El señor del carrito.

En esta ocasión quiero contar una experiencia que tuve hace algunos años, una parte es real y la otra algo que me hubiese gustado hacer, una fantasía, por así decirlo, quiero contarlo desde el lado emocional que me llevó a fantasear. Espero que les guste.

Hace unos años cuando todavía vivía en casa de mí tío junto a mí mamá, en el lapso en que por precaución ya no hacíamos nada con mí tío, empecé a explorar más mis sentimientos, no solo en la perspectiva de verle el lado morboso a todo, sino también experimentar cosas nueva, eso me llevó a una etapa donde empeze a descubrir que soy muy "compasiva" o considerada con las personas, es decir, estuve de voluntaria en varios merenderos, cada vez que alguien pedía ayuda en el tren o la calle trataba de ayudar monetariamente con lo que podía, era la típica chica que se compadece por los demás y trataba de hacer lo más que podía para ayudar, en todo ese tiempo ese lado morboso mío se podría decir que estaba dormido, porque entre el trabajo, el instituto y las actividades voluntarias que hacía no le daba importancia a las perversión que tenía, pero la cosa cambió cuando una persona, un señor ya de edad que siempre era de verlo andando por la calle caminando solo de un lado a otro, a veces con un carrito juntando cosas, que de vez en cuando pasaba por algunas donde le daban botellas o cosas así como chatarra, incluso había una señora de edad también que vivía frente a la casa de mí tío, esa señora cada vez que el señor del carrito pasaba le daba un tupoer con comida, que después el señor le devolvía para que ella lo vuelva a utilizar la próxima vez.. yo en ese entonces no había prestado mucha atención por qué no pasaba por casa de mí tío, siempre la pasaba de largo, aunque varias veces lo veía pasar por la zona, un día dejó de pasar por casi dos meses y en ese lapso la señora que vivía en frente se la llevó un ambulancia y nunca más volvió, pero el señor no estaba enterado, así que cuando volvió a pasar por la zona aplaudió hasta el cansancio en la casa de la señora, habrá pensado que no está, tal vez, y se fue a la esquina, que habia tipo una plazita pero sin juegos ni nada, solo tenía unos bancos junto a una medianera de pared, era más un terreno baldío pero sin alambrados y con el pasto bien cortado, el señor iba siempre a comer ahí cuando la señora le daba el tupper, y esa vez aunque la señora nunca salió fue a esa esquina igual pero solo se quedó sentado, tomando una gaseosa que tenía entre su montón de cosas, como yo había alcanzado a verlo rápidamente improvise un sándwich de atún con tomates y lechuga, que era lo que tenía a mano y era rápido de preparar porque pensaba que se iba a ir en cualquier momento, puse el sándwich en un tupper y fue a llevárselo, tímidamente, me acerqué, lo saludé y le expliqué que lo vi en la casa de la señora pero ella no salió, no le dije lo que le pasó a ella porque seguro iba a ponerse mal y tal vez ni ganas de comer iba a tener, así que solo le di el tupper, le dije que vivía enfrente para que me lo devuelva y pase cuando quiera, me agradeció y yo me fui para no incomodarlo, al rato escucho que aplaude para devolverme el tupper, le reitero que cualquier cosa aplauda y me comentó que un vez aplaudió y lo atendió un hombre (refiriéndose a mí tío) que le gritó "tomatelas" y que por eso nunca más pasaba.. en ese momento sentí un verguenza terrible y aunque no me correspondía a mí hacerlo, le pedí disculpas por el, y le dije que desde ahora lo iba a atender yo, ya que mí tío en ese entonces trabajaba mañana y tarde, yo solo a las mañana, así que siempre estaría ahí a esas horas que el señor pasaba, le tuve que explicar lo que le pasó a las señora de enfrente, ya que en un momento me dijo que no me moleste, por qué "su amiga" o sea la señora, siempre lo esperaba y ya lo conocía, obviamente al darle la noticia note lo mal que se puso y solo se fue a procesarlo a otra parte, sin decir nada, pensé que ya no iba a pasar más porque como por dos semanas dejó de pasar por la zona, lo que a mí un poco me puso mal ya que ayudarlo me había sentir muy bien, y quería seguir haciéndolo, pero un día lo escucho aplaudir, contenta salí a saludarlo y le dije que me espere un rato, recalente lo que había cocinado y le di en un tupper junto con una botellita de agua, me agradeció y se fue a su esquina a comer. Cada vez pasaba más seguido, la rutina era la misma, le daba el tupper, se iba a la esquina y me lo devolvía cuando terminaba, hasta que un día me preguntó si podía hacerle compañía en la esquina, no le vi porque no asi que lo acompañe, me dio charla, me agradecía y me preguntaba porque lo ayudaba pudiendo estar "noviando" solo me reí y le dije que me gustaba hacerlo, desde ahí empecé a acompañarlo más seguido, incluso un par de veces me llevaba un tupper yo también y almorzabamos juntos, pero siempre en esa esquina, no podía dejarlo pasar ya que era un extraño y no le podía decir que estaba sola en la casa, así que por eso me iba hasta las esquina yo también, ya que era un lindo lugar para sentarse un rato y compartir algo o una charla, nadie pasaba a esa hora, salvo un par de autos.. después, al pasar las semanas llegué a tenerle afecto, aunque nunca me animé a preguntarle el porqué de su situación ni nada de eso, solo charlabamos, sus charlas eran motivadoras, en parte eso hacía que quiera acompañarlo también ara el típico abuelito consejero.. ese lazo que formamos me llevó a que un día por la noche ese morbo que estaba dormido empezó a despertar otra vez y empecé a pensar cosas que no quería, pero era inevitable que las piense, pensaba cosas como "¿hace cuanto no estará con una mujer ese señor?" Y me imaginaba como reaccionaria si una chica se le insuanara.. y acá empieza lo que sería la fantasía.

El lado fantasioso: ¿cual sería su reacción al tener a una chica de casi 19 años, desnuda, perfumada y producida para él? ¿cómo sería su pija? Arrugada y peluda, tal vez, ¿como se sentiria en mí boca?.. fueron algunas de las cosas que me empeze a preguntar, nos imaginaba a los dos en esa esquina donde no pasaba nadie a esa hora, mostrándole las tetas o dejando que me toque con sus envejecidas manos, que me bese, total seguro nadie nos vería.. también me imaginaba bailandole en top y tanga, dejando que toque, que me dé besos, que sienta mí perfume, mí vagina húmeda, mí cuerpo caliente ¿seria una forma más de ayudarlo? Ya que seguramente hace mucho no estaba con una mujer, pensaba, debía tener una calentura inimaginable encima.. incluso nos imaginé teniendo sexo, entregarle la virginidad a un señor que apenas conocía pero ya le tenía cariño, alguien que después de tocarme con sus manos después las usaría para llevar su carrito.. me gustaba pensar que lo "ayudaría" de otra manera, para que se descarge un poco, que me pase la lengua por adelante, por atrás, por donde a él se le ocurra. 

Me tocaba imaginandolo, hasta que un día me decidí a insinuarme solo para ver su reacción, volvió a pasar después de unos días, charlamos como siempre y cuando se iba a ir le pregunté si podía abrazarlo, ya que seguro le haría falta uno, me dijo que si, obviamente y al hacerlo lo apoye, me insinue a ver como reaccionaba, pero apenas sintió mí entrepierna rozar su pija se hizo para atrás, era obvio, no sé que se me había pasado por la cabeza al pensar que le gustaría, capaz que si, pero solo no quería faltarme el respeto, no se, pero fue a lo más que me animé a llegar, a darle un abrazo con doble intención, después se fue y vino un par de veces más, pero un día desapareció, pensé que era como la vez que desapareció por casi dos meses, y que volvería a pasar tarde o temprano, pero no, hasta el día que me mudé de esa casa nunca más lo vi.. ¿se habrá dado cuenta que ya no era lo mismo por mis dobles intenciones? o ¿le habrá pasado algo? No sé, pero tal vez nunca debí acercarme tanto a él, porque cuando desapareció me sentí mal, culpable, aunque capaz nada que ver. Es solo ese lado compasivo que incluso hacía que me deje tocar en los transportes públicos cuando aún se viajaba apretados, fue lo que me llevó a pensarlo de esa forma. Pero bueno, acá estoy, recordándolo y escribiéndolo para ustedes, se que estuvo mal haber querido "pervertir" a un señor de edad que solo caminaba sin rumbo por la zona, pero fue de esas veces que como casi siempre, el morbo superó a las dignidad, ese morbo que hizo que un sentimiento de consideración al otro se convirtiera en una fantasía sexual.

2 comentarios - El señor del carrito.

pepeciento +1
Ay Cande, porque sos tan querible ?