Madre e hijo apuestan 2

Al día siguiente de la cogida con mi madre, escuche como ella discutía fuertemente con mi padre, le reclamaba que mucho faltaba a la casa, su falta de deseo sexual por ella, también que tenía a la familia abandonada en especial a su hijo, ósea yo. Tuvo pinta de ser una discusión muy fuerte porque mi padre no falto ese día a casa. Esa misma noche mi padre le prometió a mi madre que ya no iba a quedarse en horas extras, que salía de su trabajo directo a casa.
En la semana siguiente escuche a mi padre, que estaba en el patio llamando, le decía a su jefe que le de permiso una semana, porque tenía que solucionar un problema familiar, supongo que el jefe le dio el permiso.
Durante esa semana, mi madre siempre que me veía aparecer se iba, me estaba ignorando por la cogida que le di, o porque le dio un cargo de conciencia. Lo que, si sabía, era que, con la reconciliación y el permiso de mi padre, mi madre me iba ignorar el doble, solo a la hora de comer me llamaba.
Bueno por el momento no le prestaba atención, por que debía estudiar para los exámenes del primer semestre de mi carrera de informática, al día siguiente ya me encontraba en la universidad, mientras daba mis exámenes no podía sacarme de la mente a mi madre.
No podía volver con mi calentura a casa, si veía a mi madre no sé qué podría hacerle, así que pensándolo me decidí irme a un burdel para quitarme la calentura.

Madre e hijo apuestan 2

Llegando al establecimiento busqué a una puta parecida a mi progenitora, encontré una puta con lencería blanca que le marcaba un tremendo cuerpo, parecido al de mi madre, comentamos el precio y entramos a un cuarto.

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Puta: Vete desvistiendo.
Marcelo: Que lindo cuerpo tienes.
Puta: Toma, ponte el condón.

Esta puta estaba buenísima, pero por alguna razón seguía pensando en mi madre, imaginaba que a ella me la estaba cogiendo, comencé el mete y saca dentro de esta apetitosa vagina, estaba un poco más abierta que la de mi madre, de los tantos clientes que atiende, pero aun así se sentía rico.

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Marcelo: Que rica esta tu vagina.
Puta: Ahh, gracias, sigue, ahh.
Estuve un rato metiéndosela a esta puta, en varias posiciones hasta que me vine en el condón, le pagué y salí del cuarto, lo malo de las putas de este burdel es que solo se limitan a gemir y por ahí unas palabras como, “gracias”.
Procedí a salir del burdel para tomar el autobús en dirección a mi casa, luego de unos minutos llegue a mi casa, entre directo al baño para darme un baño, salí después de unos minutos,me cambie y baje a cenar, no había nadie en la cocina, solo una nota pegada en el refrigerador donde me indicaban que mi comida estaba en el horno, además me indicaron que salieron y que llegan tarde.
Marcelo: Vaya cortesía, no pudieron decir que se iban a un motel.
Me imaginaba como mi madre disfrutaba la cogida de mi padre.

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Mientras cenaba veía una película, luego de un rato apague la tele, porque me dio curiosidad revisar el álbum de fotos de mis padres, más concretamente las de mi madre, se notaba que mi madre de joven era un bombón, si note que con los años tonifico más su cuerpo, en especial su culo y tetas, seguí viendo más fotos, pero ya me daba sueño, como mis padres no llegaban, me fui a dormir.
A la mañana me desperté a desayunar mientras bajaba vi que mi padre y mi madre estaban limpiando y reorganizando la sala.
Pedro: Hijo que bueno que te levantaste, porque no me ayudas a levantar los muebles para que tu madre limpie en la parte de abajo.
Marcelo: Claro, dame unos minutos para desayunar.
Pedro: Bien, mientras yo voy a comprar la pintura para pintar las paredes.
Yo mientras me senté a comer de frente a la sala, me fije que mi madre estaba limpiando los aparadores con un short cortito, eso hizo que mi amigo se comience a despertar.

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Ya no la veía como mi madre, lo que apreciaba era a una mujer madura, con ropa pequeña y ceñida, que remarcaban su sensual figura, es especial su macizo culo, mi padre es un idiota al no follarla todos los días me acorde que, era domingo y último día del permiso que solicitud mi padre.
Me puse contento porque ya mañana volvía a su trabajo y a faltar a casa, me imagine a mamá y me excite más de la cuenta, no podía estar con esta erección a la hora de arreglar la casa,me levante con cuidado para que no vea mi erección, y me metí al baño, para hacerme una paja, me di cuenta que desde el baño se podía ver a mi madre, así que apague el foco para que no vea que la estaba viendo, vi que llegaba mi padre con la pintura, vi cómo le daba un beso a mi madre mientras le agarraba el culo, cerré la puerta, y solo me pajee pensando en mamá, después de unos minutos acabe y procedí a limpiarme y salir.


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Mi padre al ver que salía del baño, me dijo que, entre los tarros de pintura, el resto del día la pasábamos limpiando la casa y pintando paredes de toda la casa, mientras yo espiaba a mi madre con disimulo para poder verle el culo.

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En la noche nos sentamos a ver una película, comencé a ver a mi madre, iba con un camisón corto por el calor que había, yo le veía esas piernas bronceadas y tonificadas, una linda cadera recostada sobre el sofá, con ese abdomen plano y sus magníficas tetas. Al parecer las tetas le habían crecido por que el camisón le quedaba apretado y le marcaba los pezones.

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Estaba desesperado, la miraba mucho, tenía miedo que mi padre se diera cuenta. Mi madre parecía nerviosa de que mi padre notara como yo la estoy viendo, así que me miro y me puso una cara y movió su cabeza despacio para que deje de mirarla, por fin me miraba me dije, a mí solo se me ocurrió guiñarle el ojo de la emoción.

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A mitad de película mi padre dijo que se iba a dormir. Yo y mi madre nos quedamos viendo la película, al ver que estamos solo aproveche para hablar con ella.
Marcelo: Mami.
Beerseba: ¿Qué quieres?
Marcelo: ¿qué te ocurre? ¿porqué no me diriges la palabra?
Se presento un silencio incómodo
Beerseba: Lo que me hiciste estuvo mal. Y no debimos hacerle eso a tu padre.
Marcelo: Pero te gusto y a mi padre dejémoslo a un lado, cuando se le acaben las vacaciones volverá a faltar a casa. Yo sabía que mi madre no sabía, cuando se le acababan las vacaciones a mi padre.
Beerseba: No repitas eso. El ya no faltara a casa.
Marcelo: Vas a ver que lo va hacer de nuevo.
Beerseba: Te repito que no. Que ya no.
Marcelo: Te extraño mamá. Fue fabuloso. Echo de menos tu cuerpo.
Beerseba: Cállate, que eres un malcriado.
Marcelo: Es verdad. Me muero por repetir lo que paso.
Beerseba: Has silencio. Ya no va a pasar otra vez. Te lo prometo.
Marcelo: Te gusto tanto como a mí.
Beerseba: Olvida lo que paso.
Marcelo: Si estas tan segura de papá. Apuesta una última vez.
Beerseba: ¿A qué demonios te refieres?
Marcelo: Si papá no vuelve a faltar a casa, yo me olvido de todo.
Beerseba ¿Y qué pasa si falta?
Marcelo: Te entregaras a mí. Cuando a mí se me antoje.
Beerseba: El no volverá a faltar, menos en sus vacaciones.
Marcelo: ¿Entonces?... ¿Aceptas la apuesta?
Beerseba: Tal vez, solo para que te callaras.
Marcelo: Acepta, ¿Qué puedes perder? Si ganas te dejo de molestar, pero si pierdes te voy a follar otra vez por el culo, ¿Ok?
Beerseba: Deja de hablarme así.
Marcelo: Lo siento.
Beerseba: Disculpas aceptadas.
Marcelo: ¿Aceptas?
Beerseba: Bien, acepto. Pero esta vez vas a perder.
Al otro día por la mañana, mi madre se estaba cambiando de ropa para ir donde su madre y hermana, supongo que hasta la tarde se quedaría, pasaron unos minutos, vi que salía mi madre vestida con un vestido negro que, hacia resaltar su hermoso cuerpo, en especial su culo.
Notaba que mamá no sabia que justamente en unos minutos papá tendría que también salir para dirigirse a su trabajo, mi madre no sabia que tenia todo calculado para que pierda la apuesta.

Madre e hijo apuestan 2


Luego de unos minutos mi madre se fue en su auto, justo apareció mi padre que recién se levantaba, tomo una taza de café, me comento que hoy volvía a su trabajo.
Pedro: Bueno, me baño, me cambio, y me voy al trabajo.
Marcelo: Bien, yo me voy a la Universidad.
El solo pensamiento de el trasero desnudo de mi madre otra vez, me hacía excitar de una forma que nunca me había pasado. Mi padre se iría a su trabajo y cuando yo salga de la Universidad le tendría algo muy fuerte a mi madre, follarle otra vez su macizo culo.
Terminaba mi día de Universidad, procedí a tomar el autobús que me llevé a mi casa, lo malo es que la distancia desde mi casa a la Universidad era bien larga, mínimo 30 minutos.
Pero durante el transcurso ya me iba imaginando la cara de mi madre al ver que perdió otra vez, llegando a casa, lo primero que hice fue bañarme y encerrarme en mi cuarto hasta que venga mi madre, mate el tiempo jugando en la pc.
Pasado las tres de la tarde note como se abría la puerta de la sala, ese sonido fue celestial para mí, esperaría que escuche los mensajes de voz del teléfono, donde mi padre le comunicaba que ya tenia que volver al trabajo, luego comencé a bajar las escaleras.
Marcelo: Ya escuchaste que mi padre volvió a su trabajo.
Beerseba: Eso no quiere decir que vaya a faltar a casa.
Marcelo: Pues yo de ti no estaría tan segura.
Beerseba: Ya cállate, lo voy a llamar para que escuches, como no va a faltar a su promesa.
Esa llamada para mi fue un suplicio, pero mi felicidad no se hizo esperar, cuando mi padre le comunicaba que le había salida algo de ultimo momento y que no podía regresar a dormir a casa.
Mi madre estaba enojada. Se quedó quieta con una mirada que se fue transformado en ira.

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Yo la miraba y alcance a decirle:
Marcelo: Hey mamá… ¿tú no sabías que hoy volvía al trabajo?
Beerseba: Has silencio
Marcelo: Ok
Beerseba: ¿Qué paso?
Marcelo: Pues solo le dieron permiso para una semana y pues ayer a cabo su permiso.
Mamá no podía creerlo, su marido le había prometido que no iba a faltar a casa, pero hace unos minutos le fallo.
Marcelo: Pues le toco hoy volver al trabajo.
Beerseba: Qué…
Marcelo: Te comunico que volviste a perder la apuesta.
Beerseba: ¿Qué?
Marcelo: Perdiste. Me toca cobrar mi recompensa.
Beerseba: Ok
A mi madre se le notaba el enojo en su rostro. Tenía miedo de, decirle que quiero cobrar mi premio, pero de ahí pensé que con su enojo querría desquitarse con su marido, por lo que prometió.
Marcelo: Mamá.
Beerseba: Uh, dime.
Marcelo: Estas bien
Beerseba: Si, ¿Qué quieres?
Marcelo: Cobrar mi premio.
Beerseba: ¿Y que tienes en mente?
Marcelo: Follarte aquí en el sofá.
Beerseba: Y no hay otra solución,¿verdad?
Marcelo: No lo creo. Mejor te callas y me obedeces.
Beerseba: Bien, me callo y te obedezco.
Mi madre seguía enojada. Camino haciendo sonar sus tacones, hasta una foto de él. Se quedo viendo la foto. Note el olor de su perfume, un rico perfume que me pajearía de solo olerlo. Tomo la fotografía y la tiro contra la pared, rompiéndose al instante, me quede quieto al ver eso.
Me moví lentamente, rodeando los muebles para acércame donde mi mamá. Me coloque atrás de mi madre, sujetándola con mis manos, pegando mi pene en su trasero, y mi cabeza en su cuello.
Marcelo: Te quiero mamá. No te enojes por mi padre.
Tomé su cabello y comencé a olerlo. Comencé a besarle el cuello.
Marcelo: Vas a volver a ser mía,mamá
Beerseba: Ya no me importa nada, haz lo que te plazca conmigo.
Puse mis manos sobre su trasero. Mi excitación ya era alta y en un momento le quite el vestido a mi madre, apreciando una tanga negra.

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Marcelo: Madre, te deseo. Amo tu trasero y no he parado de soñar con volver a follarlo.
Beerseba: Es todo tuyo. Volviste a ganar. Es tuyo, has lo que quieras.
Le baje la tanga hasta las rodillas. El olor que salía de su vagina me estaba volviendo loco. Era increíble lo mojada que estaba mi madre.

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Notaba que mi madre se mojaba con gran intensidad. Mi madre comenzó a sujetar sus nalgas para comenzar a mostrarme su ano.

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Tomándolo como invitación comenzó a lamerle el culo, ella al notar esto apego más cerca su trasero, para poder disfrutar de una nueva sensación nunca antes hecha por ella.

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Beerseba: Soy toda tuya. Eres mi único hombre.


Me puse de pie, soltando mi pantalón y bóxer, para liberar mi pene y colocar la punta en la entrada del culo de mi madre Su ano ya estaba dilatado y lubricado. Comencé a sobarle mi verga de arriba hacia abajo varias veces.

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Ana: Ay Marcelo, ¿Qué me estás haciendo?  Ay

La solté y me dirigí delante de ella para sacarle el corpiño, al sacarle no puede parar de ver como se movían sus tetas de un lado a otro, con mis manos le agarré las tetas para comenzar a lamerlas.

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Marcelo: Joder mamá, que buenas están tus tetas. Te voy a follar hasta mañana, sin descanso.
Beerseba: Silencio tonto, ay sigue, sigue…
Sin soltar sus tetas, me coloqué en la parte de atrás de ella y empecé con unas metidas en su ano, luego le saqué mi pene para ver cómo le quedaba de abierto el ano. Mi madre se iba soltando poco a poco.

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Marcelo: Ay bebe, sigue así. No pares
Marcelo: ¿Quieres que siga mamá?¿Qué quieres que haga?
Beerseba: Que me des, me des…
Javier: ¿No te escucho? ¿Qué quieres mamá? ¿Qué te estoy haciendo? Dime…
Ana; Me estás follando el culo.
Ya mi madre se estaba soltando a la hora de hablar. Estaba seguro que disfrutaba que le digiera vulgaridades. La puse en cuatro y se la clave, inicié el vaivén del mete y saca, los gritos de mi madre me están excitando mucho más.

Madre e hijo apuestan 2


Marcelo: Te estoy follando el culo mamá. Te lo tienes bien merecido. Estas hecha una reina. Me gusta tu cuerpo.
Beerseba: Si, Marcelo, sigue dándome, ¡¡Aaaah¡¡
Marcelo: ¿Te gusta mamá?
Beerseba: Si bebe, me encanta,es la mejor sensación.
Marcelo: ¿Quieres que aumente el ritmo Beerseba?, en ese momento comencé a decirle por su nombre.
Beerseba: Oh sí, dame más. Dame más fuerte. Este culo es solo para ti. Clávala más fuerte bebe,¡¡¡Aaaahhhh¡¡¡
Las embestidas en el culo de mi madre eran más fuertes. Mi pene entraba y salí con suma facilidad. Su culo ya estaba lo más dilatado.  Seguí apretándole las tetas, lo mas duro que puede, mi madre ya estaba fuera de sus cabales gritaba como una loca, si gritaba más fuerte los vecinos la oirían.

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Beerseba: Ay, bebe. Me voy…
Marcelo: Como dices Beerseba, no te escuche
Mi madre, fuera de sí, perdida, comenzó a decirme.
Beerseba: ¡Ooooh¡, me estoy corriendo con tu verga en mi culo, ¡¡¡Aaaaaah¡¡¡.
Mi madre empezó a correrse mientras se tapaba la boca con sus manos. Se le pusieron los ojos en blanco y no paraba de jadear intentando controlar su propio orgasmo.
Beerseba: mmmmmm, oh si, si, si dios, que bien se siente.



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Marcelo: Eso, acaba, disfrútalo Beerseba que pronto me correré en tu culo.
Beerseba: Ay bebe. Sí, córrete en mi culo. Llénamelo de leche. Fóllamelo bien. Dale bebe.
No pude resistir más. Sus gritos me ponían como loco, y empecé a llenarle el culo de leche. Era una gran vista, verla con el culo abierto y con mi semen saliendo.

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Quedamos cansados, ella cayo sobre el respaldo del sofá y yo le caí encima, oliendo su cuello que desprendía sudor. Le seguía saliendo semen de su hermoso culo. Mientras el cachudo de mi padre seguía trabajando o tal vez en otro lado.
Gire a mi madre. La besé en su boca y comencé a chuparle otra vez las tetas, por primera vez le metí dos dedos en su vagina, metiéndole un par de dedos. Estaba mojadisima, y se me ocurrió decirle.
Marcelo: Vamos a tu cuarto que quiero probar tu rica vagina.
Beerseba: Bien, vamos.
Marcelo: Te sigo.
Deje que mi madre vaya delante de mí, para poder mirarle el culo, se me puso duro el pene cuando mi madre subía las escaleras, ver esos movimientos que, hacia el culo de mi madre, era para volverse loco.

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Al llegar al cuarto la subí a la cama y comencé a comerle la concha, esa concha por donde un día salí, y donde hoy voy a volver a entrar.

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Marcelo: Lista Beerseba, quieres sentir mi pene adentro de tu concha.
Beerseba: Si, clávamela.
Se la metí despacio, mientras le acariciaba el clítoris, inicié aumentando el ritmo, me gustaba como se movían sus tetas, estuve metiéndosela por varios minutos en esa posición.

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Beerseba: Déjame montar, quiero estar encima de ti, ¡¡¡Aaaa¡¡¡
Marcelo: Bien, sube, ¡¡ohh¡¡
Mi madre se subió encima de mí, tenerla en esa posición me permitía agarrarle el culo y mamarle sus tetas, me encantaba como saltaba con mi verga metida, ella llevaba el ritmo ahora.

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Después de un gran rato sentía que ya no podía más, era mi primera vez que cogía dos veces seguida.
Marcelo: Beerseba, me vengo,¡¡¡Aaaaah¡¡¡
Beerseba: Yo también estoy por alcanzar mi segundo orgasmo, ¡¡Ohhhh¡¡
Nos venimos a la vez, mientras que yo saque mi pene de su coño para acabarle en el abdomen, mi madre seguía acariciando su clítoris.

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Marcelo: Eso se sintió increíble.
Beerseba: Lo mismo digo, pero debiste acabarme adentro, tomo anticonceptivos.
Marcelo: Ya será para la próxima, habrá una próxima, verdad. -le pregunte con entusiasmo.
Beerseba: Claro que esto se repetirá.
Marcelo: Bien, y que vas a hacer con papá.
Beerseba: Tengo pensando algo en su contra.
Marcelo: ¿Qué cosa?
Beerseba: Tu me vas ayudar a, averiguar si tiene una amante.
Marcelo: Y que pasa si la tiene.
Beerseba: Ya verás, lo que va a pasar, tu solo sigue a tu padre cuando salga del trabajo, anda vete a bañar para que salgas a seguirlo.
Marcelo: Bien, pero espero que hagas algo bueno, y dame las llaves de tu carro.
Beerseba: Ya veras que tengo planeado algo muy bueno para ambos
Sali de su cuarto a ducharme y a encaminarme en mi misión, de averiguar si mi padre tiene una amante.
 
Lo que descubriría seria algo bueno, que me entregaría a mi madre para mi solo.
 
Pero esa historia es para otro relato.
 
 
Continuara.


Dejen sus buenos comentarios y sus buenos puntos.

3 comentarios - Madre e hijo apuestan 2

LaReBeK
Muy bueno le doy un 8 (ademas de los 10 de poringa) muy buena espero la tercera esra noche lo debatimos? Besos