La chica de la despedida

Estábamos a fines de la primavera y es temporada fuerte de casamientos y por ende, las despedidas de solteros abundan.
Mí nombre es Manuel y hace unos 5 años que soy stripper. Les quiero contar una experiencia que tuve aquella primavera con una chica que me contrató. 
En el ambiente de los clubes me apodan "el elegido", debido a una mancha de nacimiento que tengo en la pierna y así es cómo me presentan cuando entro a escena. 
En una despedida donde habían muchas chicas hice un show con un traje de marinero y les encantó. De vez en cuando alguna chica se queda con ganas de un "poco más" y la hago pasar al vestuario, obviamente por una diferencia de dinero. Esa vez entró Pilar, una chica bajita, pelo castaño, ojos marrones claros, con bastante buen cuerpo y como la mayoría, bastante borracha. En unos días se casaba y quería hacer su último descargo conmigo.
Yo, completamente desnudo ya que había terminado mí show, la hago pasar y comienzo a acariciar todo su cuerpo a través de su discreto vestido. Ella no pierde tiempo y me toca los pectorales, baja lentamente hasta mí cintura, sus manos regresan y las pasa por detrás de mí cuello poniéndose de puntas de pie ya que no llegaba bien. Con su lengua repasa mis abdominales, me da besos mientras va bajando lentamente acompañada de sus manos que recorren mí espalda hasta mis nalgas, que aprieta con fuerza. Pilar se arrodilla ante mí, me saca el condón que tenía puesto y se mete mí verga en la boca, lo más que puede. Se la mete y se la saca varias veces y me masturba hasta que adquiero una buena erección. Me dice -"listo, ahora meteme todo eso ya"- mientras se para y me da unos besos. Yo la acerco hasta una mesa que estaba cerca, le bajo su ropa interior y la subo a esa mesa para penetrarla. Debo decir que tengo un pene bastante grande y estaba bastante hinchado, me puse un condón nuevo para metérsela lentamente. Pilar estaba bien mojada, eso hizo que sea más fácil todo, porque estaba bastante apretada. Cuando entró casi toda, empecé a moverme lento mientras ella gritaba con fuerza y se abrazaba a mí. Me pedía que le diera más fuerte, que le encantaba. Yo obedecí y subí la intensidad. Se acostó enteramente y elevó sus piernas a mis hombros y me gritaba que se la meta hasta el fondo, que quería toda mí verga adentro. Mientras agarraba sus piernas, golpeaba mis huevos contra sus nalgas y de pronto se agarró fuerte de la mesa y gritó con mucha fuerza su intenso orgasmo. Desaceleré un poco pero no se la saqué hasta que se recuperó y me dijo que se bajaba de la mesa. Se subió de rodillas a una silla dándome la espalda y apoyó sus manos en la mesa pidiendo que siga. -"te pediría que me cojas por el ano pero no me voy a poder sentar después"- dijo entre risas, -"pero rompeme toda la concha ahora"-. La sujeté de las caderas y se la metí directamente hasta lo más profundo. Bombeaba con fuerza y gritaba más aún. -"ay, me duele un poco pero no pares por favor, que estoy muy caliente"- me decía entre gemidos intensos y nuevamente se agarró fuerte de la mesa y comenzó a temblar. Había tenido otro orgasmo, aún más fuerte. Me pidió que parara, se bajó de la silla un poco temblorosa y se sentó en ella quedando en frente mío. -"Gracias"- me dijo y me sacó el condón para masturbarme. Me preguntó si me faltaba mucho. Yo le dije que no y ella hundió mí pene en su boca chupándola con maestría hasta que le avisé que iba a acabar. Pilar aceleró su ritmo y se tragó todo cuando eyaculé. Se paro apenas, se volvió a poner la ropa interior, salió del vestuario y se escuchaba la ovación de sus amigas que la esperaban afuera. 
Yo me vestí y salí del club para  tomar un taxi. De repente se me acerca una chica muy linda para felicitarme y pedirme una tarjeta o mí número. Me comentó que Pilar y otras amigas se estaban por casar y querían tener una buena despedida de solteras y que les gustaría que yo hiciera mí show. Acepté de inmediato y le dí mí número y le dije que estábamos en contacto. 
Había pasado un mes aproximadamente cuando recibí un mensaje de esta chica, Paola se llamaba, me preguntaba si estaba disponible el próximo sábado para una despedida, también me comentó que iba a ser en el yate de su prometido y que le gustaría que vaya con otro compañero, ambos vestidos de marineros. Yo acepté encantado y le avisé a mí amigo Juan para que fuéramos. 
Llegó el día sábado, estábamos en el muelle donde me había indicado Paola. En uno de los yates se asoma ella y nos hace seña para que entremos. Era muy lujoso por dentro, se notaba que estaban bien posicionados. El yate zarpó y nos adentramos en el río, podía pasar cualquier cosa.
Nos trataron muy bien, nos dieron de comer y de beber lo queríamos.  Hasta el momento no estaban tan alcoholizadas. Pero a medida que pasaba el tiempo se iban poniendo más eufóricas y esto llegó a su pico máximo cuando empezamos a hacer el show. Ya casi finalizando, las chicas nos hacen ir a uno de los camarotes que estaba prácticamente a oscuras y cuando entramos, observamos que la prometida (Carla) estaba atada a la cama; teníamos que cogerla entre los dos. Ya estábamos desnudos, Juan fue hasta su cabeza se sacó el condón y comenzó a pasarle la verga por la cara, Carla trataba de alcanzarla con la boca y se reía. Yo rozaba su clítoris por encima de su ropa interior que estaba bastante húmeda. Excitada, pedía que se la saque para poder tener contacto directo con mis dedos, pero la hice esperar un poco más. Juan le metió finalmente la verga en la boca y ella automáticamente comenzó a mover su lengua mientras mí compañero se la metía y sacaba. Unos minutos después, tiré de su bombacha para retirársela y tocar su vulva empapada. Las otras chicas celebraban y sacaban fotos, incluída Paola, que tenía dibujada una sonrisa por la diversión. Yo procedí a apoyar mí pene en la entrada de su vagina y Carla empezó a jadear más fuerte mientras succionaba el pene de Juan. Comencé a metérsela con cuidado y ya se escuchaban los primeros gemidos de ella. Me movía lentamente hacia atrás y adelante mientras que me abría paso en su interior. Cuando logré metérsela toda, retrocedí hasta casi salir y las chicas se acercaron para ver más de cerca el espectáculo. Agarré fuerte sus caderas y se la metí entera de golpe. Las espectadoras comenzaron a gritar fuerte mientras yo me cogía a Carla con fuerza. Finalmente le desataron las manos y tomó control del pene de Juan masturbándolo. En un momento se sacó la verga de la boca y dijo -"mañana voy a dar el "sí" con la concha bien abierta y el culo roto"- mientras gemía y sus amigas se descostillaban de la risa.
Una de las chicas agarró el pene Juan y lo empezó a chupar. Carla me detuvo para ponerse en cuatro y me dijo -"dame más fuerte papi, rompemela toda, que me encanta"-, yo le hice caso y se la enterré hasta el fondo y me movía violentamente, nalgueandola y ella gritaba pidiendo más y más hasta que en un momento me pidió que pare y me dijo agitada -"qué hermosa verga tenés, acostate así te cabalgo"-. Yo hice caso, ella se subió arriba mío e inmediatamente se la metió entera y empezó a subir y bajar lentamente, se acercó a mí oído y dijo -"ahora cómo voy a coger con mí marido? Probé esta verga y me gusta mucho!". Yo me reí y le hice seña a Juan para que se sumara desde atrás. Se lubricó los dedos y se los metió en el ano. Carla suspiró y exclamó -"uff, me van a matar entre los dos, pero bienvenidos", sus amigas siguen riendo sin perderse de ningún detalle. Juan terminó de dilatarle el agujero y lentamente le fue metiendo el pene mientras el mío estaba incrustado en su vagina. Con bastante trabajo logró meterla casi entera, pese a que Juan también está bien dotado y las chicas gritaban eufóricas -"movete Carla", "comete esos dos pitones", "después te traemos las muletas". Juan comenzó a moverse y ella volvió a subir y bajar pero apenas. Yo desde abajo ayudaba con mis caderas y de a poco comenzamos a fluir los tres. Con el aliento de sus compañeras empezamos a acelerar el ritmo y la prometida blanqueaba los ojos mientras cabalgaba con fuerza y respiraba agitada. Juan comenzó a empujar con fuerza y avisó que iba a acabar. Carla le dijo que ni se le ocurra sacársela, así que unos segundos después mí amigo le llenó el recto de semen y retiró su pene para que sigamos nosotros. Una de las chicas se encargó de limpiarle el pene chupándolo hasta que perdió toda la erección. 
Unos minutos después, era yo el que iba a acabar, así que Carla dejó de montarme, me pidió que me parara y me sacara el condón. Ella comenzó a masturbarme desde un costado y dos de las chicas pusieron de rodillas delante mío para recibir mí semen. -"Aprovechen esta leche chicas, se la ordeñé para ustedes"- dijo Carla muerta de risa y finalmente largué unos cuantos chorros de semen viscoso que cayeron en sus caras y ellas se encargaron de dirigirlo a sus bocas mientras que el residuo lo succionaba Carla directamente de mí pene. 
Después de un rato todas se retiraron del camarote y Juan y yo fuimos por nuestra ropa no sin antes sacarnos fotos con las chicas que seguían bebiendo. Luego Paola me pagó, me agradeció nuevamente y me avisó que en tres semanas iba a haber otra despedida, esta vez en una casa. Le dije que no había problema y que contara con él.
Ella era la más sería del grupo, la que tomaba menos y la que se encargaba de las despedidas. 
Llegando ese fin de semana, Paola se contactó conmigo y me indicó la dirección de la casa donde iba a ser la despedida, me dijo que podía ir vestido como quería. 
Yo decidí ir de policía. Llegué temprano al lugar, me recibió Paola y me hizo entrar por otra puerta, que daba a un cuarto que serviría de vestuario. Me preguntó si quería algo para comer y tomar y me dijo que cualquier cosa le avisara. 
Yo me preparé tranquilo y después de una hora aproximadamente, volvió Paola para decirme que ya era la hora de salir y amablemente me deseó suerte. 
Esta vez las chicas estaban más alcoholizadas que la vez anterior. Eran las mismas amigas del yate. La que se casaba era Nadia, la rubia del grupo. Por su vestimenta, podía deducir que también era de clase alta, estaba bien bronceada y olía exquisito. 
En este caso, todo iba a ocurrir en el salón de esa casa al parecer. Ya estaba terminando mí show, me acerco a Nadia que estaba sentada como espectadora principal y me saco la zunga delante de ella y quedé con la verga a unos centímetros de su cara. Sus amigas la alentaban a que se la meta en la boca, cosa que finalmente hizo. Lentamente me besaba la punta del pene, con su mano retrajo el prepucio y se la empezó a meter tímidamente en la boca. Yo le agarré la cabeza con mis dos manos y se la metía más adentro. Nadia empezó a chupar con más confianza y las chicas festejaban gritando para que me la coja. Yo hice caso, la levanté para ponerla de rodillas en la misma silla, mirando a las otras chicas, le levanté el vestido y lentamente le saqué su ropa interior. Carla, que estaba casi al lado mío le decía -"probá esa verga, no te vas a querer casar después"- ríe junto a sus amigas. Yo me coloco otro condón ya que el otro me lo había sacado para que Nadia me la chupe y lentamente comencé a metérsela. De a poco voy tomando ritmo, a medida de que su vagina va cediendo y ella comienza a gemir. La chicas festejaban y pedían que la penetre más fuerte. Nadia se da vuelta y asiente con la cabeza el pedido de sus amigas. Yo acato ese pedido y comienzo a moverme más fuerte y más profundo. Mí pene no llegaba a entrar entero, se ve que tenía un canal vaginal más corto, pero aún así trataba de perforarla más y más profundo. Después de un rato se empezó a quejar un poco de dolor, pero sus amigas le decían que aguante, que deje que la rompa toda. Yo decidí suavizar mis movimientos y ella me agradeció diciendo -"ay si, gracias, gracias"- mientras continuaba gimiendo más aliviada. Le agarré la colita de pelo y me movía constantemente y esto sí la encendió. Me alentaba a que siga así, que no parara. En unos minutos tuvo un orgasmo increíble, acompañado de una ovación de sus amigas. Le retiré el pene, Nadia se bajó de la silla agarrándose la vagina y se volvió a poner su ropa interior. Le dije a Carla que se pusiera en la misma posición y ella accedió de inmediato, se sacó la bombacha y arqueó bien la espalda para que la penetrara. A ella sí la cogí duro y en breve acabó también. Siguió otra más, esta vez yo acostado en el piso y ella cabalgando. Sólo fue unos minutos.   Las chicas decían que le tocaba a Paola, pero ella no quería. Así que la trajeron a la fuerza, le sacaron la bombacha y la sentaron sobre mí. Sin más remedio, agarró mí verga, se la colocó en la entrada de la vagina y lentamente comenzó a bajar. Iba entrando de a poco, suavemente subía y bajaba para lubricar bien mí verga, ya que el condón que tenía ya había perdido todo el lubricante en ese entonces. Finalmente su vagina llega al la base del pene y comienza a moverse bien rico, sus amigas estaban sorprendidas, se movía suavemente, con los ojos cerrados y en calma. Realmente se sentía distinto, más sutil pero no por eso menos excitante. De repente abre los ojos, esboza una risa de vergüenza, se detiene y se levanta. Por último se sube arriba mío Pilar y me cabalga con fuertes sentadas y me confiesa entre gemidos lo abierta que había quedado la otra vez y que le había encantado. En ese momento yo sentí que iba a acabar, Pilar se levantó y me levantó a mí para que me saque el condón. Nadia se arrodilla y me la chupa unos segundos hasta que acabo todo en su boca. Todas aplauden y gritan sacando fotos y videos. 
Una vez que empezaron a tomar nuevamente, me fui al vestuario para cambiarme. Estaba todo sudado, así que me empecé a secar  cuando de repente entra Paola para pagarme. Al verme desnudo, me preguntó si prefería que vuelva en un rato, pero yo le dije que no había problema, que sólo me estaba secando todavía. Ella cerró la puerta detrás de ella y empezó a contar el dinero. Yo empecé a tener una nueva erección, supongo que por el roce con la toalla en mis genitales o algo así. Paola me mira riéndose y me dice -"Ey, después de cogernos a todas, todavía estás con ganas?". Yo algo avergonzado le dije que a veces me pasa, pero es solo un momento. Ella sigue sonriendo, mira hacia la puerta y me dice - "¿querés que te ayude?". Sin esperar mí respuesta se acerca y agarra mí pene masturbándolo lentamente. Yo contesto -"obvio que si"-. Paola inmediatamente se puso en cuclillas y comenzó a chuparme la verga con mucha desesperación, lo hacía rápido, ya que podían abrir la puerta. Se la tragaba entera, tenía mucha habilidad, quién lo hubiera imaginado. Se la sacaba sin arcadas ni nada y continuaba masturbándome. Volvía a metérsela hasta la garganta y nuevamente se la sacaba. Me excitó tanto que estaba a punto de acabar, así que le avisé y ella comenzó a masturbarme colocándose el glande en la lengua para recibir mí semen. Vi cómo un gran chorro entraba a su boca y ella apretó mí pene con sus labios para tragarse absolutamente todo. Seguía succionando hasta que terminé de eyacular. Ella me comenta -"bastante resto te había quedado y lo rico que estaba, bueno, ahora estás más descargado, guarde nomás"-, se para y sale para el salón. Yo me terminé de secar y me vestí, ya estaba listo para salir.
Algo que me llamó la atención fue que en el lugar donde Paola estaba agachada, habían varias gotas de un líquido pegajoso y no era semen, porque ella se lo había tragado todo, se trataba de fluido de ella. 
Cuando volvió para abrirme, se percató de ese detalle, me miró sonriendo y me dijo -"no sé dónde dejaron mí bombacha"-, se levanta el vestido para mostrarme que no tenía nada. Continúa -"me quedé con ganas de seguir cogiendo allá afuera pero me dio vergüenza y así me dejaste, aquí está la evidencia"- me señala las manchas del piso. Yo le pregunté si había otra oportunidad y ella me contestó que tal vez, que me iba a avisar.
Pasaron dos semanas y recibo un mensaje de Paola excusándose por la falta de anticipación pero que ese mismo día hacía otra despedida. Por suerte no tenía ningún compromiso así que acepté. Ella toda emocionada me dice que me esperaba en el mismo yate de la despedida de Carla. 
Llevé mí traje de marinero de nuevo para la ocasión. 
Cuando llegué, me recibe Paola y me agradece por haber venido. Me hace pasar y observo que no había nadie. Le pregunto dónde están las otras chicas y ella me contesta que no estaban invitadas y me dice que ésta era su despedida de soltera, que al día siguiente se casaba. Además me dijo que quería saltearse toda la parte del baile y que quería ir al final directamente, si no me molestaba. Yo, aún sorprendido por la propuesta atípica le contesté con un "sí" rotundo. Ella sonríe y me da un beso agarrándome la cabeza metiendo su lengua en mí boca. Yo la sigo mientras acaricio su cuerpo. Estaba hermosa, con un vestido negro corto y pegado al cuerpo, sin medias ni nada, su piel era de seda se había puesto un perfume delicioso. Me saca la camisa y comienza a besar mis pectorales, acaricia mi espalda, mis nalgas, sus manos dan la vuelta y agarra por encima del pantalón mí bulto, se separa de mí boca y dice -"hoy todo esto es para mí"- sonríe y vuelve a besarme acariciándome el bulto con más energía. Después de un buen rato, me agarra de la mano y me lleva al camarote principal. Tenía una cama enorme. Ella se para frente a la cama mirándome, se sienta y me saca el pantalón y la zunga. Mí verga estaba completamente tiesa. Ella la agarra con lujuria y comienza a chuparla lentamente, lo hacía con mucha dedicación y experiencia. Su lengua recorría desde la base hasta la punta del pene, allí se la introducía hasta la garganta pero sin ningún problema. Ella misma se lo sacaba y metía hasta la garganta y luego seguía recorriendo otras partes del pene con su lengua. Me dijo que el otro día llegó exitadísima a su casa después de haberme cabalgado y tragado mí esperma. En un momento se paró y se sacó el vestido para invitarme a subir a la cama. Ella no tenía ropa interior, estaba completamente desnuda. Estaba íntegramente depilada e impecable. Aproveché para recorrer toda su piel, sus hermosos pechos, sus suaves piernas, todo acompañado con besos. Su vagina rosa estaba brillando por los fluidos y no pude contener abalanzarme sobre ella y pasarle la lengua. Era tenía un sabor muy suave, me quedé un buen rato degustando mientras ella gemía muy fuerte y me agarraba el pelo. Me dijo que quería seguir chupándomela, me pidió que hagamos un 69 conmigo arriba, así que me di vuelta y le inserté la verga en la boca mientras yo seguía comiéndole la vagina. No le importaba mí tamaño, ella me pedía que le coja la garganta y se excitaba mucho cuando se la dejaba toda adentro. Estuvimos un buen rato así, lentamente le metía el pene hasta su garganta y ella iba dirigiendo con sus manos el tiempo. En un momento me detuvo y me dijo que quería que la penetre. Así que me di vuelta y me puse el condón y lentamente entré en ella hasta lo más profundo. Me dediqué a agarrar y lamer sus pechos que eran deliciosos, sus pezones estaban bien parados y yo se los mordía suavemente. Paola también se movía, a pesar de que yo estaba arriba. Le agarré las piernas y elevé un poco su vagina para tenerla suspendida en mí pene. Ella estaba feliz con todo, la penetraba con fuerza y ella se excitaba más aún. Me pedía más fuerte, aunque le duela. Volvimos a la posición inicial pero esta vez con más intensidad, hasta que logré que tenga un orgasmo bien rico. Paramos unos segundos y yo le saqué el pene un instante. -"qué duro que me estás dando, me encanta"- exclama metiéndose los dedos en la vagina y agrega -"estoy súper abierta, y esto recién empieza"-. -"¿puede ser que esté más dura que la otra vez?"- me pregunta. Yo le respondo que sí, que hoy estamos gozando mucho los dos. Paola se acerca a mí, me saca el condón y comienza a chupármela de nuevo. Esta vez pasa su lengua desde el glande, recorre mí verga hasta los huevos y los chupa uno por uno mientras masturba mí pene. Se coloca en cuatro y me pregunta si quiero seguir. Yo le contesto obviamente que si y voy rápidamente por otro condón pero me detiene y me dice que quiere que termine adentro, ya que le da morbo que la pueda embarazar yo en lugar de su marido. Accedí y me puse detrás de ella para empezar a penetrarla. Cuando empiezo a moverme, ella exclama -"uy si, esto es mucho mejor, lo rico que se siente, las chicas se lo están perdiendo"- mientras arquea más la espalda. Yo aceleraba el ritmo y le agarraba el pelo. Ella enloquecía más y gritaba -"así mí amor, más fuerte, rompeme toda la concha y dejame preñada por favor". Desde allí podía ver lo estrecha que era, mí verga toda hinchada y empapada abría notablemente su canal vaginal. Se la metía completamente, mis huevos chocaban contra ella, no aguanté más y me descargué en lo más profundo de ella, que sonreía excitada pidiéndome que no se la saque hasta que no deje de bombear semen. Así fue que nos quedamos abrazados y besándonos hasta que se me ablandó el pene y luego se lo saqué. 
Nos quedamos acostados y agitados aún, ella me contaba que no se quería casar pero era lo más conveniente para su bienestar. 
Era tarde ya y quizás era hora de irme. Le pedí bañarme y luego irme. Cuando salí de la ducha, ella seguía acostada y desnuda. Se da vuelta y me invita a acostarme de nuevo. Me tenté por verla hermosamente desnuda y me recosté al lado de ella abrazándola. Se pone de costado y yo la apoyo desde atrás. Pero fue un error, ya que se empezó a endurecer mí pene y ella lo notó. Paola hace su mano hacia atrás para agarrármelo y dice -"él tampoco quiere irse, no seas malo"- y se lo coloca en la entrada del ano.  -"Dejame la cola rota también"-. No me resistí al pedido y lubriqué el ano y el pene con saliva y lentamente fui penetrando. No fue tan difícil, en unos pocos minutos estaba toda adentro. Abrazándola y besándole el cuello comencé a moverme lentamente mientras ella respiraba profundo y largaba pequeños gemidos. Poco a poco fui acelerando mientras ella se estimulaba el clítoris y gemía más fuerte. Después de unos minutos, su esfínter estaba completamente distendido y ella quería más duro. Se dio vuelta y se sentó arriba mío para cabalgarme analmente. Gemía como nunca, saltaba en mí pene con fuerza y de a poco fui exitándome más y más hasta que le avisé que estaba por acabar. En un ligero movimiento, sacó el pene del ano y se lo metió en la vagina  y me dijo -"dame más leche aquí papi, quiero un hijo tuyo"-. Yo acabé de nuevo y al parecer ella también, ya que estaba temblando. Se quedó sentada arriba mío sin despegarse de la base del pene hasta que se me pasó la erección. 
Me quedé acostado un rato más y me fui. 
Al otro día siguiente me escribió para agradecerme pero también para decirme que no me había pagado y me invitó a ir a su casamiento para darme el dinero. Para no levantar sospechas, iba a ir con una amiga soltera de ella. 
Así fue que estuve en su boda, estaban las chicas de las despedidas, me miraban con sorpresa y complicidad. Todo muy raro, conocí a su esposo, a su familia, a todos. 
En un momento, Paola me mira fijamente y me hace seña para que la siga. Fuimos hasta un lugar muy apartado y me dio el dinero. Me agradeció por todos los shows que hice y sobretodo el del día anterior. Cuando mencionó esto último, me agarró el bulto y se quedó viéndolo fijamente, se detuvo por unos segundos, se agachó, me desabrochó el pantalón y me bajó el bóxer para chupármela una vez más. Me dijo que no iba a venir nadie, que me quede tranquilo,  mientras se metía la verga en la boca. Luego de un rato, me agarra los testículos y me pregunta si quería dejarle más semen en su interior. Yo tenía el pene como una piedra a esa altura. Paola se levantó e inmediatamente se sacó la tanga sentándose en una mesa. Se arremangó el vestido mostrándome su vagina empapada, me acerqué, se la metí lentamente una vez más y ella comenzó a gemir suavemente mientras yo de a poco iba acelerando. "Aún sigo abierta de anoche, qué rico que me cogiste"- me dice entre gemidos, luego me pidió que la coja bien duro y que me asegure de dejarla bien embarazada. Todo ese morbo me dominó de tal manera que en pocos segundos eyaculé con fuerza. Me abrazó con sus piernas y nos quedamos besándonos por un rato bastante prolongado, aún tenía mí pene dentro de ella. Me estaba excitando nuevamente y mí verga empezó a crecer de nuevo en su interior. Paola lo notó y me dijo le encantaría hacerlo de nuevo pero ya tenía que volver. Se la saqué de a poco y ella me miró apenada. Se agachó, le dio unas lamidas ya estaba chorreando y me agradeció nuevamente. Rápidamente nos arreglamos, ella agarró su tanga, se limpió con ella el semen que chorreaba de su vagina y me la regaló. 
No supe más de ella sino hasta después de un año. Me mandó una foto de ella cargando un bebé con una mancha en la pierna y me puso "felicidades papi, gracias por tus semillas"..
Seguramente su marido cree que es su hijo, pero Paola y sus amigas saben que no.

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3 comentarios - La chica de la despedida

Elporo2020
Excelente!
Que morbo me provoca!
ms-1167
Excelente relato!!
franco0123456789
come calienta q las minas se pongan bien putas y le paguen a un tipo