Chateando con mamá

Chateando con mamá

Intuía que mi madre sabía más de tecnología de lo que parece, como casi todas las madres, me pedía ayuda para casi cualquier cosa con el móvil, instalar una app, añadirle un contacto, en definitiva, controlaba su móvil tanto como el mío… o eso creía

Aquella tarde estaba instalándole una aplicación meteorológica que me había pedido, cuando saltaron tres notificaciones de una app de citas que yo no recordaba haberle instalado y que de hecho ni siquiera conocía, eran tres mensajes de un chaval joven que no tendría muchos más años que yo, y que le decía que le gustaban mucho sus fotos y que si no le importaba mandarle alguna más potente que la del bikini rosa.

Ahí me saltaron las alarmas, aprovechando que mi madre andaba en su habitación, abrí la app y eche un rápido vistazo, la foto de perfil era la típica foto carnet, pero tenía otras dos aparte, una en un bikini rosa, en medio del campo que nunca antes había visto, y otra sonriente junto a un jardín, en una esquina había una especie de carpeta donde ponía “tus fotos privadas” pulse y casi se me cae al suelo al ver lo que tenía allí, 29 fotos, la gran mayoría en bikini, pero había otras tres que iban un poco más allá, en la primera salía ella frente a un espejo con el brazo delante de sus pechos desnudos, en la segunda el brazo dejaba a la vista su pezón izquierdo y la tercera un selfie en el que también se le veía un pecho además de su precioso culo desnudo en el espejo…

¿Desde cuándo estaba mi madre en una web así? me apunte el nombre de la aplicación y esa misma noche me la descargue en el móvil para echarle un vistazo con más tranquilidad.

No tarde ni cinco minutos en dar con ella, aunque no existiera la posibilidad de búsqueda por el nombre, me conocía todos sus datos sin problemas y mi madre no había mentido en ninguno de manera que con poner que buscaba una mujer rubia de 1.65, de ojos verdosos y en 3 kilómetros alrededor me salió como primera opción

En principio tan solo tenía acceso a las tres fotos de perfil, la carpeta privada estaba vetada a los amigos que ella aceptara. Tan solo quería ver las fotos, pero no quería que supiese que era yo por lo que estaba usando un perfil llamémosle falso, para ella era un chaval de 32, de pelo castaño, que vivía en un pueblo a 60 kilómetros. Le mande una petición de amistad y para mi sorpresa no tardo ni dos minutos en aceptarla, y en comenzar a chatear conmigo.

-Hola, me dices tu nombre

+Hola, David, encantado de ser tu nuevo amigo, ¿y tú?

- Yo me llamo Virginia, y también estoy encantada de conocerte, que gracioso tengo un hijo con tu misma edad y que también se llama como tu…

Esa primera noche chateamos de cosas personales, gustos musicales, libros y escritores preferidos y cosas por ese estilo, lo cierto es que yo iba con ventaja, ya que se perfectamente los gustos de mi madre, de modo que en alguna ocasión me adelantaba diciéndole mi escritor favorito a sabiendas de que era el suyo. Tengo que reconocer que me gusto su conversación, y creo que yo a ella también le caí bien, aunque en principio no tenía pensado que aquello fuese más allá, que lo que pretendía hacer una vez que tuviera acceso a las fotos… hacerme una buena paja en su honor.

Conozco muy bien a mi madre, siempre hemos tenido una buena conexión y nos lo contamos todo, por eso se cuántos hombres han pasado por su cama desde que se separó de mi padre e incluso la calidad del sexo, o al menos sé que no quedo demasiado satisfecha con aquel amante. Siempre me ha dicho que para ella el sexo era algo secundario en una relación lo cual no quita que siempre vaya bien arreglada y se cuide bastante como para tener un cuerpazo como el que tiene

Nuestra segunda cita virtual al día siguiente empezó con normalidad, hablando tranquilamente y de banalidades, de las noticias del día, del tiempo cambiante con la llegada del verano… parecía que iba a ser una conversación entre normalita y aburrida, hasta que ella decidió dar un pasito adelante

+ ¿Has visto ya todas mis fotos?

-Sí, claro, si antes ya pensaba que eras preciosa, ahora estoy convencido

+Eres un zalamero, pero no es esa la respuesta que espero, dime de verdad lo que te parecen

-¿Respuesta tímida o prefieres que no me corte?

+Más te vale que no te cortes, porque con las respuestas sosas pierdo el interés, y si pierdo el interés…. Adiós

-Tú lo has querido… pues para empezar tienes un culazo precioso, me encanto encontrármelo así, y disfrute el, me imaginé a tu lado, acariciando esas carnes blanquitas, mientras te chupaba los pezones. En definitiva Virginia eres una mujer preciosa y deseable.

+Esa respuesta me gusta más… ¿te masturbaste mirándolas?

-Sí, mentiría si te dijese lo contrario, y tú ¿Te masturbas? Es solo curiosidad, si no quieres no contestes, no me gustaría que te sintieras ofendida por ello.

+Tranquilo no ofendes, además yo empecé primera, alguna vez lo he hecho, no te lo voy a negar, pero hace tiempo que no me toco, estoy digamos un poquito oxidada y con telarañas ahí abajo.

-Pues deberías hacerlo, es una buena manera de relajarse y de aliviar tensiones

+Siempre he pensado que esas son las excusas de los pajillero para no sentirse mal, si te digo la verdad, cuando lo hice no me resulto muy gratificante en ese momento, rozarme la pepitilla y poco más.

-¿Qué estímulos usabas?

+ ¿Estímulos? ¿A qué te refieres con eso?

-Hablo de referentes, de lo que te imaginabas en ese momento, de en quien pensabas, buena parte de la paja es la excitación mental, ponerse en situación, dejar volar la mente, igual que como te dije antes, yo anoche me imagine sobándote ese culito blanco y lamiéndote esas tetas tan ricas

+Quizá en eso fallaba, pero es que en aquel momento tampoco es que tuviera a nadie en quien pensar los únicos hombres de mi vida eran, mi cuñado, mi hijo… hombres imposibles

-Pues con lo imaginativa que pareces, deberías volver a probar.

+Tal vez tengas razón, pero sigo sin referentes…

-Pues usa los que tienes, hazte una paja pensando en tu cuñado, o mejor en tu hijo, que por lo que dices tiene la misma edad que yo, no es nada malo. Yo te confieso que alguna vez me he masturbado pensando en mi madre, esta tan buena como tú, y ese día por algún motivo la he encontrado deseable… eso no significa nada, es un momento pasajero que se queda en tu mente y no hace daño a nadie.

+Puede que te haga caso…

No me sentí orgulloso de andar incitando a mi madre a que se pajeara pensando en mí, pero no voy a negar que me parecía realmente morboso pensar que igual esa noche al otro lado de la pared estaría mi madre metiéndose los dedos en el coño e imaginándose que yo estaba allí.

Aquella conversación me ayudo a darme cuenta de que mi madre podía hacerse la frígida pero en el fondo estaba tan necesitada como cualquiera de sentirse deseada. Por primera vez sentí deseo real por ella, más allá del que uno puede sentir con el onanismo creativo.

La noche fue extraña, la curiosidad de saber si unos metros más allá estaría mi madre tocándose me comía por dentro, y si así era… ¿en quién estaría pensando?

A la mañana siguiente me di cuenta de lo complicado que iba a ser tener al lado a una persona que te genera una curiosidad que no le puedes preguntar a la cara, pero si a través de una pantalla, un paso en falso… y la podía liar bien gorda

Conseguí aguantar pero en cuanto volvimos a chatear esa noche, tras el saludo de rigor fui directo al grano.

-¿Probaste el truquito que te enseñe para relajarte?

+Si, pero no…

-¿Cómo es eso? Te tocaste y no te funciono…

+Empecé, sí, pero me asuste y no quise terminar…

-¿Susto? Cuéntame…

+Te lo cuento pero no te rías de mí por favor.

-Tienes mi palabra de honor

+Empecé, lo hice a mi modo al principio, la mano dentro de las bragas, acariciándome la pepitilla, entonces recordé lo que me dijiste y te hice caso, me imagine unos dedos que me acariciaban, sentí el morbo y la excitación creciendo, me estaba poniendo como una moto, pensar que mi hijo estaba metiendo sus dedos en la misma raja por la que salió… Me excitó tanto que me asusté de la sensación que me provocaba, de hasta dónde podía volar mi imaginación… y no era solo a sus dedos dentro de mí.

-Es que de eso es de lo que se trata, hazme el favor y la próxima vez llega al final, imagínate si quieres que tu hijo te folla, o te hace el amor lo que tu desees, recuerda lo que te dije, lo que pasa en la mente se queda ahí y no hace daño a nadie

De nuevo me sentí extraño por seguir con aquella incitación incestuosa, una parte de mi sabía que se me estaba yendo de las manos, pero la otra quería ir lo más lejos posible. Y es que descubrir que mi madre se había excitado pensando en mí, fue una especie de inyección de ánimo.

Chateamos de otras muchas cosas esa noche, pero ninguna tuvo que ver con aquel primer instante, no quería presionarla aunque estaba deseándolo.

Serian poco más de las dos de la noche, medio dormido me levante a tomar un vaso de agua, en aquel momento en lo último en lo que pensaba era en la conversación que había tenido esa noche con mi madre a través del chat. Pero al pasar ante su puerta, escuche una especie de maullidos que provenían de ella. Incapaz de aguantar la curiosidad acerque mi oído a la puerta

Había una pequeña rendija por la que pude ver algo, mi madre estaba con las tetas al aire y se intuía su mano acariciándose, pero la abertura de la puerta no me daba para tanto, sí que la podía oír perfectamente, los susurros, la respiración agitada, eran inconfundibles, se estaba tocando… y lo más fuerte de todo, entre dientes pude escuchar hasta en tres ocasiones y con claridad mi nombre.

Me fui a la cama, y no pude evitar hacerme una buena paja, que tuve que parar a medias cuando sentí que mi madre salía de su habitación en dirección al baño, donde pude escuchar con meridiana claridad correr el agua del bidé. No tuve dudas, mi madre esta vez sí había llegado hasta el final.

Para mí no fue tan difícil no preguntar, como lo fue para ella mirarme esa mañana mientras desayunábamos.

Esa misma mañana se puso en contacto con mi alter ego en la red y le mando tres mensajes.

“Lo hice” “Ha sido muy extraño mirar a mi hijo a la cara esta mañana, me daba un morbo increíble, y creo que él lo ha notado” “¿A ti te paso cuando te pajeabas fantaseando con tu madre?”

No pude responderle hasta la noche, por la mañana estaba trabajando y por la tarde estuve con ella buena parte del tiempo, y no podía escribir sin que se me notara. Esa noche hablamos una vez más.

-Perdona que no te haya podido responder antes, estaba muy liado, eso quiere decir que me hiciste caso… independientemente del morbo del que hablaremos después, dime ¿Funciono? ¿Descansaste mejor?

+No te preocupes, es que necesitaba soltarlo, sí, he de darte la razón una vez que volví del baño caí rendida, así que si funcionó, y ahora si no te importa hablemos de lo que de verdad me preocupa, la obsesión con mi hijo

-¿Obsesión? Creo que no es para tanto, tan solo ha sido un ratito imaginativo

+ ¿Tú crees que no es obsesión?

-Por supuesto que no, eso es parte del juego, siempre que se quede en tu imaginación no hay problema no haces daño a nadie.

Aquella noche marco un antes y un después en nuestras conversaciones como madre e hijo, y es que mi madre volvió a la normalidad conmigo, ya me miraba con normalidad y también me hablaba como siempre, pero el espejismo de la vuelta a la normalidad fue eso, un espejismo, esas noches no escuche que hiciera nada como la vez anterior, y las charlas en el chat se centraron más en el mundo de los sentimientos que en el reino de los sentidos

Esas noches me conto muchas cosas que ya sabía de la relación con mi padre, en su mayoría no demasiado buenas, pero también algunas que jamás me había confesado, como que el paso del tiempo le había limado las heridas y llego a pensar en una vuelta imposible. Fui un psicólogo para ella, pero también un confesor de aventuras que desconocía, todas las cuales empezaban muy bien, pero por alguna razón ninguna cuajo más allá de un primer acercamiento, parecía como si no encontrase en nadie lo que buscaba, y por que según sus palabras no quería alejarse de mi… como hijo

Fueron días de conversaciones profundas, donde apenas dejamos lugar para el sexo, aunque ambos fuéramos conscientes de que era un tema que estaba en el ambiente y tarde o temprano en algún momento llegaría, y así fue una noche de viernes al filo de la medianoche

-¿Echabas de menos el sexo con tu marido?- pregunte sin malicia alguna, y abrí de nuevo la caja de Pandora, después de que ella me contase que se pasó casi dos años sin dormir con el antes de separarse

+Si y no… echaba de menos el inicio de la relación, cuando las cosas eran de verdad, cuando salía del alma y no de las tripas. El rutinario no, de hecho apenas disfrutaba y las únicas veces era cuando me pedía cosas diferentes.

-¿Cosas diferentes?

+Si, bueno, cosas diferentes para nosotros, que no hacíamos de manera habitual, que se la chupara, o que me dejase dar por el culo.

Entre las cosas que mi madre me había confesado alguna vez estaban esas dos, no sé porque en algún momento me hablo de que le había hecho alguna mamada a mi padre, pero también que nunca se había dejado dar por el culo, sentí curiosidad por saber si entonces me mintió, así que pregunte sin pensar

-¿Y te dejaste?

El corazón me pedía ahondar en ello, pero la cabeza me decía que si seguía por ahí podía dar un paso en falso

+Mamadas sí que le hice, pero por el culo nunca, por mucho que se empeñara en decir que el dolor es placer

Coincidía plenamente con lo que me conto, reconozco que me hizo un poco de ilusión saber que el culo de mi madre aún era virgen, así que me anime y seguí preguntando

-¿Y él te comía el coño a ti?

+No, nunca lo hizo, pero tampoco yo se lo pedí

-¿Te lo han comido alguna vez? Ya sabes lamer, besar…

+Una vez

-¿Y?

+Fue diferente… bueno, sin más

-¿No te gusto?

+Se puede decir que no me volvió loca

-Eso es porque no te lo hicieron bien, cuando nos conozcamos te hare un cunnilingus de verdad, y descubrirás lo que es bueno, no parare hasta sentir que te corres en mi boca, lametón aquí lengüetazo allá, buscando tu clítoris… ¿no te excitas solo de pensarlo?

+Estoy deseando conocerte y sentir tu lengua en mi chocho, cada día que pasa tengo más ganas de verte, abrazarte y dejar que hagas que me vuelva a sentir una mujer desea dada

Si ella supiera que quien le estaba diciendo esas burradas era su propio hijo, probablemente no habría respondido así. Me vine arriba nuevamente y ataque un poco más.

-Dime la verdad, ¿Por qué no te atreviste a dejar que te sodomizara tu marido?

+Pues, por miedo más que nada, imagino que no habría parado si le decía que me dolía mucho, sé que hay mujeres que lo hacen y no hay problemas, pero con hombres comprensivos y tiernos, y mi ex en esos momentos no lo era, iba a lo suyo y nada más

-¿Y no tienes curiosidad por saber lo que se siente? No todos los hombres somos como él

+No mucha la verdad, pero si en alguna ocasión aparece ese hombre que me haga sentir tan cómoda y deseada…no lo descarto del todo aun

Aquella no parecía mi madre, se estaba soltando con un tipo del que apenas tenía cuatro datos y ni siquiera había visto una foto. Un tipo que la había animado a hacerse pajas pensado en su hijo, que le había dicho que el día que la viera le comería el coño, y le estaba preguntando acerca de dejarse dar por el culo, y ella estaba no solo siguiéndole el juego sino que dándole cuartelillo en incluso ciertas esperanzas… me tenía descolocado.

+El otro día me paso algo que creo que tengo que contarte, y que lleva días remordiéndome la conciencia, creo que necesito tu consejo.

-Adelante, cuéntame

+Me da un poco de vergüenza por eso no te lo he contado antes, fue hace unas noches, cuando hice lo que me animaste que hiciera, ya sabes, masturbarme… deje que la mente fluyera demasiado, y deje la puerta de mi habitación ligeramente abierta, por si mi hijo pasaba… creo que eso fue lo que más me excito, pensar que en cualquier momento me podría pillar, con las manos en la masa.

-¿Y él lo hizo?- contuve la respiración, aquello no me lo esperaba.

+Creo… bueno no te voy a engañar, sé que sí, y me dio mucho morbo, me sentía… uffff

Definitivamente se me había ido de las manos, mi madre sabía que la había estado mirando, no sabía cómo parar aquello, y lo peor de todo, no quería pararlo ya sin descubrir el final, hice una pregunta más

-¿Te imaginas que hubiera entrado?

+Prefiero no pensarlo

-Se sincera… ¿Qué habrías hecho?

+Con la calentura que tenía en ese momento, le habría chupado la polla para bajarnos el calentón

-¿Y él?

+No creo que se hubiese dejado, es mi hijo…

-Es un hombre como todos, no creo que se hubiese opuesto a que le hicieran una mamada

+Puede que en ese momento no importase, pero el problema vendría al día siguiente, no sé cómo nos miraríamos a la cara después de eso.

-Pues igual que siempre, o acaso tu mirabas de manera diferente a tu marido después de un polvo

+ ¿No crees que estoy obsesionada con mi hijo?

-No creo, y aun así ¿Qué tendría de malo?

+No sé, dímelo tú, hijo

-¿Qué?

En ese momento se abrió la puerta de mi habitación, y entró mi madre con su móvil en la mano, se quedó mirándome

-¿Desde cuándo lo sabes?- pregunté tragando saliva

+El tiempo suficiente.

-No sé qué decir mama… lo siento…

+No digas nada, también es culpa mía, debía haber parado cuando supe que eras tú, y sin embargo… estoy aquí, y no es para echarte la bronca… no sé lo que ha pasado entre nosotros estos días, pero si sé que puede que me arrepienta de lo que pase esta noche…

Caminó hasta mi cama y se sentó sobre ella, me miro y me dijo.

+Antes de que ocurra nada, dime algo que necesito saber, ¿Estás seguro de que quieres esto?

-Sí mama, ¿Y tú?

No me respondió, al menos con palabras, levanto el culo del colchón y tiro de la gomilla del pantalón y las bragas dejándolo a medio muslo y mostrándome sin pudor alguno su pubis cubierto por una capa de vello. Me acerque y le eche una mano para quitárselo completamente, momento que ella aprovecho para quitarse la parte de arriba del pijama quedándose desnuda delante de mí, tendida sobre mi cama. La erección que hinchaba mi pantalón sorprendió a mi madre

-Separa las piernas mama, voy a comerte el coño como nunca nadie lo ha hecho.

+Primero bésame hijo… dale un beso a mama, pero de los de verdad.

¿Cómo negarle un beso a mama? Mis labios se pegaron a los suyos y nuestras lenguas se cruzaron, su mano me acaricio la polla dura y tiesa por encima de la tela del pantalón

+Prométeme que no te vas a arrepentir de esto hijo…

-Jamás me arrepentiría de hacerlo con una mujer tan maravillosa como tu mama

Acaricie sus tetones y se los bese, lamí sus pezones u en ese momento supe que ya no había marcha atrás, tal vez al día siguiente me arrepentiría de todo lo que en ese momento deseaba, pero esa noche me iba a follar a mi madre, y por su respiración, y por la manera en como acariciaba mi pene ella lo deseaba tanto como yo

-Ahora si mama, abre las piernas… y déjame ver de cerca ese precioso coño

Mientras ella se ponía cómoda y se colocaba en posición, separando sus piernas aproveche para desnudarme yo también, creo que nunca lo hice tan rápido como aquella noche

Subí a la cama y me coloque en la parte de abajo, justo delante de su entrepierna, y sin más preámbulos metí mi cara entre sus muslos, bese su chocho peludito e inserte mi lengua en su raja. El sabor de mi madre me pareció delicioso, el cosquilleo de sus pelillos en la cara, el morbo iba creciendo por momentos, no me podía creer que estuviese lamiéndole el coño a mi madre. Mordisqueaba sus labios vaginales, jugaba con mi lengua en su vulva, no tarde en dar con su clítoris que para entonces ya estaba inflamado de deseo.

-¿Te gusta mama?

+Nada que ver con el otro hijo, nada que ver cariño… no te pares, comete a mama,

No pensaba parar, no solo porque le hubiera prometido que no pararía hasta sentir su flujo en mi lengua, sino porque estaba disfrutando del morbazo que me daba estar comiéndole el coño a mi madre.

Se corrió mucho más rápido de lo que me esperaba, lo noté cuando sus muslos se comenzaron a tensar y sus manos tiraron de la sabana, ni siquiera tuvo tiempo de avisarme antes de que sucediera, tampoco es que me importara demasiado, porque estaba deseando descubrir el sabor más profundo y privado de mi madre.

+Me corroo… eres el mejor cariño, me corro… me estoy corriendo en la cara de mi hijo y que delicia joder….

Levante la mirada y vi su cara, chupando su raja había dejado de ser consciente por unos instantes de que el coño que estaba degustando no ere el de una mujer cualquiera sino el de mi propia madre, pero su voz me devolvió a la realidad, me levante y me deje caer a su lado

-¿Ves mami como un buen cunnilingus no te deja indiferente?

Paso su mano por mi mejilla y me susurro

+Eres el mejor hombre de mi vida…

Me estire hacia la mesilla y abrí el cajón

+ ¿Qué buscas hijo?

-Condones

+Déjate de boberías, sabes perfectamente que ya no tengo la regla, no me vas a dejar preñada, y aunque la tuviera… quiero sentir como te corres dentro de mí

-Lo se mama, pero quería oírtelo decir, no te imaginas lo excitante que es oír de los labios de tu madre que quiere que te corras dentro

Le di un beso apasionado que obtuvo una igual respuesta por su parte, y abrazados nos dejamos caer sobre la cama, me puse sobre ella, con mi polla dura apuntando a su coño, estaba a escasos milímetros de hacer algo para lo que ya no habría marcha atrás posible, una vez que mi cuerpo invadiera el suyo, cuando mi pene atravesara su vagina por primera vez, daría igual que solo fuese una vez o un millón…

La miré a los ojos, tragué saliva y sin pensarlo más me hundí en ella

-Mama, te quiero…- le dije besando sus labios, con mi miembro ya en ella

Después de años sin sexo el coño de mi madre estaba apretado y lubricado, el roce era bestial, y maravilloso, llegué hasta el fondo de su coño y ella me besó y me apretó contra ella, me necesitaba, me deseaba, me quería…. Y yo a ella

Nuestros movimientos eran suaves, mi polla parecía estar hecha a medida para su coño, gemía con cada una de mis embestidas por suave que fuera, de hecho no tardo en encharcarse de nuevo en cuanto fui cogiendo ritmo y mi bombeo ganó en intensidad

+Sigue hijo mío, me encanta sentirte dentro, haz disfrutar a mama, haz que mami se sienta otra vez mujer, aguanta un poquito más hijo, vas a hacer que mama se corra…

Cada frase de mi madre era para recordarme que no estaba dentro de cualquier mujer si no de la misma que me pario

Note perfectamente cómo se corría, como su coño chorreaba, como su cuerpo se estremecía debajo del mío.

-Mama ponte a cuatro patas, quiero disfrutar de tu culazo cuando me corra…

+No le deje a tu padre y te voy a dejar a ti el primer día, ni lo sueñes cariño, el culo de mama no se folla

-Tranquila mama, que no es para follarte el culo, es para verlo, sobarlo, quiero ver tu culazo en esa posición, ver como se bambolean tus tetones, confía en mi mama, no te voy a dar por el culo si tú no quieres…

No necesite insistir, en cuanto se la saque, se giró y se puso a cuatro patas, ofreciéndome las maravillosas vistas de su hermoso trasero.

-Joder mama, que culazo tienes, te lo digo en serio, un día de estos me tienes que dejar probarlo, yo no soy mi padre, yo no iría a hacerte daño te lo aseguro, te he comido el coño cosa que el no hizo nunca, y te he sacado ya dos orgasmos

+En eso tienes razón, bueno ya veremos, pero no te hagas ilusiones.

Acaricie su coño con los dedos, mientras colocaba mi verga a la entrada de su chocho, esta vez mi polla entro en ella como cuchillo en mantequilla, me deslice suavemente mientras acariciaba sus nalgas y las separaba para poder ver su virginal esfínter

Ahora era yo el que no dejaba de recordar frase a frase, que no era cualquier tipo de la calle el que la estaba follando, sino su propio hijo

-Qué coño más rico mama… me encanta follarte mami, que culazo mama… joder que buena estas mama.

Sus gemidos y mis jadeos se fundían aquel era el polvo más morboso y delicioso que había echado en mucho tiempo. Agarraba sus tetones, los estrujaba, ella se movía a mi ritmo. Intuyo que estaba a punto de correrme y me animo una vez más a que eyaculara dentro de ella.

+Córrete dentro de mami, llénale el coño a mama de tu semen, dale a mama su ración de tu leche calentita

Unas pocas embestidas después, note un latigazo que me recorrió toda la columna, al tiempo que mi polla reventaba de placer inundando su vagina con mi esperma, me vacié en las entrañas de la mujer que me había dado la vida.

Permanecí unos pocos minutos más dentro de ella, quieto, sin moverme, dejando que mi miembro fuese perdiendo tamaño en su interior, dejando que mi corrida quedase para siempre en sus entrañas.

Cuando por fin Salí de ella, nos besamos y nos dejamos caer rendidos sobre mi cama

-¿Has disfrutado mama?

+Si cariño, me alegra que el chicho desconocido fuese tan… cercano

Nos dimos un beso y un rato después nos quedamos dormidos, abrazados y desnudos

Continuará...

1 comentario - Chateando con mamá

dilmanancizar
q bueno me hizo pajear sique con el resto