Comiendo de mi mano

Tenía unos 25 años y estaba de estudiante lejos de casa. Llevaba ya fuera varios años y llegó una nueva hornada de estudiantes. En una fiesta vinieron y nos conocimos. Lo pasamos bien.
Un amigo me presentó entre tanta gente a una chica de 18 años y hasta ahí llegó todo. Nos volvimos y nos seguimos viendo por ahí un tiempo.
Un día me cuenta mi amigo que esa compañera está pillada por mi. Una chica de 18 años rubia, de ojos azules y con unas tetas que ni podía agarrar con una mano.
Esa noche haciendo mi amigo de carabina, quedamos los tres y en un momento mi amigo se va a fumar. Yo la vi que no podía con sus nervios y me dije: para qué darle más vueltas.
Nos empezamos a enrollar en la discoteca y a los 10 minutos estábamos entrando en mi casa. Cuando desnudé sus tetas no pude evitar hacer ventosa con la boca tocando con la lengua sus duros pezones. Aunque eran tan grandes que apenas podía levantarlas.
Me confesó que apenas había tenido relaciones así que fuimos muy despacito, pero me pidió que me corriera encima suyo. Lo que resultó un sueño.
Al día siguiente ya no salí y me quedé en casa. Pero volviendo a clase dos días después me dicen que se ha enrollado con una compañera. Me la encuentro y me lo dice pidiendo perdón. Yo la digo que no se preocupe, que si la gustó. Ella dijo que sí y ese finde fuimos todos de bares. Allí hablé un rato con la chica que se había enrollado con ella. Más mayor, de pelo corto, muy alta y delgada y con bonitas tetas. Nos enrollamos y digo a mi amiguita de 18 que se nos una.
Al final me vi en un trío con dos pibones tremendamente tetonas a las que las gusta apretarse las tetas entre si mientras se meten la lengua y que yo las bañe con mi leche.Comiendo de mi mano

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