevo con gran potencial-
-¿Y dónde está el problema?
-¿En serio tío? ¿Qué crees que pasó? Pues que de 2 a 3 estuve escuchando gemir a mi madre como una loca- me dijo Luis con cara de asco.
Con los ojos bien abiertos le dije-¡Pero si la casa es enorme!-
A lo que Luis me contesto- Ya lo sé tío, yo duermo en la primera planta y ellos en la segunda, pero no puedes imaginar cómo grita cuando folla y los golpes del cabezal contra la pared mejor no te los cuento, imagínate…-
Automáticamente mi pene dio un respingo. En mi mente se materializo la madre de Luis desnuda cabalgando sobre una polla y gimiendo como una perra en celo. Supongo que me quede embobado porque Luis me sacudió y me pregunto que a dónde me había ido, a lo que respondí que a ninguna parte y que debíamos empezar a estudiar ya que si no perderíamos la mañana. A eso de las 11 de la mañana cuando ya llevábamos dos horas de estudio intenso escuche un ruido detrás de mí. Cuando me giré vi a Sandra vestida con un pequeño camisón y caminando descalza hacia nosotros con cara de sueño. Gracias a que no tenía por qué trabajar se podía permitir dormir hasta tarde después de una noche de sexo. La visión de aquella mujer quedó grabada en mi memoria para siempre. El camisón que vestía era blanco y muy fino, tan fino que dependiendo de cómo incidiera la luz en él se podían intuir las curvas que escondía debajo. El escote más que generoso dejaba ver uno de los pares de pechos más grandes y bien puestos que había visto en mi vida. Bueno en la vida hasta ese momento, ya me entendéis.  Lo malo de ese camisón es que colgaba ancho y no me dejaba ver sus caderas pero lo bueno era que este acaba a medio muslo dejando a la vista unas piernas tonificadas y bronceadas que acababan en unos pies hermosos, sus tobillos eran finos y daban comienzo a unos pies delicados y elegantes con una piel asombrosamente bien cuidada que finalizaba en unos deditos con unas uñas perfectamente perfiladas y pintadas en un color tan rojo como el color de  sus labios el día que vino a recoger a su hijo a la universidad. Por la expresión de su rostro no esperaba encontrarse con alguien más que no fuese Luis, se ruborizo al presentarse frente un extraño en camisón, pero entonces tras unos segundos la seguridad típica de una mujer de bandera en los 40 volvió a su cara. Se acerco a mí y me saludó dándome dos besos, su olor era realmente embriagador y el tacto de sus mejillas era ardiente.
-¡Caramba! No esperaba que tuvieses compañía- dijo intentando simular cierto enfado- ¿Qué hacéis que no estáis en la universidad? Sabes perfectamente lo muy disgustados que estamos con tus notas desde que empezaste la carrera-
Aprovechando que Luis vaciló un instante ante la pregunta de su madre me adelante a él y dije – discúlpeme, no sabía que su hijo no le había dicho que hasta que acaben los exámenes, yo le ayudaré a estudiar,  a ver si conseguimos que las apruebe todas. De todas formas si le molesta que esté aquí podríamos buscar otro sitio para estudiar-Era realmente hipnótico como se movían los pechos de la madre de Luis cuando esta gesticulaba con las manos. Debe ser incomodo de verdad tener que moverse con semejantes pechos, pensé para mis adentros.
-No, no tranquilo Álex ¿te llamas así verdad? No quería decir esto, simplemente me has cogido por sorpresa, no esperaba ver a nadie esta mañana y por eso he bajado así, en camisón. Y aún suerte, porque suelo ir desnuda en casa cuando se que mi marido está en el trabajo y Luis en la universidad- dijo sonriendo.
Al escuchar que solía ir desnuda por casa mi imaginación se disparó, la imaginé bebiendo un vaso de leche para desayunar mientras esperaba a que se llenara la bañera para su baño matutino. Imaginé que en uno de los sorbos un poco de leche se derramaba por la comisura de sus labios y caía dejando un trazo blanco entre sus enormes pechos y llegaba hasta el plano vientre que había intuido a través de su camisón. En ese momento fue cuando me di cuenta de que mi pene había empezado a crecer y vi como Sandra luchaba para no desviar la mirada de mis ojos hacía mi paquete que ya se marcaba de forma evidente.
-Pues me parece perfecto- continuó- a ver si consigues que este trasto de hijo que tengo saque buenas notas,  si lo consigues prometo compensártelo-
Esto último lo dijo mirando de refilón en dirección a mi paquete. En ese momento se podría pensar que había sido un acto involuntario, pero yo sabía perfectamente que había sido un pequeño gesto que me indicaba que había elegido bien mi presa.
Pasamos el día estudiando hasta que sobre las 5 de la tarde no pudimos más y decidimos dejarlo hasta mañana. Como nos habíamos esforzado de lo lindo decidimos ir a un bar a tomar una cerveza y despejar la mente. Tras un par de cervezas bien frías no pude evitar sacar el tema.
-Oye Luis tu madre bien podría parecer tu hermana mayor, seguro que tu padre debe llenarla de atenciones y  cuidarla extremadamente bien para mantenerla a su lado-
- ¡Joder Álex, es mi madre! –
-Ya lo sé pero no por eso hay que negarlo, tu madre es guapísima-
-Ya lo sé tío, lo que pasa es que no es un tema que saque en cada conversación, de hecho tienes razón con lo de mi padre, siempre la ha cuidado como una reina sin importar cuánto gaste o los caprichos que tenga.  De hecho es un pelín caprichosa, pienso yo- tomo un largo trago a de cerveza y añadió- de hecho hace unos 5 años creí que se divorciaban-
-¿En serio?-
Alex tomo otro largo trago y añadió- no me lo han querido contar nunca pero durante medio año todo fueron gritos en casa, y yo creo que tuvo algo que ver con el despido del chico que hacia el mantenimiento de la casa-
-¿Y qué tiene que ver eso con que tus padres casi se divorciaran?- pregunte haciendo un poco el loco
-Ostia puta Álex con lo listo que eres para unas cosas y lo tonto que eres para otras ¿no ves la relación? Me juego lo que quieras a que hubo tensión sexual, o incluso sexo entre mi madre y ese chaval –
Una luz se ilumino en mi cabeza- ¿Has dicho chaval?- No podía creer lo bien que había elegido.
-Sí tío, tendría 25 para aquel entonces y por lo que se ve mi madre le moló- se acabo la cerveza y me dijo- tío ya no puedo más nos vemos mañana ¿vale?
Nos despedimos y me fui a mi casa. Durante toda la tarde no puede evitar pensar una y otra vez en el voluptuoso cuerpo de aquella mujer y el gran acierto que había tenido al elegirla. De hecho no cerré los ojos hasta que harto de pensar en ella me hice una paja de campeonato imaginándome a mí mismo sobando sus enormes tetas y follándomela como si no hubiese un mañana, lo que no sabía es que lo que acabaría sucediendo de verdad no podría ni siquiera haberlo imaginado.
Durante el resto de semana no tuve muchas oportunidades de acercarme a Sandra ya que no hubo muchas ocasiones para estar a solas con ella. Cuando ella venía a ver qué tal nos iba, no dudaba en decirle de lo bien que se veía y siempre hacia el tipo de comentario que una mujer como ella agradece. Ella siempre respondía con una amplia sonrisa y se después se marchaba moviendo suavemente su cuerpo. De hecho lo único para lo que realmente sirvió esa semana fue para ponerme aún más caliente,  ya que puede verla en diferentes modelitos y al final pude hacerme una idea muy clara del cuerpo que escondía debajo de la ropa. Sin duda tenía unos pechos fantásticos, lo que también pude descubrir era que o bien se había operado el culo al igual que había hecho con sus pechos, o bien dios le había honrado con unas nalgas de acero que resistían al paso del tiempo y la gravedad. La vez que más pude disfrutar de esta maravillosa visión fue cuando apareció enfundada en unos tejanos elásticos realmente ceñidos. Al parecer había quedado con unas amigas para hacer un café en una zona muy pija y quería destacar. Los tejanos dibujaban un culo grande, no os mentiré no era el culo de una modelo, más bien el de una actriz porno, pero a pesar del tamaño no temblaban cada vez que daba un paso. Se podía intuir la línea de un tanga recorriendo el camino entre sus nalgas así como notar un pequeño bulto donde su vagina se apretaba contra ese ceñido pantalón. Como entenderéis eso hizo que mi ansiedad para verla desnuda creciera exageradamente.
Así que el lunes siguiente decidí dar un paso más. No lo sabía a ciencia cierta pero estaba casi seguro que durante las primeras horas de la tarde Sandra aprovechaba para ir a la piscina que tenían en el jardín trasero a tomar el sol mientras nosotros estudiábamos. Harto de únicamente imaginarme el cuerpo de esa mujer decidí que aprovecharía una visita al baño para perderme de forma accidental y acabar en la piscina para de una vez por todas saciar mi inquietud. Y así lo hice. Después de comer  empezamos a estudiar cuando fingí que algo no me había sentado muy bien y que debía ir al baño. Luís no tenía motivos para sospechar por lo que ni se inmuto cuando rápidamente me levante y me dirigí hacia el baño. Lo que no sabía Luis es que al llegar al baño seguí caminando y gira a la derecha para llegar a la puerta que daba acceso al patio y allí estaba…desnuda. Rápidamente me escondí  detrás de la puerta mientras rezaba para que no me hubiese visto. Una vez recobrado el aliento no pude evitar espiarla por el resquicio que dejaba la puerta entreabierta. El espécimen que había allí tumbado era de coleccionista. El largo pelo moreno caía por los lados de la tumbona donde estaba tumbada boca arriba, mientras que sus enormes pechos subían y bajaban rítmicamente al ritmo de su pausada respiración. Eran las dos tetas mejor diseñadas que había visto hasta el momento. Incluso boca arriba se mantenían erguidas, pero no erguidas como lo hacen las prótesis de silicona baratas, sino que se mantenían encima de su pecho con una ligera caída lateral que daba una sensación realmente natural. Lo que me llamo la atención eran sus pezones, eran del tamaño de una galleta y de un color un poco más oscuro que el de sus bronceados pechos. Al llegar a su vientre descubrí que no había errado en mi pronóstico días antes. Parecía imposible que ese vientre hubiese albergado alguna vez un niño en su interior. Tenía un ombligo perfectamente definido marcando el centro de un morenísimo abdomen surcado de arriba abajo por una línea que sólo se consigue con largas horas de gimnasio. Era una vientre plano pero ancho pues sus caderas era más bien anchas, algo normal si pensamos en las dos nalgas que mantenían a cada paso. Para lo que no estaba preparado en absoluto era para lo que me esperaba más abajo de su vientre. No esperaba que una persona de su edad casada con un hombre casi 20 años mayor que ella prestase tantas atenciones en el aspecto de su zona más íntima. Ésta estaba depilada en su totalidad a excepción de un pequeño cuadradito de lo que me pareció un centímetro de lado de un intenso color negro, el resto de su rajita estaba completamente desprovista de pelo. Desde donde me encontraba yo, no podía saberlo con seguridad pero parecía que no se hubiese rasurado sino que simplemente tenía todo su bello cuerpo fotodepilado a excepción de ese hermoso cuadradito negro.
Tras unos minutos de puro voyerismo, con mi pene completamente duro mostrando todo su esplendor y a pesar de que me hubiese gustado pasarme una eternidad espiando por la pequeña abertura de la puerta, me vi obligado a ir al baño tal y como le había dicho a Luis para seguir con mi farsa.  Una vez en el baño pensé que podía aprovechar para orinar y así matar dos pájaros de un tiro, ¿el problema? Es imposible mear con el miembro como un palo. Así que me dije a mi mismo que hacerme una buena paja me ayudaría a relajarme y de este modo poder por fin orinar y quitarme de encima las ganas de follar que tenía desde el episodio en la piscina. En cuestión de segundos estaba apoyado en la pila, con los pantalones por los tobillos y masturbándome como un poseso.
Antes de que me malinterpretéis, he de deciros que otra cualidad de la que estoy orgulloso es mi capacidad para aguantar como un héroe durante el tiempo que sea necesario antes de correrme, pero con la juventud de aquel entonces y el simple hecho de imaginarme a la madre de Luis con mi polla metida entre sus tetas hizo que en tres minutos mal contados mi polla explotara lanzando cinco abundantes chorros con una potencia difícil de creer. Y justo cuando el último chorro abandonaba la punta de mi glande… justo en el límite de mi visión periférica vi una ventana que había obviado al entrar en el baño, y tras el cristal estaba ella desnuda y con una mano en el pecho y otra en la entrepierna. Automáticamente gire mi cabeza y nuestras miradas se cruzaron intercambiando una mirada que era mezcla de pura vergüenza y el más ardiente de los deseos.
No sé si alguno de vosotros alguna vez  se ha visto en una situación tan tensa como está, pero a día de hoy, la manera que tenemos de reaccionar los seres humanos frente a estas situaciones me sigue sorprendiendo. Un milisegundo después de que nuestras lascivas miradas se cruzaran,  yo procedí a meterme el pene en los pantalones y ella desapareció de detrás de la ventana. Cuarenta minutos más tarde  estaba sentado otra vez junto a Luis cuando apareció su madre con el pelo mojado después de una larga ducha y vestida con ropa de deporte. Nos saludo como si nada hubiese pasado cogió un par de manzanas y un botellín de agua y nos dijo con toda naturalidad que iba al gimnasio. Para mí el resto del día fue totalmente improductivo, por mucho que fijara la vista en los apuntes mi mente seguía congelada en el instante en que nos habíamos mirado e intentaba calcular para cuando podría conseguir mi objetivo de follarme a la madre de Luis. La verdad es que tenía la esperanza de que fuera más pronto que tarde.
El resto de semana fue bastante rutinaria, llegar a casa de Luis a las 9, comer, seguir estudiando y sobre las 6 de la tarde ir a descansar. El único factor nuevo era que entre Sandra y yo había empezado a aparecer cierta tensión sobre todo con miradas más largas de lo normal y especialmente en pequeñas caricias en el hombro y espalda para agradecerme lo mucho que estaba haciendo por su hijo.  Hasta ese momento el gran problema que tenia para llevar a cabo mi plan era que en ningún momento desde que habíamos decidido empezar con el estudio intensivo no había ni un solo instante en que no estuviese Luis en casa. Y eso fue así hasta el lunes siguiente. Ese lunes había empezado exactamente igual que cualquier otro día a excepción de que el martes siguiente Luis tenía su primer examen, ese no era mi caso pues yo había cursado esa asignatura en el semestre anterior  y como de costumbre había aprobado con la mejor nota del curso.
Justo en cuanto vi entrar a Sandra en el salón cerré el bloc de notas y distraídamente y dije- ¿Mañana a qué hora tienes el examen Luis?-
-De 9 a 14 horas, ¿por?-
-No, por nada. Simplemente saber si venía a tu casa a las 9, como de costumbre,  o bien me quedaba en la mía hasta vuelvas-
-Hombre  Alex, mejor que te quedes en tu casa y si eso nos vemos por la tarde ¿no?-
Apenas había acabado la frase cuándo su madre le corrigió- Luís cariño no nos supone ningún problema que Álex venga mañana por la mañana-, yo estaré en casa toda la mañana así que si Álex así lo desea puede venir- todo esto lo dijo con la más natural de las expresiones y alternando su profunda mirada entre Luis y yo.
Mi polla empezó a palpitar de pura emoción  cuando justo antes de irse a la piscina añadió  -Muchas gracias por todo lo que estás haciendo por  Luis, espero poder compensártelo…-
De tanta sangre que se acumulo en mi entrepierna  casi me desmayo- Muchas gracias, no hay de que, es un placer ayudar a su hijo a mejorar sus notas-dije con la más amplia de mis sonrisas.
Sobre las 6 de la tarde como algo que empezaba a ser tradición cerramos la sesión de estudio y fuimos a tomar una cerveza, cuando nos la sirvieron Luis alzo la copa y brindamos para que mañana tuviese suerte en el examen. Para mis adentros desee que no sólo él tuviese suerte mañana.
Al día siguiente ni siquiera necesité despertador, a las 7:30 estaba ya dentro de la ducha relajándome bajo el chorro de agua caliente y pensando cuál sería la mejor estrategia para salir airoso en la batalla que me esperaba una hora y media más tarde. A las 9 en punto llamé al interfono de la reja donde otra vez la cámara me dio la bienvenida y me permitió entrar. Tras la caminata a través del gigantesco jardín llegué a la puerta principal de la mansión y mis ilusiones se hicieron añicos. Justo delante de la puerta estaba Sandra vestida con ropa cómoda y a su lado su marido. -¡Mierda!- pensé para mis adentros, que mala suerte hoy, tenía los astros alineados para acabar entre las piernas de la madre de Luis y resulta que aparece su padre. Oculte mi decepción todo lo bien que pude y me presenté.
-Buenos días, supongo que usted debe ser el padre de Luis- dije tendiendo la mano.
-Hola hijo, ya me ha dicho Sandra que tú serás el culpable de que tenga que comprar un coche nuevo a mi hijo-   
-Ja, ja,ja, eso me temo señor, pero de todas formas el mérito será de su hijo y no mío-
A lo que Sandra añadió- Buenos días Alex ¡que puntual! Al padre de Luís le han retrasado el vuelo a mañana y quería conocerte. No te preocupes podrás estudiar donde siempre, intentaremos no molestarte-
-Por favor, ¡cómo van a molestarme, si son ustedes los que me permiten estudiar en su casa!-
Completamente desolado fui hacia la zona de estudio y retomé los apuntes donde lo había dejado el día anterior. Pasadas unas horas de estudio sentí la llamada de la naturaleza y me dirigí al baño, el mismo baño donde días antes tuve uno de los momentos más interesantes en toda mi vida, y la verdad es que ese baño debía tener algo especial ya que lo que vi me dejo sin aliento en el acto.
A través de la ventana veía como en una de las hamacas estaba Sandra a cuatro patas completamente desnuda y con el cuerpo cubierto de sudor mientras su marido estaba detrás embistiendo con fuerza contra sus nalgas. Me quede hipnotizado, era casi mágico observar como a cada envite del padre de Luis, aparecían pequeñas ondas en el culo de Sandra que recorrían su culo hasta perderse en su cintura.  Desde donde estaba veía a la pareja de perfil, era exactamente como estar viendo una película porno, no podía creer la suerte que había tenido, desde mi punto de vista veía a Sandra en posición de perrito con las tetas balanceándose delante y atrás incesantemente, cada cierto tiempo dos gotas de sudor conseguían deslizarse sobre sus erectos pezones de color oscuro hasta gotear  encima de la toalla que habían puesto sobre la hamaca donde estaban dando rienda suelta a sus instintos. Hubiese dado la vida para poder recibir esas gotas sobre mi cara mientras ella cabalgaba sobre mi polla, pero por desgracia me tenía que contentar con ser simplemente un espectador. Debo admitir que para la edad que tenía el hombre el ritmo de las embestidas era más que respetable y parecía que Sandra pensaba lo mismo, o eso me decía su espalda que se estaba arqueando cada vez más, anticipando un orgasmo. Entonces recordé algo, hace una semana Luis no pudo pegar ojo por culpa de los gritos de su madre, y eso que dormía un piso por debajo de ellos ¿Cómo podía ser que no escuchase nada esta vez? Al fijar mi mirada en el rostro lascivo de Sandra la respuesta me golpeo en la cara. Con cada empuje de su marido veía como de la sensual boca de Sandra se balanceaba un hilo de tela que al principio no supe identificar. Más tarde a medida que Sandra se acercaba más y más al orgasmo empezó a abrir más y más sus labios dejando al descubierto lo que sin ninguna duda era su tanga. Sandra tenía su tanga hecho una bola dentro de su boca para impedir que sus gritos llegaran hasta donde yo estaba estudiando. Con toda seguridad eso evitaría que además pudiese tragar con facilidad por lo que unos largos hilos de saliva colgaban de su barbilla, con el movimiento algunos simplemente se estrellaban contra sus pechos, empapándolos. Otros sin embargo, llegaban hasta la hamaca depositándose sobre la toalla o bien sobre las manos de la propia Sandra. De pronto el ritmo del padre de Luis empezó a acelerarse, algo que yo interpreté como la antesala del orgasmo. Cuando el ritmo empezó a parecerme excesiva para alguien de su edad Sandra aparto su culo de forma que la polla de su marido se salió.  Entonces pasando la mano por su espalda siguió masturbándole hasta que dos pequeños chorros de semen cayeron sobre el culo de ella. Justo en ese momento ella giro su cara miro directamente a la ventana y clavo su mirada en mi aún con el tanga en la boca.
Eso no podía ser casualidad.

0 comentarios - El finalizador- Recordando mi primera presa