La vecina voluptuosa y sensual de mi tía paloma parte 2

lujuria.

Venus bajaba lentamente su mano derecha en dirección a su muy hirviente chochazo de loba libidinosa y observaba:

—está bien, está bien — y proseguía toqueteando y hurgándose su efervescente chocho de depravada golfa en celo.

Yo me acercaba a acariciar sus piernas y acariciar sus finas negras medias que me ponían cachondo.

Venus continuaba y proseguía observándome con lujuria y permanecía acariciando y toqueteando más su muy agitado coño.

—¿me deseas? —susurró Venus lascivamente.

—sí, muñeca —afirmé rotundamente.

—está bien —dijo Venus lujuriosamente.

Se despojó de su americana sexy y agarró sus tetas mostrándomelas expresando:

—¡tetas grandes!, ¡si, muñeco!, ¿te gustan mis tetas?, ¿deseas ver mis tetas? —se las tocaba mientras farfullaba su "chuchuchuchu" sexual.

—¿puedo agarrar tus tetas? —musité sexualmente.

—puedes agarrar mis tetas, semental —musitó Venus jadeando.

Bajó el tentador y sexy sujetador para toquetear sus duros pezones con lubricidad y yo le magreaba sus tetazas y acrecentaba mi lujuria hacia ella.

—Mis tetas son duras —farfullaba Venus con lubricidad.

—me encantan tus tetas, muñeca, son como dos faros —musitaba yo lujuriosamente.

—¡apriétame y estrujame los pezones, cabrón! —susurró Venus con lascivia.

—Mira lo duros que son mis pezones, muñeco —barbotó Venus con concupiscencia.

Venus proseguía tirando y estirando sus duros pezones y me echaba unas rijosas miradas de pasión.

—¡soy tuya, toda para ti, cabrón! —exclamó Venus impúdicamente.

Avanzó hacía la cama y mostró su libidinoso culo al tiempo que mostraba la tirilla del tanga que me ponía nervioso y más salido y se daba dos pequeños azotes que me excitaban sexualmente.

Me adelanté un poco y me tumbé en la cama y Venus se agachó un poco y nos dimos un pasional beso con lengua.

Subió encima mío y agarré sus fabulosos melones y me dispuse a lamerlos y chuparlos con lubricidad y pasión incontenida.

—¡chúpamelos, cabrón!, ¡chúpamelos!, ¡así!, ¡me gusta! —gruñó Venus lascivamente.

Acercó su boca de zorra depravada para fundirnos en un lujurioso y libidinoso beso con lengua y la manifesté:

— ¡dame la lengua, zorra!, ¡dámela, puta! —bramé.

Después de un largo y muy caliente par de minutos, disfrutando de nuestras lenguas, la muy puta, giró para mostrar su sicalíptico culo y la propiné un azote y la muy zorra me rugió con lujuria. La acaricié su sensual culo y volví a azotarlo otra vez, al tiempo que Venus manifestaba:

—¡me pones muy cachonda cuando haces eso, cabrón!, ¡quiero ser tu puta!

Al estar yo tumbado sobre la cama, Venus se colocó delante mío, me abrió de piernas y me bajó los pantalones y comenzó a lamerme los cojones cual auténtica prostituta.

— ¡así guarra, así!, ¡coño, que gusto me das, zorra! —jadeaba lujuriosamente.

Venus acoplaba su mojada y libidinosa lengua a mis gordos cojones y engullía con sicalipsis mi rabo que ya estaba duro y preparado para su boca de golfa ...

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