Descubrí que mi madre es lesbiana

Buenas a todos, les voy a contar algo qué pasó hace ya unos años con mi mamá. 
Antes que nada, vale aclarar que yo soy hijo único y vivo solo con mi madre desde que tengo 15 años. Ella se separó de mi papá desde entonces, él siempre fue muy violento y posesivo con ella, hasta que un día dijo basta y obviamente quien se tuvo que ir de casa fue él y yo elegí quedarme con mi mamá. 
Mi madre es una mujer muy bonita, de unos 48 años, siempre tímida. Mientras estuvo con mi padre, la recuerdo con varios kilos de más y muy descuidada. No tengo recuerdos de haberla visto bien vestida y maquillada, porque mi padre de seguro se lo prohibía. Ha vivido un calvario durante mis 15 años de edad. 
Claramente luego de su separación todo cambió, muy despacio pero de a poco cambió. Una mujer de 40 años salía al mundo por primera vez. Comenzó a ir al gimnasio, a cuidarse con las comidas, a juntarse con amigas y a conocer a gente nueva. Su figura iba cambiando de a poco y conforme a eso, iba saliendo de noche cada vez más. Muy esporádicamente conocía a algunos de sus “amigos” que rápidamente dejaba de verlos. Iba de una decepción a otra constantemente. Y así fue durante casi tres años.
Al cumplir los 43 ya era mujer súper atractiva, aun algo rellenita pero con caderas grandes que hacían de su trasero un espectáculo. El gimnasio hizo que su cintura se achicara y su cuerpo se estilizara, sus pechos algo caídos pero no lo suficientes para mostrarlos con un buen escote. Siempre bien vestida y maquillada, cada atuendo le destacaba cada parte del cuerpo. Era imposible salir a la calle con ella y no ver cómo todo hombre perdía su mirada en su hermoso cuerpo. Hasta a mi se me iban los ojos cada verano que ella lucia su bikini y cada noche cuando se podía esos vestidos ajustados. Ella siempre impoluta, orgullosa de cómo se veía. No había fin de semana que ella no saliera, yo con 18 años salía a los boliches mucho menos que ella. Siempre tuvimos la precaución de cruzarnos en algún lugar. Cada uno frecuentaba lugares diferentes. Por las noches pasaba a buscar a una de sus amigas y salían de fiesta. 
Durante el día y más precisamente durante la semana, casi no nos veíamos. Ambos trabajábamos y yo ya había comenzado la universidad. Todos los días yo volvía de noche a casa. 
Hoy día cualquiera, creo que fue un jueves, cansado de la rutina decidía falta a clases para llegar temprano a casa. Llegué y entré casi sin hacer ruido. Mi casa es grande y la habitación están lejos de la puerta de entrada, por lo tanto es difícil escuchar quien entra. Dejé las cosas sobre el sillón y me quité los auriculares. Automáticamente escuché un leve gemido a lo lejos que provenía, intuía yo, desde la habitación de mi madre. Instantáneamente creí que una vez más era algunos de sus amigos, situación que era rara porque nunca los llevaba a casa para tener relaciones y además, hace mucho que no veía a uno. En un primer momento, pensé en irme para no interrumpir la situación y respetar las necesidades de mi madre. Vale aclarar que en muchas ocasiones ella ha dormido en casa de sus amigas para que yo pueda llevar una chica a casa. Siempre fuimos buenos compañeros en eso. 
Por el contrario, la intriga venció ese espacio que ambos teníamos y rápidamente se me vinieron a la mente imágenes de mi madre en bikini mostrando su culo y sus pechos tomando sol en verano. Me enfrentaba a una situación quizás única de verla y ya no imaginármela más mientras cogía con uno de sus amigos. Con mucho sigilo me acerqué de a poco hasta la habitación. El corazón estaba a punto de explotar de adrenalina y mis pantalones también gracias a la gran erección que tenía con tan solo imaginar la situación. 
Mientras más me acercaba, los gemidos eran cada vez más claros y fuertes. Me quedé unos segundos al costado de la puerta de la habitación hasta tomar coraje de asomar mi cabeza para ver lo que ocurría allí adentro. 
En cuanto me asomé, mis ojos no podían creer lo que veían. Mi madre estaba acostada boca arriba completamente desnuda, con sus piernas abiertas y su vagina completamente mojada sosteniendo con ambas manos el culo de su mejor amiga mientras se balanceaba su pelvis haciendo rozar su clítoris por la lengua de mi madre. No pude verle la cara porque estaba de espaldas que podía reconocer su tatuaje por encima de la raya del culo. Era su amiga, la que con frecuencia solía estar en casa charlando con mi madre cuando yo llegaba de la universidad. Por una milésima de segundos mi mente unió los cabos sueltos y comprendió lo que sucedía. Mi madre se había vuelto lesbiana y su “mejor amiga” era su novia. 
Mi pija estaba totalmente al palo, era más de lo que me podía imaginar, mucho más. Me quedé varios segundos completamente semejante maravilla, imprimiendo esa gloriosa imagen en mi retina para nunca olvidarme. Allí estaba mi madre, que ahora con unas de sus estimulaba su clítoris concentrada en la vagina de amiga que no paraba de gemir mientras se tocaba las tetas. 
Automáticamente recordé de nuestro espacio y decidí irme. Le di una ojeada más para mantener en loop ese momento y me largué. Volví a la puerta de entrada y  la abrí y cerré con más fuerza, para dar aviso de mi llegada. Sin decir nada corrí al baño a echarme la mejor paja que podía existir, viendo una y otra vez a mi madre chupándole la vagina a su amiga. Acabé como nunca antes y luego me bañé. Al salir, las vi a las dos, como tantas veces en la mesa del comedor charlando de sus cosas. Se las notaba exhaustas pero hice como que nada había pasado.

Descubrí que mi madre es lesbiana

Ya son 5 años que convivo con eso y 4 que vivimos los tres juntos en casa: mi mamá, su novia y yo. Si quieren saber cómo es esa convivencia, esperen a la segunda parte.

Espero que les haya gustado...

6 comentarios - Descubrí que mi madre es lesbiana

T4rman +1
Buen relato.
ferchus2008 +1
hola el sueño del pibe,coger con 2 mujeres
Osval2233 +1
Me gusto el relato de cómo disfrutaron las dos t van liza 10
leloir2010 +1
Exelente relato. Me parece que le tenes ganas a la novia de tu mama o de hacer un trio?
davidretsk
Eso es falso estubo bien el relato