Masajes, putas y cuarentena. Cap 6. Final?

Tardé en poder terminar este capítulo, como ya les dije, lo voy escribiendo a medida que transcurren los hechos y en estos días no pasaba nada!
Para terminar el 2020, antes de Navidad, vino Yolanda, con sus vergüenzas acostombradas pero con ganas de masajes y calor sexual. Mis manos fueron desatando sus nudos y mis caricias sus suspiros, su concha empapada recibió con gusto mis dedos y mi lengua y volví a sacarle orgasmo tras orgasmo...
Ella aún no me había tocado y ya había pasado un buen rato de estar jugando.
Se puso de costado y se animó a tocarme, sacó mi pija del pantalón y acariciandola la colocó entre sus tetas, comenzó con una rusa como hacía rato que no me hacían, de a poco comencé a cambiar mi idea inicial de garcharla por la de bañar de leche esas dulces tetas que ya me había encargado de lamer previamente con ganas.
El vaiven de mi pija entre esas suaves y calientes tetas me estaban poniendo muy loco y mientras ella cogia mi verga con sus tetas yo rozaba freneticamente su clitoris con mis dedos haciendola delirar.
Cuando no aguanté más derramé fuertes chorros de espesa leche que bañaron sus tetas y un poco su cara.
Nos fuimos recuperando abrazados y acariciandonos, ella en la camilla y yo de pie, muy junto a ella.
Ese fué mi último polvo del fatidico 2020.
Pasaron todas las fiestas sin tener noticias de nadie,  ya estaba extrañando ese ritmo de garches y masajes que venía teniendo, estaba todo muy calmo.
Por los estados de whatsapp vi que Juan y Estela estaban de vacaciones, de Pedro no tenía noticias y de los demas tampoco.
¿Sería que ya se iria cortando todo? No lo sabía, pero era una posibilidad.
La que siempre siguió en contacto fue Yolanda y prometió seguir viniendo. Asi que con ella garcharía seguido.
Despues de unos dias me volvió a llamar Juan.
Querían volver y yo quería coger de una vez por todas con Estela.
Concretamos su visita y con Ella en la camilla y Juan como espectador de lujo comencé mi tarea.
Abro un pequeño parentesis para decirles que Juan ansiaba que yo cogiera con su mujer, no sabíamos que reacción iba a tener, pero él quería verla coger conmigo. Yo a esa altura pensaba que ella si quería coger conmigo y esta vez lo iba a hacer, e iba a ser una sorpresa también para Juan, al que siempre le anticipé mis jugadas, pero esta vez no lo haría.
Cambié de táctica y no esperé a tenerla boca arriba, sabía que le gustaba entregarse boca abajo y mis dedos jugaron en esa posición. Con una mano dos dedos bien metidos en la concha y otro extendido frotando el clitoris mientras que con la otra amasaba esas carnosas nalgas que me volvian loco. En un momento le saqué la tanga y  metí mi cara entre sus nalgas y comencé a lamer su culo, que placer! Tanto para ella como para mi.
Despues un dedo se perdió dentro de su apretado agujero lubricado por mi lengua. Asi la cogí con mis dedos por ambos agujeros hasta que estalló en un fuerte orgasmo.
Fui sacandolos despacio y acaricié su espalda hasta que se calmó.
Me quedaba otro orgasmo para sacarle y sabía que si la queria coger debía ser justo antes que estallara el segundo o sería demasiado tarde.
Se fue calmando y la hice poner de costado, apuntando su hermoso culo hacia mi. Yo ya me había sacado el pantalón y tenía mi chaqueta desabrochada.
Comence, desde atras de ella a masajearle las tetas, mientras refregaba su cuerpo con mi verga que para ese momento estaba dura como una piedra.
Despues, con un poco de aceite en mis manos jugué por toda la raya de su culo mientras que volvía el ataque a su concha.
Ahi me acerqué y comencé a rozar mi pija de arriba a abajo en su aceitado culo, la idea era ir bajando y metersela en la concha. Juan estaba pajeandose desde hacía rato. La tentación fue grande, miré a Juan que entendió lo que iba a hacer y le planté la cabeza en su culo. Mi verga había quedado bien lubricada asi que no tube inconvenientes en hacerle entrar la cabeza, ella suspiró fuerte, mi mano la pajeaba y yo me quedé esperando un gesto de desaprobación. No lo hubo. Empujé un poquito más y entro media verga, comencé un mete y saca entrandola cada vez mas, mi mano la pajeaba fuerte y estaba por darme su segundo orgasmo, toda esa situación me tenía muy caliente, Estela comenzó a acabar y con sus espasmos apretando mi pija me hizo acabar a mi tambien llenandole el culo de leche. Lo miré a Juan y justo en ese momento estallaba en fuertes lechazos.
Me retiré de ella y dejé que se relaje, ninguno de los tres hablaba,  fue una experiencia muy fuerte para los tres.
Ella se fué radiante, eso me dejó tranquilo, se ve que la experiencia le gustó. ¿Habría Estela para rato? No se, ojalá. Me llevaba muy bien con Juan, asi como con Pedro, eso era garantía de joda segura. No les digo que nos hicimos amigos pero si compinches de buenas jodas.
Por otro lado, Marta, la mujer de Pedro, con su hermana Nancy, cuñada y amante de este, estaban de vacaciones en Mar del Plata, no vendrían por un tiempo aunque Pedro prometió traermelas. La situación era extraña, tanto Marta como el marido de Nancy estaban seguros de que Pedro y Nancy eran amantes, se enojaban pero no hacían mucho mas al respecto.
Yo quería coger con Marta, era mi asignatura pendiente, quizas por ser la mas dificil, ojalá un día se de, se que Pedro no tenía problemas con eso porque lo hablamos.
Los días pasaban y enero se tornaba aburrido, no obstante eso, hubo un hecho que estuvo bueno y me daba una perspectiva nueva, apareció una masajista que quería hacer masajes sensuales conmigo, atender a parejas y todo eso. Logico que la llamé para ver como trabajaba, todos se imaginarán que es lo que yo buscaba, si acertaron... garcharla!
Vino y charlamos mucho, era una linda mujer de mediana edad, cuarenta y algos, buen cuerpo, le dije que nos mostraramos como trabajabamos. La puse en la camilla y le dí un masaje corto, le pregunté si quería ver como le hacía un masaje erótico a una mujer y me dijo que sí. En un movimiento le saqué la bombacha y me dediqué a tocarla como ya les describí muchas veces en este relato. Tenía su conchita bien depilada y despues de sacarle un orgasmos con mis dedos estimulando clítoris y punto G, me sumergí a comerme esa concha de sabor exquisito. Ella gemía y se retorcía, me agarraba de los pelos y me undía entre sus piernas. No paré hasta que me dió dos orgasmos más.
Ahora era su turno, me desnudé y me tendí boca abajo en la camilla, ella me hacía masajes y me contaba que la había dejado recaliente, que hacia rato que no le comian la concha así.
De pronto comenzó a acariciar mi culo, pasaba la yema de su dedo bien aceitado aciendo circulos por la entrada de mi agujerito, en ningún momento intentó entrar, solo estimularlo por afuera, el placer que me estaba dando era tremendo y se lo dije.
Ya boca arriba y despues de un corto masaje en mi pecho me acarició la verga y comenzó a chuparla, lo hacía muy bien, con mucha experiencia, despues de un buen rato subió a la camilla y me montó enterrandose mi pija y empezando a cabalgar. Yo me prendi de sus tetas mientras ella me daba una buena cogida.
Cuando estaba por acabar se lo dije, como yo estaba a su merced, acostado en la camilla no pude agarrar forros cuando comenzamos a coger.
Ella se salió de mi pija, se tiró para atras y apoyandome las tetas, en un par de roces me hizo acabar de manera tremenda, enchastrando nuestros cuerpos y salpicando su cara. Ella tomó con su dedo ese salpicón y se lo metió en la boca saboreandolo, le dije que con eso había terminado de quemarme la cabeza.
¿En que quedó esta aventura? En nada! Proyectamos trabajo juntos y despues me dejó colgado. Me hizo quedar mal con un par de clientes incluso porque tuve que cancelarles los turnos porque desapareció.
Sabor agridulce por el recuerdo de una espectacular cogida y del desdibujarse todo lo que podíamos haber disfrutado juntos.
(Nota para las lectoras: sigo buscando compañera para masajes eróticos, si alguna le gusta la idea de un trabajito extra y vive por la zona norte del GBA, me avisa. Gracias!)
Bueno, así se dió este enero de 2021, entre pandemia, cuidados, miedos, cansancios y también unas grandes ganas de volver a sentirse vivos y sacarse tanta mufa de encima.
Voy terminando esta saga, se volvería muy repetitiva seguirla.
Estela y Juan seguirán viniendo cada tanto, no tan seguido seguro, Pedro también traerá a sus chicas, Yolanda también aparecerá de vez en cuando con sus vergüenzas y su calentura a pasar ratos apacionados.
Aparecerán nuevos y en algún momento conseguiré una compañera masajista.
Prometo hacer un post de fotos de las masajistas que no concretaron pero me dejaron sus fotos, se las compartiré en el próximo post.
Por ahora termino esta saga acá.
Este será el fin a no ser que pueda coger con Marta y se los contaré en detalles, se los debo.
De las proximas aventuras que tengan se contarán nuevas historias.

2 comentarios - Masajes, putas y cuarentena. Cap 6. Final?

gust7387 +1
Muy buen relato y que cagada que tuviste que suspender esos turno. Espero los próximos relatos
masitasexxx
Si... fue una cagada... pero bueno. Siguen viniendo alguna que otra pareja y esta bueno!
manbi33 +1
Muy buenos tus relatos!
masitasexxx
Gracias!!! Me alegro que los disfrutes