La fantasía de mí marido

Estás en medio de una habitación con los ojos vendados, totalmente desnuda y los brazos atados a unas cadenas que cuelgan del techo, lo mismo las piernas, semiabiertas, atadas a unas cadenas sujetas al piso.
El silencio es total, sólo escuchás tu respiración y algún mínimo movimiento que te hace saber que no estás sola
De pronto alguien se acerca y te abraza por detrás, te besa el cuello y recorre tu cuerpo despacio, no se detiene mucho tiempo en ningún lado, pero tampoco olvida ningún rincón. Se pega a tu espalda y podés sentir que él también está desnudo, su pija erecta coquetea con tú cola.
Otro par de manos se apoyan en vos, por delante, estas caricias son mas directas, comienzan por tus pezones, y bajan hacia la concha.
Los sentidos se disparan, la respiración se agita. Tenés los pezones duros, reaccionando a las caricias, besos y mordiscos. La concha totalmente húmeda, 2 dedos te penetran, mientras por detrás la pija sigue jugando con la cola, sin llegar a dilatarte siquiera.
Si tuviste miedo o vergüenza al principio, ahora se había transformado en ansiedad, querés mas, pero vos no marcás el ritmo, hacen lo que ellos quieren y como quieren.
Una boca se posa en tú concha y te la come despacio, tratás de abrir un poco mas las piernas para darle mayor acceso, por lo general no te vuelve loca que te practiquen sexo oral, pero ahora estás totalmente entregada.
Al mismo tiempo el que estaba detrás, comienza a dilatarte la cola introduciendo primero uno y después dos dedos.
No querés perderte ninguna sensación, pero si sacás un poco la cola para ayudar a la dilatación, le restás profundidad al que te chupa la concha. Así que el momento se transforma en un baile lento, de atrás hacia adelante y otra vez atrás, tratando de que los dos puedan darte el mayor placer.
Con ese juego acabás por primera vez, no podés verlo, pero sabés que alguien terminó con la cara empapada, y no le importó porque siguió chupándote la concha suavemente, provocándote pequeños espasmos.
Te sueltan de las cadenas y guían para que les acaricies las pijas. Parada en medio de los dos, los recorres de a poco, los pezones vuelven a endurecerse al tocar esas pijas con tus manos, son de un tamaño normal, pero se sienten suaves y calientes. Presionan despacio sobre tus hombros para que te arrodilles y se las chupes. Empezaste apurada, hasta que oíste una voz que decía, "despacio", y ahí sí diste lo mejor de vos, los oliste, los saboreaste, desde los testículos hasta la cabeza, alternando un rato a cada uno, y siempre sosteniendo con la mano la pija que no chupabas. Por el morbo o por la calentura, tenías mas saliva de lo normal y eso hacía que la chupada les resultara todavía mas suave.
Minutos después te levantaron y acompañaron hasta la única cama que existía, y acostada, volvieron a tomar el control ellos, te besaban y acariciaban por todos lados y al mismo tiempo. Hasta que uno te abrió mas las piernas y te penetró, comenzó lento, pero aumentó la velocidad de a poco, arrancándote gemidos y cuando estabas totalmente entregada, el otro puso la pija en tú boca, pero esta vez no para que se la chupes, sino para cogerte.
Uno te llenaba la concha y el otro la boca en una cogida simultánea que te hizo acabar por segunda vez.
Segundos después que recuperaste el aliento, te pidieron que te pongas en 4 patas, y el que te cogió la boca, ahora te penetró por la cola, sin apuro, primero la cabeza, que terminó de dilatarte y luego toda la pija hasta el fondo, haciendo que sus huevos golpeen tus nalgas. Cuando la cogida tomó velocidad, el otro se puso delante tuyo y abriste la boca, sin necesidad de ninguna indicación. Cada embestida del que te cogía el culo, hacía que la otra pija buscara la profundidad de tu garganta, provocando que la saliva que se acumulaba en la boca, comenzara a correr por la comisura de tus labios.
Un rato después, uno se acostó y te pidió que lo montes, cuando la tenías bien adentro te pidieron que apoyaras tu pecho sobre el de él y con la cola bien parada, el otro te la volvió a meter por la cola, llenándote completamente, podías sentir como se rozaban las dos pijas dentro tuyo, y querías que ese momento, esas sensaciones no terminaran.
Ahora te pidieron que te dieras vuelta y te lo montes otra vez pero por la cola, la penetración era más profunda porque todo tu cuerpo descansaba sobre tu cola ya que el otro te levantó las piernas y te penetró por la concha. Otra vez estabas llena y las pijas se juntaban dentro tuyo, otra vez querías que esas sensaciones no terminen nunca. El que tenías de frente, te sacó la venda de los ojos y pidió que lo miraras y la cara de placer y goce que tenías dejaban en claro que estaban haciendo un buen trabajo.
Antes de acabar te pidieron que te acuestes en la cama, se puso uno a cada lado y se masturbaron mientras vos esperabas el final.
Los dos acabaron sobre tus pechos y te acercaron las pijas para que termines de limpiarles hasta la última gota.
Pasaste un dedo por el semen que cubría tu cuerpo y lo llevaste a tu boca para volver a saborearlo. Satisfecha y feliz.

2 comentarios - La fantasía de mí marido

Noxxs21
me excito mucho tu relato
belleza2016 +1
Gracias por comentar
Noxxs21
un placer! me excitó leer tood el relato 🤤😏