Fumando con mama

Hola a todos los lectores de esta web. Empezaré diciendo que me llamo Javier, tengo 18 años, si bien cuando se iniciaron estos hechos tenía 16. No soy alto, mido sobre 1,71, pelo oscuro, no guapo, ni feo. Hago deporte con regularidad, y tengo algunos vicios, como son pillarme alguna buena borrachera de vez en cuando y fumarme algún canuto los fines de semana. Tabaco normal no fumo (es malo para la salud).
Por otra parte está mi madre, Isabel. Tiene ahora 42 años, se conserva bien, creo que gracias al trabajo, ya que el deporte, ni en la tele. Mide sobre el 1,65, con un buen par de tetas, una talla 90. Ella es enfermera de un gran hospital de Madrid. Vivimos con mi padre, que es médico en el mismo hospital, por lo que tenemos un nivel de vida aceptablemente cómodo. A pesar de ser médico y enfermera fuman los dos, mi padre tabaco negro y mi madre rubio.
En casa también está mi hermana, si bien durante el curso está en Salamanca, donde estudia. Ella es 4 años mayor que yo. Debo decir que ni ella ni mi padre pintan nada en esta historia.
Lo cierto es que sin ser un estudiante excelente no suspendía las asignaturas del colegio, por lo que mis padres me daban cierta libertad. Salía viernes y sábados con los amigos a tomar cervezas y con 15 años probamos los porros, si bien los consumíamos en grupo, por lo que la cantidad era pequeña. No obstante te dejaba muy a gusto.
El caso es que un día, en la hora de gimnasia en el colegio sufrí un esguince de tobillo, nada grave, pero que obligaba a permanecer una semana sin apoyar el pie. Al colegio iba, pero, claro, ese fin de semana, de salir, nada. Esto me dolía más que el tobillo, que a decir verdad no me dolía casi, pero mis padres fueron tajantes, ese fin de semana, de "retiro espiritual".
Avisé a los amigos que no iba a salir y le pedí a mi mejor amigo, Luis, que me trajese un poco de costo para pasar el fin de semana (para 2 o 3, por si acaso). Vino el viernes por la tarde y me lo dio. Estuvimos un rato jugando a la Play y luego se fue. Vi la tele y nada más, ya que estaban mis padres en casa.
El sábado mi padre tenía guardia todo el día, hasta el domingo y mi madre turno de noche. Era la ocasión perfecta para mí. Sin embargo las cosas se modificaron un poco ya que mi madre no tendría turno ya que una compañera le pidió un cambio.
Decidí arriesgarme y a las 12 dije que me iba a dormir. Preparé el canuto y me dispuse a fumarlo.
Estaba dando una calada cuando apareció mi madre "Que haces Javi?". Yo casi no sabía que hacer. Estaba al lado de la ventana y tiré el porro. Mi relación con mis padres era un poco distante. Nada de charlas morales ni nada de eso. Se acercó a donde estaba y me dijo "Eso era un porro. De donde lo has sacado?". Yo le dije que eso era cosa mía, pero ella dijo que no, que esa era su casa y también era cosa suya. Empezó a preguntarme que desde cuando fumaba porros. Yo le dije la verdad, que hacía menos de un año.
No parecía enfadada. Ella sacó un cigarrillo y se puso a fumar.
Yo le dije que según "decían los expertos era peor fumar tabaco constantemente que un porro ocasional como hacía yo". Ella dijo que eso era una tontería, ya que entre otras cosas la mayoría de la gente que fuma porros también fuma tabaco. Después empezó la moralina. "sabes que esto no es bueno, patatín, patatán"
Yo le pregunté que como decía eso si ella fumaba. Me salió con eso de que a veces tienes que hacer lo que te dicen y no lo que ves. Me dijo que le prometiese que lo iba a dejar. Yo le dije que no podía hacer eso, ya que no sabía si lo dejaría, y no me gustaba mentirle. Respondió que por lo menos era honesto al decirle eso. La verdad es que me sorprendió bastante el que no se enfadase. Se lo hice saber. Me dijo que no tenía ningún sentido enfadarse por esto, y que además lo que hacen la mayoría de los padres de "te prohibo que…" es un poco absurdo. Me comento que ella creía que era mejor que fuese yo el que me convenciese que era malo y yo lo dejase, claro que si ella veía algo raro tomaría medidas, ya que era su hijo y no quería nada malo para mí.
Le respondí que yo no creía que fuese malo, ya que te sentías muy a gusto y no era como la bebida que después deja resaca.
"Bueno, si dices que se siente uno tan a gusto, déjame probarlo, y así tendré conocimiento de causa y podré decidir, si es que te queda más". Me quedé helado. Le dije que si, pero que no tenía tabaco para hacerlo. Me dio uno de los suyos. Ella miraba como lo preparaba. Cuando estuvo listo lo prendí y se lo pasé. Le dio una gran calada. "La verdad es que no siento nada". Le comenté que tenía que esperar un poco. Me lo pasó, le di un par de caladas y se lo devolví. Volvió a probarlo. Ella no estaba acostumbrada y poco a poco se le empezó a notar la mirada vidriosa, se estaba colocando. "Si que es verdad, con esto te sientes de puta madre". Me impresionó ver la mirada de mi madre y su lenguaje, pero yo también me iba colocando. Hasta ese entonces a mi madre la había visto como una mujer muy guapa e incluso me había hecho algunas pajas pensando en ella, y eso que nunca la había visto desnuda, solo en ropa interior. Al cabo de un rato, cuando estábamos a punto de terminar el canuto mi madre me hizo una pregunta "Oye? Es normal que fumando hierba te pongas caliente?".
"Quéeee?" "Ya sabes, que si cuando fumas esto notas que te pones cachonda?". "A mi al menos si que me pone cachondo, pero nunca se lo he preguntado a mis amigos". " Y que haces cuando te pones cachondo?". "Pues lo que puedo, pero lo normal es que me haga una paja y ya está".
La verdad es que luego reparé que con quien estaba hablando era con mi madre, por lo que me debí poner como una amapola. Me comentó que no me avergonzara, que era normal y que a ella en ese momento también le apetecía masturbarse. En ese momento empezó a acariciarse sobre los pantalones. Yo flipaba en colores.
"Tienes más?". "Me queda para otro". "Pues se un buen hijo y prepara otro porrito". Me dio otro cigarrillo de los suyos, cogí la piedra, el papel de fumar y lo preparé. Esta vez lo encendió ella y le dio tres caladas antes de pasármelo. Yo veía su mirada cada vez más vidriosa. Se desabrochó un par de botones de su camisa y empezó a tocarse las tetas, incluso pellizcándose los pezones. Yo estaba a mil por hora, y la polla se me iba a salir del pijama. Le devolví el petardo justo cuando se bajó la cremallera del pantalón. Se insinuaba unas bragas blancas bastante ajustadas. Yo no quería tomar ningún tipo de iniciativa, por si acaso mi madre se enfadaba, así que dejé que ella tomase la iniciativa. Me pasó el peta, se quitó las zapatillas y para mi asombro, se terminó de desabotonar la camisa y se quitó los pantalones. Ahí tenía a mi madre en bragas y sujetador, con la camisa abierta y yo con un porro en la mano.
"Pásamelo". Le dio un par de caladas. Una de sus manos se deslizó por debajo de sus bragas. Le dio la última calada al porro y lo tiró."No piensas ponerte cómodo?". Me quité el pijama. El bulto de mi paquete era más que evidente. Mi madre se desabrochó el sostén y se quitó las bragas. Estuve a punto de correrme en ese momento. Tenía unas tetas perfectas, muy blancas, ya que no hace top-less, con unos pezones obscuros y muy grandes, del tamaño de un dedal. El pelo del coño lo tenía muy arreglado pero se veía que tenía mucho. Se introdujo un dedo en el chocho y lo empezó a mover.
En ese instante me quité los gayumbos, y empecé a cascármela. "Vaya, si que te ha crecido desde la última vez que la vi".
Se acercó hasta donde estaba y me tocó la polla "Además de grande está dura". Me pasó las tetas por la polla hasta que quedó a la altura de su boca y le empezó a dar besos. "Que haces?""Te la voy a chupar como nadie lo ha hecho""Es que nadie lo ha hecho""Pues te aseguro que jamás olvidarás esta mamada". Después de un poco tiempo le advertí que me iba a correr. Se sacó la polla de la boca y la puso entre sus tetas, donde me corrí como nunca lo había hecho, llenando sus cantaros con mi leche.
Me acercó la cabeza hasta sus tetas "Anda, Javi, chupa". Le comí las tetas y con una mano busqué su coño. Estaba mojadísimo. Se me puso dura en seguida de nuevo. Le besé el cuello, la oreja y finalmente la boca. Me fui acomodando y mi madre también. Notó perfectamente como tenía el manubrio. Abrió las piernas y elevó un poco el culo. Por mi parte buscaba la entrada de su cueva.
"VAMOS, CLAVAMELA DE UNA VEZ, NO VES QUE VOY A REVENTAR, CABRÓN". Se la metí. Como estaba súper mojada le entró hasta el fondo. "ASÍ, QUIERES QUE TE FOLLE ASÍ?""SI, HIJOPUTA, MUÉVETE""SI SOY UN HIJOPUTA, ES QUE TU ERES UNA PUTA""SI, SOY LA PUTA QUE TE PARIÓ Y QUE EN MI VIDA HABÍA ESTADO TAN CALIENTE COMO HOY". Me arañaba la espalda, me clavó las uñas e incluso me mordió en un hombro, hasta que cuando llegó a un orgasmo bestial lanzó un grito que creo que se enteró todo el barrio. Justo después me corrí yo, lanzándole toda mi lefa sobre su abdomen.
Me dio un beso con lengua y mientras se extendía el producto de mi corrida por su vientre me dijo "De verdad, ha sido la corrida más fantástica que he tenido en mi vida. Entre eso y que tu padre últimamente no me hace mucho caso…""Pues ya sabes donde estoy". Le di un beso en la boca. "Ya tendremos más charlas como la de esta noche". Se acarició el coño. "todavía tienes ganas?" le pregunté. "Esta noche estoy como loca". Como en ese momento la tenía floja bajé hasta su chichi y le pasé la lengua. Gimió. Seguí un rato hasta que se me puso de nuevo dura. Le pedí que se diera la vuelta. "Para qué?""Quiero follarte el culo""Ten cuidado, que hace años que no me dan por culo". Le puse bastante saliva y le metí primero un dedo, luego dos y cuando creí que estaba bien dilatada apoyé mi capullo sobre su ano. Luego presioné un poco más."CABRÓN, ME VAS A PARTIR, HIJOPUTA""CÁLLATE, ZORRA". Yo había escuchado este tipo de frases en algunas pelis porno que había visto con mis amigos, pero a mi madre parece ser que le gustaban. "VENGA, MARICÓN, MUÉVETE". Le di un cachete en el culo y empecé a moverme más rápido "Te gusta así, puta de los cojones""¡¡¡SI, SÍ, LLENAME EL CULO DE TU LECHE". Se corrió de forma escandalosa, más que la otra vez. Pensaba que en cualquier momento llegaría la Policía.
Nos duchamos, pasamos la noche juntos, desnudos sobre su cama, y por la mañana, antes de llegar mi padre yo me fui a la mía.
Desde entonces, cada vez que mi padre tiene guardia y mi madre no, pasamos la noche juntos, disfrutando del sexo como locos

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