Fantasías en el hotel

No sé para ti, o será que yo tengo mucha imaginación y veo mil maneras de encontrarnos y del contenido de la fantasía. Lo veo tal que así....
Después de hacer birguerias, y un par de excusas para estar un día y medio fuera de casa, un curso de algo relacionado con el trabajo. Tal como está la cosa todo es poco.
Habíamos hecho los planes dos días antes,
Decidimos que daba igual el sitio, siendo limpio, cómodo y discreto. Me gustaría decir que estoy tranquila pero sería mentir porque me tiembla el alma. La primera toma de contacto creo que siempre es así, siempre está la duda ¿ y si no hay feeling al final y es un chasco? ¿ y si no le pongo tanto en persona? se me olvidó en dos segundos.
Quedemos en vernos en la entrada, con ropa normal de día a día, no hacia falta ponerse de gala para quedar, más que nada porque en nuestras videos nos habíamos visto de peor manera, recién levantados, sin peinar, sin depilar, nada, salvajes total.
Yo iba normal vaqueros negros, deportivas blancas y sudadera rosa palo, pelo negro y rizado suelto. Me maquillé los ojos con el rabillo negro para que se vean más mis ojos marrones, y claro labios rojos. Con eso era suficiente tampoco creo que me durase mucho más el maquillaje después con los pollazos de él. Estaba nerviosa por como empezar, si en la cama o en la ducha, en el sofá o en la entrada. Llevaba dos días sin tocarme, y está mañana al despertar ya tuve la necesidad de darme amor porque si no me iba a correr solo de verlo. Aún así, notaba el calentón en la pipa todo el día, sabía lo que le esperaba.
Casi llegamos a la vez, sin saber que hacer, con las mascarillas, gente al rededor que miraban raro, simplemente nos dimos dos besos y un abrazo fuerte de roce para restregarse con mis tetas y nos dio la risa guarrona de siempre, casi que se fueron los nervios. Íbamos hablando tan normal de camino a la recepción, íbamos de la mano disimulando hasta llegar al mostrador bromeando y hablando del trabajo y lo mal que esta todo.
Habíamos llegado sin darnos cuenta de lo relajada y agusto que estaba. Tensión sexual muchísima, tenía las bragas con una manchita blanca de humedad, lo notaba. En los roces mientras íbamos al final del pasillo me di cuenta que estaba bastante duro. Con eso ya, me solté un poco más y hablé más. Se me estaba pasando el calentón y los nervios cuando entremos al ascensor. Piso 8 , habitación trescientos no se qué. Y ahí explotó todas las ganas acumuladas De tantas pajas a costa del otro. De repente al cerrarse las puertas se acercó a mi despacio, me besó con ganas, me agarra del pelo para que me ponga de puntillas y sin esperarlo me sueltó y giró mi cuerpo empujando fuerte contra el espejo del ascensor.
Me baja el pantalón hasta los muslos, se baja la cremallera y saca esa polla tan rica con la que tantas veces me he pajeado hasta correrme a chorros. De un golpe seco me la metió fuerte , yo como estaba empapada solo podía morder mi puño para no formal un escándalo, Ohh, ohh, oohhh...Que rico se siente... Yo le pedia más más y rápido, mmmm que ganas tenía de notarlo dentro, su polla llena mi coño perfecto..en esa postura da ahí, en ese sitio tan escondido pero tan placentero que me provoca hacer las cosas más morbosas y lo que quiera él!!! ¿ Y sabes esas veces que tienes tantas ganas que sientes que te vas a correr ya de gusto que tienes, que aprietas fuerte porqué no te importa nada? ¿Solo correrte?
Pues lleguemos a la planta 7. Paró y en pocos segundos más llegamos al 8.
Se quitó y guardó rápido en el pantalón como si no pasará nada se recompuso. Se abren las puertas y yo ahí, estampada en el espejo con los cachetes del culo fuera, que por los pelos no había nadie.
Sin taparme y riendo por el arranque voy a salir del ascensor cuando nos enganchamos a besarnos, sobarnos, tocarnos fuera y dentro de la ropa hasta llegar a nuestro cuartito.
Entrar y cerrar de golpe. Otra vez empotrada en la puerta, sujeta mi cabeza por el cuello sin apretar, solo bloqueada. Nos reímos mirando los ojos fijamente del otro. Risa pervertida, su boca se acerca a la mia, esperando que meta la lengua en mi boca. Me vacila y la pasa por mi cara, lame y me excita más si cabe. Se me escapa un suspiro y sonríe más, me estaba volviendo loca de placer todo eso, me divertía quería ver hasta donde podía aguantar sin rogar que me follase sin piedad. Repite el gesto en el otro lado de la cara pero esta vez cerca de los labios. Gemía un poco más fuerte, y eso provocaba en él hacerme más perrerias.
Muerde mis labios, coge un mechón de pelo para sujetar la cara, muerde mi barbilla.
Yo sigo suspirando de gusto, pidiendo más.
Sube mi jersey hasta dejarme él sujetador al aire, saca las tetas fuera de la copa y se quedan expuestas para él.
Se agacha un poco y empieza a lamer los pezones, los muerde, tira y sigue calmando a lametones, mi clítoris palpitaba a cada pasada por la teta. Yo ya gemía de gusto fuerte, me daba igual que me escucharan al otro lado. Al contrario me ponía más cachonda y a él también, porque a cada gemido fuerte notaba como su polla se ponía más dura apoyada en mis muslos.
Mete su mano dentro del vaquero y mete dos dedos en mi coño mojadito. Los mueve en círculos, roza las paredes de mi vagina con presión, me masturba fuerte, ahoga los gritos con su boca y sus besos.
Acompañaba los gemidos con palabras sucias en el oído.
- Vamos zorra, correte para mi, quiero beber tu orgasmo. Grita y chilla, que todo el mundo escuche lo que estamos haciendo.
Entre suspiros me corrí, los dedos de él hacían maravillas y salía de mi una gran cantidad de fluidos, que el se encargó de succionar y beber todo de mi.
Seguimos en esa pose, yo empotrada y sujeta del pelo, abierta de piernas y los dedos sacando zumo, los lame delante de mí cara, mirando fijamente a los ojos, los volvió a meter en mi vagina para empapar y seguía chupandolos.
La polla le iba a explotar, nos reíamos de las ocurrencias y guarradas que estabamos haciendo.
Conseguí soltarme, quería jugar con él, quería saborear su polla dura. Solo alcanzaba para tocar por fuera con las manos, y le costaba aguantar el tipo de dominador.
Mordí el labio inferior, y ejercía más presión en lo que intuía que era el capullo.
Quería comerla, quería repasar con mi lengua cada hueco, lamer sus pelotas gordas, quería experimentar todo aquello de lo que habíamos hablado. Quería hacerle correrse en mi boca, estaba tan cachonda que solo se me ocurrían guarrerias de las fuertes y necesitaba sentirme, follada, lamida y mordida.
Dándonos besos y a ciegas llegamos a la cama, me senté en el filo de la cama, a la altura propia.
Ahí me dejó hacer un poco lo que yo quise.
Mis manos rozaban y gozaban dea dureza de su paquete.
Me pedía el cuerpo, morder, apretar, comerme esa polla tan deliciosa.
Acerqué mi boca a sus vaqueros, y mordía su pene desde fuera, apretaba fuerte los dientes, dejaba escapar los suspiros de gusto. Mmmm como se retuercia, desabroché el botón y la cremallera, tiré de la cintura hacia bajo, y salió saltando hacia fuera ese pedazo de polla, dura, brillante y tentadora.
Quería darle sufrimiento, quería recrearme con su cuerpo y su pene.
Con las manos recorría la pelvis, el culo,...y mi lengua pasándola de punta a punta de la cadera, hacía cosquillas en sus testículos gordos y pesados. Los estrujaba con delicadeza, el inclinaba su cabeza hacia atrás, las manos atrás dejándome libertad para disfrutar de él. Acariciaba por alrededor sin tocar el centro del deseo, soplaba, sin apretar, solo acariciando sujeto el pene suave arriba y abajo, gemía ahogado, aguantaba las ganas de follar mi boca sin parar, fuí empujando hasta que se sentó de golpe en un sillón orejero, lo desnudé de cintura para abajo, y dispuesto a dejarme libertad de hacerle lo que yo quisiera, apoyó una pierna a cada lado del reposabrazos, y ahí estaba él, expuesto, depilado, limpio, yo estaba excitada, apenas respiraba, apenas tragaba saliva, silenciosa, concentrada en su placer, y en volverle loco. Seguí acariciando más profundo, cogía sus pelotas a manos llenas los amasaba, los lamia dejándolo mojados y soplaba dando frío, de su boca solo salía gemidos, soplidos fuertes y algún que otro piropo de los suyos.
- Joder nena me pones cerdo. Eres una zorrita y voy hacer contigo lo que quiera.
¿Me vas a dejar? ...
Yo lo miro fijamente, mi pecho agitado, noto calor en la cara y cuando pude hablar, suspiraba, me reía de los nervios y a sentir con la cabeza. El calentón me tenía nublada la mente y no me dejaba ni hablar.
Chupé mi dedo índice y lo pase ligeramente hasta el agujerito rugoso, soltó un fuerte gemido echando la cabeza hacia atrás y
-su empalme estaba potente, duro y apetecible, pero yo quería ver hasta donde podía llegar así que liberando mi mente totalmente, me incliné y con la lengua recorrí la entrada de su ano en círculos y ahí sí, pide ver cómo su polla se ponía tiesa para mí, dura hasta arriba del todo, seguía dándole con la lengua y el ya no aguantaba más, se cogía con las dos manos toda su dureza y se pajeaba como un loco queriendo correrse y el sólo no se de donde sacaba la sangre fría para no hacerlo, paraba y se la meneaba despacio, sonreía malicioso y sabía que estaba recargando una buena ración de leche calentita mi y se por nuestras conversaciones como íbamos acabar,
Yo quería hacer que se corriera antes que yo como fuera, despacito con la mano derecha le sujetaba el paquete, y empecé a pajearlo con ritmo, poniéndolo a punto sin llegar a más, calentando mi comida, mi coño soltaba liquido goteando en la alfombra de pelitos que rozaba mi clítoris, me estaba derritiendo el clítoris en cada roce.
Yo seguía pajeando y diciéndole guarradas, el apretaba las manos en los bordes del sillón para no dar por acabado el juego y empotrarme en el suelo. Con la mano libre, retomaba el juego con su ano, estimulaba la entrada pequeñita y su pelvis se agitaba arriba y abajo con una cara de cerdo salido, que a mí me subía más el ego, porque así de cerdo lo estaba poniendo yo. Acerqué mi cabeza y con decisión metí el pene en mi boca, de golpe, arcada y afuera, el no se esperaba ese gesto tan duro de golpe, y volví a repetir dos veces más, la punta de mi dedo entrando fácilmente por su pequeño orificio y, ahí estaba el pervertido que yo quería, cogió mis pelos y el sólo agitaba las caderas follandome la garganta, haciendo que entrara la Falange entera en el recto, agité su polla, lo quería al límite, quería su corrida en mi boca y estaba apunto de conseguirlo.
-Nena para que me voy a correr...
Sus jadeos llenaban la habitación, su cuerpo estaba en tensión y del agujerito del pene empezaron a salir caños de semen hasta mi campanilla, yo tragaba con apetito, lamia limpiando y recogiendo lechita caliente,
y acumulando lo que sobraba.
De un salto me levanté sentándome a horcajadas me la metí de una sentada, comencé a besarlo salvajemente dándole a beber de su semen..

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