Donde se come no se... ¿Acaba?

Buenas noches.  Utilizaré este relato de terapia. Siempre es bueno recordar momentos lindos.
Supongamos que me Luis. Tengo 29 años y vivo en Olavarría. Soy profesional, tengo una oficina propia y me tomo muy en serio mi profesión.

A mis 25 años, comencé mi propio emprendimiento. Muy nervioso, con muchas incertidumbres, con mucho deseo de crecer en mi trabajo y de comerme el mundo.  
Definí mis horarios de trabajo, como atendería al público y muchas otras pautas para tener un correcto desempeño. Había una regla de oro, una muy muy importante…. NUNCA TENGAS SEXO CON UNA CLIENTA. Hay muchas mujeres en la ciudad, no la cagues mezclando. 

Al cabo de los meses muchas personas conocidas me llevaron carpetas y pude ir desempeñándome muy bien.  Entre ellas, una amiga de 58 años me llevo finalmente su carperta... ¡Una importante entrada de dinero!
Era una persona con la que charlaba mucho, solía ir a tomar mates a su casa; hablar de trabajo y de su vida personal. Siempre con muchísimo respeto. Pero poco a poco nuestra relación se fue fortaleciendo y se creó una linda amistad.
Con el paso de los meses, más de una vez pasaba tarde, casi de noche a llevarle papeles y pedirle firmas. Ahí comenzó todo. 

Comenzó a invitarme a tomar una cerveza. Comer una picadita… Una cerveza…. 
Poco a poco, alcohol de por medio, empezamos a charlar de sexo, de sus aventuras de joven, de sus aventuras con su marido (era una mujer viuda hacia 4 años), de sus fantasías cumplidas…. Etc.
De mi parte nunca la miré como una mujer para tener sexo. Me aprecia una mujer que estaba bien para su edad, pero no tenía un físico imponente. 
Tenía siempre presente la regla de oro, pero nunca jamás ella insinúo nada. No era necesario recordarla… Me relajé.

Un día quedamos en cenar. La amistad ya era bastante firme como para cenar sin tener que llevar nada de lo laboral. Halando por teléfono le dije que tenía turno la semana próxima con el kinesiólogo y ella se ofreció a hacerme masajes.  ¿Masajes ella? ¿Qué sabía de masajes? Bueno, podía ser…  La verdad que estábamos en una línea muy fina. Ella tocándome la espalda, yo con el torso desnudo… ¡MALDITA REGLA DE ORO! Si no fuera por esa regla no lo dudaría. 
Lo dejé en suspenso, no respondí ni sí ni no, pero igual fui a cenar como habíamos quedado. 

Solíamos tomar cerveza o vino… Ella siempre se hacía cargo de todos los gastos y nunca me dejaba aportar nada… Esta vez, me esperó con un malbec muy rico, con una picada de maní, queso, salamín y demás snacks. ¡TODO PINTABA MUY BIEN! 
Me entregué al malbec y charlamos toda la cena. Risas iban, risas venían. Música de fondo como siempre poníamos… ¡Iba todo fantástico!  
Me había olvidado completamente de los masajes y esa propuesta, pero ella no. Estaba muy firme en sus planes aquella propuesta. 

Por eso de las 12 de la noche, quedaba muy poco de vino y ambos estábamos en un estado muy agradable. Ella se levanta para ir al baño y antes de ir se para detrás mío y me sorprende. 
Yo sentado, ella detrás, hundió sus dedos en mi espalda de manera les diría majestuosa. La presión justa, ni muy fuerte ni muy suave…  ¿Habrá sido el vino? Sentí un relax y un placer increíble… Me masajeó algo de dos minutos y me confesó que su marido había hecho un curso de masajes y que ella había aprendido muchísimo haciéndole a él.

Cuando se estaba yendo para el baño me dice… “Vení… Te quiero hacer con crema y acostado. Vení ”…  Me llevó a su habitación (tenía una cama inmensa, hermosa. Una habitación de lujo). 
“Acostate boca abajo. Sacate la camisa, el jean y los zapatos y tapate hasta la cintura. Yo voy al baño, vos hace tranqui”… 
¡Guau! ¡Qué situación más excitante! Era un cóctel de adrenalina. Una pizca de la diferencia de edad, la amistad en juego, la fantasía de una masajista, la regla de oro y la elegancia del dormitorio. 
No pude frenarme: A sacarme la ropa y que sea lo que sea…. Hice todo lo que me pidió… Plata o mierda… Al menos me harían unos masajes hermosos y el resto, que lo decida ella. Yo no daría un primer paso, pero soy de carne y hueso.

Ella vuelve del baño y automáticamente cambio la luz de techo por la del velador… Se puso un aceite en las manos con un olor muy rico y empezaron los masajes. 
Los primeros 5 minutos fue realmente una profesional. ¡Me relajé muchísimo! Me olvidé completamente de los nervios y de quien era la masajista.  Fue entonces cuando empezó todo…

Tomó las sabanas con las manos y muy lentamente las bajo, como buscando aprobación u objeción… Sus manos se fueron a mis pies y mi cuerpo quedo al  desnudo. Solo tenía puesto mi bóxer.  Yo me quede en silencio; estaba entregado a sus dedos. 

Los masajes y sus dedos iban desde mis pies hacia las rodillas. Noté que ya su profesionalismo cambió un poco, su concentración no era la misma. 
Poco a poco, las manos subían… Desde la rodilla hacia los muslos. De nuevo a los pies. De nuevo hacia los muslos. Nunca sobrepasaba el bóxer, pero comenzó a ponerme a prueba, esta vez con palabras…
“¿Este bóxer que marca es? “Es muy lindo” “Bueno, no sé si es linda la tela o si tenés linda cola vos jejeje” “Uy , entre el vino y el aroma de los aceites me relaje muchísimo” “Quien iba a decir que te tendría así….” 

Frases que iban y venían, al igual que sus dedos encremados…  Yo estaba completamente relajado, pero poco a poco empecé a comprender lo que estaba pasando, y me fue imposible no excitarme… No logré una erección al 100%, pero sí me excité y el tamaño de mi miembro cambió, creció…
Sus dedos de poco empezaron a meterse dentro de mi bóxer por los extremos de las piernas. Noté que ella se estaba divirtiendo muchísimo y comenzó a excitarse… 
“mmmmmm…” “Por favor que hermosas piernas tenés, nunca había prestado atención”…. Si claro, como no.

De un movimiento muy hábil, pone sus dedos en la parte superior del bóxer y me dice “¡Uy! Te estoy ensuciando  todo el bóxer con crema… Dejame que lo saque, así te masajeo mejor y no te ensució….
¿Qué hacer en una situación así? Estaba tan tan relajado, que no sentía mis extremidades por el estado de relajación. Solo sentía placer y mi excitación. Imposible oponerme… ¡Y NO QUERÍA HACERLO!

Me quitó el bóxer y quedé al desnudo. Mi erección sobresalía por debajo de mi cola, me di cuenta, pero no me importó. Estaba “aplastada” por mi cuerpo y en dirección a mis pies.
Sus manos siguieron masajeando y sus dedos no se contuvieron. Su respiración se acelero y su boca comenzó a participar. 
Unos besos en los gemelos, una lamida en los muslos… Unos besos en mi espalda…  
Era todo silencio…  Jamás imaginé que iba a suceder lo que pasó… 

Imaginé que su próximo movimiento iba a ser darme vuelta  y darme sexo oral… Deseaba eso en verdad… Pero me sorprendió como nunca lo habían hecho…
Su lengua comenzó a recorrer los cachetes de mi cola, sus gemidos empezaron a escucharse más y más fuerte y…. Comenzó a lamerme la cola como nunca antes lo habían hecho… 
GUAAAU…. Sus dedos abrieron los cachetes de mi cola y su lengua sin pausa no paraba de lamer hasta el último rincón, con una sed voraz de dar placer…. 
¡CUANTO PLACER POR FAVOR…!  Con mi punto G habían ya jugado más de una vez, pero nunca de esa forma y con tanto deseo. Siempre mantengo todas mis zonas depiladas y limpias… Creo que ella contaba con la higiene pero no con la falta de pelos…

Su lengua no dejaba de moverse, su respiración cada vez se aceleraba más y mi erección estaba más que al 100%, al 200% diría yo…. 
Con sus manos me sujetó las piernas y creí que iba a querer darme vuelta… Cuando me dejo llevar, ella solo quería que me ponga en 4. ¡¿En cuatro!?  Es una posición bastante pasiva… No creo que me sienta com………UFFFFFF……… ¡¡¡POR FAVOOOOOR!!!
Su lengua no tuvo piedad conmigo, y fue tan tan directa a mi cola que perdí noción de la posición y  de donde estaba, como me llamaba y quien era…. ¡Cuánto placer!…. Deseaba urgente penetrarla, besarla, lamerle sus tetas, ¡Cogerla! 

Su excitación se dejaba notar con sus gemidos, pero comenzó a acelerarse muy de repente y noté que estaba acabando…  
Al abrir mis ojos para ver si ella se estaba tocando o si se estaba penetrando ella sola, vi que estaba completamente vestida…. ¡Estaba acabando solo con lamer mi cola! Mi cuerpo se acaloró tanto, que sin darme cuenta, siento como salían bombazos de semen de mi miembro… Una y otra y otra y otra vez…. ¡Acabé una cantidad increíble, Y NUNCA ME TOCO SIQUIERA ADELANTE!

¡Nuevamente quedé súper sorprendido! ¡Ella acabo sin tocarse el clítoris y yo sin estimulación directa al pene! 
Cuando ella ve que la cama era un lío de semen  y  que mi respiración empezaba a frenarse, fue recién ahí cuando me dio vuelta y comenzó a darme sexo oral…. 
“Todavía seguís acabando… Estas largando muchas gotitas aún…” 
Mi erección nunca desapareció. Logró mantenerlo duro, se saco la ropa y me pidió que busque un preservativo en la mesita de luz…. Claramente la cena, el vino, la charla y los masajes habían sido una magnifica trampa en la que había caído como el mejor de los mejores. ¡Y ME ENCANTÓ!
Me puso el forro ella, me cabalgo unos minutos y me dejó dominar hasta terminar.
Perrito, pies al hombro, misionero, deparados… Fue una noche completa, ella no paraba de mojarse… Ya era hora de mi mejor movimiento. 
Terminé haciéndola acabar con mis dedos hasta que eyaculó 3 veces, mi movimientos de mis dedos anular y medio nunca falla. Posterior a eso, la penetré hasta acabar yo… 


Di todo lo que podía en el segundo orgasmo…. Porque…  Ella se ganó al menos lo mejor de mí…

2 comentarios - Donde se come no se... ¿Acaba?

franco0123456789
que hermoso cuando encontras una fanatica del beso negro