Soy ariel 9 con el macho más guapo y mujeriego

Como contaba en el relato anterior acepté ir al departamento de Arturo a jugar videojuegos,  en el camino iba nervioso y ansioso, sentía que mi pecho palpitaba, recordaba lo que había pasado en el viaje de regreso del sábado anterior, en el cual se había aprovechado mientras estaba «dormido».
Llegamos a su departamento, realmente no era muy grande pero agradable, una pequeña salita y un comedor, sólo tenía una recámara, pero mucho más grande que la mía, con una enorme cama king size y hasta con vestidor, junto a la cama su escritorio con su computadora y una silla ejecutiva, sin faltar un enorme espejo de pared en una de las paredes.
Su televisión se encontraba en su recámara y era de pared, así que entramos a la recamara y nos acostamos sobre el colchón, de muy buena calidad, por cierto, cómodo y suave.
No pude evitar pensar en todas las mujeres que habrían estado en ese colchón, si el colchón hablara, pensé, seguramente muy usado.
Tomamos los controles y empezamos a jugar, realmente no era muy aficionado a los videojuegos, pero me defendía, mis dos compañeros de departamento si eran muy aficionados y a veces jugaba con ellos.
Llevábamos algunos minutos jugando cuando me soltó:
– Sabes Ariel, te tengo que hacer una confesión.
– Dime Arturo, te escucho – respondí. mirándolo a la cara y dejando de jugar.
Vi sus grandes ojos expresivos de color miel y me dijo.
– La verdad no sé cómo empezar, ¿recuerdas el viaje después del partido del sábado?
– Si, como olvidarlo, ja, ja, reímos mucho con que se te puso dura la verga, soñando con una chica.
Adiviné por donde iba la confesión, pero no podía delatar que no había estado dormido.
– Es queee, creo me propasé contigo y necesito pedirte disculpas.
– ¿Cómo no entiendo?- respondí, fingiendo no entender.
– Es que tienes unas nalgas muy suaves y bonitas y me puse muy cachondo, no pude evitar que mi verga se pusiera dura, te estuve acariciando las nalgas y te metí un dedo en el culo, aprovechando que estabas un poco bebido.
Deseaba la verga de Arturo, pero no podía ser obvio, tenía que defender mi «virilidad», tampoco quería que todo mundo supiera que me gustaba la verga, por lo que seguí escuchando, deseando saber en que terminaría todo.
– ¿Que dices?, porque me hiciste eso, soy tu amigo- reclamé «enojado».
– Si, perdóname, sé que no estuvo bien, pero el roce de tus nalgas en mi verga me volvió loco, tus nalgas son muy lindas y suaves, sueño en las noches con ellas, desde que te vi la colita en las duchas y me hago unas pajas tremendas pensando en ella, y lo del viernes fue el acabose, estuve oliendo el dedo que te metí en el culo toda la noche del sábado y domingo, y me hice unas pajas tremendas, me excitó tanto, y en la noche me desquité con Sandra (una de sus conquistas) y le di por el culo pero pensando en el tuyo.
– Cochino, oliendo un dedo con olor a mierda. – respondí, pero me excitó mucho que se haya cogido a una de las tantas chicas de su harem pensando en mi culo, y conocía a Sandra, una chica voluptuosa y caderona, con un culo muy grande y redondo.
– No Ariel, no olía a mierda, olía a culo y sudor, y me excitó demasiado, no lo pude evitar, me gustó el aroma de tu culo
– Eso es de putos, no pensé que fueras uno de ellos- le reclamé para ver su reacción.
– No es que sea de putos, es que soy demasiado sexoso, quiero tener sexo todos los días y a todas horas, tu culo me excitó demasiado y pues un culo es un culo, no importa si es de hembra o macho.
Creo que simplemente pude haber aceptado su disculpa, y terminar todo, pero no me quité del tema, si le gustaba mi culo, tal vez podría entregárselo, pero debería parecer que Arturo me había seducido y de alguna forma obligado y no me quedó de otra que entregar el culo, a fin de que no dudara de mi «heterosexualidad», iba de por medio mi supuesta hombría y mi novia, ya que por primera vez tal vez podría entregar el culo a algún conocido que conocía a mis amigos y novia, de lo contrario pensé que podría contarle a alguien y se regara el chisme.
Así que seguí en el mismo tema.
– O sea que ya te has cogido algunos hombres.
– Mira, no lo voy a negar, en Sonora somos muy machos y si algún culo que nos guste se atraviesa en nuestro camino pues nos lo echamos, en Sonora me cogí a un maestro y un compañero que se notaba que eran gays, y tenían un culo hermoso, pero contigo es diferente, tienes el culo más hermoso que el de ellos y me vuelve loco, pero sé que no eres gay y aparte eres mi amigo.
– Pienso que tal vez, la naturaleza, te dio esa cola hermosa para que la goces y a su vez hagas gozar a otros, sería egoísta de tu parte dejártela para ti solo- continuó su ataque- y pensé que tal vez tenía un poco había un poco de verdad en su razonamiento,
– Mira a mí la naturaleza me dio esta verga tan grande y siento que fue para dar y recibir placer, – exclamó al tiempo que se sacó su enorme verga del short, estaba completamente erecta, y si flácida era impresionante, erecta era aún mucho más.
En ese momento sentí que mi colita se humedecía y palpitaba, pero aguanté un poco más, tenía que estar seguro que sería discreto y dejé que me siguiera seduciendo.
– Vamos, no me negarás que en los vestuarios a veces te quedabas viendo mi polla- exclamó.
– Es verdad, pero fue sólo curiosidad y tal vez envidia de no tener una polla de ese tamaño, fantaseando lo que sentiría mi novia con un instrumento así.
– Ja ja, puede ser, muchos me ven la verga, algunos con deseo y otros como tú con envidia, pero eso solo ellos lo saben y tengo que decir que tu novia disfrutaría como nunca siendo empotrada con una verga así, todas las mujeres sueñan con sentir una verga de este tamaño en su interior, que las vuelva loca, y también, algunos hombres…
– Ufff, si, pero debe ser dolorosísimo y más por el culo- respondí, fingiendo inocencia y que no abandonara la idea en darme por el culo.
– No creas, he enculado a muchas mujeres y como te confesé algunos hombres y todos han quedado satisfechos, ja ja, – al tiempo que balanceaba orgulloso su enorme verga ante mi vista, en forma provocativa.
– Sabes el culo es un músculo y puede dilatar hasta un tamaño muy considerable, si se sabe abrir poco a poco, has visto en las películas porno como se tragan las putitas esas enormes vergas por el culo y piden más, una verga en el culo puede ser más intenso que por el coño.
– Tienes razón he visto las películas, y tu verga es tan grande o más que la de esos cabrones, y siempre me he preguntado porque se quejan tanto al meterles la verga y después piden más, pero pensé que era actuado, ya que una verga así les debe dejar todo el culo roto y abierto.
Ya estaba completamente excitado, mi verga estaba dura y se notaba en mi short, y Arturo lo notó, continuando su ataque.
– No te voy a mentir, duele, pero como te repito, después que pasa el dolor gozan como nunca y mientras más gruesa sea la verga más gozan, les encanta sentir que su culo esté tan abierto y que lo limen bien por dentro, además el culo como te comenté es un músculo y se vuelve a cerrar, no es que se vaya a quedar abierto toda la vida, al cabo de unas horas vuelve a la normalidad, la única diferencia es que mientras más se use se entrena y sabe hasta dónde debe dilatar, y cada vez duele menos. El culo tiene memoria, podría decirse, recuerdas cuando vas al gimnasio después de días que no puedes ir?, y todos tus músculos duelen por la falta de ejercicio?, pero una vez que eres constante ya no duelen tus músculos y puedes hacer sesiones cada vez más largas sin dolor?, el culo es igual, necesita entrenamiento, ja ja, en serio si decidieras utilizarlo estoy seguro que recibiría mucho placer y no debes preocuparte de que te vaya a quedar abierto o esas pavadas.- continuó su ataque.
– Veo que estás al palo, señal de que te excita la conversación, anda anímate, acaso no te gustaría sentir toda esta carne recorriéndote por dentro, – dijo al tiempo que se incorporaba y sentaba en la cama, recargando su espalda en la cabecera balanceando su enorme y grueso cilindro y apuntando con su enorme cabeza hacia mi cara, la cual ya quedaba a pocos centímetros de su verga, exhibiéndola y ofreciéndola en forma muy sugerente. La cabeza de su verga había tomado un tono más fuerte, rojizo y parecía brillar.
Mi culo hacia pucheros, sentía un escalofrío recorriendo mi columna de solo imaginarme tener esa enorme verga en mi boca y hasta el fondo de mi culo, pero todavía, tenía que cerciorarme de su discreción.
– Y si me llegara animar ¿cómo me aseguraría de que no le vayas a andar contando a todo el mundo que me rompiste el culo, y me tomen como un puto? tengo novia y amigos.
– ¿Tú crees que yo contaría algo?, sería el primer afectado, toda mi fama de mujeriego y seductor se vendría abajo, te conté de los dos culos de hombre que me eché porque eres mi amigo y sé que no lo divulgarás, además quería que supieras que ya he tenido otras experiencias con un culito de hombre como el tuyo.
Ya había derribado todas las barreras, ya solo esperaba el siguiente ataque, me incorporé y me senté en la misma posición que Arturo, puse mis manos a centímetros de su pierna, conteniéndome para no agarrarle su enorme miembro, mi vista estaba fija en su sexo.
Arturo vio y pensó que todavía dudaba, por lo que con su mano, tomó la mía y la acercó a su verga.
– Anda, tómala, sé que te mueres por tocarla, tu mirada no miente, no te resistas, libérate.
Y claro que realmente no me resistía, pero fingí timidez y opuse un poco de resistencia en mi brazo, muy ligera, así que su mano acompañó la mía y una vez que tenía el tronco de su verga en mi mano, apretó para que a su vez cerrara la mía sobre su tronco.
Era increíble sentirla, mis dedos no alcanzaban a tocarse y cubrir todo el diámetro de su verga. No podía creer que tenía en mi mano la verga del tipo más galán, macho, popular y mujeriego de la escuela, siguió guiando mi mano unos segundos y la retiró y yo solo empecé el movimiento de vaivén, recorriendo ese miembro maravilloso, un grueso cilindro de carne ardiente.
En eso estaba, cuando exclamó:
– No quieres darle un besito, anda sé que te mueres de las ganas- y tomándome del cuello fue empujando mi cabeza hacia abajo, en forma firme, pero sin tampoco empujar demasiado y cambiando de posición me puse de rodillas en la cama para no perder el equilibrio, mientras su mano en mi cuello seguía empujando mi cabeza en dirección a su verga, pronto la sentí en mis labios, dura y ardiente, aspire su olor y cerré los ojos, el aroma inconfundible a macho.
– Anda abre los labios, dale un besito Ariel, no muerde- exclamó
Era lo que más quería, probarla, pero tenía que dejar que me fuera guiando para no delatarme, así que abrí un poco los labios y sentí que entró la cabeza de su verga en mi boca.
– Así, despacio, chúpala como una paleta, pero no uses los dientes, solo la lengua y el paladar, ahueca la boquita, y seguí sus instrucciones, pronto ya estaba succionando suavemente la cabeza de su verga y mi lengua recorriendo el tronco de su verga y el frenillo, me hacía dar besos en la punta y recorrer con mi lengua toda la longitud de su verga, desde sus huevos hasta la punta, poniendo especial atención al área del frenillo, mientras Arturo acariciaba mi pelo y mi espalda.
– Ay Ariel, que rico chupas, nunca me la habían chupado así, pareces una experta come pollas, no me mientes que nunca te has comido una polla?
Saqué la verga de Arturo de mi boca y me defendí:
– Como crees cabrón, sólo te estoy mamando como me gusta que me mamen a mí, y la verdad tu verga en mi boca me excita mucho.
– Ufff, tu novia debe ser una mamadora increíble, ojalá algún día me la llegara a mamar- exclamó.
– No manches cabrón, con mi novia no te metas o te la dejo de mamar- respondí.
– Perdona Ariel, pero mamas delicioso, no puedo creer que sea tu primera vez, anda chúpame los huevos, no te enojes.
Así seguí chupando sus huevos, recorría con mi lengua el saco que los cubre, era riquísimo, sus huevos eran tan gruesos y pesados, me encantaban y empecé a succionarlos en forma alternada.
– Aghhh, ayyy, que rico gimió Arturo, pero para, para, si no me vas a sacar la leche, y todavía no es hora.
Se incorporó y se quitó toda la ropa y también me ayudó a quitarme mi playera, tomó una almohada y me pidió tumbarme boca abajo, poniendo la almohada bajo mi vientre, le obedecí todavía con mis shorts y boxers puestos, su mano acariciaba mi espalda y volvió a tocar los hoyitos que se forman en la parte baja de la espalda y empiezan las nalgas.
– Que rico te ves así Ariel, y me excitan mucho tus hoyitos en la espalda, son tan sexys.
Sentí sus labios en mi espalda, precisamente en el área de los hoyitos que le parecían sexys y me estremecí, indudablemente era una zona muy erógena, aprovechó para tomarme de los shorts y jalarlos hacia abajo, junto con mis boxers, levanté mi cintura para facilitar la acción y luego mis piernas para que me los quitara completamente, quedando boca abajo, completamente desnudo y mi culo empinado sobre la almohada.
– Por Dios, Ariel, que rico te ves así, tu culo es perfecto, blanquito, redondito y suave.
Empezó a acariciar mis nalgas y apretarlas suavemente y sentí que las abría quedando expuesto mi ojete.
– Tu hoyito es increíble, chiquito, rosadito y muy arrugadito, va a ser un verdadero placer abrirlo, me encanta y se me pone tan dura al fin poder verlo, desde que lo toqué con la punta de mi dedo soñaba con saber cómo era y ha superado con creces mis expectativas, suave y sin ningún pelito.
Sentí que abría un poco más mis piernas y con ambas manos abría mis nalgas y pensé que el momento esperado llegaba, pero en lugar de eso sentí una caricia muy húmeda entre mis nalgas, su lengua estaba recorriendo mi rajita y pegué un respingo y un ligero gemido.
– Aghhh, que haces, exclamé, quedamos que sólo la meterías, me vas a hacer un puto – reclamé, me encantaba sentir su lengua entre mis nalgas, pero tenía que seguir fingiendo defender mi «virilidad»
– Perdona Ariel, pero es necesario, si no te va a doler mucho, antes de meterla hay que dilatar muy bien la colita, tranquilo, no te vas a volver puto, todos sabemos de tu novia, solo es para que se te vaya aflojando y dilatando la cola, no te preocupes, solo estate tranquilo, relájate y disfruta.
Su lengua recorría todo el surco de mis nalgas desde el perineo hasta el inicio de la rayita, combinando con unos pequeños mordiscos y chupetones en mis nalgas, así como apretones y pequeñas nalgadas que me excitaban mucho, abrió mis nalgas y sentí que empezó a puntear con ella, que rico sentí, empecé a arañar las colchas y morder una almohada para no gemir como puta, la punta de su lengua empezó a abrir mi colita y apreté un poco, no quería que se fuera toda, tenía que simular que era virgen.
– Mmm, que rica colita, me encanta, la colita más rica del mundo, y que apretadita, ufff, me encanta, no sabes las ganas que tengo de empotrarte duro, pero hay que abrirla poco a poco.
Espera no te muevas, en un segundo regreso.
Se levantó y me dejó con la colita al aire, a punto del delirio, giré la vista y lo vi buscar en un cajón y sacar un botecito de lubricante, Ufff, pensé el cabrón estaba preparado.
Regresó y se sentó a un lado mío, justo al lado de mi culo, lo vi abrir el botecito y me dijo al ver que lo veía:
– Mira este es lubricante, no es nada malo, sólo relájate y no aprietes, te lo voy a poner para que no te duela mucho cuando te penetre, así resbalará mi verga y no te hará daño.
Sentí que me abrió una nalga, y después el líquido frío y muy viscoso caer en la rajita de mis nalgas y con un dedo embadurnarlo en toda la superficie exterior de mi esfínter, el líquido era extremadamente viscoso y empecé a sentir un poquito caliente y hormigueo en la colita, diferente a cualquier cosa que me hubieran puesto antes.
– Siento, un poco raro, que me estás poniendo- exclamé.
– No te asustes es un lubricante anal especial para la colita, tiene un ingrediente que ayuda a relajar los músculos y otro que es estimulante, para que sientas más rico, vas a sentir calientito y vas a tener la colita más sensible, pero no te la va a anestesiar, al contrario, no tengas miedo, no quiero anestesiar y romperte la cola, solo que disfrutes más.
El desgraciado sabía lo que hacía, tenía mucha experiencia y sabía que necesitaba ayuda si quería meter su enorme herramienta en un culo, y realmente el líquido ayudaba, lo sentía tan sensible y sentía riquísimo el roce de su dedo, en eso estaba disfrutando de tan íntima caricia cuando sentí que introducía la punta de su dedo dentro de mi colita, entró sin ninguna dificultad, el lubricante era sumamente viscoso y resbaló muy bien su dedo dentro de mi colita, sin dolor alguno.
– Ufff, que rico, ya tengo un dedo dentro de tu colita, no te imaginas que hermoso se ve como entra mi dedo en tu hoyito rosadito y cerradito, ¿verdad que no te ha dolido?
– Sólo un ardorcito pequeño, pero se siente caliente en mi interior, hormiguea, me gusta cómo se siente- exclamé, mintiendo un poco en lo referente al ardor.
Sentí como entró un poco más y lo hacía girar lubricando mis paredes internas, pronto llegó hasta el fondo.
– Así Ariel, que rico siento, se siente tan suave tu colita, ya se tragó todo mi dedo, me encanta tu hoyito, tan estrechito, caliente y virgen, ¿lo sientes?, ya está todo dentro. Al tiempo que con su otra mano me daba una ligera nalgada,
Que rico sentía, efectivamente el lubricante estaba haciendo su trabajo, sentía la colita muy caliente, sensible y flojita y tuve que volver a morder la almohada para no gemir, su dedo muy dentro de mi, acariciaba mis paredes internas, y después empezó a meterlo y sacarlo y ahí, no aguanté más y empecé a gemir.
– Así, Ariel, libérate, goza, tu culito puede darte mucho placer, ¿sientes?
Sacó el dedo y puso más lubricante y ahora metió dos dedos en mi colita, repitiendo la operación, girar y salir, mis gemidos se hicieron más intensos,
– Mmmm, que bien, tu colita dilata bastante bien, te dije que esta colita está hecha y preparada para coger y darte placer.
En eso estaba, cuando siento que ahora son 3 los dedos que entran en mi colita y ahí si me ardió, sus dedos eran anchos y me quejé, todavía tolerable pero hice un poco de teatro.
– Ay, duele, me arde, exclamé, al momento que apreté la cola y me retorcí en la cama, eché mi brazo atrás y tomé el suyo deteniendo el avance de sus dedos.
– Tranquilo, tranquilo, relájate, son las fibras de los músculos del culo estirándose, solo es un poco de ardor, pronto pasará, mira, no voy a mover los dedos hasta que pase el ardor, ¿Te parece? ya casi estás listo, tu colita dilata muy bien, me parece que no va a haber problemas para poderte desvirgar.
Efectivamente pronto pasó el ardor y sentía muy calientita la cola, el estimulante estaba haciendo efecto y necesitaba sentir los dedos de Arturo refregando mi cola, así que empujé la colita hacia atrás y sus tres dedos se introdujeron unos milímetros, lo suficiente para darle entender que el ardor había pasado.
Arturo empujo suavemente un poco más sus 3 dedos en mi colita y al ver que no hubo queja empezó a moverlos y sacarlos muy suave, despacio y empecé a gemir, me encantaba sentirlos como me recorrían por dentro, ya sentía la colita muy dilatada, y sus dedos entraban y salían con cierta facilidad.
– Listo Ariel, ya estas lista para ser mi puta- Por primera vez me habló en femenino y no me importó, al contrario, me hizo recordar a Roberto, mi verdadero desvirgador, realmente me sentía su puta y me excitó que me llamara así.
– Tu colita ya está lubricadita, dilatada y abierta, verás que bien te entra, no me equivoqué cuando te dije que la naturaleza te había dado tu rica colita para que la disfrutes y hagas disfrutar a un buen macho.
Me pidió que me pusiera en 4 y abrí mis piernas, ya sabía la posición, doble mi cintura hasta que mi cara tocó el colchón y quedé con el culito en pompa, ofreciéndoselo.
– Muy bien Ariel, el día de hoy te gradúas de putita- al tiempo que me dio una sonora nalgada.
Se puso en posición para el “desvirgue” y puso más lubricante a mi colita y a su verga, lo esparció en toda la entrada y sentí su monstruosa verga resbalando por mi rajita, desde el inicio de mi rajita a mis huevos y me empezó a decir:
– ¿Sientes como te recorre mi verga?, imagínate cuando todo esto te recorra por dentro, lo que vas a disfrutar, te va a abrir bien la colita y te vas a morir de gusto. Siéntela, que dura está.
Cada vez que la pasaba por la entrada de mi hoyito, me la frotaba en forma circular, parecía que iba a empujar, pero continuaba de paso, me estaba torturando, de ansiedad, en el momento más inesperado sentí que empujó un poco más, y un dolor terrible me invadió, lanzando un fuerte grito de dolor que no pude contener, si bien ya había recibido las vergas de Roberto, Pedro y Mariano, que eran muy buenas vergas, la de Arturo las superaba en diámetro y longitud, así que eché el culo para delante y me zaf.
– Quieta, tranquila, relájate, ponte flojita, me decía al tiempo que volvía a ponerme en posición, te dolió porque estabas tensa, no debes apretar.
Sentí que apuntó nuevamente la punta de su verga en mi hoyito y empezó a empujar el enorme tronco de carne, mi culito se seguía resistiendo, hasta que de pronto sentí nuevamente que me partían en dos y lancé un nuevo grito, mis pliegues se abrieron y entro la enorme cabeza en mi interior, nuevamente me intenté zafar, pero ahora me tenía bien sujeto de la cintura y no permitió mi escape. Al oír mi grito exclamó.
– Shhh, calla, calla, tranquila, putita ya entró la cabeza, es la parte más gorda, aflójate, no quiero lastimarte, no me voy a mover, hasta que te relajes y empieces a disfrutar, que rico se siente, me encanta como aprietas la cabeza de la verga, que culito tan sabroso tienes.
Me dio una fuerte nalgada y sentí que me distrajo y me ayudó a relajarme, ya no me dolía tanto y se lo hice saber.
– Me arde, pero ya disminuyó el dolor, Arturo.
– Mmmm, que bien, me has aguantado bien la verga, ahora tranquila que empieza el goce-
Se empezó a mover, en un lento vaivén, muy suave, sacando y metiendo cada vez un poco más, siempre poniendo un poco más de lubricante en su verga, abriendo mi colita, era tan gruesa que sentía igual que el día que me desvirgaron, los pliegues de las paredes de mi culo estirándose y posiblemente algunas fibras musculares romperse ante el avance de ese enorme cilindro de carne, hasta que me la metió hasta donde ya mi culo no daba más,
– Ay Arturo, me la has metido toda, no puedo creerlo, soy tu putaaa
– No nena, todavía falta un poquito más, casi, pero todavía te falta para graduarte de puta, una puta se la come entera.
Estiré mi mano rumbo a mis nalgas y toqué entre su verga y mis nalgas, era cierto, me había empalado completamente hasta el final de mi culo y todavía faltaban unos dos o tres centímetros de polla,
– Ay Arturo, es que es tan enorme que no le cabría a ningún culo, siento que me traspasas, de tan profundo que me llega
– No mami, claro que hay culitos que se pueden comer mi verga entera, y estoy seguro que el tuyo es uno de ellos, aguanta un poco más.
Me tomó de la cintura con una mano y continuó con sus embestidas, largas y profundas, con la otra acariciaba mi espalda y nalgas, de vez en cuando me daba una nalgadita o me la abría para ver como su enorme tronco me perforaba, me tenía chillando de placer, jamás había sentido nada igual, efectivamente el roce de su verga en las paredes de mi culo me causaban corrientes de placer que iniciaban en mi columna vertebral y me recorrían todo el cuerpo, en ocasiones se movía en forma circular procurando que la punta de su verga diera placer a todas mis paredes y sentía que jugaba con mi próstata la masajeaba con su gran herramienta y la rozaba muy rico, pero seguía de largo y me llegaba hasta la última pared interna de mi culo.
– Ay Mami, que rico culo, me vuelves loco, es tan suave y calientito, aprieta mi verga y la envuelve como si la quisiera exprimir, ufff, me encanta, me vas a sacar la leche, aghhh
Los golpeteos de su verga en la última pared interna de mi culo me causaban un cosquilleo increíble me encantaba sentir que su verga exploraba toda la longitud de mi recto causándome un placer indescriptible, mi mente estaba en blanco y me retorcía de placer, mis jadeos se escuchaban por toda la habitación.
De pronto sentí un pequeño dolorcito muy profundo en mi culo y que la última pared interna donde su verga rebotaba se abría, a su vez su pelvis chocó contra mis nalgas, di un fuerte respingo y un gemido profundo, un nuevo estremecimiento me corrió por todo el cuerpo. Su verga había traspasado mi último esfínter interno y la punta de su verga había llegado más allá de mi recto.
– Eso nena te has graduado de putita, siéntete orgullosa muy pocas han podido comerse mi verga entera ya sea por el culo o coño, ay, que rico, no puedo creer que tenga toda mi verga dentro de tu culo, no estaba seguro que te la ibas a poder comer toda. Resultaste más putita de lo que creía, ay, siento que ya va salir la leche, te voy a preñar.
Sus embestidas se hicieron más rápidas y profundas, mi cuerpo empezó a convulsionar, me retorcía en la cama en gritos de placer y me corrí abundantemente sin haberme siquiera tocado la verga, chorros de leche cayeron sobre las sábanas.
– Asiii, aghh, que rico, te has corrido sin tocarte siquiera, solamente con el placer que te da tu culo, no solo te has graduado de puta, sino que te has graduado con mención honorífica.
Las arremetidas se aceleraron, literalmente taladrando mi culo, mis nalgas rebotaban en su pelvis, mi cuerpo seguía convulsionando, retorciéndose y aullando de placer, sentía el sudor de Arturo cayendo en mi espalda, cuando en una última embestida sentí que me clavó profundo y empezó a descargar su leche en mi interior, juraría que más allá del recto y directamente a mis intestinos.
Se desplomó sobre mi cuerpo y sentí su respiración agitada en mi nuca, su cuerpo sobre el mío, exhaustos y sudorosos.
Poco a poco sentí que mi respiración se normalizaba y su verga perdiendo dureza, me acordé de la cita con mi novia y le dije a Arturo que era tarde y debía irme.
Se desplomó a mi lado e intenté incorporarme, pero mis piernas me fallaban, el culo me ardía horrores y Arturo se incorporó y me ayudó a levantarme. Mis piernas temblaban y con mucho esfuerzo me incorporé.
Me pidió que me apoyara su escritorio para inspeccionarme y sentí que me abría las nalgas, su leche escurría entre mis piernas.
– Madre mía, que boquete te he hecho, se ve bien abierto, pero no parece que te haya hecho mucho daño, pronto estarás bien, te voy a dar una pomada y en un par de días estarás como nuevo, ja ja, bueno, casi nuevo.
– Sabes, no te lo dije para no asustarte, pero todos los culos que he desvirgado los he dejado sangrando, tu culo nació para gozar y ser gozado, es muy elástico y ajusta bien al contorno de mi verga, ha estado fabuloso.
Entramos a la regadera y me ayudó a lavar mi cuerpo, fue muy gentil, salimos y al ver mi problema para moverme ayudó a secarme las piernas y ponerme mi ropa, era complicado agacharse, me entregó una latita de pomada que guardé en la bolsa de mi pantalón.
Una vez en camino a la escuela por mi novia me dijo que esperaba que no fuera la única vez, quería repetir y le contesté que no estaba seguro, que me había gustado, pero fue muy doloroso.
– La próxima ya no te dolerá tanto- dijo, muy seguro de que no sería la última. Y efectivamente no fue la única vez, me convertí en parte de su harem y me follaba cada dos o tres semanas, no tan seguido como quisiera, pero comprendí que había una larga lista de mujeres para satisfacer y ahora yo era una de ellas y debía esperar mi turno.
Me dolía al sentarme y le pedí que manejara despacio. Solamente sonrió y disminuyó la velocidad.
Me preguntó si no nos molestaba si nos acompañaba a cenar y acepté, pero a expensas de lo que dijera mi novia, a quien le mandé un mensaje y no puso ninguna objeción.
Una vez que pasamos por mi novia, no le fueron indiferente mis dificultades para caminar y le mentí que me había lastimado en el entrenamiento y tenía un tirón a la altura de la ingle, pero que Arturo me había regalado una pomada, que no se preocupara.
– Pobrecito, si quieres yo te ayudo a ponértela me dijo.
Arturo se llevó una mano a la boca para disimular y contuvo la carcajada, le dio mucha gracia el comentario de mi novia.
– Gracias amor, no es necesario- le contesté ruborizado y dirigiéndose a Arturo le dijo:
– Gracias Arturo, eres buena gente, gracias por cuidar de mi novio.
Arturo sonrió y contestó.
– Ja ja, no te preocupes, me sonrojas, es lo menos que puedo hacer por un amigo.
La velada fue entretenida, al final insistió en pagar la cuenta de los 3 y nos dio un aventón a casa de mi novia, donde se despidió de nosotros.
– Sabes, Ariel, Arturo es muy gentil, no es tan mala gente como pensaba.
– Calla-le contesté -me pones celoso.
Ja, ja, amor, celoso, me haces reír, jamás saldría con un tipo como Arturo, me molestan mucho los tipos así, sólo juegan con las mujeres, no las respetan, las tratan como su juguete, solo la usa para divertirse con ellas y las deshecha y más me molestan las mujeres que caen en sus redes, no tienen respeto por sí mismas- exclamó mi novia, le había salido lo feminista.
– Al contrario, quien debía estar preocupada soy yo, no quiero que te vaya a sonsacar y me vayas a adornar la frente.
– No tienes nada de qué preocuparte amor, sabes que no me gustan sus pachangas, y solo he salido con él a las fiestas de piscina que me ha invitado, pero tú me has siempre acompañado.
Unos minutos después me despedí y pedí un taxi de regreso a mi departamento, necesitaba descansar.
Lejos estaba mi novia de saber que sería la próxima víctima de Arturo, pero eso se los cuento en el próximo relato, por su temática lo pondré en la categoría de bisexuales, por si quisieran leerlo

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