Rubia sol, morena luna I

Esta es la primera historia de una saga en la que estuve entre las piernas de una rubia venezolana y una peruana morena... De la peruana ya he hablado en otros posts, de la caribeña hablaré en este. Cuando comenzó este torbellino de sexo, romance y confusión, la caribeña me enseñó la canción de los Caramelos de cianuro: Rubia sol morena luna, tal vez a modo de profecía, y así es como título esta saga que espero que no solo les excite en la carne sino que quizás les haga elegir de igual manera entre el sol y la luna.

Morela es la "rubia", el sol: era una muchacha venezolana residente en México. En verdad es la mejor mujer que he tenido como pareja, en el sentido del corazón. Nunca debió conocerme ni yo a ella. Si la encuentran, cásense con ella y se habrán hecho un gran favor. Pero he aqui que yo soy un canalla que la ha cambiado por un trasero más grande que el suyo y tan canalla soy que ahora les cuento como era en la cama.


Morela era muy muy delgada y de piernas larguísimas. Con ese rostro fino, delgado y hermoso que he notado que tienen las venezolanas que he conocido. Del acento de su voz que puedo decir, a los mexicanos nos embrujan esos acentos de Sudamérica. Alguna vez un compañero de trabajo hizo una broma acerca de como me hacía ella sexo oral después del sexo vaginal: Hizo un movimiento como de que solamente levantaba un poco mi verga y ya estaba en su boca... Así de largas son sus piernas, hacen que su tronco se vea diminuto. La categoría de porno que veo cuando quiero recordarla es "coltish". Además es la única mujer de mi estatura con la que he tenido sexo del bueno, por tanto nuestros vientres se tocaban como con ninguna otra mujer al hacer el amor ha sucedido, y nuestros rostros quedaban frente a frente, no necesitábamos dejar de besarnos para cambiar de posición. Y aquel idiota que hizo el chiste de su cuerpo no tenía idea de que desde su vagina depilada hasta su cuello, había un valle muy largo que recorría con la lengua: su pubis ligeramente rasposo, su cintura ligeramente marcada por el resorte de su tanga, piel lisa, su ombligo, luego mas piel lisa por el vientre hasta llegar al esternón, entonces uno sigue lamiendo entre sus costillas que se marcan mientras ella se curvaba de placer, viendo unos ligeros bellos en su piel entre sus diminutos pechos. Después la lengua caía por su garganta y su largo cuello que la hacía gemir, dejaba uno de lamer para besarla y se hallaba unos ojos enormes y enamorados. Su cabeza también fina y pequeña estaba cubierta por un cabello largo y claro. Que al tacto se sentía lacio y a la vez duro, ya que ella es tan bella que no necesita hacerse cuidados en su cabello, por tanto lo tenía "descuidado", pero hoy extraño sentir aquella imperfección entre mis dedos.

La primera vez que me deleité con su trasero descubrí una cicatriz, por la cual pregunté la causa pero no me respondió. Era una cicatriz grande, tal vez de un cuchillo o una operación mal cerrada, la mordida de un perro, un accidente... Lo importante era que aún así era hermoso besarla ahí. En la base de sus nalgas tremendamente levantadas. A causa de ser muy flaca, carecía de caderas (Alguna vez una atrevida tendera le hizo una insinuación de que hacia falta que "le dieran forma" mientras movia sus caderas adelante y atras guiñandome el ojo). En fin, su falta de caderas hacia que mis grandes manos pudieran sostener muy apretadas cada una de sus nalgas mientras la tenía sobre mi. Alguna vez pensé que podrían haber sido operadas, ya que si no lo eran, estaban perfectas, lo cual era lo más probable.

Morela tenía un dedo de su pie ligeramente corto, esto le daba vergüenza y me pedía no tocar ni besar sus pies, pero la pobre no sabía que su imperfección la hacía perfecta. ¿Qué era un dedo de apenas medio centímetro menos que los demás estando en la punta de esas largas piernas color doradas peinadas por las ya mencionadas perfectas nalgas de las cuales no he vuelvo a sentir unas iguales?

Morela además es la única mujer independiente que conocí. Su familia estaba en Venezuela y vivía sola con 2 roomies que problablemente también eran una delicia, pero yo estaba enamorado de ella y no me importaba mucho esto. Ella usaba de pijama lencería (O tal vez solo lo hacía cuando yo estaba ahí). De manera que la primer noche que me quedé con ella no le fué muy dificil hacer que en mi indecisión la tomara entre mis brazos y la desnudara con los dientes, le bastó salir del baño con ese negligee negro transparente con ligeros moños rosas... Además tomaba anticonceptivos y podía terminar dentro de ella tantas veces que en algunas ocasiones quedaba yo completamente inhabilitado sobre un colchón mojado de semen con una caribeña insaciable que no paraba de revisar constantemente si ya me había recuperado para volver a montarse sobre mi o que la pusiera contra la pared o la rodara por el colchón hasta el suelo mientras ella gritaba tanto que su perro se ponía a ladrar y su roomie nos miraba enojada por el ruido cuando salíamos a tomar agua...

Morela tan imperfecta, me enamoró con su minifalda que hacia notar su gran trasero mientras caminaba en los pasillos de computadoras donde yo me encargaba de los sistemas y le sonreía cada que pasaba. Su cintura diminuta permitía imaginar unos pechos bien parados sobre ella. Sin embargo, me decepcioné un poco al desnudarla y descubrir que usaba sostén con relleno y su pecho era casi completamente plano. Pero esto me dejó de preocupar al explorar esos pezones rodeados de una corona casi invisible de vellos dorados, hermosos pezones, tan pequeños como la punta de los globos cuando comienzas a inflarlos. Pasar la lengua por encima de una teta de ese tamaño es muy excitante, se siente completa por debajo de la lengua y la fuerza del pezón al erizarse es perceptible. Lo que no sucede con los pechos grandes y redondos, en los que la lengua apenas puede pasearse y sentir texturas. Alguna vez quise decirle que no usara esos sostenes que no necesitaba, pero nunca lo hice, seguro por no ser aquel afortunado al cual envidio, que será tan listo para permanecer al lado de aquella mujer.

Pffff me masturbo recordándola mientras escribo. Mi exnovia morena, la luna amazona no terminaba de dejarme y volvía a mi cada semana. Morela lo sabia y comprendia, y me perdonaba. Pobre. Yo la amaba y me sentia mal al respecto, pero la luna me cogia como una diosa y a Morela yo me la cogia como un demonio.

Decidimos ir despacio mientras mi ex se alejaba, ir despacio quería decir no hacer el amor sin dejar de vernos, pero era inevitable. Una de esas veces fui a su casa por la mañana en bicicleta, con la intención de cansarme y llegar tan sudado que la propia vergüenza no me permitiera seducirla. Llegue jadeando como un perro. Ella vestía un pequeñísimo short (O se veia pequeño a comparación de sus interminables piernas). Y una blusa holgada. Sus pezones erizados en sus pechos casi planos levantaban la tela. La abracé y me invitó a acostarme con ella para solo dormir abrazados un poco, desde luego sin fornicar ni besarnos para no lastimarnos. Pero yo no tenia un short, sino un pantalon deportivo sudado y mis boxers, asi que me quedé solo con los boxers mientras la abrazaba y le daba un pequeño beso en los labios. Ella se tendió a mi lado acariciando mi pecho y olfateando mi sudor. Yo me esforcé por dormir simplemente, pero sentía su excitación y la mia. Mi verga estaba bien parada, ni el boxer ni las cobijas ocultaban este fierro palpitante que en este momento acaricio deseando volver a aquel momento. mmmmh. Resistí, de pronto ella, tan inocente, con ese rostro de enamorada, me abrazo con una pierna. Al hacerlo sonó un "splish". La pobre estaba tan excitada que sin caricias estaba ya empapada. Y no soporte mas humillarla así. Metí mi dedo acariciando su pierna, levante la pantaleta humeda y una gota cayó sobre mi pierna sudada mientras mi dedo entraba por sus labios. La besé con mucha pasión porque la amaba, salí de las cobijas, le quité el short y las panties juntas. Bebí su elixir y lamí su clitoris que sabía mejor que el mejor vino. Ella gemía y afuera su perro aullaba, se oyó el azotar de la puerta al salir una de sus roomies enojada. Mientras que otra nos observaba por las persianas. Lo se, porque ella misma me lo confesó. Esa chica conoce mi ano mejor que nadie, puesto que estuve ahi empinado y disfrutando todo el liquido que salía. La volteé y lami su trasero, ahi toque su cicatriz antes de penetrarla y quitarle su blusa para besarla y pellizcar sus pezones. Mi entrepierna mojada y fria salpicaba liquido en cada embestida. La pase sobre mi y era tan hermosa y tan flaca, que la subia y bajaba solo con mis brazos. se puso de eslpaldas a mi, contra el suelo, me vine sin parar de cogermela y ella decia "SHIII, SHIII". Para terminar, la puse como una tabla bocaabajo mientas presionaba sus nalgas una contra otra y deje salir mi semen y un gemido mientras deslizaba mis manos para abrazarla fuertememente, mover su cabello con mi nariz y besarla lentamente y en silencio. Aquel fue el primero de muchos polvos que echamos aquel día. Hasta la fecha no me olvido de aquel sonido de sus piernas que me hizo olvidarme de la luna para hacer mío al sol del caribe. La cama quedo manchada de blanco y tuve que lavar mis boxers que tampoco quedaron libres del baño de squirt, semen y sudor.

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