Charla con Gabriel. 6

Este es el sexto relato de la serie que comenzó con "Gabriel, una historia secreta" y siguió con "Gabriel y yo", "Gabriel y yo en el telo", "Gabriel me hizo su hembra" y "Finde con Gabriel en casa".

Después de lo vivido en la madrugada del domingo con Helena esquivamos hablar del tema. Por más abierta que tengamos la mente ver a una hija coger con el novio en casa nos sacudió. Lo que más me daba vueltas en la cabeza era que Helena y yo nos habíamos calentado viendo como se movía y escuchando sus gemidos y terminamos cogiendo a full. A mi no me sorprendía el hecho de que Selene cogiera con Gabriel, son novios. Sí lo hacía que Gabriel no hubiera tenido la discreción de cerrar la puerta de la sala de estar. Sospeché que quería que los viéramos y era un desafío. Me mostraba que no le afectaba encamarse conmigo en la semana para cogerse también a Selene cuando y donde quisiera. Con todo eso dando vueltas en mi cabeza comencé la semana laboral. Ocuparme del trabajo me distrajo durante horas, hasta después del almuerzo cuando me llamó Gabriel.
-Hola padre ¿como estás?- Me tomó de sorpresa.
-Hola , bien, ¿y vos?-
- Bien, también ¿que te pareció lo del sábado?-me lanzó confirmando mis sospechas.
-¿A que te referís?- quise esquivar el tema pero fue inútil.
-Jajja! Estaban pegados a la puerta, ¡no se movieron hasta que acabamos!- No tuvo empacho en admitir que él preparó todo.
-¿Viste como le gusta mi pija a Selene? Te perdiste la mamada, la emputece sentir el gusto del pre semen. Me envuelve la cabeza con la lengua y chupa hasta tragarse todo. Salió al padre, me parece, aunque a Helena también le debe gustar.
-No te pases de la raya Gabriel...-
-Escuché como gemía y tus gruñidos guturales. En cualquier momento lo hacemos de nuevo para ustedes.
El tipo ya me tenía conocido, era cierto que nos calentamos y que él fue el centro de atención para Helena y para mí. Sabíamos que Selene había debutado antes de conocerlo a él y que le gustaba garchar sin muchos miramientos. Alguna vez lo dejó claro conversando con nosotros sobre cuidarse. Lo nuevo era él, para Helena porque era el primero que veía cogerse a su hija. Además esos veinte centímetros duros y venosos de Gabriel son un caramelo que hace agua la boca. Para mí por lo mismo, con el plus de que también me cogía. Me tenía atado.
-¡Sos un HDP! ¡Lo hiciste a propósito!- Me daba bronca y a la vez me calentaba el morbo que manejaba.
-Perdón, lo hicimos, éramos dos ¿o no?-
-No me digas que Selene estuvo de acuerdo...- y la pija, avergonzándome, se me comenzó a parar.
-Digo que éramos dos cogiendo y ella estaba bien de acuerdo, sabía donde lo hacía ¿no se notó?-
-Es mi hija...- intenté parar la erección que tenía poniéndola contra la panza, cortando el flujo de sangre que me la llenaba.
-¡Olvidate! Es un minón cogiendo, se nota que tiene kilómetros de pija recorridos-
-Sí, sí, no me queda otra. Ya está, la vi, coge con vos, le gusta y coge bien. ¡Basta por favor!-
-Le gusta mi pija como a vos, y a mí me gusta coger con los dos. Cada uno tiene lo suyo.-
-No me das celos, bobo.-
-No te das idea de como me lo estruja con la concha y con el culo, sabe apretar y soltar justito, ¡perrea lindo! ¡Me exprime!.-
-¡No necesito que me des detalles!, suficiente con lo que vi y escuche.- Me estaba poniendo al palo a pesar de querer impedirlo.
-Me gusta escucharte así, se nota que estás caliente, yo también, de solo hablar se me paró...-
-Vos empezaste, seguro te imaginás mi colita sacudiéndote más que la de Selene.-
-Mmmmh, sí, que ganas de darte! me gustó cogerte parado, con tus piernas envolviéndome y tu lengua buscando la mía. ¡Quiero otra vez!-
-Que bien adentro te sentí Gabriel! se me para recordando.-
-Igual hasta mañana no podemos,hoy nos vemos con tu hija.-
-Mmmm! que pena, le daré a Helena pensando en ustedes, bebé...-
-Tal vez Helena piense en lo mismo, ¿no? que lindo sería!
Tuve que cortar rápidamente ya que entró un empleado a mi oficina. Después comencé a pensar en lo último que me dijo ¿podría ser que Helena cogiera conmigo pensando en Gabriel y Selene? La pija tardó en bajarse y la inquietud me duró hasta la noche, a la hora de acostarnos.

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