Novia curiosa: Amigo se queda a dormir

Disclaimer: todos los personajes están entre los 25 y los 30, y para preservar los nombres, vamos a usar otro tipo de vocativos: Novio (No), Novia (Na), Amigo (A), etc.

Estaba sola en casa, preparándome y maquillándome apenas un poco (bastante natural) porque mi novio iba a venir a la noche para quedarse el finde conmigo. Nos pintó ver una peli copada que habíamos comentado con algunos amigos y terminamos invitando a nuestro mejor amigo para comer algo a la noche y verla. Como iba a terminar tarde, nos decía que no le daba porque la vuelta iba a ser imposible y aparte iba a llover. Lo terminamos convenciendo diciéndole que si se largaba, se quedara a dormir, ya que tenemos otro cuarto disponible para visitas. El pibe es súper vueltero y medio que la fue dudando hasta que terminó accediendo. Hacía banda que no nos veíamos (por la pandemia) y estaba bueno compartir algo.
Nosotros somos bastante liberales, nos encanta calentarnos entre nosotros y tener juegos nuestros que incluyen terceros indirectamente, o sin que lo sepan (por ejemplo, calentarnos y calentarlos con ropa sexy, ponernos en situaciones medio jugadas sin que se den cuenta y demás, pero todo bastante light). Con amigos nunca nos pasamos de la raya porque después hay que seguir viéndolos y bueno… no nos animamos todavía. Lo único que hicimos fue pensarnos y calentarnos entre nosotros con la idea de estar con amigos y amigas, pero siempre en un plano de fantasía. Jodemos bastante con eso.
La cuestión es que comimos muy tranqui y la peli estuvo re copada. Incluso, en un momento estuvimos tapados con una frazada y nos empezamos a tocar con mi novio (estábamos en el mismo sillón), con nuestro amigo sentado en un silloncito individual más alejado. Nos cagamos de risa porque estaba tan metido con la peli que no giró la cabeza ni una vez. Igual fuimos bastante discretos y no se iba a dar cuenta. Lo que sí, en un momento empezamos a escuchar como si fueran unos tiros, pero eran unos truenos impresionantes. Se venía el mundo abajo. Nuestro amigo puso una cara de orto descomunal, pensando en la vuelta y en que solo le habíamos propuesto la idea de quedarse para convencerlo de que viniera. Sin embargo, la propuesta seguía en pie y se lo volvimos a decir. No lo podíamos largar en banda así. Nuestro amigo nos volvió a agradecer, ahora con más énfasis, e incluso invitó el helado. Un capo.
Ya se había hecho bastante tarde y fui a prepararle el cuarto a nuestro amigo, ya que era mi casa y solo yo sabía dónde estaban las cosas. De paso, aproveché y me puse algo más cómodo: una calza que está hecha mierda y uso solo para casa, pero la lycra todavía tiene vida y me marca re bien el orto, y una remera que uso para dormir, que es bastante escotada y, con lo estirada que está, se ve bastante más. Aproveché, también, y me saqué el corpiño, que me apretaba bastante. Volvimos y boludeamos un rato más mientras levantábamos las cosas y lavábamos. Mi novio vive caliente y, cada vez que pasaba y nuestro amigo no miraba, me manoseaba el orto y las tetas, y me daba besos en el cuello desde atrás mientras me apoyaba con el vergón que tiene y me encanta. Sumado a todo esto, con el toqueteo previo y las ideas de estar con un amigo cerca mientras hacíamos cosas, me estaba poniendo bastante caliente.
Después de terminar con todo, nos fuimos a los cuartos y, apenas cerramos la puerta, me le tiré encima a mi novio y le dije que lo amaba mucho y que quería que me garchara fuerte. Como él es el que propuso toda esta joda de compartirme con amigos y de fantasear con eso, sabía que, si le decía algo, me iba a tirar alguna situación jodida bien picante. Así que decidí frenar la faena de los besos y los toqueteos por un segundo y le digo lo siguiente:

Na: Amor, ¿no querés que vaya a preguntarle si está todo bien o si necesita algo, antes de que arranquemos?
No: Hmm, bueno. Pero mirá que me estás dejando con la chota así —y me muestra. ¿Te parece bien eso? ¿Aparte, no estás con demasiada ropa? ¿No te incomoda? No me jode si te ponés un poco más cómoda. Pensá que es material para nosotros también. Ofrecele un Kleenex al pajero ese y veni rápido, dale.
Na: ¡Qué hijo de puta, jajaja!

Voy caminando por el pasillo y me quedo pensando en lo que me dijo mi novio. Ahí decidí sacarme la calza y quedarme en un culotte de lencería espectacular, pero era casi como un shortcito corto y apretado, que dejaba ver la mitad de abajo de los cachetes del culo. Igual estaba tranquila porque la remera me tapaba. Pensé para mí: “ya fue, vamos a calentarnos un rato, pero sin pasarse”. Después de ese pasillo largo, al fin llego al cuarto y golpeo la puerta.

A: ¿Sí?
Na: Soy yo, ¿puedo pasar?
A: Vení, pasá.

Estaba tapado, pero se veía que estaba en cuero. Andá a saber en qué andaba. Probablemente mirando tele, pero yo estaba pensando otras cosas, nublada por la calentura.

Na: Perdón si te jodo, pero quería saber si necesitabas algo. ¿Querés un vaso de leche para dormir mejor? ¿O un Kleenex?

Los dos nos cagamos de risa.

A: Seguro fue tu novio el que te dijo eso. Qué chabón. No, tranqui. Yo me arreglo. No te hagas drama. Volvé con él y disfruten por mí.
Na: Me vas a hacer llorar jajaja. No te pongas en víctima.

Me fui y cerré la puerta. A mitad del pasillo me quedé pensando de nuevo. Llegué a mi cuarto y vi que mi novio se mantenía al palo 100%. No sé cómo hace. Prácticamente salté a la cama para besarle esa flor de poronga un rato y le conté lo del Kleenex. Nos reímos los dos.

No: No pensé que ibas a animarte a tirarle esa. Ni siquiera en joda.
Na: Bue, pará. Tampoco tengo 10 años. Es una huevada. Sé que todos los pibes se pajean. De hecho, me dio curiosidad, ahora que estamos más en confianza y en un ambiente privado. ¿Te jode si le voy a preguntar un par de cosas?
No: ¿Posta? Dale, andá. Yo voy arrancando, que estoy re puesto. El truco es siempre pensar en vos y en cómo me ponés jajaja. Si tardás, al menos traete una buena historia para compartir.

Otra vez salgo al pasillo, que cada vez parecía más largo, y empiezo a maquinarme con todas las ideas que compartimos con mi novio todos los días. Pero tengo que ser fuerte y no pasarme. No es la idea. Jamás lo dejaría afuera de nada, como él tampoco lo haría conmigo. Siempre es un juego de los dos. Él me incentiva tanto y yo solo quiero hacerlo feliz, y también disfrutar yo, obviamente. Llegué una vez más y, como venía pensando en otras cosas, entré directo sin golpear. Nuestro amigo estaba ahora destapado, en cuero y en bóxer, y se notaba que tenía “un negocio entre manos”.

Na: Ay, perdón, boludo. No pensé… —y me tapo la cara con las manos.
A: Tranqui, chabona. No te hagas drama. ¿Qué necesitabas?
Na: No, mirá, me quedé pensando en un par de cosas que siempre me pregunté y quería sacarme algunas dudas.
A: Mandá nomás.
Na: Mi novio se pajea todos los días. Varias veces al día. El flaco vive caliente y siempre quiere guerra. Quería saber si a todos les pasaba lo mismo o si él entraba dentro de un grupo de pocos.
A: Yo no necesito tanto. Con algunas en la semana ando bien. También depende mucho de la situación que me pueda llevar a eso.
Na: Claro. Él como que crea la situación siempre y todo el tiempo tiene ganas. A todo le encuentra un costado hot y siempre quiere sacarle el jugo al mango a cada idea o situación. Bueno, al menos sé que no les pasa a todos. Mis amigas me dicen que con sus novios les pasa al revés y que son ellas las que les piden siempre y no les dan.
Otra pregunta, ¿vos hace cuánto que no salís con nadie?
A: ¿Querés saber hace cuánto que no la pongo?
Na: Bueno, no lo pensé así, pero a ver… contame.
A: Tu novio te habrá contado que nunca me vio con nadie, y capaz piensa que nunca la puse.
Na: ¿Y es así?.. Perdón, no te quiero poner en una situación complicada, pero me dio curiosidad. Sabés que estamos en confianza, sos nuestro mejor amigo y jamás te voy a boludear con eso.
A: Y… sí. Es así.
Na: Pero, boludo, eso no puede seguir así. Te tenemos que dar una mano. Invitamos a alguna amiga o algo. Posta que tenés que cambiar la actitud también. No podés esperar a que venga del cielo algo que no aparece así nomás.
A: La verdad es que quiero que surja naturalmente. No quiero forzar la situación.
Na: Sos vueltero en todo, pero en eso te va a terminar jodiendo de más y cada vez te va a costar más. No seas boludo. Te lo digo de onda.
A: Igual no quiero hablar más de eso.
Na: Está bien. Perdoname. Quería charlarlo como amiga para ayudarte. Pero respeto que no quieras hablar conmigo de eso. Hay otra cosa que me da curiosidad y que quiero saber, si no te molesta. ¿Cuánto te mide? Estamos recopilando información de amigos y gente conocida porque nos divierte boludear con eso.
A: ¿Ah, también me van a boludear con eso?
Na: No seas tonto. Sabés que no me refiero a eso. Es curiosidad mía, más que nada. Siempre quise saber cosas más íntimas de otros. Saber es poder jajaja. O sea, me coparía verla, pero, si me decís, ya soy feliz.

Nuestro amigo duda un segundo y se baja el bóxer. Queda con tremendo vergazo a la intemperie. No llega a ser como la de mi novio, pero está bastante bien. Aparte, yo soy chiquita y sé que me llenaría también una de esas. Ay, no sé por qué estoy pensando esas cosas, como tenerla adentro, la puta madre. “Controlate”, me dije internamente.

A: Espero que estés contenta.
Na: Sí, gracias —traté de no emitir ningún juicio de valor ni de hacer ningún comentario subjetivo para que no se fuera de las manos—. Ya me voy yendo.
A: Pará. Dejame decirte algo. Te voy a ser sincero y no quiero que te lo tomes a mal, pero después de esas preguntas y que me hayas jodido con lo del Kleenex y demás, me dieron ganas de clavarme una pensando en eso y en que nunca te había visto con ropa tan ligera. La verdad es que me calienta bastante toda la situación.
Na: Al final son todos iguales.
A: O capaz vos sos la que pone a cien a todos.
Na: Mi novio me dice eso siempre. Como si yo tuviera la culpa.
A: ¿Y… ahora te puedo pedir yo que me muestres un poco? Lo que vos quieras, pero necesito un poco de inspiración.
Na: No te pases. Es una charla de amigos y ya… Pero… al mismo tiempo, yo te metí en esto… Hmm… Bueno, está bien. Me parece justo. Aparte sin acercarse y sin tocarse no hay nada de malo. No te lo debería decir pero, aparte, mi novio me pidió una historia para que le llevara y esto lo va a poner como a vos.

Me bajo la remera escotada hasta que se me salen las tetas para afuera. Los ojitos se le abrieron y me entré a cagar de risa. Estaba paralizado pero, al mismo tiempo, una mano se le fue a la pija, como si tuviera vida propia. Después de unos segundos, se entró a pajear como si no hubiera un mañana.

Na: Un toque y me rajo, que mi novio me está esperando.
A: Mostrame ese orto hermoso que tenés, por favor.
Na: Ah, ¿ya me habías fichado? No sé en qué momento, pero esas cosas no se hacen jajaja.
A: Prácticamente siempre. No te hagas la que no, si estás buenísima.

Me doy vuelta, me apoyo en la cómoda donde está la tele, me levanto la remera y me bajo el culotte. Hubo un silencio bastante largo. Solo se escuchaba el rose de la pija con la mano y el golpeteo de la mano contra el cuerpo. Mientras estoy así, la curiosidad me gana y giro la cabeza para mirar por sobre mi hombro cómo se pajeaba. No me iba a perder la chance de mirar eso, tampoco. Cuando me estaba doliendo el cuello, volví a girar la cabeza para adelante y de reojo veo que en el pasillo está mi novio mirándome con el chotazo en la mano. Me pongo a mirarlo a él y le hago señas de que se está dando algo que él quería hacer desde hace mucho. Pasaron unos minutos hasta que rompí el silencio.

Na: Ya te di demasiado material para esta noche. Hasta mañana.
A: Ahora sí me serviría el Kleenex.
Na: ¡Es verdad! No quiero que me manches nada. Ahí te lo traigo.

Voy por el pasillo una vez más y, nuevamente, me freno y pienso: “Qué locura. Tengo dos tipos en mi casa, uno en cada cuarto, ambos pajeándose por mí y para mí. Jamás lo habría pensado. Qué feliz que soy con mi novio. Qué ganas de juntarlos a los dos y que me llenen todos los agujeros al mismo tiempo. Ya me pongo a pensar en sumar otros amigos del grupo. Qué putita que me pongo, la puta madre. En fin, tal vez se dé alguna vez, pero hoy no es el día”.
Agarro el Kleenex y vuelvo por el eterno pasillo.

Na: Tomá, acá tenés.
A: Gracias. ¿No querés quedarte un rato más?
Na: Ya te dije que tenés material más que suficiente para esta noche y para muchas noches más. No jodas más.
A: Una cosa más y te dejo ir a garcharte a tu novio. Vos decís que sin tocarnos no pasa nada, ¿no? ¿Te puedo pedir que me escupas la pija? Desde lejos. Te parás en la cama y te ponés bien arriba, si querés. Es solo un ayudín para un amigo. Posta que es eso y ya no te jodo más. Porfaaaa”.
Na: Qué hijo de puta que sos. Decí que soy demasiado buena amiga, boludo. Pero, así, ninguna mina te va a dar bola. Cómo te victimizás, chabón. Necesitás cambiar esa actitud.

Obvio que lo termino haciendo porque realmente quería darle una mano a nuestro amigo, pero tampoco voy a dejar que la calentura me gane porque no era lo acordado.

Na: Hasta mañana. Ahora sí.

Cierro la puerta y me voy por el pasillo. En la mitad, me vuelvo a frenar por última vez y me río mientras pienso que ahora soy yo la que quiere “el vaso de leche”. Qué suerte que estoy con mi novio acá. Si no, quién sabe qué habría pasado.

10 comentarios - Novia curiosa: Amigo se queda a dormir

KristNovoselic +1
que buen relato la re concha de la madre, que buena manera de narrar las cosas tenes lpm te felicito! ojala te pinte escribir mas relatos jajak +10
PurpleRain-
Gracias, crack! Excelente el comentario jajaja. Me hiciste el día.
Tartanico
Ufff que caliente quede leyendo esto
axelpedidos
alguno sabe de algún relato parecido? Donde la novia caliente al amigo solamente?
AngelGabr2
pasate por los mios si gustas