Me convertí en un comeviejas Capítulo 1: Debut con la muca

La historia que les voy a contar pasó hace algunos años. Yo tenía 19 años, era verano y estaba cursando la última materia del CBC en un curso de verano en el centro para poder entrar a la carrera. Sexualmente hacía un tiempo que venía de mala racha. Me había separado de mi novia hacía seis meses y desde ese momento las únicas alegrías eran producto de la paja. Pero el destino me tenía preparado algo especial, una puerta de entrada a un mundo nuevo.


Mis viejos se había ido de vacaciones y por culpa de esa puta materia que me quedaba por rendir yo no los había podido acompañar. Para colmo mis amigos también se había todos así que estaba pasando un verano horrible, encerrado estudiando y sin amigos para salir los findes.

La única compañía que tenía era Sandra, la mujer que venía Martes y Jueves a limpiar la casa. Mi familia nunca fue adinerada ni mucho menos, pero ese último año mis viejos habían estado tapados de laburo y sumado a que yo estaba mucho tiempo en la facultad la casa era un desastre. Por eso empezó a venir Sandra que era conocida de una familia amiga de mis viejos.

Cuando leo relatos acá en Poringa me sorprende que siempre las minas son hermosas, con grandes tetas firmes y culo perfecto. Este no es el caso. Sandra debe estar por arriba de los 50 años, es un poco petisa, rellenita sin llegar a ser obesa y morocha. Las tetas y el culo eran grandes pero caídos. En resumen, a simple vista no era una mujer que me atrajera.

Era un Martes por al mediodía y yo estaba en la cocina tomando unos mates mientras charlaba con Sandra. Hablábamos de boludeces, ella limpiaba la cocina y yo le alcanzaba algún mate entre medio. Nos quejábamos del calor que hacía.

S: Encima vos tenés que ir para el centro con el calor que hace. Te la regaló.
Y: Si, me quiero matar. El subte tiene un olor a culo que te voltea.
S: Jajaja ¿Y a qué hora volvés?
Y: De allá salgo a las cinco así que acá estaré a las seis o seis y media, depende de que tan rápido venga el tren.
S: Ah bueno, llevate llaves entonces porque yo me voy a las cuatro.

Seguimos charlando un rato más hasta que se hizo la hora de irme, me preparé un sánguche por si me agarraba el bajón, agarré las cosas de la facultad y me fui. La rutina era caminar unas cuatro cuadras hasta la estación de trenes, viajar 40/45 minutos y tomar el subte que me dejaba cerca de la facultad. Caminar cuatro cuadras bajo los más de 30° que hacían era un infierno y las caminaba lento y por la sombra.

Llegué a la estación y vi la cantidad de gente que estaba ahí esperando. "La puta madre, debe estar andando mal el tren otra vez. Siempre lo mismo" pensé y luego lo confirmé. No había trenes por problemas técnicos. Los altoparlantes anunciaban que se calculaba que el servicio estaría interrumpido por lo menos por una hora. Empecé a sacar cuentas de cuánto tiempo tardaría yendo en colectivo. Me iba a perder por lo menos la mitad de la clase a la que estaba yendo. No valía la pena. Con bronca me di media vuelta y volví para casa.

"Con este calor del orto salí al pedo, que día de mierda" iba pensando. Lo único que quería era llegar, pegarme un baño y tirarme a dormir la siesta. Caminé las cuatros que me separaban de casa masticando bronca. Cuando llegué, abrí la puerta y encaré directo para mi pieza. Cuando voy yendo veo que la puerta de la pieza de mis viejos está abierta y supuse que Sandra estaba adentro así que fui a decirle lo que me había pasado y a avisarle que me iba a dar un baño.

Cuando entré a la pieza de mis viejos la encontré a Sandra, pero no de la forma en la que me esperaba. Estaba completamente desnuda, tenía puesto unos auriculares y bailaba mientras limpiaba. Ella estaba de espaldas a mí así que no me vio y con la música de los auriculares no me debía haber oído llegar. Me quedé unos segundos congelado mirando ese culo gigante, caído y con pozos moverse de un lado para el otro. Cuando Sandra empezó a girarse...

S: AAAAAAAH!!

Pegó un grito, revoleó los auriculares y el celular y trató de taparse las tetas y la concha con las manos.

S: ¿QUÉ HACÉS ACÁ? PENSÉ QUE TE HABÍAS IDO A LA FACULTAD.
Y: Eee sí... los trenes... si, disculpá.

Me puse súper nervioso y salí de la habitación. Me tomó completamente por sorpresa. Como dije antes, Sandra no me había parecido atractiva antes. Pero encontrar a una mujer desnuda en tu casa cuando hace más de seis meses que no tenés sexo hace que te replantees las cosas. Cuando Sandra se había girado había podido ver por unos segundos sus tetas con sus grande aureolas negras y su concha con abundante pelo. No podía sacarme esas imágenes de la cabeza y la pija se había puesto completamente dura.

En eso escucho que golpean la puerta de mi habitación. Era Sandra, ya completamente vestida.

Y: Pasá
S: Disculpá nene, no te esperaba y me agarraste de sorpresa.
Y: Sí, la culpa es mía que entré sin hacer mucho ruido. No funcionaban los trenes y me volví a casa.
S: No esperaba que vinieras, como me dijiste que no volvías hasta las seis me puse a limpiar como lo hago en mi casa cuando estoy sola. Encima con este calor...
Y: No te hagas problema. Lo hacemos todo eso de andar en bolas en casa cuando estamos solos

Se la notaba nerviosa a Sandra pero se rió un poco.

S: No le vas a decir a tus papás ¿no? (me lo preguntó muy nerviosa)
Y: No, olvidate. Además no hiciste nada malo. Ya te dije, es algo que hacemos todos, yo me la paso en bolas los días que vos no estas (era cierto).
S: Estoy re nerviosa, nunca me pasó algo así.
Y: Enserio te digo, no te hagas problema. Me agarraste por sorpresa a mí también y me quedé sin mudo. Seguí con lo tuyo que yo me voy a bañar y después nos tomamos unos mates. Vos andá por la casa como quieras...

Me tiré un lance a ver qué pasaba. La verdad es que con la pija haciendo presión en los pantalones lo qué más quería era seguir viéndola en bolas. Ella se puso nerviosa, asintió con la cabeza y se fue a seguir haciendo sus cosas. Por mi parte me fui a dar una ducha. Ya en el baño, mientras me bañaba, se me seguían viniendo las imágenes de ese culo, esas tetas y esa concha peluda. La pija se empezó a parar otra vez y me tuve que hacer la paja. No podía creer que una vieja me haya calentado tanto. Cuando terminé, me sequé, me puse un short de fútbol y una musculosa y bajé a ver qué estaba haciendo Sandra.

La encontré en el living limpiando el piso. Para mi desgracia estaba vestida. Me acerqué con un mate y empezamos a charlar. Ella seguía nerviosa al principio pero de a poco se fue soltando y volvió todo a la normalidad. Volvió a salir el tema del calor

S: El de Telefé dijo que sigue el calor toda la semana.
Y: Está insoportable el tiempo. La calle es un infierno.
S: Ni me digas. Los colectivos deben venir llenos encima.
Y: Encima volví yo y te cagué el poder estar limpiando en bolas jajaja
S: Ay ni me lo recuerdes que me muero de vergüenza.
Y: Igual, por mí no te hagas problema. Si querés sacarte todo para estar más fresca yo no me hago problema...
S: Jajajaja me parece que vos tenés ganas de seguir mirándome. Puedo ser tu mamá mocoso.
Y: Si lo decís así quedo como un pajero yo jajajaj. Yo lo decía para que estés más cómoda.
S: Andááá (se río un poco)

Pero la charla quedó ahí, no quise seguir insistiendo para no queda como un degenerado. Pasó la tarde y no volví a tocar el tema. Ella se fue a las cuatro y yo me quedé pensando en ella. Tenía que volver a verla en bolas.

Los Jueves yo no tenía clases así que estaba toda la mañana y la tarde con Sandra. Era mi oportunidad y tenía un plan.

Llegó el Jueves. 33°. Calor. Sandra llega, charlamos un rato, tomamos unos mates y después cada uno se pone a hacer sus cosas. Pasaron unas horas y yo estaba estudiando en mi pieza cuando me golpea la puerta.

Y: Pasá
S: Che, Enzo (mi nombre), ¿Sabés que le pasa al aire acondicionado de abajo? No arranca y me muero de calor.
Y: Uh, no, ni idea. Ahí voy a ver qué tiene

Me hice el boludo. Yo sabía por qué no funcionaba. En la casa hay dos aires acondicionado de diferente marca pero de ambos se habían roto los controles remoto originales así que ahora funcionaban con dos controles universales exactamente iguales pero configurados para cada marca. Lo que yo había hecho era cambiarlos de lugar. Bajé y seguí haciéndome el boludo.

Y: No sé que le pasa. Las pilas no son porque el control se prende. Lo que no prende es el aparato.
S: No me digás que encima hoy hace más calor que nunca.
Y: Dejame ver qué puedo hacer.

Sandra se fue a seguir con sus cosas y yo me quedé fingiendo que me iba a poner a arreglar el aire. Traje una escalera, me subí y empecé a hacer como que miraba algunas cosas. Todo para hacer tiempo. A los 15 minutos bajé y fui con Sandra.

Y: No hay caso che. No le encuentro la falla. Le hablé a un amigo que arregla aires y me dijo que mañana viene a ver qué onda.
S: Ay no! Me muero de calor.

A Sandra ya se la notaba transpirada y muerta de calor. Le serví un vaso con agua fresca y le dije:

Y: Escuchá, yo voy a estar toda la tarde estudiando porque tengo que dar un examen la semana que viene (Completamente mentira). Si querés hacé de cuenta que no estoy y trabajá como vos quieras.
S: Ay no que vergüenza.
Y: Dale, no seas boluda que te vas a cagar de calor al pedo. Si tengo que salir de la habitación te pego un grito para que no nos crucemos y no te dé vergüenza.

No esperé respuesta y me fui a mi habitación. Pasaron 2 horas, era pleno mediodía y la casa era un horno. Sin tener certezas sobre si mi plan había funcionado o no, me decidí a salir sin avisarle. Me saqué la remera, me saqué el boxer y me puse el short más marcabulto que tenía y encaré.

Estaba en la cocina. Sin hacer ruido me asomé. ¡Estaba desnuda! Me hice el boludo y entré.

Y: Es un horno esta casa!
S: AAAAAH (nuevamente la tomé por sorpresa)
Y: Uhh disculpame Sandra. Me colgué estudiando y viene a tomar agua. Me había olvidado de lo que hablamos.

Sandra se dio vuelta tapándose las tetas con una mano (no lograba cubrirlas a ambas) y la concha con la otra.

S: Me dijiste que me avisabas!
Y: Si, perdón, perdón. Me colgué. Igual ya fue. Ya te vi dos veces y no es la primera vez que veo una mina en bolas. No te hagas problema.
S: Pero no me podés ver así nene! Tomatelas de acá!
Y: Me agarro un vaso de agua y me voy. No te hagas problema.

Actué con tanta naturalidad que Sandra pareció creerse que no era para tanto y se empezó a relajar. Seguí con sus manos tapando sus partes, pero ya no la notaba nerviosa. Además vi como me recorría con la mirada. Para ir a la heladera le pasé más cerca de lo que hubiese sido necesario pero ni la miré. Agarré el agua y me fui.

Le dí media hora de descanso y volví a la carga. Desde estaba le grité: "Voy a pasar!" para que vea que ahora sí me acordaba de nuestro acuerdo. Seguía en la cocina pero ahora estaba con corpiño y bombacha. Era un paso atrás pero por lo menos estaba con poquísima ropa.

Y: ¿Tenés ganas de tomar unos tereré?
S: ¿Te parece? Me muero de ganas pero no sé si da para que estemos tan cerca cuando llevo poca ropa.
Y: Dale boluda, no pasa nada. Ahí lo preparo y te cebo mientras hacés tus cosas.

Preparé el termo y fui con ella. Seguía en corpiño y bombacha.

S: Gracias, me estaba muriendo de calor.
Y: Y sacate lo que tenés puesto, no te hagás drama.
S: Estás muy insistente nene jajajaj

Ella me seguía mirando. La notaba mucho más tranquila que antes.
Seguimos charlando de boludeces, yo cada vez la miraba más y la verga se estaba poniendo dura en ese short que me marcaba todo. Cada vez que le pasaba un mate aprovechaba para tocarle la mano. Yo creo que Sandra ya notaba todo el juego que estaba haciendo.

En un momento le tiré:
Y: Che, ¿vos cuantos años tenés?
S: 53. ¿Vos?
Y: 19. Pensé que tenías menos, estás re bien (mientras le dije esto la miré de arriba a abajo)
S: Que nene chamuyero que sos jajajaja.
Y: Posta te digo, para mí tenías 40 como mucho (otra mentira mía. Se notaba que era cincuentona)
S: Así son los pendejos, ven un par de tetas y empiezan a chamuyar jajajaj.
Y: Jajajaja, pero que lindo par de tetas.
S: Basta nene que puedo ser tu madre.
Y: Pero por suerte no lo sos.
S: Jajaja ¿En serio me estás chamuyando? Sabés la sopa que te hace falta...
Y: Yo no estoy chamuyando che jajajaj. Pero con el calor que hace es una locura que sigas con el corpiño puesto.
S: Basta pendejo, suficiente que ando así por la casa con la vergüenza que me da que me veas. Me voy a lavar la ropa, si tenés ropa sucia andá a traermela.
Y: Si, tengo unas remeras y este short para lavar.

Era a todo o nada. Me saqué el short ahí nomás y quedé con la pija semierecta al aire. Sandra se quedó muda.

S: Sos un pajero ¿Cómo me vas a mostrar la pija así?
Y: Bue, tampoco es para tanto. Yo a vos te vi en bolas dos veces.
S: Pero sos un pendejo, no te puedo ver así. (Pero mientras lo decía me miraba la pija)
Y: ¿Nunca te comiste un pendejo?
S: No...
Y: Entonces hoy es tu día de suerte.

Me le acerqué y le comí la boca. Ella me devolvió el beso y le di para adelante. Le desabroché el corpiño y liberé esas tetas de señora grande. Se las empecé a tocar mientras fui bajando con la boca por su cuello. Estábamos los dos completamente transpirados, todo su cuerpo tenía ese sabor salado de transpiración pero yo estaba con la pija al palo. Hacía tanto que no cogía y ahora me estaba comiendo a una mujer mayor. Una vieja.

Ella me manoteó la verga y me empezó a pajear mientras yo le chupaba las tetas. Ya estaba entregada. Mientras le chupaba las tetas empecé a bajar con mi mano por su panza hasta llegar a su concha. Tenía todo el pubis peludo y la concha estaba bien mojada. Le metí un dedo y escuché un hermoso gemido de placer. Ella me seguía pajeando y yo seguía metiendole dedos sin sacarle la bombacha mientras intercalaba besos en su boca con besos en sus tetas.

S: Vení pendejo que te voy a chupar la pija

Me empujó un poco, se sacó la bombacha y se arrodilló frente a mi. Esos labios carnosos hicieron contacto con la cabeza de mi verga y yo tiré la cabeza para atrás disfrutando de la situación. Era el mejor que me habían dado en mi vida. Se notaba la experiencia de Sandra. Cambiaba de ritmos, jugaba con mi frenillo y también se la metía entera en la boca. Yo estaba por acabar, pero Sandra se dio cuenta.

S: No vayas a acabar que todavía me tenés que coger, pendejo.

Entonces paramos un rato. Le miré la concha, completamente peluda. Nunca había visto algo así, hasta el momento yo había cogido sólo con pendejas de mi edad y todas se depilaban hasta la más mínima vellosidad. Pero no me intimidó. Después de la chupada de pija que me había pegado yo tenía que estar a la altura de la situación y comerle la concha como Dios manda.

La llevé al living, la recosté en un sillón y empecé a bajar por su cuerpo hasta pegar mi cara en su pubis. Inhalé los aromas que desprendía esa concha madura y la verga me palpitaba de placer. Le separé los labios y empecé a chupar. De las ganas que tenía me habré pasado de bruto porque Sandra pegó un pequeño quejido y me dijo que fuera más despacio. Me agarró de los pelos y empezó a marcar el ritmo. Me comí toda su concha, de arriba a abajo, jugué con su clitoris y le metí dedos. El sabor de esa concha transpirada me volvía loco y a Sandra le estaba gustando por los gritos de puta que pegaba.
Llegó a su climax y chupé todos sus flujos.

S: Ay pendejo, hacía mucho que no me chupaban la concha tan bien. Mi marido dice que no le gusta.
Y: ¡¿Sos casada?!
S: Si, no te hagas el sorprendido que todavía falta que me cojas.

Le comí la boca y ella volvió a pajearme.

S: ¿Tenés un forro?
Y: S...No, no tengo (una nueva mentira). Igual vos no te vas a quedar embarazada ¿no?
S: No es por eso pendejo. Ay, espero que seas sano.
Y: Quedate tranquila

La di vuelta y teniendola en cuatro empecé a pasarle la pija por la concha, calentándola cada vez más.

S: Dale, metemela pendejo.

Acaté la orden y le metí la verga en esa concha completamente lubricada.

S: Aaaaa
Y: ¿Te gusta?
S: Me encanta pendejo. Cogeme, cogeme.

Le di en cuatro agarrado a su culo gordo. Sandra gozaba y me pedía más y más fuerte. Estaba sacando la puta que llevaba adentro.

Y: Que puta que sos Sandra.
S: Sii, soy tu puta pendejo. Dame más fuerte.

Sandra gritaba y el ruido de nuestros cuerpos chocando era cada vez más fuerte. Plaf plaf plaf. Le metí un chirlo en ese culo gigante y Sandra gritó más fuerte.

S: AAAAY, no me vayas a marcar que se me arma quilombo pendejo.
*Otro chirlo*
S: AAAAA, que pendejo mal educado
*Otro más*
S: AAAAAAAAA

Cada vez gritaba más fuerte. Pero no me dejó seguir dándole en el orto. Se separó de mi, me empujó para que cayera en el sillón y se puso ella arriba mío.

S: Basta pendejo. Ahora vas a ver lo que es bueno.

Empezó a cabalgarme como nunca nadie lo había hecho. El bamboleo de esas tetas me tenía loco. Cada vez gritaba más la muy puta. Ella ya había acabado una vez más y yo ya estaba a punto de explotar.

La incliné sobre mi pecho, le comí la boca y empecé a tomar el ritmo yo. Con las manos agarrandome firme a su culo y con sus tetas pegadas a mi pecho empecé a bombearla.

PLAF PLAF PLAF

Cada vez más rapido

S: AAAAH PENDEJO, QUE RICO
Y: Te voy a llenar la concha de leche
S: AHHHHH AHHHH MÁS FUERTE

Tenía toda la cara transpirada por el calor, la boca completamente salada por el sudor y ya no aguantaba más. Le seguí dando cada vez más rápido hasta que le inundé la concha de leche.

S: AAAAAAAAAAAH DAMELA TODA

Me quedé un rato con la pija adentro suyo, chorreando leche por los costados. Ella estaba arriba mío todavía, abrazados y exhaustos.

Y: El mejor garche de mi vida.
S: Hace mucho que no disfrutaba así.

Le comí la boca y lentamente me fui levantando de a poco.

Subí a mi habitación y cuando bajé ella seguía tirada en el sillón jadeando. De atrás de mi espalda saqué el control remoto del aire acondicionado y lo prendí.

Sandra me miró, miró el aire y me dijo:

S: Que hijo de puta que sos pendejo.


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Espero que les haya gustado. Es la primera vez que escribo un relato. Todos los comentarios son bienvenidos. Esta historia es algo que viví. 80% verídico, 20% exageración literaria. Los nombres fueron cambiados. Me gustaría seguir escribiendo sobre mis aventuras con mujeres más grande que yo. Este es solo el primer capítulo.