Las infidelidades de mi padre (4)

Una vez descubierto otro affaire de mi papá, Alejandro, esta vez con su clienta, la Dra. Germania Alverca, una mujer de 40 años, voluptuosa y muy rica, ella pasó en su lujosa mansión el fin de semana con mi padre, su amante.
Comencé esa semana con pie derecho, resolví un caso que me tenía a mal traer, lo hice de la mejor manera, por la tarde me avisa mi padre que viajaba por trabajo junto a la Dra. Edita González, esposa del Dr. Roberto Reggini, dueño del bufete, cuyo viaje se demoraba 3 días por un seminario que ellos tienen como representación de la empresa.
Una vez llegado de viaje, mi padre me pide que le ayude en una limpieza de su computador portátil, -ya que se también de soporte informático, debido a que seguí un curso sobre el mismo- durante el respaldo de información, vi una carpeta llamada “sexcrts”, el cual me llamó muchísimo la atención, esa carpeta la guardé en un dispositivo aparte y me dediqué de lleno al formateo de la pc portátil de mi padre.
Una vez, terminado y entregado a mi papá la pc, me fui a mi cuarto, prendí mi computador, pegué la carpeta “sexcrts”, abrí y en ella había un documento, que tenía un nombre anónimo, lo abrí y me quede sorprendido con lo que leía, más o menos fue así el cuerpo del texto.
“la noche del martes, habiendo llegado a madryn, nos fuimos la Dra. Edita y yo a cada uno de sus departamentos, simplemente estos son lujosos, con camas súper amplias, tipo matrimoniales, primero me refresqué, y luego me puse a descansar.
Tipo 8am, fuimos al teatro 'morrison' de la ciudad, un teatro lujoso, para que sea sede de un evento magno, yo fui como siempre, elegante, lo que me sorprendió fue el look que llevó ese día la Dra. Edita, fue ese día fue con una minifalda blanca, a la altura de sus muslos, bien ajustada a su buen culo, digo, su culazo, más una blusa y saco del mismo color, con pantimedias transparentes, claro, como en madryn hace mucho calor, debido a la época de verano, es muy común usar el blanco para contrarrestar el mismo, bueno, en eso, tuve una de las fantasías más prohibidas y a la vez, deseadas por mi persona, el de cogerme a la esposa del dueño de la empresa.
Comenzando la conferencia, ella se sentó a mi lado, claro está que me hizo notar sus tremendas changas, me conversaba de todo, a lo que solo al verla me la imaginaba besándola, desnuda ante mí y sentada en mi entrepierna cabalgando mi gran pene, sin duda, eso me ponía excitado, en el momento del refrigerio, compartimos ambos la misma mesa, justo a ella la llamaron a su celular, contestó, y ahí, fingí que se me cayó mi libreta de apuntes debajo de la mesa, me agaché a recogerla, y de paso vi que ella justo cambiaba la posición de sus piernas, y pude notar su tanga, era color blanco, sin duda alguna me dije que edita debe ser mía, aprovechando que estamos lejos de la ciudad, para evitar sospechas, me levante recogiendo mi libreta, ella justo terminó de hablar por teléfono, y compartimos el refrigerio.
Al momento de la salida, justo antes de llegar a la puerta, existe un pasillo estrecho, a lo que puse a la Dra. delante mío, como se apretó el pasillo, debido a la gran congestión de gente, sin querer, la comencé a puntear, es decir, mi pene cobró vida, y punteaba las nalgas, perdón el culo de Edita, pensé que iba a reaccionar mal, pero no, seguíamos así pegados, claro yo puenteándola a ella, hasta salir del teatro, fuimos al hotel, en el trayecto, no me dijo ni una sola palabra, hasta que llagamos al mismo y cada uno a su cuarto.
Dentro del mismo, yo en bolas, me la imaginaba a Edita desnuda, con sus senos de mediano tamaño, pero su culo bien formado y respingón, ya me iba a echar una paja a nombre de Edita cuando timbraron a mi cuarto, me puse la bata y fui a ver, abrí la puerta y era nada más ni nada menos que la Dra., me dijo:
Edita: Alejandro, está ocupado?
Alejandro: no Dra. No estoy ocupado, ¿tal vez le puedo ayudar en algo?
Edita: solo le iba a decir que si no quiere caminar un rato por la ciudad, ya que tu conoces aquí, tal vez me podrías hacer conocer, porque no me gusta estar encerrada, claro si tú puedes y quieres...
-en ese momento, se me vino a la mente, que mejor oportunidad para poder cumplir mi fantasía-
Alejandro: claro que si quiero ir a caminar con Ud. Dra., de paso conversamos de lo que pasó hoy y de lo que va a pasar mañana y el viernes que se termina el curso.
Edita: entonces en 5 minutos salgo, porque me voy a poner algo cómodo y Ud. se cambia de ropa. Y cierto, tratémonos como amigos, y dime nomas Edita, no Dra.
Alejandro; como Ud. diga, perdón, tú digas, Edita.
En ese momento me puse ropa liviana, camiseta y pantalón corto, con unos zapatos para correr y en el lobby del hotel la esperé a Edita, que bajó en el tiempo que dijo ella, pero me sorprendí como bajó, con una pupera, que hacía lucir sus senos perfectos, y una licra pegada a sus piernas, que resaltaba su culazo bien formado, iba vestida para hacer ejercicio.
Bueno, fuimos a caminar por el parque, por la iglesia, como es verano y anochece tipo 9y15pm, justo en un parque recreacional aproveché para decirle:
Alejandro. Edita, ¿tal vez le gustaría correr un poco?
Edita: a los tiempos que voy a correr, claro está que antes me gustaba hacer ejercicio, pero no los hago desde hace 2 años, por las ocupaciones que tengo en la oficina.
Alejandro: se nota que tu hacías ejercicio, porque tienes un buen cuerpo, digo, un cuerpazo, que lo has de tener loco a Roberto, tu esposo.
-al parecer, ella se lo tomo un poco a mal, pero soltó una risa, que creo que lo pensó un poco y lo tomó con humor-
Edita: jajajaja Alejandro, tu si me haces reír, al menos estoy con una persona agradable y confiable, y con lo que volverlo loco a Roberto, no creo, ya no tenemos intimidad desde hace mucho, no sé porque, pero lo noto distante, creo que él ha de tener una amante, no lo sé, verás, la última vez que hice el amor con mi esposo, Roberto fue hace 6 meses, perdón, no debería contarte eso.
Alejandro; no te preocupes Edita, de mi no saldrá nada.
Aproveché el momento de insatisfacción sexual de Edita y le dije:
Alejandro: mira, ya que me dijiste lo que te pasa con Roberto, te diré que yo también ya no he tenido relaciones con Alfonsina, mi esposa, el mismo tiempo que tu y Roberto, (era mentira, yo siempre me la cojo a Alfonsina, mi esposa cada día). Bueno que te parece si corremos no...
Edita: está bien.
Nos pusimos a correr, lo hacíamos al ritmo de Edita, ya que ella no entrenaba desde hace mucho tiempo, vaya que ella tenía resistencia, hasta que llegamos a un puesto de refrescos, compramos, seguíamos en la carrera, claro está que mientras corría, imaginaba que corríamos, pero desnudos, tuve una erección, pero quería que lo que pensaba se fuera de mi mente, para que Edita no notara que mi verga estaba bien parada, hasta que anocheció, fuimos al hotel, a lo que llegamos a cada cuarto, me dijo:
Edita: vamos a cenar, tengo hambre, en 15 me esperas en el lobby para ir a cenar, hasta eso, refréscate, cámbiate de ropa y espérame si...
Alejandro: claro Edita, porque no...
Me refresqué, me puse ropa ligera, todo blanco, salí al lobby, y en 15 minutos bajó Edita, con un vestuario negro elegante, fuimos al mejor restaurante, cenamos, conversamos de todo, se la pasó elegante, si quiera debió ser más de la media noche, cuando regresábamos, me puse a hablar con ella acerca de nosotros, de cómo nos iba, de que ella sospecha de Roberto su marido, que tenía una amante, porque no le hacía el amor a Edita, lo mismo me preguntaba de mi “caso” con mi Alfonsina, le decía que igual que ella , 'sospechaba que mi Alfonsina tendría un amante', sin querer me puse en la situación de Edita, llegamos a un parque, que queda a una cuadra del hotel, conversamos, y ella me dijo esto, tomándome de las manos, algo que me sorprendió:
Edita: Alejandro, no puede ser que tu esposa, teniendo un hombre como tú, te pudiese engañar con otro, ya que tú, eres un buen mozo, un hombre elegante en todo sentido. No te puede pasar lo que estoy pasando ale.
Alejandro: así es la vida Edita, cuando se acaba el amor, no se puede hacer nada, por más que intenté con Alfonsina, no la veo entregarse a mi, (que bien que actué, si o que, jajaja). Por eso mi sospecha, y vaya, acá estamos 2 despechados, jejeje.
No creí que la Dra., se me acercara, y menos aún, me dé un abrazo, vaya que ni corto ni perezoso, le correspondí el mismo, ni medio nos separamos, ella me dio un pico, digo, un beso, que ni yo lo esperaba.
Edita: Alejandro, perdóname, no lo pude evitar, pero tu me gustas, desde que estábamos en el colegio y en la universidad, ahora que te tengo cerca, no te voy a dejar escapar, te veía con Alfonsina, y me llenaba de celos, así que ahora, donde nadie nos conoce, comencemos con esta relación, una vez más, Alejandro, me gustas mucho...
No podía creerlo que la mujer de mi jefe, se me declarase de esa manera, a lo que contesté:
Alejandro: Edita, no quiero decirte esto, pero creo que Ud., también me gusta, siempre la deseo desde que te vi en el colegio, en la universidad, en todos lados, yo también me ponía celoso cuando Roberto la besaba, hagámoslo realidad, seamos más que amigos, y que no solo sea una simple relación, sino que la misma sea fogosa, candente, de amantes...
En eso, le clavé un beso apasionado, notaba en los labios de Edita que estaba sedienta de besos, de cariño, sobretodo, de amor, que quizás en mi, encontraría lo que perdió en su esposo, Roberto y lo mismo de ella, que mi Alfonsina “no me daba”.
Después de besarnos, fuimos al hotel, eran más o menos la 1 y media am, la duda era que al llegar al cuarto, no sabía en cual, a lo que Edita toma la iniciativa, me lleva a su cuarto, elegante, grande, era una suite presidencial, una vez adentro del mismo, aseguramos la puerta con llave, levanté a Edita como recién casados y:
Alejandro: ahora vas a saber como soy aquí, en la cama, vas a ver y sentir como te voy a hacer el amor, solo déjate llevar amor, Edita, te amo...
Edita: nadie me ha llevado así en mi cuarto, de manera tierna, sin duda Alejandro, eres todo un hombre, hazme el amor, quiero sentir nuevamente el ser amada, lléname por completo con tu pasión, y soy tuya desde hoy hasta siempre. Te amo Alejandro.
Cargando a Edita, le doy un beso, con toda la pasión, la acosté en la cama de la suite, me saque la camisa, enseñándole mi torso, trabajado desde antes en un gimnasio, a lo que Edita me acarició, besó mi pecho, seguíamos besándonos, cuando la Dra., me acaricia mi pene, claro por encima de mi pantalón, luego desabrochó el pantalón, los bajó junto con mis bóxer, y no pudo resistirse al observar mi pene:
Edita: no entiendo porque Alfonsina deja ir este pedazo de carne, yo no lo voy a desperdiciar, ahora mismo me lo voy a comer todito, mi ale..
Alejandro; claro que si amor, tú me tienes así, cómelo todito, es para ti.
Enseguida la Dra., comenzó el ritmo de las chupadas, mamadas a mi verga, sin duda noté la desesperación que ella tiene, ya que medio año estaba hambrienta de pene, lo disfrutaba de una manera muy sensual, cuando me iba a venir, enseguida paré el ritmo de sus mamadas, la besé en su boca, apasionadamente, Edita se levanta de su cama, me bota sobre ella y:
Edita; ahora verás a una verdadera mujer...
Casi enseguida, se quitó su vestido elegante, quedando solo con su ropa interior, sus pantimedias negras, tipo red, sin duda, Edita tiene un cuerpazo, pese a su edad, (48) se mantiene bien, luego, se sacó su brazier, sin duda, vi, junto con las de mi Alfonsina, las mejores tetas, senos, bien desarrollados, y por último, se quitó su tanga, quedando ante mi, la mujer de mi jefe, Roberto, totalmente desnuda, sin duda, un mujerón, al cual voy a comer durante esa noche.
Alejandro; Edita, que rica que estás, tienes unos senos ricos, una rica y jugosa vagina, y claro, un culazo, que quiero comerlos todos juntos,
Edita: claro que si amor, todo este cuerpo, es tuyo, cómeme todita, hazme el amor cuantas veces quieras ale y lléname de ti, que quiero sentirte dentro de mi.
Edita va hacia mi que estaba recostado, me besa en la boca, si quiera fue unos 5 minutos, luego, fui a la altura de sus senos, los froté, comí que daba miedo, como un hambriento, ella fue subiendo hasta poner su vagina en mi boca, sin demoras, comencé el cunnilingus a Edita, con mi boca jugaba con la vulva, la entrada a la vagina, y más con su clítoris, que sin duda, le hice llegar al cielo, ya que gemía rico..
Edita: aaaahhhh aaaahh cómeme toda, disfruta mi vagina, quiero que me llenes toda, estoy excitada por ti Alejandro, ahhh ahhhhh
Ella se movía muy rico, cuando:
Edita: aaahh aaaahhh siiiii que rico, asii sii sii aaa aaahhh ahhhh aaahhh siiii, que rico más, más, máaaass siiiiiii yessss...
Rendida, Edita y yo nos besamos, sin duda, ella no tenía fuerzas, debido al orgasmo que tuvo, mientras nos besamos, metí mano en la vagina de Edita, sin duda, estaba muy caliente, mojadita, inundada con sus jugos, cuando decidí ya meterle mi palo, abrí de piernas a ella, y poco a poco fui metiendo mi verga en la vagina de Edita:
Edita: aaaahhh que rico mi amor, meteme todo ese palo que tienes, es muy rico, hazme gozar, aaahhh ahhhh
Alejandro: te lo meteré todito amor, disfruta de mi pene que te llenará todita...
Comencé a bombear a la Dra., así como íbamos, las embestidas eran lentas, pero fueron tomando velocidad, el ritmo era bueno, la Dra., comenzó a tener convulsiones, producto a que estaba teniendo otro orgasmo:
Edita: aaahh me vengo amor, que rico coges, siii, aaahhh joderrrr, siii me mojo, siii, siii, yeeeessss...
Alejandro: cosita, termina rico, conmigo adentro, veras que nadie más te va a culear tan rico como yo, porque tu eres y serás mía cuando quiera… siii.
En lo que, ella cambió de posición, se puso a espaldas de mi, signo de que yo la penetrara por atrás, enseguida, puse una almohada debajo de ella, para que no se incomodara, acerqué mi rica verga a la entrada de su hirviente hueco, se la metí de a poco, y:
Edita: aaaahhh que rico amor, cógeme así, sii siiii, tu verga es más rica que la de Roberto, si dame, dame duro, sii, siii, culeame rico, asiii, aaaahh
Alejandro: si mi cosita, te voy a coger rico, toma, duro, asi me gusta, tu vagina es mas caliente que de Alfonsina, toma, sii, oohhh
Las embestidas era ricas, sin duda, a edita la estaba llenando toda, ambos disfrutamos de lo mas hermoso de tremenda cogida que estábamos teniendo, otra vez, ella estaba llegando al orgasmo, gemía, perdón, gritaba a rabiar, como una loca, adicta al sexo, antes de que tenga el orgasmo, nos pusimos de ladito, de cucharita, claro, mi pene estaba insertado a la concha de Edita, y seguí penetrándola, chag chag era el ruido que provocaba mis bolas con las nalgas de la Dra., sudados y todo, producto de aquel ritmo infernal, llegué al clímax:
Alejandro; Edita, que rica que estas, toma duro, duro, mi verga quiere seguir visitando tu conchita, y llenarla con todo, así que me vengo Edita, quiero llenarte todita mi a mor...
Edita: aaahh ahhh claro mi vida, quiero que me cojas siempre, y lléname mi vagina con tu leche que es rica y calientita, aasi, siii, siiiiii, aaahhhh
En eso nos venimos ambos:
Ambos: ooohh aaaaahhh siii siii yeeesss...
Alejandro: te gustó amor
Edita: si mi vida, sin duda eres un hombre, de ahora en adelante serás mi macho y culeame cuando quieras...
Alejandro: entonces comenzamos con la relación:
Edita: si Alejandro... Cogeremos cuando queramos, aunque sea en mi oficina...
Cansados de tanto sexo, sudados nuestros cuerpos, nos dimos un rico y apasionado beso, abracé a Edita, y así desnudos, nos quedamos dormidos, serían casi las 3am, pero valió la pena tener sexo hasta altas horas de la noche, sabiendo que temprano debemos estar en el teatro para la conferencia...
Tipo 6 y media am, despierto con un beso rico y tierno a Edita, con mi boca recorrí todo su cuerpo, me le comí su conchita, y tuvimos un rico y nutritivo sexo mañanero. Que sin duda, fue el mejor que tuve, llenando otra vez la conchita de Edita, con mi semen, que sin duda alguna disfrutó mucho.
Así me conseguí otra amante, que por ahora, seguimos cogiendo con ella todos los días del curso, nos quedamos hasta el domingo, y claro, fueron los mejores días de sexo de mi vida...”
Fue más o menos un resumen lo que les transcribí, la osadía de mi papá no tiene límite, ahora tiene 4 amantes, la domestica, su secretaria, su clienta, y ahora su jefa...

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