Relato de una camgirl (modelo en Cam4) - Reportero Nocturno

Relato de una camgirl (modelo en Cam4) - Reportero Nocturno

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Durante los últimos años de la década pasada, psicólogos de la Universidad de Buenos Aires llevaron adelante una investigación extensiva sobre la sexualidad humana en situaciones de la vida diaria. Parte de esa investigación consistía en recolectar testimonios de más de cien personas comunes y corrientes.
Mi mejor amiga dirigió ese proyecto y, conociendo mi experiencia como periodista, me solicitó que condujera las entrevistas a los sujetos de estudio.
Esta es una de esas historias.
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De todas mis entrevistas, quizás la más directa haya sido la de Mariana. Ambos teníamos muchos años de trabajar sobre la sexualidad humana y eso hacía que tuviéramos un idioma compartido. Claro que nuestras experiencias habían sido muy distintas.
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Mi trabajo como periodista del sexo me vuelve un inquisidor; exploro la sexualidad a través de los demás. Su trabajo la ponía en el rol contrario al mío. Como modelo webcam se conectaba a una página todas las noches a exhibir su cuerpo y su placer para que fueran los demás quienes vivieran la sexualidad a través de ella.

Ni bien entró a mi oficina supe que esa carga sensual debía permear en los aspectos más íntimos de su vida. Caminaba como deslizándose sobre el suelo y la falda larga que tenía puesta se elevaba con el viento que producía su andar. Cerré la puerta atrás suyo para que pudiéramos hablar tranquilos y al verla de atrás noté que tenía un tatuaje grande en la espalda. La tinta cubría sus homóplatos y parecía derramarse hacia la parte baja de su espalda, donde su musculosa negra me impedía seguir viendo.
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- Me imagino que debés estar acostumbrada a que la gente se interese en tu vida sexual.
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- Es parte de mi día a día. Siempre que conozco a alguien nuevo las primeras diez preguntas que tienen para hacerme son sobre mi trabajo en Cam4.

- ¿Sos muy abierta en cuanto a tu laburo o esperás que haya confianza antes de contarlo?

- Mirá, al principio me daba vergüenza entonces no le decía nada a nadie, pero con el tiempo me animé y empecé a contarle a mis amistades. No te voy a decir que no les pareció raro, pero me tiraron tanta buena onda que me fui sintiendo cada vez más cómodas. Ahora se lo cuento sin pelos en la lengua a quien me lo pregunte.

- ¿Y cómo notás que lo recibe la gente?

- Obvio que hay de todo, pero la verdad es que a la mayoría le copa. Tanto minas como chabones. A algunos les parece muy valiente o muy divertido y después hay muchos a los que directamente les calienta.

A veces hay tipos que recién conozco (o tipos en el chat, incluso) que intentan hacerse los agrandados. Se piensan que yo debo ser una puta fácil y que con decirme que les mide tanto voy a entregar. No te voy a decir que no me divierta ponerme en puta a veces, pero fácil nunca. Para ganarse una noche conmigo es necesaria mucha humildad, que es lo que falta.

- Aprovechando que mencionás a la gente del chat, ¿tuviste experiencias con alguno?

- Sí. Hay otras chicas que no lo hacen nunca porque dicen que los tipos en Cam4 son clientes y que donde se caga no se come. Pero si yo me caliento con alguien y me pinta cogérmelo no me importa de dónde salió o qué vínculo tengo con él. Sólo me importa que él también me quiera coger a mí

Igual te digo todo esto como si lo hubiera hecho mil veces, pero la verdad es que fue una sola. Como te dije antes, hay un faltante importante de humildad y eso se da por igual adentro y afuera de Cam4.

- ¿Qué fue distinto en él?

- Horacio era un tipo muy ubicado. Empecé a reconocer su nombre porque cada vez que entraba o se iba escribía un saludo. También hacía aportes para que el show siguiera que aunque no eran de mucha plata sí los hacía cada vez que venía. Si alguna vez no podía dejar nada, que igual no pasó muchas veces, avisaba que estaba corto de guita, pedía disculpas y agradecía mucho todo.

No es raro que los tipos se porten bien con una modelo, sino todo lo contrario. El problema es que la mayoría lo hacen sólo porque tienen ganas de cogerte y ni bien aflojás un poco ya vuelven a su situación de pelotudos básicos. Con él nunca me pasó nada así, ¡y eso que lo puse a prueba!

- ¿Cómo lo pusiste a prueba?

- Yo ya le había estado chusmeando el perfil y había visto que tenía un par de fotos subidas. Las fotos eran muy cuidadas, no como esas que suben una foto en bolas y nada más. En una se le veía bien la cara y en otra en la playa se lo veía jugando con una paleta. Él habrá tenido unos cuarenta y pico de años, varios más que yo, pero se lo veía bastante bien.
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Nunca me habían atraído tipos mayores, pero había algo en él que era muy llamativo. Igual no quería confiarme y equivocarme así que fui muy despacito. Al principio lo mencionaba en mi show agradeciéndole los mensajes y diciéndole que me encantaba que me hablaran como lo hacía él. Cuando vi que no se le subía a la casa decidí ir un paso más allá y mandarle un mensaje privado agradeciéndole por todo.
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Mantuvimos una conversación de lo más civilizada y aunque otros se hubiera desubicado más de una vez, él siempre se portó como un caballero. Incluso llegué a decirle que me gustaban mucho sus fotos y él se limitó a agradecerme la gentileza y a decirme que nada se comparaba conmigo.

- ¿Creés que él sabía que vos le tenías ganas?

- Ni en pedo. Horacio es un tipo muy humilde y que no espera nada del mundo hasta que el mundo no se lo dé. Seguro fantaseó mil veces con que yo me le declaraba y que nos juntábamos para garchar, pero siempre supo separar muy bien la fantasía de la realidad.

Nuestras conversaciones empezaron a ser cada vez más frecuentes, llegando a ser diarias. Incluso en ese momento se siguió comportando con todo el decoro del mundo. ¿Te imaginás que alguien se haya pajeado mil veces mirándote en pelotas, que se vuelva loco por vos y que hablándote todos los días no te tire ni una indirecta para coger? Eso era Horacio. Fui yo quien tuvo que decirle con todas las letras lo mucho que me atraía y que quería conocerlo en persona.

- ¿Dónde se juntaron?

- Primero fuimos a un café que quedaba cerca de mi casa y ahí estuvimos un buen par de horas. Él tenía una camisa azul muy bien planchada y estaba usando un perfume riquísimo. No era un tipo mucho más alto que yo, pero había algo en su manera de hablar y gesticular que emanaba dominación.

Cuando terminamos él insistió en pagar la cuenta y yo le pregunté si no quería pasar por casa. Primero se sorprendió porque yo no le había dicho que vivía por ahí, pero después me dijo que le encantaría. En el camino me preguntó si ahí era desde donde yo transmitía mis shows y cuando le dije que sí, que obvio, noté que se ponía nervioso.

- ¿Era muy grande tu departamento?

- ¡Para nada! En ese momento yo vivía en un monoambiente, así que él iba a conocer todo el estudio de grabación, jajaja. Cuando llegamos se le abrieron los ojos y no podía parar de mirar a todos lados. Yo le dije que se pusiera cómodo y lo invité a sentarse en mi sillón. Ese mismo sillón donde tantas veces me había visto tocarme abierta de piernas.

Tan divino, él. Se sentó y el único comentario que hizo fue preguntar si era muy difícil lavar el sillón. ¡Claro! En mis shows yo siempre lo dejo empapado, pero ese día estaba impecable.

- ¿Y tenías la cámara y las luces apuntando al sillón?

- ¡Todo! Jajaja.

Le ofrecí un vaso de agua y me senté al lado suyo. Estuvimos charlando un rato hasta que yo no me aguanté más. Le saqué el vaso de la mano, me incliné sobre él y le pregunté al oído si no quería un show privado.

Él apenas pudo susurrar un "sí" y yo me puse de pie y puse música. La playlist era la misma que sonaba en mis shows, así que despacito me fui sacando la ropa como él había visto tantas veces en la pantalla. Esta vez no sólo me tenía a centímetros, sino que yo además le tiraba encima cada prenda que me sacaba. Mi corpiño debe haber tenido mi perfume, porque ni bien le cayó encima lo agarró y se lo llevó a la nariz para olerlo con mucho placer.

Estando en tanga y con las tetas al aire me di vuelta y me la empecé a sacar agachando mucho el torso y levantando mucho el culo para que pudiera ver cómo me asomaban los labios depilados de la concha. Otro hombre me hubiera tirado al piso ahí nomás y me hubiera clavado la pija, pero Horacio estaba sentado observándome con mucha atención y mucha paciencia.

- ¿Cuán parecido era lo que estabas haciendo a tu rutina de Cam4?

- Hasta ese momento, casi igual. Me di vuelta apoyé una pierna en el sillón y me empecé tocar con una mano chupándome los dedos de la otra.

Horacio estaba muy caliente y se le empezó a notar el bulto en el pantalón blanco que tenía puesto. Se veía que la tenía muy dura porque se la tuvo que acomodar para un costado y la tela marcaba la silueta exacta de su pene.

Su excitación me empezó a excitar, entonces le pregunté si él cuando miraba mis shows lo hacía tan vestido. Se puso rojo y me dijo que no, entonces le dije que se sacara todo así estábamos como siempre.

- ¿Y estuvieron como siempre?

- Sí. Despacito Horacio se desabrochó la camisa y la dejó a un costado en el sillón. Tenía el pecho canoso como en su foto en la playa y seguía estando en bastante buena forma. Lo que yo quería era ver lo demás. Tanto mostrarle a él cómo me masturbaba desnuda, quería que por una vez él fuera mi espectáculo.

Entonces lo agarré de la mano, lo hice pararse frente al sillón y yo me senté en su lugar. Le dije que se sacara todo y que fuera mi modelo por una tarde y él obedeció.

En un segundo Horacio estaba desnudo tocándose para mí mientras yo me frotaba su camisa perfumada por las tetas. Su pija estaba bien dura y con las venas muy hinchadas como las de sus brazos. Con una mano se acariciaba el tronco mientras con la otra se masajeaba los huevos que eran muy grandes y canosos como su pecho.

- ¿Te gustó el cambio de roles?

- Absolutamente. Tenerlo a Horacio a un metro de distancia, completamente desnudo y tocándose como probablemente nunca lo haya hecho antes era muy erotizante. Normalmente uso juguetes para estimularme... vibradores, dildos, accesorios anales... pero ese día con mirarlo a él y usar mis manos alcanzó para darme todo el placer que podía pedir.

Fue mágico. Sólo diez minutos después empecé a sentir esas pequeñas olas de placer que siento siempre antes de acabar. Horacio me conocía mucho porque inmediatamente las reconoció y me preguntó si quería que acabara conmigo.

Obvio que le dije que sí y él se agarró la pija con las dos manos y se la empezó pajear con mucha fuerza. Yo lo veía y me lo imaginaba cogiéndome así de fuerte, entonces me empecé a meter los dedos al mismo ritmo que él se tocaba. Tenía las piernas bien abiertas y apuntándole a la pija, así que era fácil hacerme la imagen de su chota metiéndose adentro mío.

Horacio empezó a jadear y gemir fuerte en el mismo momento en que mis olas se empezaron a multiplicar. Quise avisarle que estaba por acabar pero sólo alcancé a gritar antes de que las piernas se me pusieran bien tensas y las tetas me empezaran a rebotar en el pecho.

Con los ojos cerrados no paré de tocarme y sentí un segundo orgasmo inmediatamente después del primero y que algo me caía sobre el abdomen. Miré y era Horacio que, todavía parado a un metro de distancia, se frotaba la pija mientras salían chorros de leche para todos lados. Sentí una gota muy pesada caer sobre mi vulva depilada y se me cerraron los ojos con el tercer orgasmo.

- ¿No te esperabas que acabara tanto?

- La verdad es que no tenía expectativa, pero jamás se me ocurrió que desde donde estaba me pudiera tirar la leche. Él, divino como siempre, me pidió perdón y me limpió cuidadosamente con unas toallitas húmedas. A mí me encantó tener su leche encima, pero ver cómo me limpiaba me gustó más aún.

- ¿No te penetró, entonces?

- Ese día no. Charlamos un poquito más, nos vestimos y se fue. Pero después nos vimos unas veces más y sí hicimos de todo, aunque a mí la que más morbo me dio fue esa primera.

Igual todo estuvo muy bien y Horacio fue un hombre impecable conmigo. Tuve algo de miedo de que contara en Cam4 lo que habíamos hecho, pero nunca dijo una palabra. Mejor así. Fue nuestra aventura secreta.


Antes de irse, Mariana me agradeció la entrevista. Dijo que era un recuerdo que le gustaba mucho revisitar, pero que no solía tener con quién hacerlo. Antes de irse me invitó a ver sus shows en la página y me dejó una tarjeta de presentación muy bien diseñada y con sus usuarios en Cam4 y en Instagram.

Esa misma noche vinieron amigos a cenar a mi casa y quise saber si alguna vez habían visto ese tipo de shows. La mayoría dijeron que sí y me pregunté si alguna vez la habrían visto a Mariana o si serían espectadores decentes como Horacio.
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1 comentario - Relato de una camgirl (modelo en Cam4) - Reportero Nocturno

MechaArgenta +1
Excelente aporte!! Como escort puedo asegurar que los hombres como Horacio son muy pocos, pero lo valen. Conservo grandes amigos de mi época de trabajadora sexual
ReportesDelOcaso
¡Muchas gracias por tu comentario, Mecha! Lo valoro verdaderamente.

Nunca hice trabajo sexual, pero no me quedan dudas de que lo que contó Mariana y confirmás vos es verdad. En todo ámbito los hombres como Horacio son pocos... es algo que tenemos que revisar los varones de forma urgente.

¡Espero que te vaya gustando la serie! Este recién es el tercero pero ya tengo planificadas las próximas seis publicaciones.