Engalanados...

Bombón...
El mensaje me llega cuándo estoy en la oficina, atendiendo. Le pido un momento al socio que tengo enfrente y le contesto: 
Potro. Creí que ya te habías olvidado de mí.
"Imposible...", asegura mi diablita interior.
Por supuesto es mi galán, mi Crush de chica. En el telo nos habíamos pasado los celulares, para mantener un contacto más fluido, aunque la verdad es que, después de sacarse las ganas, no tenía demasiadas esperanzas en que volviera a contactarme. 
Ustedes ya saben quién es, ahora que está separado, debe tener un harén para elegir. Yo ya le había dado todo lo que tenía para dar, no me guardé nada, por eso creía que no volvería a verlo. Sin embargo, ahí estaba, escribiéndome.
Más de una vez me había tentado en escribirle, en mandarle un audio, una foto, pero siempre me frenaba. No quería ser yo la primera en retomar el contacto.
Por supuesto que luego de haber estado juntos, me puse a leer en internet todas las noticias, no solo suyas, sino también sobre su relación. Al parecer se habían tomado un tiempo, vivían en casas diferentes, pero seguían viéndose todos los días, ya no como pareja sino como familia. Incluso algunos medios hablaban de una supuesto novia, lo cual no me importaba, ya que yo no quería ser su novia, sino su amante.
Intercambiamos algunos mensajes, hasta que me llama y me pregunta:
-¿Estás para vernos?-
El corazón empieza a latirme a mil por hora al escuchar su voz. Bueno, en realidad ya me latía fuerte desde el primer mensaje que recibí. Aún así, tardé en responder.
Si tenía que ser sincera, le hubiese dicho:
"Sí, te quiero ver ya, te quiero coger desde ahora y hasta la noche sin parar".
Sé que vas a leer esto, y lo pongo porque no es ningún secreto, te lo dije después, me estaba mojando de solo imaginarnos otra vez juntos. Pero tampoco quería quedar como una desesperada, que con solo un llamado se abre de piernas, por eso le dije que tenía un día ocupado.
-Si tengo libre mañana te llamo, ¿dale?- le digo al final, conteniendo el impulso de largar todo e ir a buscarlo adónde sea.
-Ok, dale- responde.
Corto la llamada, termino con el socio y me encierro en el baño a tocarme. No es lo ideal, pero no hubiera podido soportar todo el día aguantándome las ganas.
Al día siguiente no lo llamo enseguida, sino después del mediodía.
-Como me hiciste esperar...- me dice con esa ronquera suya que me desarma.
-Jajaja..., no fue a propósito, estuve bastante ocupada-
-¿Quiere decir que ya no lo estás?-
-Digamos que tengo un par de horas libres-
-Un par de horas no nos van a alcanzar...-
-¡Mmmm...! ¿Es una amenaza?-
-Una promesa...-
Quedamos en vernos en el mismo telo de la primera vez. Vamos cada cuál por su lado, en nuestros propios autos, y como si fuera un operativo comando, nos encontramos en la esquina, entrando por la cochera, uno detrás del otro.
-Parece que me extrañaste...- le digo ya en la habitación, luego de un beso intenso y prolongado.
Agarrándome de la cola, me aprieta contra su bulto.
-¡Éste también te extrañó!- me confirma haciéndomelo sentir en toda su aguerrida plenitud.
Volvemos a besarnos, con toda la lengua, sin dejar de frotarnos el uno contra el otro, sintiéndonos, deseándonos.
-Como me mandaste al frente...- me reclama, sin soltarme, apretándome fuerte las nalgas.
Obviamente se refiere al relato de nuestro encuentro.
-Ni siquiera te nombré...- me defiendo, acomodando mi pelvis a la erección que se erige en la suya.
-Además, que te preocupa, ¿no estás separado?- 
-Sí pero...-
No termina la frase porque le como la boca. Quiere decir algo más, pero antes que lo intente, ya le estoy desabrochando la bragueta.
Meto la mano adentro y le aprieto la chota, haciéndole soltar un leve quejido.
Me pongo de rodillas ante él, como adorándolo, y le bajo de un solo tirón el pantalón y el calzoncillo. La verga emerge enhiesta y triunfal, en estado de Gracia.
Se la beso toda en derredor, acariciándole con una mano las nalgas y con la otra la pierna en dónde tiene el tatuaje.
Levanto la vista y lo veo cerrar los ojos, entregándose al deleite de mis labios.
Tras darle un incitante beso en los huevos, con mordiditas incluídas, empuño la poronga y me la meto en la boca, chupándosela con todas mis ganas.
En un momento me mira, los ojos inyectados de lujuria, y agarrándome de los pelos, me la hunde hasta la garganta.
Mueve la pelvis atrás y adelante, haciendo que se la coma hasta los huevos.
-¡¡¡AAAHHHGGGG... AAAHHHGGGG... AAAHHHGGGG...!!!- aunque me ahoga no me resisto, dejándome taladrar la boca con esa herramienta que parece estar más dura a cada momento.
Excitada a más no poder, me abro la camisa, me desabrocho el corpiño y poniéndome la pija entre las tetas, le hago una turca como para competir en una olimpiada de pajas.
Nos desvestimos a los apurones, y tirándonos en la cama, nos metemos manos por todos lados. Me gusta sentir sus dedos dentro mío, explorando mi intimidad. Los saca humedecidos, se los chupa, y vuelve a besarme, compartiendo mi sabor.
Le agarro la pija y se la aprieto, haciéndole soltar un quejido.
Se levanta y ahí de pie frente a la cama, exhibe orgulloso su erección.
Me siento y agarrándosela con las dos manos se la chupeteo arriba y abajo, por los lados, sintiendo en mis labios esa dureza que excede mis mejores previsiones.
Cuándo se pone el forro, me paro encima de la cama, y colgándome de su cuello, me trepo a su cuerpo, rodeándole la cintura con mis piernas.
Él me agarra de los glúteos y manejándome como si no pesara nada, me ensarta la poronga bien hasta los huevos. Así, de una.
Alzada, con mis piernas por encima de sus brazos que me sostienen, me empieza a dar con todo, enérgico, brutal, impetuoso ... PLAP PLAP PLAP PLAP PLAP... haciendo resonar nuestros cuerpos con cada golpe.
-¡Sos una bestia...!- me dice en medio de esas vibrantes sacudidas.
-¡Y vos un animal...!- le replico, sintiendo como me bombea cada vez con más fuerza.
Me mueve atrás y adelante, ensartándome en esa estaca que parece fundirse en mi interior para formar un todo único, completo, absoluto.
Cuándo me deja en la cama, se detiene, y dejando toda la carne en el asador, me besa con una pasión que me conmueve.
Ahí hay algo más que solo calentura, pienso.
Lo rodeo con mis piernas y empujándolo hacía mí, le pido que me siga cogiendo.
-¡Cogeme... No pares...!-
Por supuesto que me da con el gusto, reanudando ese demoledor e irrefrenable vaivén con el que mi cuerpo se siente tan a gusto.
Estamos tan juntos, tan unidos, que el sudor de uno y otro se mezclan formando un solo torrente.
No dejamos de besarnos ni por un instante, mientras su verga entra y sale, formidablemente erecta, dura y candente como un hierro al rojo vivo. 
Puedo sentir su fuego incluso a través del preservativo, quemando, incendiando todo mi interior.
Muevo mis caderas al ritmo de sus empujones, rubricando cada movimiento con un... ¡Ahhhhh...! que él se come a puro besos.
Rodamos sobre la cama, sin separarnos, atrayéndonos, empujándonos, sintiendo como el placer se diversifica por cada conducto de nuestros cuerpos.
Cuándo tengo mi orgasmo, el primero de muchos, sale de mí, y haciéndose a un lado, me brinda el espacio para que pueda disfrutarlo sin interferencias. Sin embargo, le agarro la mano y hago que me meta los dedos en la concha, para que sienta mi humedad y el calor que él mismo me provoca.
Tras un momento me levanto y me dirijo al baño, tengo ganas de mear y quiero enjuagarme todo ese flujo que me chorrea por entre las piernas. Pero antes de llegar siquiera a la puerta, viene tras de mí y apoyándome contra la pared, me penetra desde atrás con un solo y efectivo envión.
Me agarra de las manos y manteniéndolas por encima de mi cabeza, me embiste con una pericia tal que me hace mojar de nuevo, ahora con mucha más intensidad que antes.
Quiero decirle que no se detenga, que me siga garchando así, incluso más fuerte, pero solo suspiros y jadeos salen de mi boca. 
Igual él está en mi misma sintonía, así que me da como en la guerra, golpeando su pelvis contra mis nalgas cada vez que me la manda hasta lo más profundo.
Es ahí, cuándo me tiene bien amurada, entre la verga y la pared, que acabamos los dos al mismo tiempo, disolviéndonos el uno en los brazos del otro.
El placer que siento, el goce, el disfrute resulta indescriptible. Una sensación que me envuelve y trastoca todas mis emociones.
Ahora sí, me suelta y me deja ir al baño, porque la verdad es que ya me estaba meando encima.
Hago pis, un chorro fuerte y cargado, seguramente mezclado con el flujo de mis acabadas anteriores. Me limpio, me lavo las manos, me acomodo el pelo frente al espejo, y vuelvo a la cama, en dónde el galán ya está recostado, meneando sostenidamente una verga que todavía mantiene intacta su dureza.
Me subo a la cama por el otro extremo, y me acerco gateando, columpiando a propósito mis tetas de un lado a otro.
Avanzo por entre sus piernas, hasta ponérselas justo encima de la pija. Sabe lo que quiero, así que la pone entremedio y apretando una teta contra la otra, se empieza a mover como si me las estuviera cogiendo.
Ahí, entre mis gomas, la verga del galán parece alcanzar su plenitud. No puedo resistirme a morderle la cabeza, disfrutando esa turgencia que tan bien sabe.
Vuelvo a chupársela, comiéndosela hasta los pelos pese a lo larga que la tiene, pero bueno, hago petes desde chica, así que no representa ningún problema para mí comerme un pijazo de esas dimensiones.
El galán apoya la cabeza entre sus manos entrelazadas y disfruta de la mamada que le doy, asegurándome una y otra vez que nadie, pero nadie, se la chupó jamás como se la chupo yo.
En la cama todos te dicen que sos la mejor, la más puta, pero en su caso, sentía que no me mentía. Después de tantos hombres, les saco la ficha enseguida.
Se la dejo toda ensalivada, y tras ponerle yo misma el forro, me le subo encima, me la acomodo entre los labios, y me voy sentando de a poquito, pedazo a pedazo, sintiendo como si se derritiera en mi interior, pero soy yo, que me mojo todavía más al tenerlo de nuevo dentro de mí.
Me acomodo sobre su cuerpo, apoyándole las tetas en el pecho, y besándolo en la boca, me empiezo a mover, haciéndolo fluir por todo mi interior. 
PLAP PLAP PLAP... No sé si volveremos a coger, pero ese momento, ese preciso instante en que entra y sale de mí, se convertirá en uno de los mejores recuerdos de mi vida.
Cuándo tengo otro orgasmo, me abandono al disfrute, derrumbándome sobre su cuerpo. Pero esta vez no me deja, sino que me agarra fuerte de las nalgas y me empieza a bombear desde abajo, aniquilándome a clavadas, llevándome a lomo de su pija hacia otro goce encadenado con el anterior.
El placer es tanto que me siento como afiebrada, con un ardor que me quema la piel y me sumerge en el fuego caótico de la lujuria.
Con su erección al tope, el galán me hace a un lado, me pone de costado, de espalda, y me manda un par de dedos ensalivados por el culo. Me estremezco anticipando lo que está por venir.
Primero siento la punta avanzando por entre mis nalgas, con una mano me las abro yo misma, permitiendo que se deslice cómodamente hacia mi interior. No tiene que lubricarme demasiado, ya que la pija y toda esa parte de mi cuerpo, están empapadas, mojadas con el flujo de mis acabadas.
Suelto un fuerte gemido al recibir esa primera clavada. Me la deja ahí adentro, y agarrándome de las tetas, me empieza a culear con esa potencia que no guarda ni una gota de conmiseración por mi orificio más estrecho. Bueno, estrecho es una forma de decir, porqué me lo agranda enseguida de tanto meter y sacar.
Mientras él se sigue moviendo, atrás y adelante, acoplándose a mis nalgas con su pelvis, un brazo apretándome las tetas, me empiezo a frotar el clítoris, primero despacio, casi como acariciándolo, para ir aumentando de intensidad de acuerdo al ritmo que él marca en la retaguardia.
Cuánto más rápido va él, más rápido voy yo, jadeando casi a coro los dos. Le pongo una mano en la cadera y lo incentivo para que me dé más duro todavía.
-¡Dale... dale...!- le digo al sentir ya en el vientre ese vértigo que precede al orgasmo.
Cuándo incrementa el ritmo del empuje, yo hago lo mismo con el movimiento de mis dedos, manteniendo al estallido ahí, en las puertas de mi sexo, inflamándose cada vez más.
Cuándo siento que ya está a punto, que se se acelera, que jadea todavía más fuerte, me pellizco el clítoris y lo sostengo, aprisionado, esperando su descarga.
Uno, dos, tres empujones más, me la deja clavada toda adentro y acaba... Justo en ese momento me suelto el clítoris y acabo con él, pegándome aún más a su cuerpo.
Sentir en mi cuello los suspiros de placer que exhala es un bálsamo de satisfacción. Una vez más gozamos los dos juntos, hundiéndose uno en el orgasmo del otro, hasta hacerlos incomparables.
-¿Cómo hacés para llegar al mismo tiempo?- me pregunta una vez que hemos superado ese momento en que resulta imposible pronunciar palabra alguna.
-Me vas a decir que con tu ex no acababan juntos- le digo incrédula, dándome la vuelta y acurrucándome entre sus brazos.
-Muy pocas veces, era más la excepción que la regla- me confía.
-A mí me gusta compartir ese momento, gozar los dos, juntos, que goce solo uno me parece muy egoísta- le confirmo. 
Lo cuál es cierto, siempre me gustó acabar junto a mis amantes. Me resulta mágico, estimulante.
-Que suerte la de tu marido- repone.
Nos besamos. Luego del beso se queda pensando y agrega:
-Hay otra cosa también que casi nunca hicimos con mi mujer, bueno, nunca mejor dicho-
-¿Ah sí? ¿Que cosa?- le pregunto interesada.
Me lo dice en un susurro. Me lo quedo mirando con la boca abierta.
-¿En serio? ¿Nunca pero... nunca?-
Niega con la cabeza.
-¿Ni siquiera en fechas importantes, como cumpleaños o aniversarios?- insisto, sin llegar a creerlo.
-No..., nunca jamás- me asegura.
¡Que desperdicio!, pienso, sin llegar a concebir que teniendo a semejante hombre al lado nunca lo haya agasajado de esa manera.
Me apoyo en un codo y mirándolo seria, le pregunto:
-¿Querés que te lo haga?-
-Me harías el tipo más feliz del mundo- asiente.
Me levanto, me pongo de rodillas en el suelo, y con un gesto le digo que se acerque.
Con una sonrisa de oreja a oreja se levanta, y viene hacía mí, la pija meciéndose entre sus piernas. Se planta delante mío y pone los brazos en jarra, las manos a la altura de su cintura.
La tiene medio gomosa todavía, algo natural después de los polvos que nos echamos, pero ni bien empiezo a besársela a todo lo largo, percibo una reacción más que prometedora.
Ante mis ojos se le empieza a parar, recuperando rápidamente ese esplendor con el que me hizo disfrutar tanto. Cuándo ya está bien dura y erguida, se la agarro, se la sacudo con firmeza y me la meto en la boca, casi hasta el mismo fondo. Cierro los labios en torno a tan trepidante volumen, aprisionándolo y le doy una larga e intensa chupada.
Al soltársela hago ese ruido a sopapita... PLOP... que resulta tan excitante. Lo miro y le sonrío, su cara de puro gozo es todo lo que necesito para sentirme dichosa.
Me la vuelvo a comer y ahora sí, agarrándosela con las dos manos, se la chupo con entusiasmo, rabiosa y ciegamente, salpicando saliva por doquier.
Al tocárselos puedo sentir como se le hinchan los huevos, alistándose para volcar en mi garganta una nueva descarga. Eso era lo que su ex nunca le había hecho, chupársela hasta el final, hasta hacerlo acabar y tragarse toda la leche.
¡Con lo rico que es!, pensaba mientras se la chupaba, sin poder creer todavía que su propia esposa se haya resistido a algo tan delicioso.
Hay mujeres que no saben lo que tienen...
Me lo como todo, llenándome la boca, disfrutándolo en toda su extensión, desde la cabeza hasta la raíz. Sin soltársela sigo sorbiendo con todas mis fuerzas, respirando por la nariz para no dejarla escapar ni por un segundo.
Quiero hacerle la mejor mamada, el mejor pete, la mejor tirada de goma que le hayan hecho jamás, para que por el resto de su vida me recuerde no solo por haber sido un buen polvo, sino también por hacerle cosas que no le hizo ni su mujer.
Sigo mamando con destreza, haciendo fluir toda esa tubería por entre mis labios, dentro y fuera, ahogándome en la forma más deliciosa y excitante.
En un momento, viendo su cara de éxtasis, le agarro una mano y hago que me agarre del pelo. Me tira la cabeza hacia atrás y al mejor estilo actor porno, me empieza a coger por la boca, arrancándome con cada envión esos sonidos ahogados y guturales que enfatizan la contundencia de tales impactos.
-¡AAHHGGG... AAHHGGG... AAHHGGG...!-
Cuándo me la saca, como para darme un respiro, respiro que por otra parte no necesito, le escupo en la pija todo lo que tengo en la boca, una mezcla de saliva y líquido preseminal, y esparciéndolo con mis labios por todo su contorno, se la vuelvo a comer, hundiéndomela hasta la tráquea.
Ahí, con toda esa manguera dentro de la boca, siento como se le hincha más todavía.
Intensifico entonces la mamada y la pajeada, atenta siempre al momento cúlmine.
Cuándo ya comienzo a percibir las primeras señales, el enrojecimiento de la cara, las venas del cuello que se le marcan como tubos, los jadeos cada vez más fuertes, empujo mis hombros hacia adelante y me preparo para lo que está por venir.
Chupo y pajeo, toda mi atención puesta en ese centro neurálgico de su cuerpo, que se inflama y enciende.
Unas cuántas chupadas más y en medio de un largo y enervado suspiro... PLOP PLOP PLOP... me acaba en la boca.
Pese a lo violento de la descarga, no se la suelto, me mantengo ahí, firme, recibiendo en el paladar cada uno de sus potentes y efusivos lechazos.
Tal como se lo prometí, me lo trago todo, haciendo ruido con la garganta.
Se la chupeteo... ¡Mmmhhhh... Mmmhhhh... Mmmhhhh....!, y la suelto con un enfático ¡Aaahhhh...!
Abro la boca y sacando la lengua le muestro que me tragué hasta la última gota.
Con una sonrisa pletórica de felicidad, se deja caer de espalda en la cama, la pija, todavía parada, flameando de un lado a otro.
Me levanto y echándome sobre sus piernas, se la sigo chupando, sorbiendo los restos de semen que todavía impregnan su piel.
Tras dejársela bien limpia y lustrada, me recuesto a su lado. Me rodea con un brazo y exclama:
-¡Terrible pete me hiciste!-
-¿Mejor que los de tu ex?-
-Mucho mejor, ni se pueden comparar, y como te dije ella no traga-
-Que tonta, con lo rica que es tu leche...- le digo, y untando con un dedo un resto imaginario de su pubis, lo llevo a mi boca y me lo chupo.
-¿Nos duchamos?- me pregunta luego de soltar una risotada.
Lo que pasó en el baño merecería otro relato. No cogimos, pero los besos y las caricias fueron tan buenas como el sexo. Allí habría de confesarme que hacía años que no compartía con su ex una ducha o un baño de inmersión.
-Conmigo podés darte todas las duchas que quieras, la próxima hasta quizás podamos usar el jacuzzi...- le digo a modo de promesa.
-Va a estar bueno hacerlo en el jacuzzi- se sonríe.
-Dónde lo hagamos va a estar bueno, de eso estoy segura- le digo, ratificando mis palabras con un jugoso y efusivo beso.
Salimos del telo tal como entramos, cada uno en su auto, uno detrás del otro, separando nuestros caminos al llegar a la esquina.
No sé cómo seguirá ésta historia, pero lo que sí sé es que seguiré atesorando cada uno de éstos momentos para siempre...













































































15 comentarios - Engalanados...

MIsko-Jones
Maravilloso Marita relataste el mejor pete ,por que fue un pete genuino con ganas de dar placer


besos Misko
maritainfiel
Como todos los que hago... Jajaja... Gracias y besos....
Alefirevillage
Siempre tan precisa. Poniendo el detalle que hace caliente el relato. Cómo siempre marita tan infiel que enamora
maritainfiel +1
Gracias... Besos 💋💋💋 de amor...
Alefirevillage
Y que viva el amor!
Blues_Local1
qué locura marita! siempre superandote, no dejes de contar tus historias nunca!!
maritainfiel +1
Mientras las tenga... 😘
Desert-Foxxxx
@maritainfiel tendré que hacer reclamo al consumidor por tus relatos algo a cambio jaja
Desert-Foxxxx
Hermoso relato marital, lo envidio a tu galán, el si pudo a algo y yo por tener códigos sigo acá jaja
maritainfiel
Jajaja...👄👄👄👄
chelocabito
Excelente relato como siempre Marita!!! darte 10 puntos es muy poco ya.
Por ahi la mujer no era tan "valiente" para comerse esa herramienta que posee el galán y vos sos una "campeona" en el sexo
maritainfiel +1
No es tan valiente o me mintió para que diera lo mejor de mí, no sé, igual se lo hice con ganas...
💋💋💋
chelocabito
No hace falta que te mienta,si un seguidor tuyo ya sabe que vos siempre das lo mejor de vos y eso lo haces con ganas
gerardoriker
sos increible como siempre y envidio a tus amantes, quiero conocerte dame una oportunidad por favor, no hay mas fotos de tu hermos cuerpo desnudo??
pedagogo47 +1
Impresionante relato,cuando narras pareciera q estás cogiendo en el mismo instante q escribís,es fabulosa la calentura q emana de tu escritura . Es una obviedad q te lo vas a seguir garchando,me da cierta nostalgia ,de cuando te cogían entre varias pijas
maritainfiel +1
Cuándo escribo el relato trato de recordar cada detalle, y es verdad, a veces me vuelvo a calentar como en ese momento.
A mi también me gusta que me den entre varios, en la variedad está el gusto... Jajaja... pero a veces se puede y a veces no...
pedagogo47
@maritainfiel ni q decirte q soy un seguidor q disfruta tus relatos xq tenés la gran virtud de alimentar el bocho y morbo a la vez.Sin dudas todo hombre q se precie de tal se calienta mal con tus vivencias ,nos dejas con la sensación q sos terrible coged
fedetitanes
Excelente lo tuyo. Cogimos muy fuerte gracias a vos!
maritainfiel
Felicidades, espero que se hayan echado uno en mi nombre... Jajaja...
Enzora624
Como siempre excelente relato
La descripción del pete con final feliz muy buena
maritainfiel +1
Gracias.... 💋💋💋
Sute41
Excelente como siempre Marita. Sos una grosa como relatas tus aventuras. Lo vuelvo a repetir, al leerlos te veo disfrutando de tus amantes ocasionales.
Un afortunado tu Galan (L. C.). Van puntos...
voyeur18
como siempre dejandome la pinga muy dura. . excelente..
gerardoriker
envidio a ese galan, deseari por ser yo el que te tuviese asi hermosa, no pones mas fotos tuyas???
gerardoriker
envidio a ese galan, deseari por ser yo el que te tuviese asi hermosa, no pones mas fotos tuyas???
lycan_P
+10 por la vuelta. no vale abandonar 😜